Amal (que significa «esperanza» en árabe), es una marioneta de 3,5 metros de altura que representa a una niña de 9 años que huye de la frontera sirio-turca hacia el Reino Unido. La intención era simbolizar la situación de millones de niños que huyen de las guerras y buscan refugio. Salió de Gaziante el 27 de julio y está recorriendo varias ciudades europeas «en busca de su madre» hasta llegar a Manchester.
El 10 de septiembre -por iniciativa de la Diócesis de Roma y con el apoyo de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral- se detuvo en la Plaza de San Pedro del Vaticano en vísperas del Día del Migrante y del Refugiado (26 de septiembre). A continuación, se trasladó al patio de San Dámaso en presencia del Papa Francisco, que conversó afectuosamente con varios centenares de niños que participaban en la iniciativa.
El Cardenal Michael Czerny, Subsecretario del Dicasterio Vaticano, y el Obispo Auxiliar de Roma, delegado para la Caridad y los Migrantes, Benoni Ambarus, estuvieron allí para recibirla. Un niño refugiado acogido en una de las instalaciones de Cáritas Roma ofreció su testimonio, mientras los niños participaban en un taller de fabricación de cometas organizado por la Agencia Scalabriniana de Cooperación al Desarrollo.
Evidentemente, la participación de los niños pretendía ser una oportunidad para sensibilizar sobre el doloroso drama de sus compañeros migrantes, muy a menudo no acompañados, y sobre la necesidad de concienciar sobre la necesidad de acogerlos para dar un futuro a estas pequeñas criaturas.
La marioneta fue creada por la Handspring Puppet Company, hecha de caña moldeada y fibra de carbono; el equipo que la anima está formado por diez titiriteros, dos de los cuales tienen experiencia como refugiados.
El mensaje de la iniciativa -que lleva el nombre de La Marcha, concebida como un extenso festival artístico internacional- es «No nos olvides». No es casualidad que, en su mensaje para la próxima Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco haga un llamamiento «a todos los hombres y mujeres del mundo», «para caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, para recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que nadie quede fuera».
«Precisamente porque la atención del mundo se dirige actualmente a otra parte, es más importante que nunca volver a centrar la atención en la crisis de los refugiados y cambiar la narrativa. Sí, los refugiados necesitan comida y mantas, pero también necesitan dignidad y una voz», explicó el director artístico de The Walk, Amir Nizar Zuabi, al lanzar la iniciativa.
Para el cardenal Czerny, Amal es un recordatorio de que «el encuentro con los migrantes vulnerables, los trabajadores precarios y los solicitantes de asilo entre nosotros requiere algo más que una simple mirada». Cada uno de ellos «con su propio bagaje de sufrimientos y sueños está esperando que abramos nuestros oídos, nuestras mentes y nuestros corazones… y que extendamos nuestras manos».
«Esperanza» continuará su viaje por otras ciudades italianas, Francia, Alemania y Bélgica en las próximas semanas, antes de llegar al Reino Unido en noviembre.