“Hoy no puedo asomarme a la ventana porque tengo este problema de inflamación en los pulmones (los médicos han descartado complicaciones pulmonares tras un TAC), y será Mons. Braida quien lea la reflexión porque es él quien las hace y ¡siempre las hace tan bien! Muchas gracias por su presencia”.
Así ha comenzado el Papa Francisco sus palabras antes del rezo del Ángelus del último domingo del año litúrgico y Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo. El Evangelio habla del Juicio Final “y nos dice que será sobre la caridad”.
“La escena que nos presenta es la de una sala real, en la que Jesús está sentado en un trono. ¿Qué tienen de especial estos amigos a los ojos de su Señor?”
Según los criterios del mundo, los amigos del Rey deberían ser aquellos que le han dado riqueza y poder. Sin embargo, según los criterios de Jesús, sus amigos son otros: son aquellos que le han servido en lo más débil. “Es un Rey sensible al problema del hambre, a la necesidad de un hogar, a la enfermedad y al encarcelamiento: realidades todas ellas, por desgracia, siempre muy actuales. Personas hambrientas, sin techo, a menudo vestidas como pueden, abarrotan nuestras calles: nos encontramos con ellas todos los días. E incluso con respecto a la enfermedad y la cárcel, todos sabemos lo que significa estar enfermo, cometer errores y pagar las consecuencias”, ha señalado el Papa.
De este modo, antes de la oración mariana del Ángelus, el Pontífice ha recordado que “el Evangelio de hoy nos dice que uno es “dichoso” si responde a estas pobrezas con amor, con servicio: no apartándose, sino dando de comer y de beber, vistiendo, acogiendo, visitando, en una palabra, estando cerca de los necesitados. Y es que Jesús, nuestro Rey que se llama a sí mismo Hijo del Hombre, tiene sus hermanas y hermanos predilectos en las mujeres y hombres más frágiles”.
Finalmente, se ha dirigido a “María, Reina del Cielo y de la Tierra, ayúdanos a amar a Jesús, nuestro Rey, en sus hermanos más pequeños”.
El Holodomor en Ucrania
Tras el rezo del Ángelus, Francisco ha recordado que Ucrania conmemoró ayer” el Holodomor, genocidio perpetrado por el régimen soviético que causó la muerte de hambre de millones de personas hace 90 años”
Esa herida, en lugar de cicatrizar, se hace aún más dolorosa por las atrocidades de la guerra que sigue haciendo sufrir a ese querido pueblo, ha subrayado el Santo Padre. “Sigamos rezando sin cansarnos, porque la oraciòn es la fuerza de la paz que rompe la espiral del odio, quiebra el ciclo de la venganza y abre caminos de reconciliación insospechados”.
Diálogo en Oriente Medio, y viaje a Dubai
Sobre la guerra en Oriente Próximo, el Papa ha dado gracias a Dios porque “por fin hay una tregua entre Israel y Palestina, y algunos rehenes han sido liberados”. “Recemos para que todos sean liberados cuanto antes –¡pensemos en sus familias!”–, ha añadido, “que entre más ayuda humanitaria en Gaza y que insistamos en el diálogo: es la única vía, la única manera de tener paz. Los que no quieren diálogo no quieren paz”.
Finalmente, el Papa ha rogado oraciones ante “la amenaza del clima que pone en peligro la vida en la Tierra, especialmente a las generaciones futuras. Y esto es contrario al plan de Dios, que creó todo para la vida”. Y se ha referido a su viaje apostólico a Dubai: “El próximo fin de semana viajaré a los Emiratos Árabes Unidos para intervenir el sábado en la COP28 en Dubai. Agradezco a todos los que acompañarán este viaje con la oración y con el compromiso de tomar a pecho la preservación de nuestra casa común”.
También ha recordado el Santo Padre que hoy se celebra en las Iglesias particulares la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud, sobre el tema “Alegrarse en la esperanza”. Bendigo a cuantos participan en las iniciativas promovidas en las diócesis, en continuidad con la JMJ de Lisboa. Abrazo a los jóvenes, presente y futuro del mundo, y los animo a ser protagonistas alegres de la vida de la Iglesia”.