El 27 de octubre de 2023 es el vigésimo quinto aniversario de la Ley de Libertad Religiosa Internacional. En 1998, Estados Unidos hizo de la libertad religiosa un elemento más de su política exterior. A través de esta ley, la nación estadounidense se comprometió a velar por este derecho en aquellos países que la vulnerasen, y a proteger a las personas perseguidas por su credo.
Cuando se promulgó este decreto, se estableció el cargo de embajador en misión especial para la libertad religiosa internacional. Asimismo, se creó un comité centrado en este ámbito. Desde entonces, cada año el Departamento de Estado y la Comisión de Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional publican informes en los que señalan los ataques a este derecho básico y proponen medidas para ponerles fin.
Para conmemorar el aniversario de este hito, la conferencia episcopal de Estados Unidos ha hecho pública una declaración. La nota la firman el cardenal Timothy M. Dolan y el obispo David J. Malloy. Ellos son, respectivamente, el presidente del comité de libertad religiosa de la conferencia episcopal y el presidente del comité de Justicia Internacional y Paz.
Un frente que sigue abierto
El texto de Dolan y Malloy comienza mencionando la declaración sobre libertad religiosa del Concilio Vaticano II, “Dignitatis humanae”, promulgada por el Papa san Pablo VI. En ella se afirmaba que todo el mundo tiene derecho a esta libertad, que tiene su fundamento “en la dignidad misma de la persona humana”. Por ello, los gobiernos tienen el deber de asegurar la protección de esta libertad para que “nadie se vea obligado a actuar de manera contraria a sus propias creencias”.
A pesar de los esfuerzos para proteger la conciencia de los ciudadanos, la realidad es trágica. “El 80 % de los habitantes del mundo viven en países donde existen altos niveles de restricciones gubernamentales o sociales a la religión”.
Ante esta situación, el cardenal Dolan y el obispo Malloy invitan a los católicos a unirse en oración junto al Papa “para que la libertad de conciencia y la libertad religiosa sean reconocidas y respetadas en todas partes”.