Estados Unidos

La arquidiócesis de Denver: semillero de apostolados laicos

Denver es conocida no solo por su belleza natural sino por su vida cultural, próspera economía y desde el punto de vista de la fe, por la impronta que ha tenido en la iglesia a nivel nacional.

Gonzalo Meza·5 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos
Denver

La Basílica Catedral de la Inmaculada Concepción en Denver (CNS photo/Daniel Petty, courtesy Archdiocese of Denver)

Denver es la capital del estado de Colorado. Se ubica en la base de las Montañas Rocallosas de Colorado, al este de las estribaciones de la cordillera “Front Range”. Por su altitud a 1,609 metros sobre el nivel del mar se le conoce como “Mile-High City” (La ciudad de una milla de altura). Aunque Denver no está sobre las montañas, estas dominan la vista de la ciudad.

Denver es conocida no solo por su belleza natural (que atrae a miles de turistas) sino por su vida cultural, próspera economía y desde el punto de vista de la fe, por la impronta que ha tenido en la iglesia a nivel nacional. Denver ha sido semillero de muchos apostolados y movimientos laicos que han tenido un impacto en la vida eclesial en el país. Algunos de estos nacieron tras la Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa Juan Pablo II en agosto de 1993.

El estado de Colorado y la ciudad de Denver

Colorado es el octavo estado más extenso de la Unión Americana. Está ubicado en la región oeste del país, en las zonas montañosas, limita al norte con el estado de Wyoming, al sur con Nuevo México, al este con Kansas, al oeste con Utah y al noreste con Nebraska. Tres de los mayores ríos del país nacen en dicho estado: el río Colorado, el río Arkansas y el Río Grande. Fue llamado así por el río Colorado, nombre otorgado por los colonizadores españoles. Las Montañas Rocallosas atraviesan el estado y se extienden desde el norte de la Columbia Británica (Canadá) hasta el sur de Nuevo México.

Colorado formó parte de tres naciones: la parte oriental pertenecía a Francia. Esta fue adquirida por los estadounidenses con la compra de la Louisiana Francesa en 1803. La parte occidental formó parte del Virreinato de la Nueva España hasta que México se independizó de España en 1821. La parte occidental de Colorado fue territorio mexicano hasta la Guerra México-EUA 1846-1848, tras la cual México perdió (“cedió” le denomina la historiografía estadounidense) más de la mitad de su territorio.

Colorado se incorporó al territorio estadounidense en 1861 y fue admitido como estado en 1876, es por ello por lo que se le denomina el “estado centenario” pues ocurrió en el centésimo aniversario de la independencia norteamericana. La ciudad de Denver se incorporó en noviembre de 1861. Cuatro años más tarde se convertiría en la capital territorial y en 1876 en la capital del nuevo estado de Colorado.

Vista de la ciudad de Denver

Los pobladores

La parte oriental de las Rocallosas fue una ruta migratoria para los pueblos nativos y exploradores. Históricamente la región de Colorado fue habitada por diversos grupos nativos americanos, entre ellos los llamados “Pueblo”, los “apaches” y los “comanches”. Los primeros europeos colonizadores llegaron en el siglo XVII, pero no fue sino hasta 1787 cuando Juan Bautista de Anza estableció el asentamiento “San Carlos” cerca de la ciudad denominada “Pueblo”.

Otros asentamientos permanentes se sucedieron en el norte de Colorado tras el descubrimiento de oro en la zona en 1858. Para dar servicio a la naciente región minera se construyeron ferrocarriles y establecieron servicios para atender las necesidades de la comunidad. La ciudad de Denver se fundó en 1858 como un pueblo minero. Se le llamó “Denver” en honor del gobernador del territorio de Kansas, James Denver.

La Iglesia en Colorado y Denver

La presencia de la Iglesia en la región se remonta al siglo XVIII con los frailes franciscanos quienes establecieron misiones en el sur y oeste de Colorado. Durante su etapa como territorio mexicano, el clero de dicho país se encargó de dicha zona. Fue hasta 1851 cuando las misiones fueron atendidas por sacerdotes de Nuevo México. En esa década se establecieron asentamientos con comunidades permanentes en San Pedro (1852), San Acacio (1853) y Conejos (1854).

Eclesiásticamente la zona pertenecía desde 1850 al Vicariato Apostólico de Nuevo México, el cual se convertiría 3 años más tarde en la diócesis de Santa Fe, dirigida por el obispo John Lamy, quien en 1857 estableció la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Conejos, Colorado. John Lamy fue sucedido por John B. Salpointe, quien fue clave para que Colorado se separara de la diócesis de Santa Fe y formara una nueva jurisdicción eclesiástica, configurando primero el Vicariato Apostólico de Colorado y Utah en 1868 y finalmente en 1871 el Vicariato Apostólico de Colorado, el cual abarcaba la totalidad de dicho estado.

Su primer obispo fue Joseph Machebeuf (1868-1889), quien ya había servido como misionero en la zona durante 20 años. Al asumir su cargo, Machebeuf realizó una gira por Europa para buscar sacerdotes y un préstamo económico. Regresó de su viaje con cinco sacerdotes, solo uno angloparlante, quien fue asignado a una parroquia en Denver. Los otros fueron enviados a parroquias hispanas de los valles de San Luis y Arkansas en el sur de Colorado. Ya para 1870 las iglesias del estado tenían capacidad para 8,500 feligreses en 14 parroquias. El número de católicos superaba al de la población protestante.

En 1860 la región creció demográficamente debido a la migración de miles de católicos procedentes del estado vecino Nuevo México. Para 1890 la mitad de los cristianos de Colorado (47 mil) eran católicos. Para ayudar en la misión, en 1871, llegaron los primeros jesuitas quienes se hicieron cargo de las parroquias del sur de Colorado. En ese periodo también se inició la construcción de las tres primeras escuelas católicas. La primera fue la academia femenina St. Mary en 1863.

El vicariato apostólico se convirtió en la diócesis de Denver en 1887, teniendo a Machebeuf como su primer obispo y Nicholas Chrysostom Matz como coadjutor. Al entrar en funciones Matz tuvo a su cargo la realización del primer sínodo de la diócesis en 1890 así como la construcción de la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción y el establecimiento del Seminario de Santo Tomás. El obispo John Henry Tihen sucedió a Matz en 1917. Tihen se centró en la educación, especialmente en la ampliación del Seminario.

En ese periodo se construyeron tres hospitales, un orfanato y un asilo de ancianos. En 1921 se consagró la catedral. En 1931 el obispo Urban J. Vehr sucedió a Tihen. Mons. Vehr dirigió la diócesis por 36 años, los 10 primeros como obispo y después arzobispo cuando Denver se convirtió en Arquidiócesis en 1941 y paralelamente se formó la nueva diócesis de “Pueblo”, Colorado separando una parte del territorio. La población católica de Colorado ascendía en ese año a 147 mil. Al arzobispo Vehr le sucedió en 1967 James V. Casey (1967-1986) quien dirigió la jurisdicción durante los años del Concilio Vaticano II. Casey creó nuevas oficinas para coordinar los programas y ministerios parroquiales, especialmente los dedicados a la familia, los servicios sociales y la población hispana. 

La JMJ en Denver

En 1986 James Francis Stafford se convirtió en el sexto obispo de Denver. Durante su gestión se llevó a cabo la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en 1993 a la que asistió el Papa Juan Pablo II y miles de jóvenes. Este evento fue un parteaguas en la iglesia de los Estados Unidos, no solo porque fue semillero de vocaciones sacerdotales y religiosas, sino porque fue la simiente de muchos apostolados laicos que nacieron en Denver.

Durante la homilía en la Misa conclusiva de la JMJ, el 15 de agosto de 1993, Juan Pablo II dijo a los jóvenes: “No tengan miedo de salir a las calles y a los lugares públicos, como los primeros Apóstoles que predicaban a Cristo y la buena nueva de la salvación en las plazas de las ciudades, de los pueblos y de las aldeas. No es tiempo de avergonzarse del Evangelio. Es tiempo de predicarlo desde los terrados. No tengan miedo de romper con los estilos de vida confortables y rutinarios, para aceptar el reto de dar a conocer a Cristo en la metrópoli moderna. Vayan a los cruces de los caminos a invitar a todos los que encuentren al banquete que Dios ha preparado para su pueblo. No hay que esconder el Evangelio por miedo o indiferencia”.

En el 30 aniversario de dicha visita, el arzobispo Aquila dijo: “Se puede reconocer el tremendo fruto que la JMJ 93 dio en la Arquidiócesis de Denver. Tuvo un impacto en las vocaciones que tenemos y en el establecimiento de los seminarios “Redemptoris Mater” (Camino Neocatecumenal) y “St. John Vianney”, así como en los diversos apostolados que surgieron de ellos. Antes de la JMJ 93 ambos seminarios no existían, el “Augustine Institute” no existía, “FOCUS” (ministerio universitario) no existía”.

En 1996 Stafford fue nombrado Presidente del Consejo Pontificio para Laicos y en 1998 fue creado cardenal. Le sustituyó como arzobispo de Denver, Charles J. Chaput (1997-2011). Al ser miembro de la tribu nativa norteamericana “Potawatomi”, Chaput se convirtió en el segundo obispo nativo en dirigir una diócesis. Durante su administración, Juan Pablo II nombró a José H. Gómez como obispo auxiliar de Denver. Junto con Chaput fundó en 2002 el Centro San Juan Diego en Denver para responder a las necesidades pastorales y educativas de la comunidad hispana. Más tarde Chaput y Gómez fundaron la Asociación Católica de Líderes Hispanos, CALL (Home | CALL USA (call-usa.org)). Mons. Chaput también fue providencial en la creación de “ENDOW” Educating on the Nature and Dignity of Women (endowgroups.org), una iniciativa de liderazgo de mujeres católicas para “educar sobre la naturaleza y la dignidad de las mujeres”.

La arquidiócesis de Denver

La arquidiócesis de Denver se encuentra en la parte norte del estado de Colorado. El territorio actualmente cubre 25 condados. Fue erigida como diócesis en 1887 y en noviembre de 1941 ascendió a Arquidiócesis. En mayo del 2012, el Papa Francisco nombró a Samuel Joseph Aquila como el octavo obispo de Denver. En 2016 el pontífice asignó a Mons. Jorge Rodríguez como auxiliar de la jurisdicción.

La arquidiócesis cuenta con aproximadamente 600 mil católicos, así como 148 parroquias y misiones. Hay 313 sacerdotes, 195 diáconos y 173 religiosos. La misión de la arquidiócesis dice: “La arquidiócesis de Denver existe para que en Jesucristo todos puedan ser salvados y tengan vida abundante, para la gloria del Padre”. Al respecto, Mons. Aquila, señaló en julio del 2024: “En la arquidiócesis de Denver tenemos un valor de la misión sobre el que predico y hablo muy a menudo. Lo llamamos ‘Permanece en relación’. Es simplemente el valor por el que permanecemos y crecemos en la caridad, en la intimidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando permanecemos en esa relación primordial nos sentimos movidos a abrazar la misión del Redentor. El papa san Juan Pablo II escribió: ‘La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel está llamado a la santidad y a la misión’ (Redemptoris Missio, 90)”.

La arquidiócesis tiene dos periódicos católicos: “El Pueblo Católico” y “Denver Catholic”. En Denver hay 4 hospitales católicos, 35 escuelas de educación primaria y secundaria y 9 preparatorias. Estas instituciones brindan empleo a 1,100 maestros dedicados a la educación de 12 mil niños al año. Para los estudiantes de bajos recursos, la iglesia otorga becas a mil estudiantes anualmente por un monto de 2 millones de dólares.

Servicios sociales y de caridad

En la arquidiócesis existen diversos ministerios laicos que brindan servicios sociales, entre ellos la “Sociedad de San Vicente de Paul” que ayuda a 21 mil personas al año con apoyos económicos para el alquiler, alimentos, ropa y medicamentos. Asimismo, el apostolado llamado “Christ in the City” (Cristo en la ciudad) brinda un importante servicio a los indigentes y personas sin hogar. Igualmente, el ministerio católico de prisiones apoya a 800 personas a la semana en 40 lugares.

Las caridades católicas en Denver ayudan a más de 113 mil personas. Sus albergues otorgan 500 mil comidas al año y proveen asistencia de emergencia por cerca de 6.3 millones. Tanto las parroquias como las misiones y diferentes oficias de caridad católicas gestionan bancos de alimentos, comedores de beneficencia y donación de víveres y ropa. También ofrecen servicios de salud mental y organizan grupos de apoyo a personas con adicciones.

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