Cientos de familias han acudido a la Jornada Mariana de la Familia de Torreciudad en su 32ª edición. Una jornada marcada por la lluvia y el mal tiempo, lo que no fue óbice para celebrar esta tradicional jornada en el templo mariano de Torreciudad.
Mons. Ángel Pérez Pueyo, obispo de Barbastro Monzón, fue el encargado de presidir la misa de las familias, que este año se celebró en el interior del templo erigido en 1975.
Durante la homilía, el obispo destacó como «en un mundo que parece fragmentarse cada vez más, la familia se convierte en un espacio de reconstrucción, para amar, perdonar y servir».
Tomando como analogía el edificio que ha cobijado a miles de personas ante la lluvia, Pérez Pueyo ha señalado que la familia “es el santuario de lo ordinario donde, sin hacer ruido, se obra lo más grande. En las pequeñas cosas del día a día, en el trabajo, en los momentos de convivencia, en las dificultades y en las alegrías, Dios actúa. Si somos capaces de redescubrir el valor de lo sencillo, si aprendemos a amar y servir dentro de nuestra propia casa, estaremos ya empezando a transformar el mundo”.
Durante la celebración se leyó, además, el mensaje que el Papa Francisco envió a los participantes de la Jornada en el que el pontífice animó a cuidar el hogar como “primer lugar donde cada uno aprende a amar y a relacionarse con los demás desde la experiencia de ser amado” y animó a las familias a afrontar unidos “los momentos de adversidad” y dar testimonio con sus vidas de la “hermosura de la fe en Cristo”.
Debido a la meteorología, se cambió el escenario de la ofrenda de flores y frutos así como el de un numeroso ofrecimiento de niños a la Virgen de Torreciudad. Al mediodía, el Coro Alborada ofreció un recital y por la tarde los participantes rezaron el rosario y recibieron la bendición con el Santísimo.