España

2021, el año más complicado en la historia de Manos Unidas

Las consecuencias de la pandemia, en especial el deterioro de las condiciones de vida de las comunidades que atiende Manos Unidas y el retroceso de los avances conseguidos en distintos campos: soberanía alimentaria, derechos para las mujeres o educación, han marcado estos meses de trabajo de la ONGD que, sin embargo, ha visto crecer la solidaridad de sus donantes.

Maria José Atienza·15 de junio de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos
Manos UNidas

Foto: ©Marta Isabel González

Más de un millón y medio de personas atendidas directamente, 474 nuevos proyectos en 51 países a los que se han destinado 33.449.399 € de inversión son las cifras globales de un año difícil en el que, sin embargo, como apuntaba Clara Pardo, presidenta en funciones de Manos Unidas, «también ha habido felicidad». La presentación de la Memoria de 2021 de esta ONGD católica ha sido además, el último acto como presidenta de Pardo a la que sucede en el cargo Cecilia Pilar Gracia.

Marcado de principio a fin por la presencia de la pandemia de coronavirus, en 2021 Manos Unidas ha tenido que reinventarse y poner a trabajar su creatividad para poder seguir ayudando a los más pobres en un entorno completamente hostil. Tanto por las restricciones, la imposibilidad de viajar a ver los proyectos y otro factor, incluso más grave: el rechazo al desconocido y el agostamiento de la solidaridad que han dejado los meses de confinamiento, como destacaba Clara Pardo.

Las consecuencias de la pandemia entre los más pobres han sido terribles y su impacto en la economía de estas comunidades así como en el retroceso de avances conseguidos en educación o en el campo de los derechos de la mujer serán muy difíciles de superar.

Crecen las herencias a Manos Unidas

Sin embargo, como quiso subrayar Clara Pardo «muchas personas si oyeron el grito de los más pobres». A pesar de las complicaciones, este 2021 ha sido, para la presidenta saliente de Manos Unidas, «un momento de felicidad también».

Esta solidaridad se ha traducido en los más de 50 millones de euros que ha recibido Manos Unidas en 2021, que suponen 20,6 más que 2020. El 88.6% del total se destinó directamente a los fines de Manos Unidas. Además, el 86% procede del sector privado: donativos de socios y colaboradores, herencias y legados o entidades religiosas. En cuanto a la ayuda pública recibida, ha sido de 6,8 millones de euros, similar a 2020.

Una de las vías de donación es la de los legados o herencias que ha crecido un 140% con respecto al año 2020. Han sido 154 testamentos en 47 delegaciones. Un punto, destacó emocionada Clara Pardo, es que «muchas de estas personas ni siquiera aparecían como socios de Manos Unidas. Esto demuestra la confianza que muchas personas tienen en nuestra ONGD».

Retroceso en proyectos y derechos

De entre las consecuencias que el Covid ha tenido en las poblaciones más vulnerables de América, Asia y África, tanto Clara Pardo, como Mabel Ibáñez, coordinadora del departamento de Proyectos de Manos Unidas en África, destacaron el «deterioro de las condiciones de vida de las comunidades que atendemos y un retroceso de los avances conseguidos en distintos campos».

En este sentido Mabel Ibáñez, apuntó que el trabajo de Manos Unidas en 2021 se ha centrado especialmente en «hacer frente a las consecuencias de esta pobreza a los más vulnerables. Todo se ha ralentizado y ha repercutido en el desarrollo de muchos proyectos».

De hecho, la imposibilidad de viajar y conocer nuevos posibles proyectos ha llevado a Manos Unidas a «a trabajar con organizaciones y socios de total confianza con los que ya se trabajaba. Sólo a partir del último trimestre del año, se viajó para retomar proyectos en Uganda, Paraguay, Senegal, Ecuador, El Salvador y Camerún».

La pandemia ha hecho aumentar además los índices de desnutrición y malnutrición, especialmente en África, lo que ha llevado a Manos Unidas a poner en marcha proyectos de empoderamiento alimenticio en zonas de Nigeria y Sudán del Sur.

Otro de los campos más afectados por los confinamientos y demás ha sido el de la educación. Como quiso subrayar, Ibáñez «hay países que han estado casi dos años sin clase por la pandemia. Esta realidad ha hecho que 24 millones de menores presenten abandono escolar y hay un aumento del trabajo infantil y también de la trata».

El aumento de la violencia y la vulneración derechos humanos en este tiempo de pandemia, especialmente contra mujeres, niños y quienes luchaban en favor de los derechos ha sido otra de las consecuencias de la pandemia contra la que Manos Unidas ha ido poniendo en marca proyectos en diferentes países de África, Latinoamérica o Asia, donde destaca el programa contra la violencia hacia las trabajadoras domésticas, muchas de ellas, niñas que llevan a acabo en el norte de la India.
También, como apuntó Mabel Ibáñez, los trabajadores en favor de los derechos humanos «clave de desarrollo por ejemplo en la Amazonia» son otro colectivo afectado en la pandemia y, en su favor, se han iniciado proyectos en diversas zonas de Perú, Colombia Méjico y Madagascar.

Ayuda humanitaria y emergencias

Como ha querido recordar Mabel Ibáñez, aunque Manos Unidas es una Organización no Gubernamental de ayuda al desarrollo, el pasado año, se colaboró en 55 proyectos de emergencia en Asia (34), África (13) y América (8), a los que se destinaron 1.607.331 €.

Entre ellos se cuentan proyectos en zonas de permanente conflicto como Sudán del Sur, Burkina Faso y la zona de Tigray en Etiopía o la ayuda prestada a los afectados por el terremoto de Haití.

En total, se ha atendido a 270.679 personas que, por distintas causas, habían perdido prácticamente todo. A esto se suma también 7 proyectos de ayuda humanitaria para asistir a 7.686 personas.

Desde Manos Unidas quisieron agradecer este contagio de solidaridad, haciéndose eco de su campaña de 2021, que ha hecho posible estos proyectos en tantos lugares del mundo y ayudar a combatir la pobreza y desigualdad en el mundo.

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