Vaticano

Corea, China, María Auxiliadora y el Espíritu Santo resuenan en Roma

El ejemplo de evangelización del primer sacerdote mártir de Corea, san Andrés Kim Taegon, en tiempos de persecución; la oración a la patrona de Shanghai y la cercanía con los fieles de China; la devoción a Maria Auxiliadora para “que esté cerca del pueblo ucraniano”; y la petición “al Señor para que nos dé la fuerza del Espíritu Santo”, han sido ejes de la Audiencia del Papa de hoy en Roma.

Francisco Otamendi·24 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos
papa audiencia 24 mayo

Foto: El Papa recibe un regalo durante los saludos tras la audiencia ©Vatican Media

El “gran testigo coreano”, en palabras del Papa Francisco, san Andrés Kim Taegón, primer sacerdote mártir de Corea cuando en aquel país asiático tuvo lugar, hace doscientos años, una fuerte persecución; la oración por la Iglesia católica en China; la fiesta de Maria Auxiliadora, que la Iglesia celebra hoy miércoles, y la petición al Espíritu Santo para ser “discípulos de Jesús en la vocación a la que Dios nos llamó”, han sido ejes de la Audiencia de esta mañana del Santo Padre en la Plaza de San Pedro, en su decimocuarta catequesis sobre “La pasión por evangelizar. El celo apostólico del creyente”.

“En esta Audiencia quiero presentarles otro testigo del celo apostólico. Esta vez nos llega de tierras lejanas”, ha comenzado manifestando el Papa. “Efectivamente, san Andrés Kim Taegón fue el primer sacerdote mártir de Corea. Hace doscientos años, hubo en aquel país una fuerte persecución, y no se podía confesar la fe abiertamente. Anteriormente fueron los laicos quienes evangelizaron Corea”, ha comenzado manifestando el Papa, al comentar la Lectura del Evangelio de san Mateo (Mt 10,24-25.27).

“Su vida fue y sigue siendo un elocuente testimonio de celo por el anuncio del Evangelio. Hace unos doscientos años, la tierra coreana fue escenario de una durísima persecución de la fe cristiana. Creer en Jesucristo, en la Corea de entonces, significaba estar dispuesto a dar testimonio hasta la muerte”. San Andrés Kim Taegón fue uno de los 103 mártires coreanos canonizados por san Juan Pablo II en 1984.

“Caminando por la nieve”

“Destaco dos escenas que nos dan prueba de este celo”, ha proseguido el Papa Francisco.  “En la primera, vemos a san Andrés ante la dificultad de no tener más opción que encontrar a los fieles en público, y lograr reconocerse sin que nadie se diera cuenta, resumiendo en dos palabras su identidad. Las palabras que había que decir son ‘discípulos de Jesus’. Es muy interesante que sea este el resumen de todo lo que se puede decir, ya en ellas se supone dar vida al Evangelio, testimoniarlo”, ha subrayado el Romano Pontífice.

“En la segunda, lo encontramos cuando era seminarista caminando en la nieve para buscar un misionero y, completamente agotado, cayó por tierra, pero una mano amiga lo alzó y lo empujó a seguir adelante. La lección de esta escena es que aunque podamos caer, siempre podremos alzarnos de nuevo porque Jesús nos sostiene”. 

“Esta experiencia del gran testigo coreano nos hace darnos cuenta de un aspecto muy importante del celo apostólico”, señaló Francisco. “A saber, el valor de volver a levantarse cuando uno se cae. Por difícil que sea la situación, incluso a veces puede parecer que no deja espacio para el mensaje evangélico, no debemos rendirnos y no debemos renunciar a perseguir lo que es esencial en nuestra vida cristiana, es decir, la evangelización”. 

“Siempre podemos volver a levantarnos”

“Tal vez a veces nos desanimemos, debido a obstáculos externos, y el hecho de dar testimonio del Evangelio atraiga la incomprensión y el desprecio”, ha añadido el Papa. “Sin embargo, al mismo tiempo, siempre podemos volver a levantarnos, porque el Señor Jesús nunca nos abandona, siempre está cerca, nos anima y nos toma de la mano. Y siempre nos repite: ‘¡Levántate, camina!’. Él mismo es el que resucitó de entre los muertos. Su Resurrección es precisamente el misterio en el que radica la posibilidad de que nos levantemos de toda caída; es la fuente de la fuerza que nos permite seguir adelante. 

“Hermanos y hermanas, no nos desanimemos, no nos dejemos robar la dulce alegría de evangelizar (cf. Pablo VI), y con la fuerza que nos da Jesucristo, sigamos adelante”, ha alentado el Santo Padre.

Más adelante, reiteró esta misma idea. “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor el celo que movió a san Andrés, que el Señor nos dé la fuerza de su Espíritu Santo; en este tiempo pedimos con especial intensidad para testimoniar su Evangelio en lo cotidiano, simplemente siendo “discípulos de Jesús”, en la vocación a la que Dios nos llamó. Pidámosle también que sea siempre ese amigo que nos sostiene en las dificultades, para perseverar en el camino del bien hasta el final. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.

“Que María esté cerca del pueblo ucraniano”

El Papa se refirió en varias ocasiones a María Auxiliadora. “Hoy es la fiesta de Nuestra Señora venerada bajo la advocación de María Auxiliadora. Que Ella os obtenga consuelo y serenidad, queridos ancianos y enfermos. Y a los recién casados, que Ella os anime a vivir el mandamiento del amor en vuestra vida cotidiana. En el día de María Auxiliadora, la advocación mariana tan querida por don Bosco, un saludo especial a las familias salesianas, agradezco todo lo que hacen por la Iglesia”.

No podía faltar una llamada a rezar por Ucrania. “Y todavía una tristeza, que nos viene a todos, por la martirizada Ucrania. Se sufre tanto allí. No nos olvidemos. Pidamos hoy a María Auxiliadora que esté cerca del pueblo ucraniano. Y a todos mi bendición”.

Después, tras el resumen en lengua polaca, el Santo Padre ha manifestado también: “Os recordamos a la Bienaventurada Virgen María Auxiliadora, que Ella, Madre del Consuelo, conceda a la Iglesia en Polonia, a los pastores y a los fieles, y especialmente a las familias, a los ancianos, a los enfermos, la gracia de estar dispuestos a dar testimonio de la fe. Vivid de tal manera que los demás reconozcan en vosotros a los discípulos de Cristo. Os bendigo de corazón”.

Nuestra Señora de Sheshan, en Shanghai

Antes de dirigir unas palabras relativas a la catequesis a los fieles de lengua italiana, el Papa Francisco efectuó un llamamiento: “Hoy es la Jornada mundial de oración por la Iglesia católica en China. Coincide con la fiesta de la Bienaventurada Virgen María Auxiliadora, venerada e invocada en el Santuario de Nuestra Señora de Sheshan en Shanghai”. 

“En esta ocasión, deseo asegurar el recuerdo y expresar la cercanía a nuestros hermanos y hermanas de China, compartiendo sus alegrías y esperanzas. Un pensamiento especial se dirige a todos los que sufren, pastores y fieles, para que en la comunión y la solidaridad de la Iglesia universal experimenten consuelo y aliento. Invito a todos a elevar sus oraciones a Dios, para que la Buena Noticia de Cristo crucificado y resucitado sea proclamada en su plenitud, belleza y libertad, dando fruto para el bien de la Iglesia católica y de toda la sociedad china”.

El autorFrancisco Otamendi

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