«La Iglesia uruguaya es pobre y, como dice el cardenal Sturla, libre«, afirma el obispo de Melo, Mons. Heriberto Bodeant, en una entrevista con Palabra. La conversación gira en torno a los retos de la educación católica —identidad, calidad y sostenimiento—, que “depende del aporte de los padres”; los jóvenes, Aparecida, Panamá, los Papas y la comunicación: cómo “tocar el corazón de las personas”.
—TEXTO Rafael Miner
Es un obispo familiarizado con la tecnología –se le nota hasta en buscar archivos y clasificar fotos— y con el inglés. Antes de entrar al seminario fue profesor en la educación pública, y sabe de primera mano que en Uruguay no sólo “no hay enseñanza religiosa sino ninguna referencia religiosa”.