El título de la próxima Exhortación Apostólica del Papa Francisco será Laudate Deum. Así lo anunció el propio Pontífice el pasado jueves 21 de septiembre (la noticia no fue dada a conocer hasta el lunes por Vatican News), durante un encuentro con algunos rectores de universidades latinoamericanas. Entre los temas tratados estuvieron las migraciones, el cambio climático y la exclusión.
El Papa instó a los responsables de las universidades a ser creativos en la formación de los jóvenes partiendo de las realidades y desafíos actuales. Los rectores plantearon al Papa preguntas sobre cuestiones medioambientales y climáticas a las que respondió señalando la deplorable «cultura del usar y tirar o cultura del abandono».
Explicó que se trata de «una cultura del mal uso de los recursos naturales, que no acompaña a la naturaleza a su pleno desarrollo y no la deja vivir». Esta cultura del abandono -dijo- nos perjudica a todos».
Laudate Deum, que se publicará el día de la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre, pretende integrar los temas de Laudato si, publicada en 2015. El mismo día de la solemne apertura de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y de la conclusión de la Fiesta de la Creación (también conocida como Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación).
La fiesta de San Francisco de Asís fue también la fecha de publicación de la encíclica Fratelli Tutti.
La reflexión sobre la cultura del despilfarro, que encontrará un tratamiento más amplio y específico en las páginas del documento anunciado, parte de lo que el Santo Padre denuncia como «una falta de educación para utilizar las cosas que quedan, para rehacerlas, para sustituirlas en el orden del uso común de las cosas».
Integrar a los descartados
Al animar a un «buen uso de la naturaleza», que incluya acciones prácticas que puedan ayudar al medio ambiente, Francisco señaló cómo la degradación medioambiental puede llevar a otro tipo de «degradación», a saber, en el modo en que tratamos a los demás, especialmente a aquellos que ya viven con menos recursos.
Las palabras del Pontífice fueron duras: «Los descartados, los marginados, son hombres y mujeres, pueblos enteros que dejamos en la calle como basura, ¿no es así? Debemos ser conscientes de que utilizamos la riqueza de la naturaleza sólo para pequeños grupos a través de teorías socioeconómicas que no integran la naturaleza, los descartados’.
En el trasfondo, pues, está la llamada a la ecología humana, formulación utilizada por primera vez por el Papa Benedicto XVI, con reverberaciones sobre la defensa de la vida y la dignidad humana.
Y la llamada al mantenimiento de los «valores humanísticos» y a la promoción del «diálogo fraterno». Sin olvidar la vocación más noble de la persona humana, la política. «En el sentido más amplio del término. (…) Tener apertura política y saber dialogar con madurez con los grupos políticos, la política no es una enfermedad, en mi opinión es la vocación más noble de una sociedad, porque es la que lleva adelante los procesos de desarrollo».
En este sentido, el Papa instó a las universidades a crear redes de sensibilización. A uno de los participantes dijo: «Y en este punto usted utiliza una palabra muy hermosa, que es organizar la esperanza».
«Recuperar y organizar la esperanza», dijo Francisco, «me gusta esta frase que usted me ha dicho y no se puede dejar de considerarla en el contexto de la ecología integral, en esta dimensión según la cual los jóvenes de hoy tienen derecho a un cosmos equilibrado y tienen derecho a la esperanza, y debemos ayudarles a organizar esta esperanza, a tomar decisiones muy serias a partir de este momento».
Tras subrayar la importancia de una «cultura regenerativa» frente a la «cultura de la desposesión», fruto envenenado «de una crisis económica que no siempre está al servicio del desarrollo de los más necesitados», Francisco abogó por alternativas que ayuden a superar la crisis medioambiental y puso como ejemplo el uso de paneles solares para suministrar electricidad al Aula Pablo VI y otras zonas del Vaticano. «Tenemos que ser muy creativos en estas cosas para proteger la naturaleza» porque obviamente la electricidad se hace a base de carbón u otros elementos, que siempre crean problemas en la propia naturaleza y «los jóvenes que formamos deben convertirse en líderes en este punto, convencidos.»