Vaticano

“Los santos no son héroes inalcanzables”, alienta Francisco

En la solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco ha alentado en el Ángelus a los fieles a considerar que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros, nuestros amigos, cuyo punto de partida es el mismo don que nosotros hemos recibido”.

Francisco Otamendi·1 de noviembre de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
papa todos santos

Foto: El Papa durante el Ángelus del 1 de noviembre

En la tradicional fiesta anual del 1 noviembre, Todos los Santos, el Papa Francisco ha manifestado en el Ángelus en San Pedro que “los santos no son héroes inalcanzables o lejanos, sino personas como nosotros”, y que “si lo pensamos bien, seguro que hemos conocido a algunos de ellos, a algunos santos “de la puerta de al lado”: personas generosas que, con la ayuda de Dios, han correspondido al don recibido y se han dejado transformar día a día por la acción del Espíritu Santo”.

Hoy, día en el que se celebra a los muchos santos desconocidos que no han sido declarados formalmente santos ni beatos por la Iglesia, el Santo Padre ha querido fijar su mirada “unos minutos en la santidad, en particular en dos de sus características: ella es don y, al mismo tiempo, es camino”.

“En primer lugar, es un don”, ha subrayado el Papa. “La santidad es un don de Dios que hemos recibido en el Bautismo: si lo dejamos crecer, puede cambiar completamente nuestra vida (cf. Exhortación apostólica Gaudete et exultate, 15), iluminándola con la alegría del Evangelio”.

“La santidad es un don que se ofrece a todos para tener una vida feliz. Y, al fin y al cabo, cuando recibimos un don, ¿cuál es nuestra primera reacción?”,  se ha preguntado Francisco. “Precisamente que nos ponemos felices, porque significa que alguien nos ama; felices, «dichosos», como repite tantas veces Jesús hoy en el Evangelio de las Bienaventuranzas (cf. Mt 5,1-12)”. Aunque “todo don, sin embargo, debe ser acogido, y conlleva la responsabilidad de dar una respuesta, y la invitación a esforzarse para que no sea desperdiciado”. 

El Concilio Vaticano II lo recuerda cuando afirma que todos los bautizados han recibido la misma llamada a “mantener y perfeccionar con su vida la santidad que han recibido” (Lumen gentium, 40), ha proseguido el Pontífice.

Los santos, excelentes compañeros en el camino

En cuanto al segundo punto, el Papa ha subrayado que los santos nos ayudan y que son un ejemplo para nosotros. “La santidad es también un camino, un camino que hay que recorrer juntos, ayudándonos unos a otros, unidos a esos excelentes compañeros de ruta que son los santos. Ellos son nuestros hermanos y hermanas mayores, con los que siempre podemos contar: nos sostienen y, cuando en la ruta erramos el camino, con su presencia silenciosa nunca dejan de corregirnos; son amigos sinceros, en los que podemos confiar, porque desean nuestro bien, no nos señalan con el dedo y nunca nos traicionan. En sus vidas encontramos un ejemplo, de sus oraciones recibimos ayuda, y en la comunión con ellos nos une un vínculo de amor fraterno, como dice la liturgia (cf. Misal Romano, Prefacio de los Santos I)”.

Con los santos, ha proseguido el Santo Padre, “formamos una gran familia en camino, la Iglesia, compuesta por hombres y mujeres de toda lengua, condición y proveniencia (cf. Ap 7, 9), unidos por el mismo origen, el amor de Dios, y orientados hacia la misma meta, la plena comunión con Él, el paraíso: ellos ya lo han alcanzado, nosotros estamos en camino”.

Para concluir, el Papa ha formulado, como es habitual, algunas preguntas para el examen: “¿Recuerdo que he recibido el don del Espíritu Santo, que me llama a la santidad y me ayuda a llegar a ella? ¿Le doy las gracias por ello? ¿Siento a los santos cerca de mí, me dirijo a ellos? ¿Conozco la historia de algunos de ellos? Nos hace bien conocer la vida de los santos y motivarnos con sus ejemplos. Y nos hace muy bien dirigirnos a ellos en la oración”.

“Que María, Reina de todos los Santos, nos haga sentir la alegría del don recibido y aumente en nosotros el deseo de la meta eterna”, ha señalado Francisco antes de dar la bendición apostólica.

Oración por Ucrania, Tierra Santa, y difuntos 

Tras el rezo de la oración mariana del Ángelus, el Papa ha saludado a peregrinos de diversos países, Alemania, México (Monterrey), Dinamarca o Italia, entre ellos a los del maratón de los Santos de la Asociación de Don Bosco.

El Santo Padre ha anunciado asimismo que mañana por la tarde celebrará la santa Misa en el cementerio  de la Commonwealth, conmemorando a los caídos en la II Guerra Mundial. Y ha añadido: “Continuemos rezando por las poblaciones que sufren a causa de las guerras de hoy. No olvidemos a la martirizada Ucrania, tampoco a Palestina, Israel y tantas otras regiones del mundo en las que la guerra está presente”.

Por otra parte, el viernes día 3 a las 11,00 horas tendrá lugar en la Basílica de San Pedro una Misa en sufragio por el difunto Sumo Pontífice Benedicto XVI y los cardenales y obispos fallecidos durante el año, según ha anunciado la Sala de Prensa vaticana.

El autorFrancisco Otamendi

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