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AEFC, una asociación profesional de ayuda a los farmacéuticos católicos

¿Una asociación de farmacéuticos católicos en el siglo XXI? Llama la atención que en estos tiempos exista una asociación profesional que lleve en su nombre la palabra “católico”… No está de moda presentarse como tal, quizás pueda ser perjudicial… ¿profesionales y católicos?... ¿Ciencia y fe? ... ¿Es posible?... ¡Es posible!

Marta González Román·1 de diciembre de 2019·Tiempo de lectura: 4 minutos
Farmacéuticos católicos en una reunión.

Farmacéuticos católicos en una reunión.

La Asociación Española de Farmacéuticos Católicos (https://farmaceuticoscatolicos.es/) nace en Madrid en el año 1992 por iniciativa de José Carlos Areses, un farmacéutico comunitario que reparó en las dificultades que, entonces y ahora, algunos compañeros encuentran en el ejercicio profesional cuando tratan de ser coherentes con sus creencias. 

José Carlos fue muy sensible en responder a la solicitud de san Juan Pablo II que, en el discurso que dirigió a la Federación Internacional de Farmacéuticos Católicos el 3-XI-90 nos pedía a los farmacéuticos darnos cuenta de que la Iglesia necesitaba nuestro testimonio. En definitiva, creó esta Asociación en España (en otros países de Europa ya existía) para apoyar y respaldar a los profesionales que deseaban ejercer su profesión según las enseñanzas evangélicas. Y junto a él, el incondicional apoyo de nuestra compañera ya fallecida, María Dolores Jiménez Caballero. 

Así nació la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos (AEFC) a la que enseguida se le unieron otros farmacéuticos, al principio de Madrid pero luego de toda España. 

Entre nuestros fines fundacionales se encuentra el elevar el nivel profesional y moral de nuestra profesión, promoviendo la ética profesional y fomentando el servicio a la vida y la salud, y el uso responsable de los medicamentos. 

Asesoramos a los farmacéuticos que se ven involucrados en problemas de tipo ético profesional, contando con una sección encargada de estudiar y dar solución teórica y práctica a problemas de ética farmacéutica. 

Colaboramos con otras asociaciones para que los medicamentos lleguen a países en desarrollo y procuramos difundir los principios cristianos en relación con nuestro ejercicio profesional, porque estamos convencidos del impacto extraordinario que tienen para favorecer la convivencia social y el respeto por las personas. 

El porqué de un nombre 

Cuando alguna vez nos han planteado la posibilidad de cambiar el nombre, para que no pareciera “excluyente” hacia los que no sean católicos, o para tener mejor imagen de marca en los tiempos que corren, suelo contar una experiencia.

Al conmemorar los 25 años de vida de la Asociación fue muy aleccionador el repaso de nuestra historia que hicimos: tantos frutos y agradecimientos recibidos en estos años nos hicieron considerar que la identidad y el estilo que tuvieron los primeros socios fundadores había que mantenerlo en la actualidad. No era tanto un cambio “de nombre” lo que haría eficaz a la Asociación, sino saber adaptarnos con creatividad a los nuevos retos que encuentra ahora la profesión farmacéutica para darles una respuesta desde el mensaje cristiano. 

En cierto modo es un valor y una ventaja para quienes entran, por ejemplo, en nuestra página web, saber ya desde el inicio que nuestra línea de actuación es acorde con las enseñanzas del Evangelio y la ética y moral católicas. 

Nuestra identidad cristiana también favorece que los farmacéuticos busquen asesoramiento y formación, participando en nuestras reuniones científicas periódicas, o recibiendo nuestro Boletín, o realizando consultas a los consultores de ética que tenemos en la Asociación, o sencillamente buscando en la sección Documentación de nuestra web los temas en los que necesiten un mejor conocimiento científico y moral.

Por lo tanto, conservar el nombre de “católicos” ha resultado beneficioso. Hay un elevado número de compañeros que se han acercado a nosotros para realizar consultas y/o resolución de conflictos que con gran satisfacción hemos podido atender. 

De todos modos, hay que precisar algo importante que en cierto modo forma parte del estilo cristiano. Un cristiano nunca resta ni divide, siempre suma. Y lo mismo nosotros en la AEFC, estamos abiertos a cualquier farmacéutico, o estudiante de farmacia, sean o no católicos. 

Deseamos prestar un servicio a la profesión y llegar a ser una referencia, no “la única” ni “la mejor”, para todo farmacéutico en su ejercicio profesional. Desde la AEFC se promueve el debate y la profundización en los temas de bioética y ética farmacéutica. Nuestro deseo es contribuir eficazmente al respeto y promoción de la vida humana.

Líneas de actuación

La actividad de la Asociación es muy variada y se desarrolla a través de diferentes iniciativas. 

Organizamos periódicamente sesiones formativas y simposios sobre temas de actualidad. Tenemos una estrecha colaboración con otras asociaciones y entidades académicas que promueven estudios de bioética y la ética profesional como la Universidad Francisco de Vitoria, la Universidad San Pablo CEU, la Fundación Jerome Lejeune, LetYourselves y la asociación universitaria APEX entre otras. 

Editamos boletines mensuales y anuales con noticias y temas del día a día profesional y de la Asociación, para mantener actualizados los conocimientos de los asociados. Procuramos promover y premiar los esfuerzos de farmacéuticos investigadores o estudios llevados a cabo por farmacéuticos, que aporten transferencia de conocimiento y valor a la sociedad. En concreto, anualmente convocamos el premio El farmacéutico en defensa de la vida y el Premio de investigación en Farmacia Mario Martín Velamazán.

Los detalles de todo se pueden encontrar en nuestro portal digital, al que ya me he referido. Además, toda nuestra actividad puede seguirse también a través de Twitter, Instagram y nuestro canal en YouTube.

Contamos, además, con una sección de Voluntariado muy interesante y llevamos a cabo, en la medida de nuestras posibilidades, actividades de Cooperación con el tercer mundo. Para ello tenemos convenios de colaboración con la Fundación Vianorte Laguna, para realizar voluntariado en pacientes que reciben cuidados paliativos, o con las Misioneras de Cristo Jesús en la India (a través de nuestra compañera farmacéutica y misionera Carmen Sancho) y la Delegación de Misiones, de manera que procuramos aportarles donaciones y hacerles llegar material de cura para esas zonas del mundo más desfavorecidas. 

También contamos con expertos en ética profesional y con un servicio de Documentación en nuestra página web con los que procuramos brindar una formación especializada y personalizada a nuestros compañeros farmacéuticos. Y, además, compartir experiencias con ellos: todos salimos mejorados, y aprendemos de todos. 

Posibilidad de colaborar

Cualquier farmacéutico o estudiante de farmacia que tenga inquietud por el ejercicio de su profesión en esta línea, sea o no católico, puede solicitar ser socio a través del formulario que aparece en nuestra página web. 

Se puede colaborar con la asociación de diferentes maneras que no son excluyentes entre sí. Bien económicamente, inscribiéndose en la Asociación con una cuota anual de 50 euros, o bien haciendo donaciones puntuales. También apreciamos mucho y necesitamos a todos cuantos piensen que pueden dedicar parte de su tiempo a las actividades de gestión y organización de la AEFC: no son muchas, no hay que temer. Y por supuesto, como sabemos bien los cristianos, nos ayuda mucho el poder de la oración: Dios quiera que los lectores de estas páginas se animen a colaborar en cualquiera de estos tres modos. ¡O en los tres!

El autorMarta González Román

Presidenta de AEFC

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