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Anécdotas con sabor a parábolas

Reseña de la última obra de Javier Fernández-Pacheco, en el que explica el camino de la felicidad a la luz de las enseñanzas evangélicas.

Manuel Cámara·24 de octubre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
parábolas

Anécdotas con sabor a parábolas

Autor: Javier Fernández-Pacheco
Editorial: Letragrande
Año: 2024
Número de páginas: 433

Francis Harold Drinkwater (1886-1982), sacerdote de la archidiócesis de Birmingham, fue uno de los pioneros británicos en el ámbito catequético, sobre el que escribió ampliamente y en el que logró prestigio internacional. De sus numerosas obras, una formó parte de muchas de las bibliotecas parroquiales, sacerdotales y escolares católicas: «Catechism Stories. A teacher’s aid-book», cuyo primer tomo vio la luz al comienzo de la II Guerra Mundial, traducido al español por Herder en 1958 con el título, tal vez no del todo afortunado, de «Historietas catequísticas». A él le seguirían, por el enorme éxito alcanzado, otros tres volúmenes.  

Tras una esmerada labor de recopilación durante muchos años de ministerio de la Palabra en sus muy variadas formas Javier Fernández-Pacheco, autor de exitosas obras de espiritualidad publicadas en la colección “Patmos” de Rialp, nos ofrece ahora «Anécdotas con sabor a parábolas«. El subtítulo –Camino a la felicidad– expresa la singularidad de la mayoría de las anécdotas, a través de las cuales se puede aprender –para luego enseñar– la felicidad que Jesús nos ha conseguido.

Cristo, Nuestro Señor y Hermano, comparó con el “agua” la “Vida” que había venido a traer a la humanidad caída: “el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna” (Jn 4,14). Más aún, identificó al Espíritu Santo con el “agua” que Él llevaba dentro y que daría a beber a quienes en Él creyeran (cf. Jn 7,38-39).

Tengo la seguridad de que las páginas de este libro serán ocasión para experimentar cómo la Tercera Persona de la Trinidad Santísima se sirve de ellas para aletear sobre el alma, como aleteaba sobre la faz de las aguas al comienzo del mundo (cf. Gen 1,2). Y así, la obra de Javier Fernández-Pacheco bien hubiera podido llevar por título el apellido del autor mencionado al comienzo de estas líneas –´Drinkwater: “Bebe agua”`–, como una invitación a saciar la sed de Infinito que impregna el alma de todo hombre.

El autorManuel Cámara

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