Vaticano

Historias de judíos en el Archivo Apostólico Vaticano

El Papa Francisco ha abierto en junio de 2022 el archivo "judío", que contiene la documentación con las peticiones de ayuda que llegaron a Pío XII por parte de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Stefano Grossi Gondi·6 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Foto: archivo de Pío XII. ©CNS photo/Paul Haring

Durante siglos se le ha llamado Archivo Secreto Vaticano y fue creado por Pablo V el 31 de enero de 1612. El Papa Francisco le cambió el nombre en 2019: ahora se llama más simplemente Archivo Apostólico Vaticano. La palabra “secreto” procede del adjetivo latino “secretum” (de secernere, que significa separar, distinguir, reservar). Con ella se distinguía el archivo del Papa como separado de los demás y reservado al uso del pontífice y de los funcionarios por él nombrados. El cambio es sólo nominal, porque la intención del Papa era eliminar cualquier posible malentendido sobre las intenciones de la Iglesia, todas ellas encaminadas a la transparencia, sin ningún deseo de ocultar o malinterpretar. 

Nueva sede

La cantidad de documentos es inmensa, porque se refieren a varios siglos de actividad, más larga que la de cualquier nación del mundo. En el siglo XX, el Papa Pablo VI quiso que se construyera un nuevo Archivo bajo el Cortile della Pigna. Se trata de un inmenso búnker subterráneo con 85 kilómetros de estanterías que lo convierten en la mayor base de datos históricos del mundo. 

El patrimonio documental conservado en sus vastos depósitos abarca un lapso cronológico de los últimos doce siglos, y consta de más de 600 fondos de archivo. Aunque no es el mayor archivo del mundo en cuanto a cantidad, sí lo es en cuanto a geografía, ya que abarca todos los continentes y todos los estados en los que está presente la Iglesia católica.

El archivo judío

Tras el trabajo de ordenación de periodos históricos completos, los archivos de esa época se pondrán a disposición del público en su totalidad. Un ejemplo es el relativo a las actividades de Pío XII, que ha despertado mucho interés y curiosidad por su actuación durante la Segunda Guerra Mundial. 

Recientemente se ha publicado en internet la serie «judía» del Archivo Histórico de la Secretaría de Estado. Se pueden consultar un total de 170 volúmenes, equivalentes a casi 40.000 expedientes. Inicialmente estará disponible el 70% del material total, que posteriormente se completará con los últimos volúmenes en curso. 

Durante la guerra hubo miles de peticiones de ayuda dirigidas al Papa por judíos de todas las edades. Por ejemplo, se menciona cómo le fue a un joven estudiante alemán, Werner Barasch. El lector espera un final feliz, imaginando su liberación del campo de concentración y su intento exitoso de reunirse con su madre en el extranjero. En este caso concreto, nuestro deseo se ha cumplido: si se buscan recursos en Internet, se encontrarán rastros de él en 2001. No sólo existe una autobiografía que relata sus memorias como «superviviente», sino que entre las colecciones en línea del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos hay incluso una larga entrevista en vídeo, en la que el propio Werner Barasch cuenta su increíble historia a los 82 años.

El archivo «judío» es, por tanto, un patrimonio precioso, ya que recoge las peticiones de ayuda enviadas al Papa Pío XII por los judíos, bautizados y no bautizados, tras el inicio de la persecución nazi-fascista. 

Casi 3000 expedientes

A instancias del Papa Francisco, este patrimonio es ahora fácilmente accesible para todo el mundo. La primera parte de este archivo sobre los judíos (1939-1948) ya estaba disponible para su consulta por parte de estudiosos de todo el mundo desde el 2 de marzo de 2020, en la sala de lectura del Archivo Histórico.

La entonces Sagrada Congregación para Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios, equivalente a un Ministerio de Asuntos Exteriores, encomendó a un minucioso diplomático (monseñor Angelo Dell’Acqua) la tarea de atender las peticiones de socorro que llegaban al Papa desde toda Europa, con el fin de prestar toda la ayuda posible. Las peticiones podían ser de visados o pasaportes para expatriación, refugio, reunificación con un familiar, liberación de la detención, traslado de un campo de concentración a otro, noticias sobre una persona deportada, suministro de alimentos o ropa, apoyo financiero, apoyo espiritual y más.

Cada una de estas solicitudes constituía un expediente que, una vez procesado, estaba destinado a ser conservado en una serie documental llamada «Judíos». Hay más de 2.700 expedientes, que contienen solicitudes de ayuda casi siempre destinadas a familias o grupos de personas enteras. Miles de personas perseguidas por su pertenencia a la religión judía, o por una mera ascendencia «no aria», acudieron al Vaticano sabiendo que otros habían recibido ayuda, como escribe el propio joven Werner Barasch.

Las peticiones llegaron a la Secretaría de Estado, donde se activaron los canales diplomáticos para intentar prestar toda la ayuda posible, teniendo en cuenta la complejidad de la situación política a escala mundial.

La lista Pacelli

Después de que el pontificado de Pío XII se abriera a la consulta en 2020, esta lista particular de nombres se denominó «lista Pacelli» (es decir, del Papa Pío XII), haciéndose eco de la conocida «lista Schindler». Aunque los dos casos son diferentes, la analogía plasma perfectamente la idea de cómo, en los pasillos de la institución al servicio del pontífice, se hacían incesantes esfuerzos para proporcionar a los judíos una ayuda concreta.

A partir de junio de 2022, en el sitio web del Archivo Histórico de la Secretaría de Estado -Sección de Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales-, la serie de los judíos estará disponible en Internet en una versión virtual, de libre acceso para todos.

Además de la fotocopia de cada documento individual, se pondrá a disposición un archivo con el inventario analítico de la serie, en el que se han transcrito todos los nombres de los beneficiarios de las ayudas que se encuentran en los documentos.

Accesible a los familiares

Como en el caso de la solicitud del joven Werner Barasch, la mayoría de los más de 2.700 expedientes que llegaron a la Secretaría de Estado, y que hoy nos cuentan tantas historias de huida de la persecución racial, nos dejan con la boca abierta, aunque no siempre se dispone de fuentes con más información. La digitalización de toda la serie judía disponible en Internet permitirá a los descendientes de quienes solicitaron ayuda buscar rastros de sus seres queridos en todo el mundo. Al mismo tiempo, permitirá a los estudiosos y a cualquier persona interesada examinar este especial patrimonio archivístico de forma libre y a distancia.

Los objetivos de la Iglesia son hacer aún más accesibles los documentos de su historia centenaria, aprovechando los avances tecnológicos que hacen todo más accesible a través de la digitalización. Cada año, este archivo acoge a unos 1.200 becarios procedentes de unos 60 países de todo el mundo. La apertura deseada por el Papa Francisco extiende la posibilidad de consultar y estudiar los documentos hasta el 9 de octubre de 1958, día de la muerte del Papa Pío XII. 

El autorStefano Grossi Gondi

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