El primer jubileo católico data de 1300 d.C.
La Iglesia católica recogió la tradición del pueblo judío en el que, cada 50 años, el Jubileo era un año destinado a ayudar a restablecer mejores relaciones con Dios y con los demás.
Durante este tiempo, se perdonaban las deudas, se liberaba a los esclavos y se devolvían las tierras a sus dueños.