Un domino frío pero bastante despejado en Roma ha acompañado las palabras que el pontífice ha querido dirigir a los cientos de fieles que se han dado cita en la plaza de San Pedro del Vaticano para acompañar al Santo Padre en el rezo del Ángelus.
El Papa ha hecho referencia al episodio de la Transfiguración, que recoge el evangelio del segundo domingo de Cuaresma correspondiente al capítulo 9 de Marcos.
El Papa ha fijado su atención en cómo » Jesús toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, sube a un monte alto y allí se manifiesta físicamente en toda su luz. La predicación del Reino, el perdón de los pecados, las curaciones y los signos realizados eran en realidad chispas de una luz mayor: la luz de Jesús, la luz que es Jesús. Y de esta luz los discípulos no deben apartar nunca más los ojos, sobre todo en los momentos de prueba».
La gloria del Señor, de la que hace partícipes a estos tres Apóstoles es la meta de todo cristiano, como ha querido recordar el Papa, que está también llamado «a tener siempre ante los ojos el rostro resplandeciente de Cristo».
¿Cómo es posible tener fijos los ojos en esta luz, saber dónde posar nuestra mirada? El pontífice ha querido destacar diversos caminos: » la oración, la escucha de la Palabra, los Sacramentos, especialmente la Confesión y la Eucaristía. Pero también nos ayuda mirar a las personas a los ojos, aprendiendo a ver la luz de Dios en todos y cultivando la capacidad de asombrarnos ante esta belleza que brilla en todos, sin excluir a nadie», y ha animado a los cristianos, en esta Cuaresma, a «cultivar miradas abiertas, convertirnos en «buscadores de luz», buscadores de la luz de Jesús en la oración y en las personas».
Dos años de guerra en Ucrania
Tras el rezo del Ángelus, el recuerdo del Papa se ha dirigido al «martirizado pueblo ucraniano», señalando el segundo aniversario de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Una guerra que «no sólo está devastando esa región de Europa, sino que está desatando una ola mundial de miedo y odio».
El Papa ha querido rezar «especialmente por las numerosas víctimas inocentes, ruego que se redescubra esa pizca de humanidad que cree las condiciones para una solución diplomática en busca de una paz justa y duradera»
Oración por Israel y Palestina
Más reciente, pero igualmente duro y presente en el corazón del Papa, el conflicto que sola Israel . Este domingo, Francisco ha querido sumar a su oración a «Palestina, por Israel y por los numerosos pueblos devastados por la guerra, y ayudar concretamente a los que sufren!» Tampoco ha querido olvidar a Congo, Nigeria -donde los cristianos sufren una violeta persecución desde hace meses- y Mongolia, azotada una ola de bajas temperaturas en la que el Papa ve «un signo del cambio climático y de sus efectos».