Vaticano

Finanzas vaticanas, los balances del IOR y del Óbolo de San Pedro

Existe una intrínseca relación entre los presupuestos del Óbolo de San Pedro y el del Instituto para las obras de Religión.

Andrea Gagliarducci·12 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos

Existe una estrecha relación entre la declaración anual del Óbolo de San Pedro y el balance del Istituto delle Opere di Religione, el llamado «banco vaticano». Porque el Óbolo se destina a la caridad del Papa, pero esta caridad se expresa también en el sostenimiento de la estructura de la Curia romana, un inmenso «presupuesto misionero» que tiene gastos, pero no tantos ingresos, y que debe seguir pagando salarios. Y porque el IOR, desde hace tiempo, destina una contribución voluntaria de sus beneficios precisamente al Papa, y estos beneficios sirven para aligerar el presupuesto de la Santa Sede. 

Desde hace años el IOR no tiene los mismos beneficios que en el pasado, por lo que la parte asignada al Papa ha disminuido con los años. Igual situación tienen el Óbolo, cuya recaudación ha disminuido con los años, también ha tenido que hacer frente a esta disminución del apoyo del IOR. Tanto es así que en 2022 tuvo que duplicar sus ingresos con una desinversión general de bienes.

Por eso los dos presupuestos, publicados el mes pasado, están de alguna manera conectados. Al fin y al cabo, las finanzas vaticanas siempre han estado conectadas, y todo contribuye a ayudar a la misión del Papa. 

Pero veamos los dos presupuestos con más detalle.

El Óbolo de San Pedro

El pasado 29 de junio, el Óbolo de San Pedro presentó su balance anual. Los ingresos fueron de 52 millones, pero los gastos ascienden a 103,4 millones, de los cuales 90 millones son para la misión apostólica del Santo Padre. Incluidos en la misión están los gastos de la Curia, que ascienden a 370,4 millones. El Óbolo contribuye así en un 24% al presupuesto de la Curia. 

Sólo 13 millones se destinaron a obras de caridad, a los que, sin embargo, hay que añadir las donaciones del Papa Francisco a través de otros dicasterios de la Santa Sede por un total de 32 millones, 8 de los cuales fueron financiados directamente por el Óbolo.

En resumen, entre el Fondo Obolus y los fondos de los dicasterios financiados en parte por el Óbolo, la caridad del Papa financió 236 proyectos, por un total de 45 millones. Sin embargo, el balance merece algunas observaciones.

¿Es éste el verdadero uso del Óbolo de San Pedro, que a menudo se asocia a la caridad del Papa? Sí, porque la finalidad misma del Óbolo es apoyar la misión de la Iglesia, y se definió en términos modernos en 1870, después de que la Santa Sede perdiera los Estados Pontificios y no tuviera más ingresos para hacer funcionar la máquina.

Dicho esto, es interesante que el presupuesto del Óbolo pueda deducirse también del presupuesto de la Curia. De los 370,4 millones de fondos presupuestados, el 38,9% se destina a las Iglesias locales en dificultad y en contextos específicos de evangelización, lo que supone 144,2 millones.

Los fondos destinados al culto y a la evangelización ascienden a 48,4 millones, es decir, el 13,1%.

La difusión del mensaje, es decir, todo el sector de la comunicación del Vaticano, representa el 12,1% del presupuesto, con un total de 44,8 millones.

Al sostenimiento de las nunciaturas apostólicas se destinaron 37 millones (10,9% del presupuesto), mientras que 31,9 millones (8,6% del total) van al servicio de la caridad -precisamente el dinero donado por el Papa Francisco a través de los dicasterios-, 20,3 millones a la organización de la vida eclesial, 17,4 millones al patrimonio histórico, 10,2 millones a instituciones académicas, 6,8 millones al desarrollo humano, 4,2 millones a Educación, Ciencia y Cultura y 5,2 millones a Vida y Familia.

Los ingresos, como se ha dicho, ascienden a 52 millones de euros, 48,4 de los cuales son donaciones. El año pasado hubo menos donaciones (43,5 millones de euros), pero los ingresos, gracias a la venta de inmuebles, ascendieron a 107 millones de euros. Curiosamente, hay 3,6 millones de euros de ingresos por rendimientos financieros.

En cuanto a las donaciones, 31,2 millones proceden de la recaudación directa de las diócesis, 21 millones de donantes privados, 13,9 millones de fundaciones y 1,2 millones de órdenes religiosas.

Los países que más donan son Estados Unidos (13,6 millones), Italia (3,1 millones), Brasil (1,9 millones), Alemania y Corea del Sur (1,3 millones), Francia (1,6 millones), México e Irlanda (0,9 millones), República Checa y España (0,8 millones).

El balance del IOR

El IOR aportó un donativo a la Santa Sede de algo más de 13 millones de euros, frente a unos beneficios netos de 30,6 millones.

Los beneficios representan una mejora significativa respecto a los 29,6 millones de euros de 2022. Sin embargo, es necesario comparar las cifras: van desde los 86,6 millones de beneficio declarados en 2012 -que cuadruplicaron las ganancias del año anterior- a los 66,9 millones del informe de 2013, los 69,3 millones del informe de 2014, los 16,1 millones del informe de 2015, los 33 millones del informe de 2016 y los 31,9 millones del informe de 2017, hasta los 17,5 millones de 2018.

El informe de 2019, por su parte, cuantifica los beneficios en 38 millones, también atribuidos al mercado favorable.

En 2020, el año de la crisis del COVID, el beneficio fue ligeramente inferior, de 36,4 millones.

Pero en el primer año pospandémico, un 2021 aún no afectado por la guerra de Ucrania, se volvió a una tendencia negativa, con un beneficio de solo 18,1 millones de euros, y solo en 2022 se volvió a la barrera de los 30 millones.

El informe IOR 2023 habla de 107 empleados y 12.361 clientes, pero también de un aumento de los depósitos de clientes: +4% hasta 5.400 millones de euros. El número de clientes sigue bajando (eran 12.759 en 2022, incluso 14.519 en 2021), pero esta vez también disminuye el número de empleados: eran 117 en 2022, son 107 en 2023.

Así pues, continúa la tendencia negativa de los clientes, lo que debería hacernos reflexionar, teniendo en cuenta que el cribado de las cuentas consideradas no compatibles con la misión del IOR finalizó hace tiempo.

Ahora, el IOR también está llamado a participar en la reforma de las finanzas vaticanas deseada por el Papa Francisco. 

Jean-Baptiste de Franssu, presidente del Consejo de Superintendencia, destaca en su carta de gestión los numerosos elogios que ha recibido el IOR por su labor en favor de la transparencia durante la última década, y anuncia: «El Instituto, bajo la supervisión de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), está por tanto dispuesto a desempeñar su papel en el proceso de centralización de todos los bienes vaticanos, de acuerdo con las instrucciones del Santo Padre y teniendo en cuenta las últimas novedades normativas.

El equipo del IOR está deseoso de colaborar con todos los dicasterios vaticanos, con la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y de trabajar con el Comité de Inversiones para seguir desarrollando los principios éticos de la FCI (Faith Consistent Investment) de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia. Es crucial que el Vaticano sea visto como un punto de referencia».

El autorAndrea Gagliarducci

Vaticano

El féretro del Papa Francisco está ya en San Pedro para el saludo de los fieles 

Hoy a las 9 de la mañana ha tenido lugar el traslado desde la casa Santa Marta en una solemne y emotiva ceremonia

Maria Candela Temes·23 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Los elementos parecen haberse conjurado para que estos días el cielo de Roma brille en todo su esplendor. Al mediodía es de un azul radiante y en la tarde una luz de tonos dorados envuelve el aire. Cualquiera diría que la ciudad está de luto por su pontífice. La belleza eterna de la caput mundi es un desafío a la caducidad de la vida y un recordatorio de que la muerte no tiene la última palabra, según hemos celebrado en la reciente liturgia pascual. 

Sobre las ocho y media de la mañana de este miércoles 23 de abril, en San Pedro se presencia el mismo engranaje que, con perfección casi mecánica, se despliega en la basílica cada vez que se prepara una gran ceremonia litúrgica. El servicio de orden controla las entradas y las salidas, el coro ensaya, los periodistas trabajan en sus crónicas, pero esta vez la tónica es distinta. 

Hoy la iglesia permanece vacía, no hay fieles. Se espera en treinta minutos la llegada del Papa, pero en esta ocasión hará su última entrada siendo portado en un féretro. En unas horas el pasillo central y el crucero, delante del altar de la confesión, se llenará de personas que vendrán a dar su último saludo a Francisco, el Pontífice venido “del final del mundo”. 

En los rostros de los trabajadores del Vaticano, habitualmente animosos y dicharacheros, se percibe un gesto más serio. La orfandad es un manto sutil que se posa sobre el semblante de quienes cruzan estos días las puertas de un templo que se erige como el corazón de la cristiandad. 

La procesión de traslado 

A las 9 de la mañana empieza en la capilla de la Casa Santa Marta la ceremonia de traslado del féretro del Papa. Los cardenales ocupan la bancada. La guardia suiza custodia y arropa por última vez al Pontífice. Preside el cardenal camerlengo, Kevin Farrell. El coro canta varias antífonas, el celebrante dice una oración y se da inicio a la procesión, que saldrá de Santa Marta rumbo a la plaza de San Pedro y hará su ingreso en la basílica por la puerta central. 

El Papa pidió no ser velado sobre almohadones ni terciopelo, sino en un sencillo féretro de madera y zinc. A su flanco procesionan unos religiosos, miembros de la penitenciaría apostólica, portando cirios. Encabezan la marcha fúnebre los cardenales, seguidos de obispos y monseñores, sacerdotes y religiosos, y de fieles laicos, en una representación del pueblo de Dios. 

Entra la procesión con la cruz. La luz matinal se filtra por los ventanales y la puerta de ingreso. Al mezclarse con el incienso crea un ambiente único. El cortejo recorre el pasillo mientras se canta la letanía de los santos. Hombres y mujeres de Dios de todos los siglos, procedencias y carismas. Se invoca casi a la vez a Francisco y a Ignacio de Loyola, los dos gigantes que han guiado a Bergoglio a lo largo de su vida y ministerio, y que lo habrán recibido en su llegada a la gloria.  

Tras la letanía de los santos, Farrell inciensa el féretro del Papa, que ha sido colocado delante del altar de la confesión, y lo asperje con agua bendita. El cirio pascual está encendido, a un lado de la caja. Un cirio que representa a Cristo, el “lucero que no conoce ocaso”, como se canta en el pregón de la vigilia santa, un potente símbolo de la fe cristiana en la vida eterna. 

La ceremonia prosigue en la parte final con el rezo del responso y la lectura de un fragmento del Evangelio, en el capítulo 17 de san Juan, que recoge unas palabras de la oración sacerdotal de Jesús que hoy adquieren una consonancia especial: “Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado”. Tras unas oraciones de intercesión, se reza el Padrenuestro, una oración conclusiva y el canto del Salve Regina. 

La despedida de sor Geneviève 

Las primeras personas se acercan a despedirse de Francisco. Entre los cardenales y purpurados se adivina la figura de una mujer menuda. Es una religiosa ataviada con un sencillo velo azul y una falda gris bajo la rodilla. Sus cabellos son grises, pero se mueve con agilidad. Lleva a su espalda una mochila verde caza. Hacen ademán de invitarla a irse, pero alguien la reconoce y la lleva junto al féretro. 

Se trata de Geneviève Jeanningros, una monja argentina, hermanita de Jesús, que desde hace más de 50 años reside en una caravana en la comunidad de feriantes y artistas de circo del Luna Park de Ostia Lido, en la periferia de Roma. Su pastoral recoge el legado de Charles de Foucauld, de “ir donde la Iglesia lucha por ir”. Cada miércoles suor Geneviève acude a la audiencia general del Papa acompañada de artistas de circo y personas LGTB. Francisco la llama cariñosamente la “enfant terrible”. Ahora se conmueve como una niña mientras da el último adiós a su padre, compatriota y amigo. 

Vaticano

Saludando por última vez al Papa Francisco

Tras la muerte del Papa Francisco hay un sentimiento de orfandad y tristeza por un lado. Pero al mismo tiempo una gran esperanza y serenidad por saber que el Señor es quien gobierna la Iglesia y nos dará un pastor según su corazón.

Santiago Pérez de Camino·23 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La primera vez que pude saludar al Papa, en junio de 2013, a 3 meses de haber empezado a trabajar en el Vaticano, fue en Santa Marta después de haber participado en la Misa matutina, con el resto de mis compañeros del entonces Consejo Pontificio para los Laicos. Y ayer, pude, también en Santa Marta, saludarlo por última vez y rezar, junto a su cuerpo yacente, por el eterno descanso de su alma.

Muchos trabajadores de la Santa Sede y nuestros familiares pudimos acercarnos a la capilla de la residencia de Santa Marta para saludar por última vez a quien había guiado nuestro trabajo durante 12 años.

Fueron momentos emocionantes, porque uno sabe que está viviendo un momento histórico. Al entrar, reconocí a Massimiliano Strappetti, el enfermero del Papa con quien he jugado en muchas ocasiones en el equipo de fútbol del Vaticano. Massimiliano no se ha despegado de Francisco desde hace 4 años y ahora tampoco. Le estreché la mano y le di las gracias por todo lo que ha hecho por el Papa.

Arrodillado en uno de los bancos de la capilla, solo se oía el paso de la gente que, por el pasillo central de la capilla, se acercaba a rezar un momento ante sus restos mortales. Reconozco que era difícil rezar en esos momentos. Una multitud de pensamientos me venían a la cabeza, en particular cómo mi vida ha cambiado en estos últimos 12 años.

Recuerdos del Papa Francisco

Y muchos recuerdos. Muchos. Desde esa primera vez solo, a las múltiples ocasiones que pude saludarle con mi mujer y mis hijos, que el Papa ha visto literalmente crecer. Recuerdo con cariño todas las veces que nos agradeció el trabajo que hacíamos y también esa mirada cariñosa con los niños… siempre tenía un comentario perspicaz, a veces irónico, pero siempre con el objetivo de arrancarte una sonrisa. Era en esos momentos donde se veía claramente su sentido de padre, de pastor.

Intenté quedarme con muchas imágenes mentales de este momento para luego poder contárselo a mi familia y amigos. Francisco, vestido con la casulla roja, tenía puestos sus típicos zapatos negros gastados, que han recorrido el mundo entero y entre sus manos el rosario que utilizaba a diario para dirigirse a la Virgen. Muchas personas traían flores y emocionados le mandaban un beso. A los lados, la guardia suiza en traje de gala, rendía honores. Y otros guardias y oficiales de la Gendarmería Vaticana dirigían el flujo de personas dentro y fuera de la capilla para poder vivir este momento con la solemnidad y al mismo tiempo la sencillez que el Papa deseaba.

Al salir, a eso de las 22 horas, una fila serpenteante de personas, en la plaza de Santa Marta, continuaba esperando en silencio la posibilidad de saludar por última vez al Papa Francisco. Una multitud de personas que lo hemos conocido más allá de lo que cuentan los medios de comunicación y las redes sociales. Hay un sentimiento de orfandad y tristeza por un lado. Pero al mismo tiempo una gran esperanza y serenidad por saber que el Señor es quien gobierna la Iglesia y nos dará un pastor según su corazón.

El autorSantiago Pérez de Camino

Oficial del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida (2013-2025)

Evangelización

San Jorge, mártir, santo del Papa Francisco

La Iglesia celebra el 23 de abril a san Jorge, santo del Papa Francisco, bautizado Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, en 1936, y fallecido este lunes 21 de abril de 2025 en el Vaticano. El Pontífice argentino se refirió a su santo y a la lucha contra al maligno en numerosas ocasiones.  

Francisco Otamendi·23 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El último artículo de felicitación por el santo del Papa Francisco, san Jorge, mártir, que la liturgia celebra el 23 de abril, ofrece excelente información. Fue publicado este mismo día de 2024, hace un año, en Vatican News. Su autor asegura que la devoción a san Jorge es muy popular en toda Palestina e Israel.

El nombre ‘Jorge’ es el más común entre los cristianos de Tierra Santa. Existe una iglesia ortodoxa griega construida sobre las ruinas de su casa y su tumba (de san Jorge) en lo que antes se conocía como Lidda, entre Jerusalén y Tel Aviv. Una visita a Lod es una oportunidad para rezar por el Papa Francisco el día de su santo.

Felicitaciones de los ortodoxos, la Custodia, el Patriarcado

Según la tradición, san Jorge nació en Capadocia (Anatolia central, hoy Turquía), tierra natal de su padre, en torno al 280. Su madre, Polikronia, era de Lidda, y aquí vivió la familia, de tradición cristiana. Las noticias sobre la vida de san Jorge, que vivió unas décadas antes de Constantino, son bastante inciertas. Pero en la cripta de la iglesia se encuentra el sarcófago que contiene su cuerpo, abierto por última vez hace dos siglos. 

El hospitalario archimandrita Markellos, de origen griego y antes monje en Estados Unidos, es el párroco de la pequeña comunidad ortodoxa compuesta principalmente por inmigrantes. Decía estar “muy contento, junto a mis hermanos latinos de la Custodia, del Patriarcado y de la Nunciatura, que han venido hoy desde Jerusalén, de poder decir desde la casa de san Jorge: ¡Felicidades Papa Francisco!”.

San Jorge, mártir por su fe en Cristo

Sobre la figura de san Jorge hay narraciones fantasiosas, según reconocen los especialistas. Lo cierto es que entró a formar parte en Palestina del ejército de Diocleciano. En el 303, cuando el emperador emana el edicto de persecución contra los cristianos, Jorge dona todos sus bienes a los pobres y, ante el mismo Diocleciano, rompe el documento y profesa su fe en Cristo. Por esta acción sufrió terribles torturas y fue decapitado.

Con los años, parece que la figura de san Jorge mártir se transformó en un caballero que hace frente al dragón, símbolo de la fe que triunfa sobre el maligno. Ricardo Corazón de León lo invocó como protector de todos los combatientes. Con los normandos su culto se radicó con fuerza en Inglaterra donde en 1348, el rey Eduardo III instituyó la Orden de los Caballeros de San Jorge. También es patrono de otros países, eslavos y latinoamericanos, por ejemplo. En España le tienen devoción sobre todo en Aragón, Cataluña (sant Jordi), y Cáceres, en especial.

Lucha contra el mal, el diablo

El 11 de abril de 2014, el Santo Padre Francisco explicó que así como el diablo “tentó a Jesús tantas veces, y Jesús sintió en su vida las tentaciones”, así también los hombres son tentados.

“También nosotros somos objeto del ataque del demonio”, señaló el Papa, “porque el espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano, no quiere que seamos discípulos de Jesús (Homilía, Santa Misa, Casa Santa Marta)”. El Papa habló del demonio en numerosas ocasiones, por ejemplo en el Ángelus del 28 de enero de 2024: “¡Con el diablo no se dialoga!”, recordó.

El autorFrancisco Otamendi

Leer más

Francisco, maestro de amistad

En estos momentos de dolor, pongo por escrito mi testimonio, confiando en que podemos aprender, a través de estas anécdotas, la catequesis de Francisco sobre la amistad.

23 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Una de las gracias que más valoro en mi vida son los gestos de amistad que me ha regalado el Papa Francisco, en una mezcla inusual de cercanía paternal y buen humor porteño.

Lo conocí en el lejano año 2000, en la curia de la Arquidiócesis de Buenos Aires, pero realmente la amistad comenzó en la asamblea de Aparecida en 2007.

Los recuerdos se amontonan en mi memoria. En estos momentos de dolor, pongo por escrito mi testimonio por pedido de Omnes, confiando en que podemos aprender, a través de estas anécdotas, la catequesis de Francisco sobre la amistad. 

Comenzaré hilvanando mis recuerdos a través de sus cartas escritas de puño y letra. Para evitar indiscreciones, citaré las más significativas. En ellas se manifiestan algunas características de su personalidad: agradecimiento, buen humor –con el deje irónico propio de su ciudad natal-, cercanía y confianza en la oración.

Siendo todavía cardenal de Buenos Aires, me escribió algunas cartas –siempre acompañadas, dentro del sobre, con unas estampas de la Virgen Desatanudos, de san José y de santa Teresita de Lisieux– para agradecer el envío de un libro o alguna información sobre las actividades apostólicas del Opus Dei en la capital argentina.

En una oportunidad, le envié un libro que incluía unas palabras suyas. En carta del 22 de octubre de 2010, además de agradecerme el libro, su reacción al hecho de verse citado fue la siguiente: “En cuanto a las citas en las conclusiones son un paso más hasta que te «citen» en los Avisos fúnebres de La Nación” (el periódico característico para esta amable costumbre).

Después de su elección como Romano Pontífice, mi sorpresa fue mayúscula cuando, en cuatro oportunidades en un año, me llegó un sobre de la nunciatura que contenía, a su vez, otro sobre más pequeño escrito por Francisco respondiendo a mis cartas, en el que había puesto, incluso, el código postal de mi casa. En la misiva fechada el 6 de junio de 2013, me animaba a evangelizar “en estos momentos en que se mueven las aguas. Bendito sea Dios”. Como le trataba de tú en Buenos Aires, y le decía que ahora le trataría de Usted, pues había pasado a ser el vicario de Cristo, Francisco añadía: “Me causó gracia eso de que dejaste de ser confianzudo… ya te acostumbrarás (después de todo he bajado de categoría: antes era Cardenal, ahora un simple obispo)”. Como en la carta, le hacía referencia al aniversario de mi ordenación sacerdotal, el papa señalaba: “Ya llevás 22 años de sacerdote. Es impresionante como pasa el tiempo. Yo llevo el doble y me parece que fue ayer”. Nunca faltaba la petición de oraciones: “Te pido, por favor, que sigas rezando y haciendo rezar por mí”.

La siguiente carta que recibí tenía como objeto agradecerme un libro que había escrito sobre él y que un amigo le había hecho llegar. El 4 de julio, el Papa comentaba que ese amigo le había llevado “el libro que te atreviste a escribir sobre mi persona. ¡Hay que ser caradura! Te prometo leerlo y desde ya estoy convencido de que encontrarás en mis escritos categorías metafísicas y ontológicas que seguramente nunca se me han ocurrido. Seguro que me voy a divertir. También estoy seguro de que tu pluma hará bien a la gente. Muchas gracias”. Y, otra vez, la petición de oraciones: “Por favor, no te olvides de rezar y hacer rezar por mí. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide”.

A fines de 2014 me mudé de Argentina nuevamente a Roma. Al año siguiente, le envié un libro sobre los grandes escritores rusos. Es conocida la admiración del Papa a esos clásicos, y en particular a Dostoievsky. Comentando el libro y la riqueza de la literatura rusa, escribía un 3 de diciembre de 2016: “En la base está aquella frase programática (no recuerdo de quién), «nihil humanum a me alienum puto» (nada de lo humano me es ajeno), o la experiencia del pagano más cristiano, Virgilio, «sunt lacrimae rerum et mentem mortalia tangunt» (hay lágrimas en las cosas y tocan a lo humano del alma)”. Al mismo tiempo, me animaba a seguir escribiendo sobre los clásicos de la literatura como medio de evangelización.

Con ocasión de un mensaje en el que le contaba que iría a Ecuador, me contestó a vuelta de correo, un 3 de febrero del 2022: “Buen viaje a Ecuador. Dale un saludo a la Dolorosa del Colegio San Gabriel de Quito. Todos los días le rezo la oración”. El Papa se refería a una imagen milagrosa que se encuentra en un colegio llevado por los jesuitas en la capital ecuatoriana. Cumplí su deseo, rezando unos minutos por sus intenciones delante de la imagen, junto con la comunidad religiosa del colegio.

La última carta que conservo es del 4 de agosto del 2024. El Papa había publicado un documento sobre la importancia de la literatura en la formación de los agentes de pastoral. Me encontraba en Camerún, y al leer ese documento me entusiasmé, y le envié un mensaje a través de su secretario. La respuesta fue inmediata: “Gracias por tu correo. Gracias por tu aliento. Algunos obispos italianos me pidieron que hiciera algo en relación a la formación humanística de los futuros sacerdotes… y desenterré estos apuntes que había escrito hace mucho tiempo. En esto no sos mi «maestro» con tus libros. Camerún tiene un buen equipo de fútbol. Rezo por vos. Por favor, hacelo por mí. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Fraternalmente. Francisco”.

Las llamadas al móvil también han dejado un recuerdo imborrable de su amistad. A partir de un encuentro personal en 2016, que coincidió con el día de mi cumpleaños, comenzó a llamarme cada año para darme sus felicitaciones. Precisamente en 2017 llamó cuando yo estaba celebrando la Santa Misa. Me encontré un mensaje de audio, en el que me saludaba por el cumpleaños, me aseguraba su oración, me pedía que rezara por él y agregaba que, si podía, me llamaría esa tarde. A eso de las 15:00 estaba recibiendo a una persona cuando sonó el móvil. Al sacarlo del bolsillo se cortó la comunicación, pero alcancé a ver que era él. Entonces me comuniqué con su secretario, para decirle que estaba conmovido de que el Papa intentara conectar conmigo por segunda vez. Que le transmitiera mi agradecimiento y mi oración por él. A los cinco minutos, ¡el Papa me llamaba por tercera vez! Apenas atendí el teléfono, exclamó: “¡Qué difícil es hablar con vos!”

Un año más tarde, reconozco que ya albergaba expectativas de felicitación papal. No me llamó, sino hasta el día siguiente. Increíblemente, me explicó como si tuviera que dar explicaciones que me había tenido muy presente durante todo el día, pero que no había tenido tiempo físico para saludarme.

A finales de 2019 y en los primeros meses de 2020 tuve contactos frecuentes con el Papa, manifestando su cercanía. En noviembre le conté, a través de su secretario, que mi madre se había roto la cadera. Pedía su oración y la bendición para mi madre. Grande fue mi sorpresa al ver que el móvil sonaba diez minutos después de haber enviado el e-mail. Era el Papa. Me preguntó por la edad de mamá, cómo se llamaba, y añadió que le enviaba su bendición y que estaría pendiente. Gracias a Dios, la operación a la que fue sometida mi madre salió bien, y así lo compartí con Francisco a través de una carta que, una vez más, obtuvo inmediata respuesta por escrito.

Un poco más adelante tuve una dermatitis complicada. Me desahogué en una carta, diciéndole que ofrecía mis molestias por él y por la Iglesia. Me llamó al día siguiente. Con una ironía porteña única, me preguntó cómo llamaba yo a la enfermedad. Le respondí: “Dermatitis”. “No –me replicó–, es sarna”, buscando darle un toque de humor a la penosa situación. Inmediatamente, se interesó por mi estado de salud y me agradeció de veras que ofreciera la enfermedad por él.

Pasaron pocas semanas, y recibí una noticia dolorosa: uno de mis mejores amigos desde los años de la escuela primaria, sacerdote del Opus Dei, había fallecido víctima del COVID. Nuevamente compartí mi sufrimiento con el papa, pues Francisco conocía muy bien a ese sacerdote, perteneciente a una familia amiga suya. Al poco tiempo, me llamó para consolarme: “No te preocupes, Pedro era un santito, y ya estará en el Cielo”. Le comenté que, al conocer la noticia, había llorado como un niño. Con mucho cariño, me confió que esas lágrimas eran muy saludables, y que de los niños era el Reino de los Cielos. También preguntó sobre cómo iba la “sarna”.

La seguidilla de contactos continuó: cumpleaños, agradecimiento por el envío de algún libro. Incluso, una vez quería saber si tenía el número de teléfono de un amigo común. Cosas típicas de la amistad. Pensando en esas llamadas, llegué a la conclusión de que, además del prelado y de mis hermanos en el Opus Dei que viven en mi casa, y mi familia en Argentina, sólo Francisco compartió mi preocupación por mi madre, la dermatitis, el dolor por la muerte de un amigo, y la alegría del cumpleaños. Muchos estuvieron presentes en una u otra de esas circunstancias, pero sólo él estuvo en todas. Y, como es obvio, no era precisamente la persona menos ocupada entre mis amistades. 

Si me animo a contar estas cosas es por la conciencia de que mi caso no es de ninguna manera singular. Horas y horas de su pontificado –de su vida– se han volcado en este tipo de gestos y conversaciones, de cercanía y amistad. En ocasiones difíciles y en oportunidades alegres, siempre con buen humor y confianza en la oración. En este momento de dolor, el recuerdo del Papa es el de un amigo que estuvo en todas, que vivió conmigo lo que predicó por el mundo entero.

Vaticano

Valentina Alazraki: «He podido seguir no sólo a un Papa, sino a un gran ser humano»

La decana de los profesionales de la comunicación vaticana comparte con Omnes sus recuerdos personales y profesionales con el Papa Francisco. 

Maria José Atienza·23 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 12 minutos

Con más de 50 años cubriendo la información desde el epicentro de la cristiandad, la mexicana Valentina Alazraki es uno de esos nombres unidos indefectiblemente al oficio de vaticanista. Ha trabajado para Televisa, la principal cadena de televisión mexicana, desde 1974 y ha vivido – y contado- cuatro cónclaves y más de 160 viajes papales. 

Su cercanía y amistad con san Juan Pablo II dieron como fruto algunos de los títulos más personales sobre el Papa polaco como “La luz eterna de Juan Pablo II”. 

Cuando Francisco fue elegido para la cátedra de Pedro, Alazraki era ya la decana de los informadores que cubren el Vaticano. Una posición y un bagaje que le hicieron ser una de las comunicadoras más cercanas al Papa. 

Su relación con el Papa Francisco fue más allá de un conocimiento profesional, como ella cuenta en esta entrevista para Omnes, mantuvo con el pontífice una correspondencia especialmente significativa y atesora esas cartas como una muestra de la calidad humana y la cercanía del Papa argentino. 

Usted es una de las profesionales de la comunicación que más ha conocido y tratado al Papa Francisco,¿cuál fue el primer contacto cercano que tuvo con el Papa?

–Cuando eligieron al Papa Francisco yo tenía el enorme privilegio de ser la decana de los informadores. Por esta razón, el entonces portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, me pidió que le diera la bienvenida al Papa Francisco con ocasión de su primer viaje internacional a Brasil. Lo hice en el viaje de ida.

Con un tono absolutamente poco protocolario -que es digamos, es mi forma de ser-, le dije al Papa Francisco que nosotros éramos sus compañeros de viaje, que nos gustaría que nos viera así, que sabíamos muy bien que los periodistas no eran “santos de su devoción”: cuando era arzobispo en Argentina no daba entrevistas, etcétera. Pero le dije también “Probablemente usted cree que ha venido aquí a nuestra cabina, que es una especie de jaula de leones. Pero la verdad no es esta. Nosotros no mordemos, no somos malos. Queremos que nos vea como compañeros de viaje y, obviamente, somos periodistas, por lo tanto, nos gustaría que en algún momento usted respondiera nuestras preguntas”. 

El Papa Francisco contestó con el mismo tono, muy tranquilo, muy suelto, muy espontáneo, diciendo que, efectivamente él no se encontraba a gusto con la prensa, que sentía que no sabía dar entrevistas, pero que iba a hacer un esfuerzo y que, al regreso del viaje de Brasil a Roma iba a responder algunas preguntas. Cuál fue la sorpresa cuando, efectivamente, al volver, el Papa dio su primera rueda de prensa y resultó ser un extraordinario comunicador. Como si hubiese estado en medio de periodistas toda su vida. Ese fue el primer contacto con el Papa Francisco.

Obviamente, el hecho de que yo fuera la que le diera la bienvenida, “me ubicó”, digamos, para el Papa Francisco. A partir de ese momento, yo fui “la decana”, teniendo en cuenta, además que soy mexicana, que hablamos el mismo idioma, eso hizo más fácil, este inicio de relación. 

Lo que me llamó muchísimo la atención, en ese viaje de ida, fue el hecho de que el Papa Francisco -si bien no contestó a nuestras preguntas, porque decidió hacerlo a la vuelta, y esa era una novedad con respecto, tanto al Papa Juan Pablo II como al Papa Benedicto XVI-, quiso saludarnos uno a uno. Él se quedó en la entrada de la cabina y fuimos pasando, uno tras otro, para saludarle. Y recuerdo que, en esa ocasión, el padre Lombardi le dijo al Papa Francisco que yo llevaba muchísimos años en el Vaticano (40 años en ese momento). Y entonces el Papa Francisco hizo una broma diciendo que si después de 40 años en el Vaticano yo todavía no había perdido la fe, él se encargaría de abrir mi causa de beatificación. 

Lo que recuerdo sobre todo de ese primer viaje es la cercanía, la sencillez, la humanidad del Papa Francisco que quiso, efectivamente, vernos como compañeros de viaje y quiso dedicarnos un momento a cada uno de nosotros para que tuviéramos la posibilidad de presentarnos, de decir de dónde éramos, de qué medio éramos. Fue su primer contacto con nosotros. 

El Papa pasó de ser un arzobispo que no daba entrevistas a ser uno de los hombres codiciados por la prensa, ¿cómo siguió esa relación del Papa con los comunicadores?

–Creo que ese primer encuentro abrió un camino muy bonito de acercamiento entre el Papa y la prensa porque, a partir de ese día, en todos sus viajes, a la ida, el Papa quiso saludarnos. 

En muchas ocasiones, él pasaba por toda la cabina dando la vuelta y permitiendo que cada uno le hablara un poco. Todo era muy rápido, pero, obviamente, cada uno de nosotros podía contarle algo, entregarle un regalo, hasta pedirle un selfie, pedir la bendición para una persona enferma con una fotografía, incluso una pequeña grabación.

La idea era que este contacto con el Papa Francisco no fuera de tipo periodístico, es decir, no teníamos que hacer preguntas, porque las preguntas se hacían para el regreso. Obviamente siempre hay alguien que “medio hace” una pregunta, en teoría no abiertamente periodística, pero cuyas respuestas se pueden volver una noticia. Cuando el Papa salía de nuestra cabina, la costumbre era intercambiar las informaciones: qué te ha dicho a ti, qué le has regalado…, en fin, detalles que también daban un poco de color en el primer día de viaje. 

… son muchos los recuerdo, ¿no?

–Hay muchos momentos que recuerdo con un enorme cariño. Por ejemplo, en 2015, cumplí 60 años y estábamos volviendo de un viaje, de Filipinas, creo recordar. El Papa Francisco me sorprendió con un pastel, incluso con una velita, le puso solo un cero, para no poner que cumplía 60. Vino personalmente a entregarme ese pastel y, con mucho sentido del humor, no señaló la edad, pero dijo que yo había llegado al Vaticano de muy niña, de bambina. Fue un momento muy bonito, porque sabemos que el Papa Francisco no canta, pero entonó también el “Feliz cumpleaños”. Fue algo que no había sucedido nunca en un avión papal y la verdad, para mí fue un gesto increíble porque, además del pastel me regaló un nacimiento muy bonito en cerámica blanca, estilizado, moderno, que guardo conmigo y pongo, obviamente, cada Navidad. Lo atesoro, porque vino de las manos del Papa.

Valentina Alazraki sopla las velas en el vuelo de vuelta de Filipinas

En otras circunstancias también celebró mis 150 viajes papales y, recientemente, mis 160 viajes papales al volver del viaje largo a Asia.

Siempre ha tenido gestos muy cariñosos, muy lindos, que para mí, obviamente, representan un tesoro inmenso. Ha habido circunstancias en las que, por alguna razón, no he hecho un viaje y el Papa Francisco y al iniciar ese viaje, decía: “Sentimos mucho la ausencia de nuestra decana”. Siempre palabras de cariño, gestos queriendo demostrarme ese cariño.

Creo que, hablando de una relación entre un Papa y una periodista, es algo muy bonito y muy valioso. Obviamente, el Papa ha tenido gestos así con otros compañeros y otras compañeras, pero, en mi caso, al haber sido la decana, quizás ha ido un poquito más lejos, como, por ejemplo, el entregarme también la condecoración de la Orden Piana, que es la más alta condecoración que un Papa le otorga a un laico, y creo que nunca se le habían dado a una mujer. Yo viví esa condecoración como un reconocimiento del Papa Francisco a todos los periodistas que día tras día cubrimos la fuente vaticana y que, evidentemente, no es un trabajo sencillo, porque conlleva muchísimos aspectos y pide conocimiento, preparación, prudencia, respeto y ética.

Ha hablado de los detalles del Papa Francisco con usted. ¿Cuáles son los momentos con el Papa que más le han marcado, personal y profesionalmente? 

–El recuerdo más entrañable que tengo del Papa Francisco es la correspondencia que hemos intercambiado y de la que nunca he hablado durante su pontificado. Muy al principio de su pontificado yo le empecé a escribir cartas de una forma muy personal, con un contenido muy personal, en las que también, poco a poco, empecé a solicitarle una entrevista, alguna respuesta… Recuerdo, por ejemplo,alguna sobre la posibilidad de que el Papa Francisco viajara a México, mi país.

Pero lo más extraordinario de todo esto es que el Papa Francisco siempre contestó mis cartas de su puño y letra; con una caligrafía muy pequeña, -confieso que a veces necesitaba casi una lupa para poder identificar bien la letra del Papa-.

En algunas ocasiones hubo también llamadas telefónicas que me causaron una sorpresa enorme porque aparecía un número oculto, que yo no podía identificar, por lo tanto, nunca me habría podido imaginar que venían del Papa.

Recuerdo también una cosa muy bonita: En una ocasión no fui a un viaje, al Líbano y, al volver, el Papa Francisco me envió una preciosa caja de dátiles, porque yo no había estado en ese viaje.

Para mí estas cartas de las que nunca he hablado (ni contaré su contenido) y estas llamadas telefónicas me hablan de un Papa con un valor humano muy fuerte, de su cercanía, de una sencillez que nunca te imaginarías como es un Papa llamando por teléfono.

También me impresionaba los momentos en los que pactábamos una entrevista. Fui la persona a la que dio la primera entrevista por televisión y tuvimos cuatro en todo el pontificado. La verdad es un enorme privilegio, porque no hay ningún otro medio que haya tenido tantas entrevistas con el Papa Francisco. Las pactábamos prácticamente por teléfono. Yo casi “veía”, me imaginaba al Papa del otro lado del teléfono, con su agenda, con su lápiz o pluma en la mano… Él me preguntaba “¿cuándo quiere venir?” Y yo, en mi cabeza decía, “¿cómo es posible que el Papa te pregunte cuándo quieres venir? Es decir, es él quien tiene que dar la cita”. Y yo siempre le respondía: “Papa Francisco, cuando usted diga, cuando usted pueda, cuando usted quiera”…, y ya él me daba la fecha, la hora. Yo me lo imaginaba apuntando en su agenda personalmente el día y la hora. 

Creo que esos detalles son algo que no se había visto nunca y hablan claro de esta personalidad extraordinariamente humana, cercana, sencilla. Un Papa que, en este sentido, se manejaba un poco solo. Sus secretarios obviamente le ayudaban en mil cosas, pero ha habido cosas que él ha querido manejar solo, digamos así. Me lo explicó un día: para él era como gozar de libertad, por eso vivía en Santa Marta. En una entrevista me dijo que no había ido al Palacio Apostólico por “razones psiquiátricas”, porque decía que no quería estar solo, como en un embudo, quería estar en medio de la gente. Tener esta libertad de escribir, de contestar cartas, de llamar por teléfono a las personas, era como “callejonear en Argentina”. En Buenos Aires él caminaba mucho, se desplazaba por la ciudad en metro, en autobuses, caminaba…. Esta libertad suya de tener una agenda personal, -que era la que manejaba sobre todo en las tardes en Santa Marta-, a él le daba como la idea de la libertad. No podía salir de ahí, pero este manejo suyo de una agenda personal, creo que para él le daba oxígeno.

Las personas que tuvimos la oportunidad de intercambiar cartas o llamadas telefónicas, guardamos esto como un tesoro enorme. Porque el Papa, en esas cartas escribía con un cariño extraordinario, con una sensibilidad, siempre pendiente de lo que uno le pudiera decir, si había una situación compleja a nivel familiar o de salud o de trabajo… El Papa contestaba a tono, es decir, sobre esos temas y ofreciendo siempre su ayuda y sus oraciones.. Para mí, es una herencia extraordinaria.

¿Tiene alguna anécdota especialmente significativa que le guste recordar con el Papa?

–Así como el Papa Francisco me celebró mi cumpleaños en el avión con un pastel, yo también le celebré uno suyo con un pastel, con una forma de sombrero de charro. Obviamente era como un “buen deseo” para que el Papa Francisco visitara México, mi país. Se lo llevé al principio de una audiencia general en la Plaza de San Pedro.  

De los últimos momentos, por ejemplo, cuando volvíamos del último viaje que hicimos con el Papa Francisco a Córcega, su cumpleaños iba a ser al día siguiente y le regalé una tarta, que una pastelera realizó muy bonita, con una libreta y una pluma con el nombre de la Asociación de los Periodistas Acreditados en el Vaticano, de la que yo actualmente soy presidenta. Y al Papa le cayó en gracia. 

Al igual que al Papa Juan Pablo II y al Papa Benedicto XVI, me tocó regalarle un sombrero de charro al Papa Francisco. Siempre lo hice en ocasión de los viajes de los pontífices a México. Afortunadamente los tres visitaron mi país, -Juan Pablo II en cinco ocasiones – y no podía faltar tampoco un sombrero de charro que le regalé al Papa en el avión cuando íbamos hacia México.

¿Cómo se ha percibido al Papa en un contexto comunicativo polarizado?

–A nivel profesional, cubrir informativamente al Papa Francisco ha sido una experiencia extraordinaria, pero compleja. Por una razón: debido a esta forma tan cercana, tan directa, tan espontánea que tiene de hablar el Papa Francisco, puede representar un problema para comunicadores poco preparados o a los que les falte sentido de responsabilidad o ética. 

Me explico: al hablar de una forma tan coloquial y en coincidencia con el auge de las redes sociales -que es la época que le ha tocado al Papa Francisco- yo he lamentado a veces que haya frases del Papa, muy espontáneas, que luego entran en las redes y se hacen virales, sin ninguna contextualización. 

Considero que ser un vaticanista hoy, como es mi caso, es mucho más complejo y complicado de lo que era serlo hace 40 o 50 años. Porque hace 40 o 50 años había mucho tiempo para comprobar la información, corroborar todas las fuentes y constatar que una noticia realmente fuera real. Ahora, al ser todo tan inmediato se viraliza todo en un segundo, en una jungla de las redes sociales y se corre el peligro de meter en las redes frases u opiniones del Papa Francisco que no corresponden a la verdad, en el sentido de que no corresponden a lo que él dijo o quiso decir, porque falta el contexto. Creo que eso es muy grave porque puede crear mucha confusión. 

Yo he tratado de poner lo que el Papa Francisco ha dicho, -cuando lo decía de una forma demasiado coloquial-, siempre enmarcada en el contexto para que realmente se entendiera: por qué el Papa lo dijo, cómo lo dijo y por qué utilizó determinadas expresiones que, a veces, forman parte de un dialecto porteño, con palabras muy típicas suyas, de cómo hablaba en Argentina. 

Creo que, desde este punto de vista, se necesita muchísima ética y muchísimo sentido de responsabilidad. En un mundo tan polarizado, creo que el Papa Francisco también ha sido objeto y víctima de esta polarización. 

El Papa Francisco tenía unas prioridades que muchas veces no coincidían con las de los grandes grupos de poder -que son los que además manejan muchos medios-. Por ende, se llega a una confrontación, a veces agresiva, por parte de algunos medios, acerca de algunas posturas del Papa, que pueden ser tanto inherentes al aspecto social como todo el tema de la migración, por ejemplo, de la elección por los más desfavorecidos, la cercanía con las personas más necesitadas, o ciertas aperturas del Papa que van en un camino de una gran tolerancia, de una gran misericordia, pero que son vistas también por algunos grupos casi como una traición a la doctrina. 

Creo que han sido años, a nivel profesional, complejos en este sentido. En una de las entrevistas le pregunté al Papa Francisco si él se daba cuenta del riesgo que corría al hablar de una forma tan espontánea. El Papa me dijo que sí, que era consciente de ese riesgo, pero que él creía que era lo que le gustaba a la gente, que él fuera tan espontáneo, tan directo, tan cercano, con este lenguaje tan claro, que todo el mundo podía entender y que prefería correr el riesgo de ser quizás a veces mal interpretado o mal entendido. 

Esto fue una parte del trabajo. La otra fue realmente extraordinaria, porque estuvimos siguiendo, no solo a un Papa, sino a un gran ser humano. Hay imágenes que son inolvidables, como, por ejemplo, el primer viaje del Papa a Lampedusa, cuando estaba frente al mar Mediterráneo, que para él se volvió un cementerio, arrojando aquella corona de flores pensando en todos los migrantes que mueren; o cuando lo vimos, totalmente solo, bajo la lluvia, en la plaza de San Pedro durante la pandemia, pidiendo que se acabara esa catástrofe para el mundo. Fue extraordinario ver la forma en la que el Papa se supo acercar a tantas personas. Esas imágenes del Papa Francisco con enfermos, con migrantes, en campos de refugiados, en las cárceles, son realmente imborrables.

Frame del documental «Francesco» de Evgeny Afineevsky en el que aparece entrevistado por Valentona Alazraki. (CNS screenshot/Noticieros Televisa via YouTube)

Ahora abrimos una nueva etapa. Usted que lleva varios pontificados en el epicentro de la información. ¿Cómo se viven momentos tan intensos como un cónclave, un sínodo? 

–Vivir un cónclave es una experiencia profesional realmente impresionante. Mi primer cónclave fue después de la muerte del Papa Pablo VI. Yo estaba empezando en esta carrera, era muy joven, y recuerdo la emoción que significaba estar en la Plaza de San Pedro, esperando la famosa fumata. En el caso de Juan Pablo I, recuerdo que estaba en la plaza con mi camarógrafo, un hombre con muchísima experiencia, que había hecho guerras, muchas coberturas. Por la tarde, empezó a salir una fumata gris y él me dijo “yo me voy porque la fumata es gris, nos vemos mañana”; y como él, muchísimos equipos se fueron. Yo no tenía ninguna experiencia, tenía 23 años y era absolutamente novata pero, al ver la fumata gris pensé que gris no era ni blanca, ni negra. Cuál fue mi sorpresa cuando de repente, con las posiciones de los comentaristas vaticanos medio vacías en la plaza, se definió la fumata blanca y, efectivamente, luego se anunció la elección del Papa Juan Pablo I. ¡Me encontré, en la plaza, sin camarógrafo! Encontré a un camarógrafo italiano que conocía y le pedí el enorme favor de que me grabara en el momento en el que el Papa iba a salir al balcón por primera vez. Tengo este recuerdo muy firme y muy fuerte, porque fue una gran lección de que, como periodista, nunca hay que irse del lugar de los hechos. 

El siguiente fue para la elección de Juan Pablo II y luego, después de la muerte de Juan Pablo II, la elección del Papa Benedicto XVI. Todos han sido momentos de una intensidad impresionante. 

Quizás a nivel profesional, el momento más fuerte es cuando tienes que dar el anuncio del fallecimiento de un Papa. En el caso de Juan Pablo II, vivimos días, semanas, con la angustia de “perder” esa noticia, porque el Papa estaba muy enfermo: no sabíamos en qué momento su fallecimiento se iba a producir. A nivel informativo, ese es un momento muy fuerte, pero, obviamente, el cónclave es otra historia, porque estás a la espera de conocer el nombre del nuevo Papa. Y siempre hay una gran emoción cuando aparecen en el balcón y empiezan a decir el nombre del futuro Papa, porque cada uno intenta entender si conoce o no al cardenal que ha sido elegido como el nuevo pontífice. Son momentos realmente de una enorme intensidad.

Mundo

Instituciones de la Iglesia valoran el “testimonio de caridad, misericordia y fe” del Papa Francisco

Diversas congregaciones religiosas, así como movimientos y asociaciones de fieles y prelaturas han mostrado su pena por el fallecimiento del Papa destacando el testimonio que deja a los fieles.

Redacción Omnes·22 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Las diferentes instituciones de la Iglesia han mostrado su pesar por el fallecimiento del Papa Francisco haciendo, unánimemente, una llamada a la oración y al agradecimiento a Dios por el ejemplo del Papa argentino.

Testimonio y agradecimiento

“Nuestro dolor va acompañado por una conmovida gratitud por el testimonio de fe incansable que el Papa Francisco ha mostrado al mundo hasta el último día”, así se despide Davide Prosperi, Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, del Papa Francisco que ha querido recordar también, la “gran estima y atención por nuestro movimiento” mostrado por el Papa y su disposición a continuar por el “camino que nos ha indicado, para que el movimiento sea siempre fiel al don del Espíritu para servir a la gloria de Cristo”. 

El prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz también ha querido destacar el ejemplo del pontífice fallecido que “nos ha impulsado a acoger y experimentar la misericordia de Dios, que no se cansa de perdonarnos; y, por otro lado, ser misericordiosos con los demás, como él ha hecho incansablemente con tantos gestos de ternura que son parte central de su magisterio testimonial”.

También en el camino Neocatecumenal han recordado su “testimonio de donación total para testimoniar el amor de Dios por cada criatura” y han destacado su agradecimiento al Señor, “por habernos dado un pastor lleno de celo, que ha llevado el Evangelio hasta los ámbitos más lejanos de la Iglesia, dándose para manifestar a todos la cercanía y el amor de Dios, especialmente a los más pobres y abandonados en el cuerpo y en el espíritu”. 

Este mismo agradecimiento es el que ha querido destacar Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares que destaca cómo «junto con toda la Iglesia, lo entregamos a Dios, llenos de gratitud por el extraordinario ejemplo y el don de amor que ha representado para cada persona y para todos los pueblos».

Karram, de origen palestino católico ha querido subrayar además «el amor y la atención personal que el Papa me brindó, especialmente ante los sufrimientos de mi pueblo en Tierra Santa,así como mi profunda gratitud por haberme invitado a participar en el Sínodo sobre la Sinodalidad, donde él mismo nos abrió las puertas hacia una Iglesia sinodal que ahora comienza a dar sus primeros pasos en todo el mundo».

Religiosas y religiosos destacan su guía espiritual

La Unión Internacional de Superioras Generales ha publicado un comunicado en el que agradecen al Papa “su guía espiritual, que ha fortalecido a todas las comunidades religiosas en todo el mundo en su misión de encarnar las enseñanzas de Cristo. Su voz por la paz, la justicia, la compasión y el cuidado ecológico continuará resonando en nuestros corazones y acciones”.

La unión de superiores varones, por su parte, ha puesto de manifiesto como la vocación religiosa del Papa Francisco hizo que les entendiera “desde su propia experiencia de vida consagrada, pero también desde su vida como superior, como pastor en la vida religiosa. Nos entendía como hombre que había experimentado, sin duda también de forma dolorosa, lo difícil que puede ser guiar a un rebaño de hermanos y hermanas que desean responder a la llamada de seguir a Cristo de cerca para navegar con Él”.

Además han destacado que “haya iniciado con nosotros también un proceso de renovación de la mística, de un caminar con Cristo presente, enamorados de Él; procesos en los que la vida consagrada, como toda la vida cristiana, se renueva en una amistad con Jesús cada vez más íntima y ampliada”. 

Despedida de sus hermanos jesuitas

Mención especial merece el comunicado firmado por Arturo Sosa, SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía el Papa Francisco. 

En una extensa carta, remitida a todos los hermanos y personas cercanas a la Compañía, Sosa ha querido poner de relieve el dolor por el fallecimiento de “nuestro querido hermano en esta mínima Compañía de Jesús, Jorge Mario Bergoglio. En ella hemos compartido el mismo carisma espiritual y un mismo estilo de seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo”.

En este sentido, Sosa ha destacado que el Papa Francisco “supo guiar a la Iglesia durante su pontificado, en comunión y continuidad con sus predecesores en el esfuerzo por poner en práctica el espíritu y orientaciones del Concilio Ecuménico Vaticano II”.

Asimismo, el superior de los jesuitas ha recordado cómo “cuando se dirigió a nosotros, sus hermanos jesuitas, insistió siempre en la prioridad de reservar en nuestra vida-misión el espacio suficiente a la oración y al cuidado de la experiencia espiritual” y ha hecho memoria de las palabras del Papa fallecido cuando describió a los miembros de la Compañía como  “servidores de la alegría del evangelio” en cualquier misión en la que se desempeñe. “De esta alegría” – continua Sosa- brota nuestra obediencia a la voluntad de Dios, al envío al servicio de la misión de la Iglesia y también nuestros apostolados”. 

Vaticano

El funeral del Papa Francisco tendrá lugar el sábado 26 de abril

A partir del miércoles 23 de abril los fieles podrán despedirse del Papa Francisco, cuyo cuerpo estará expuesto en la Basílica de San Pedro hasta su funeral, que presidirá el Decano del Colegio Cardenalicio el sábado 26 a las diez de la mañana.

Redacción Omnes·22 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El miércoles 23 de abril, dos días después de la muerte del Papa Francisco, los fieles podrán ir a despedirse del Pontífice a partir de las nueve de la mañana en la basílica de San Pedro, donde su cuerpo estará expuesto hasta su funeral, que presidirá el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, el sábado 26 a las diez de la mañana, también en la basílica.

Después de su funeral, el Papa descansará en Santa María la Mayor, tal y como dejó por escrito en su testamento. Su losa estará a ras de suelo y será muy sencilla, teniendo tan solo la inscripción “Franciscus”.

En cuanto al Cónclave y el inicio de los Capítulos Generales, la fecha todavía no está clara, puesto que todavía están llegando a Roma todos los cardenales.

El llamado profético del Papa Francisco a abolir la maternidad subrogada

Durante su pontificado, especialmente en los últimos años, el Papa Francisco manifestó la grave violación de los Derechos Humanos que constituye la maternidad subrogada.

22 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Este mes se celebra el primer aniversario de la declaración Dignitas Infinitas, publicada el 8 de abril de 2024. Este documento recoge las proféticas palabras del Santo Padre ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede el 8 de enero de 2024: “considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato. Por ello, hago un llamamiento para que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica”. 

Pocos días antes de dicho discurso, el Papa Francisco había recibido una carta de Olivia Maurel, feminista franco-americana de 33 años, nacida por maternidad subrogada. Se trataba de una misiva profundamente personal, en la que compartía su historia e invitaba al Pontífice a apoyar la causa de la abolición universal de la maternidad subrogada, promovida por la Declaración de Casablanca, de la cual Olivia es portavoz. 

Tuve el inmenso privilegio de acompañar a Olivia, junto a su marido Matthias, Sofia Maruri y Vincenzo Bassi, promotores del Congreso sobre la abolición universal de la maternidad subrogada que se celebraba en Roma esos días, a aquella inolvidable audiencia privada.

Francisco escuchó a Olivia con gran atención y nosotros fuimos testigos de esa cultura del encuentro que él mismo promueve: Olivia es atea y, sin embargo, deseaba compartir sus preocupaciones con él. El Papa le manifestó su apoyo y la animó a seguir adelante, recordándole la importancia de conservar el buen humor, un aliado que, como él mismo dijo, no siempre acompaña en las duras batallas para proteger la dignidad humana. 

El llamado del Papa tiene un carácter profético: apunta a un horizonte posible, como tantos otros desafíos que la humanidad ha debido afrontar a lo largo de su historia. No se trata de una tarea sencilla, pero ya comienzan a vislumbrarse algunos frutos.

Pocos días después del encuentro con el Santo Padre, el Parlamento Europeo reconoció la explotación en la maternidad subrogada como una forma de trata de personas.

Meses más tarde, Italia aprobó una nueva ley que penaliza la práctica de la maternidad subrogada incluso cuando se realiza en el extranjero.

El año 2025 estará marcado, además, por el informe que presentará Reem Alsalem, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, centrado en las violaciones a los derechos humanos que ocurren en el marco del mercado de la maternidad subrogada.

El autorBernard Garcia Larrain

Doctor en derecho. Director ejecutivo de la Declaración de Casablanca

El último viaje de Francisco en el “papamóvil”

El 20 de abril de 2025 el Papa Francisco salió a la abarrotada plaza de San Pedro como un torero sale a la faena más grande, la de despedirse de su pueblo el Domingo de Resurrección.

22 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 20 de abril, pero no del noventa sino de este 2025, hizo un día primaveral sin lluvia en Roma, como si la naturaleza ya supiera que era su último día en la Tierra. El Papa Francisco salió a la abarrotada plaza de San Pedro como un torero sale a la faena más grande, la de despedirse de su pueblo el Domingo de Resurrección. Con la entrega, valentía  y dedicación de los gigantes que hacen todo por amor hasta su último aliento.

Con la intuición de que era la última vez que veíamos a Francisco nos acercamos a la “barrera”, para verle pasar en el papamóvil por los pasillos de vallas de la Plaza de San Pedro, volcado con su público. Previamente, antes de la bendición “urbi et orbi”, había dicho sus últimas palabras a todo el mundo con cierta claridad: “Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”, ya solo ese gesto nos había llenado de aliento.

La despedida

En ese momento el grupo de peregrinos madrileños, romeros ganando el jubileo, nos hicimos conscientes que éramos la Cristiandad que contemplaba su despedida, ya que en breve partiría en el “papamóvil” al más allá. Por eso nos volcamos sabiendo que le devolvíamos parte de lo que él nos daba, disfrutando del momento histórico que vivíamos y que adquiríamos la responsabilidad del que tiene algo que contar.

A la mañana siguiente recibimos la noticia de su fallecimiento, unas pocas horas después en Misa en Santa María de la Paz, en la iglesia prelaticia del Opus Dei, en la tumba de san Josemaría en Roma, antes de partir a Madrid. Y allí le pedimos a este santo, fiel del Romano Pontífice, que le colocara en el buen sitio que le corresponde, por el cónclave y por el próximo Papa.

El funeral del Papa Francisco

Uno de los peregrinos compartía en el grupo la palabras del libro “Esperanza”, autobiografía del Papa Francisco, donde explica cómo quería que se procediera en este momento:

“Cuando fallezca, no me enterrarán en San Pedro, sino en Santa María la Mayor: el Vaticano es la casa de mi último servicio, no la de la eternidad. Estaré en la habitación en la que ahora custodian los candelabros, cerca de esa Reina de la Paz a la que he pedido ayuda siempre y por la que me he hecho abrazar durante mi pontificado más de cien veces. Me han confirmado que todo está preparado.

El ritual de las exequias era demasiado ampuloso y he hablado con el maestro de ceremonias para aligerarlo: nada de catafalco, ninguna ceremonia para el cierre del ataúd. Con dignidad, pero como todo cristiano. Aunque sé que ya me ha concedido muchas, solo le he pedido una gracia más al Señor: cuida de mí, que sea cuando quieras, pero, Tú lo sabes, me da bastante miedo el dolor físico… Así que, por favor, que no me haga mucho daño”.

El autorÁlvaro Gil Ruiz

Profesor y colaborador habitual de Vozpópuli.

Vaticano

Cómo son las nuevas normas para los funerales de un Papa

En diciembre de 2024, el Vaticano dio a conocer la nueva edición del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’, el libro litúrgico que regula las exequias del Romano Pontífice de la Iglesia católica. Benedicto XVI dispuso ya de una sencilla despedida, como era su deseo, y el Papa Francisco ha simplificado más el ritual.  

Francisco Otamendi·22 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Quizá porque el 17 de diciembre iba a cumplir 88 años, o porque no terminaba de encontrarse bien, o por las razones que fueren, el Papa Francisco llevaba tiempo pensando que quería un funeral aún más sencillo que el dispuesto para Benedicto XVI, que redujo las normas existentes y buscaba también una despedida sencilla.

Como se recordará, los restos del Papa emérito Benedicto XVI reposaron del día 31 de diciembre a la madrugada del 2 de enero en el Monasterio Mater Ecclesiae, y a las 9 horas del martes, el cuerpo quedó expuesto para la visita de los fieles en la Basílica de San Pedro. 

Ya el jueves 5, en el atrio de la Basílica de San Pedro, el Santo Padre Francisco presidió la Santa Misa Exequial por el difunto Sumo Pontífice emérito. Fue la primera vez en la historia en la que un Pontífice ha presidido el funeral de su inmediato predecesor, por el que pidió oraciones antes de fallecer.

Un Pastor, no un poderoso del mundo

El Papa Francisco deseaba un rito que resalte que “el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo, y no el de un poderoso de este mundo”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices.

Además, el Papa pidió, como declaró en varias ocasiones, “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de los funerales del obispo de Roma expresaran mejor la fe de la Iglesia en Cristo Resucitado”, añadió el arzobispo, según la agencia oficial vaticana.

Nuevas normas sobre los funerales de un Papa

Y a finales de año, la Santa Sede hizo públicas las nuevas normas del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’, libro litúrgico que regula cómo deben ser los rituales de las exequias del Pastor de la Iglesia Católica.

El libro litúrgico se presentó como una nueva edición del anterior, la edición típica del ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’ aprobada en 1998 por san Juan Pablo II y publicada en 2000, que se utilizó en los funerales del mismo Pontífice en 2005 y, con adaptaciones, en los del Papa emérito Benedicto XVI en 2023. 

Las modificaciones se refieren a las denominadas ‘tres estaciones’, es decir, la casa del difunto Papa, donde fallece; el funeral en San Pedro; y el traslado del ataúd a la tumba, el entierro. 

Entre las novedades introducidas, según informó Vatican News, están la constatación de la muerte no ya en la habitación del difunto sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición a la veneración de los fieles del cuerpo del Papa dentro del ataúd abierto, y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble. 

El cardenal Camarlengo y las tres ‘estaciones’ clásicas

En la Iglesia católica, corresponde al cardenal Camarlengo certificar la muerte de un Papa, tras el correspondiente dictamen médico, y encabezar la Iglesia cuando la sede está vacante por fallecimiento o por renuncia. En la actualidad, es el cardenal Kevin Farrell.

Como decimos, en el nuevo Ordo se mantienen las tres ‘estaciones’ clásicas: domicilio del difunto, Basílica vaticana y lugar de la sepultura, aunque monseñor Ravelli señaló que “la estructura interna de las ‘estaciones’ y de los textos ha sido revisada a la luz de la experiencia adquirida con las exequias de san Juan Pablo II y Benedicto XVI, de las actuales sensibilidades teológicas y eclesiales, y de los libros litúrgicos recientemente renovados”.

En Santa María la Mayor

Deben mencionarse aquí las indicaciones necesarias “para una posible sepultura en un lugar distinto de la basílica vaticana”: esto responde al deseo anticipado por el Papa Francisco de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma

En esta Basílica se encuentra el icono de la Virgen ‘Salus Populi Romani’, patrona de Roma, a la que el Romano Pontítife acostumbra ir a rezar siempre antes y después de sus viajes apostólicos, y a la que incluso acudía a orar antes de ser elegido a la sede de Pedro.

Simplificación de títulos pontificios

Una de las novedades más significativas es la simplificación de los títulos pontificios: se ha retomado la terminología utilizada en la tercera edición del Missale Romanum (2008), es decir, los apelativos de Papa, Episcopus (Romæ) y Pastor, mientras que en las premisas generales y rúbricas se ha optado por la expresión Romanus Pontifex, conforme al título del libro litúrgico, añadió la agencia vaticana.

En la traducción italiana se ha retomado el vocabulario utilizado en la segunda edición del Rito de las Esequencias (2010) editado por la Conferencia Episcopal Italiana, de la que se ha actualizado gran parte de la terminología de la versión italiana del Rito, por ejemplo prefiriendo el término féretro para indicar el cuerpo ya cerrado en el ataúd.

Algunos detalles

En lo relativo a las ‘estaciones’, puede reiterarse que ‘en la casa del difunto’ se incluyen las novedades de la constatación de la muerte en su capilla privada.

La segunda estación se ha remodelado: puesto que la deposición en el féretro ya ha tenido lugar tras la constatación de la muerte, el féretro se cierra la víspera de la misa exequial o funeral, y se contempla un único traslado a San Pedro. En la Basílica Vaticana, el cuerpo del Papa difunto se expone directamente en el féretro y “ya no en un féretro alto”.

Por último, la tercera estación ‘en el lugar de la sepultura’ incluye el traslado del ataúd a la tumba y la sepultura, como se ha relatado.

Las ‘novendiales’: misas de sufragio durante 9 días

El cuarto y último capítulo del libro litúrgico está dedicado a las disposiciones para los ‘novendiales’, las misas en sufragio del Papa difunto celebradas durante nueve días consecutivos a partir de la misa exequial. 

En el ritual se incluyen cuatro –ya no tres– formularios de oraciones, pues se han recogido las que ofrece el Missale Romanum por el Papa difunto y la del obispo diocesano fallecido. 

La nueva edición no incluye el apéndice con el Ordinario de la Misa, las colecciones de salmos penitenciales y graduales y los cantos del Ordinario con notación gregoriana. 

“El Ordo Exsequiarum Romani Pontificis”, explicó Monsseñor Ravelli, “no está concebido como un ‘misal plenario’, sino como un Ordo en el sentido propio del término, es decir, que contiene las indicaciones rituales, el desarrollo de los ritos y los textos propios, pero se remite para todo lo demás a los libros litúrgicos en uso, es decir, el misal, el leccionario y el gradual.

El funeral del Papa Francisco

El 21 de abril de 2025 a las ocho de la tarde el Camarlengo de la Santa Romana Iglesia presidió el rito de la constatación de la muerte del Papa Francisco y la colocación del cuerpo en el féretro. Según comunicó el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, lo más probable es que a partir del miércoles 23 de abril los fieles puedan acercarse para despedir al Papa en la basílica de San Pedro.

Durante una reunión que tendrá lugar el martes 22 por la mañana, los cardenales decidirán cómo proceder de manera concreta para el funeral del Santo Padre, mientras poco a poco llega todo el Colegio Cardenalicio a Roma para participar en el futuro Cónclave que comenzará como tarde en 20 días.

El autorFrancisco Otamendi

Mundo

El Opus Dei replantea su Congreso General por el fallecimiento del Papa

El Opus Dei renovará los cargos del Congreso general y la Asesoría central, pero esperará para definir sus líneas pastorales y presentar sus estatutos.

Redacción Omnes·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

En un contexto marcado por la oración y el luto tras el fallecimiento del Papa Francisco, el prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, ha anunciado la simplificación del X Congreso General ordinario de la institución, previsto para estas semanas en Roma.

«En medio del dolor por el fallecimiento de nuestro querido Papa Francisco y del agradecimiento a Dios por su generoso testimonio, escribo este mensaje para comunicaros una noticia inmediata», comienza el mensaje del prelado, difundido este lunes.

Aunque el Congreso estaba previsto que diera comienzo este miércoles, 23 de abril, la proximidad de su inicio y la llegada ya de la mayoría de los congresistas a Roma han llevado a la dirección del Opus Dei a modificar su desarrollo. “Después de escuchar a la Asesoría central y al Consejo general, (…) se ha decidido que el Congreso quede reducido al mínimo imprescindible: la renovación de los cargos del Consejo general y la Asesoría central, que están previstos que se nombren o renueven cada ocho años”, explicó Ocáriz.

Reforma de los estatutos

El resto de los temas que estaban en agenda, mencionados en un mensaje anterior del 8 de abril, serán pospuestos. “Las otras cuestiones que se iban a tratar en el Congreso (…) se estudiarán más adelante, pues ahora es momento de luto, oración y unidad con toda la Iglesia”.

Esos otros temas hacen referencia a la reforma de los estatutos que el Opus Dei va a presentar a la Santa Sede y las líneas pastorales que se iban a proponer para los próximos ocho años, especialmente a la luz de las propuestas de las pasadas Asambleas de trabajo regionales que tuvieron lugar en los distintos países en los que está extendido el Opus Dei.

Participación en los funerales

Durante estos días, los miembros del Opus Dei presentes en Roma participarán en los actos fúnebres del Santo Padre. “Aprovecharemos estos días para vivir en comunión con toda la Iglesia el duelo y los ritos fúnebres por el Santo Padre. Todas las regiones del Opus Dei estaréis de algún modo presentes en la Ciudad Eterna a través de vuestras hermanas y vuestros hermanos congresistas.”

El mensaje concluye con una exhortación a la oración: “Como os dije en mi mensaje anterior, acudamos a Santa María, Madre de la Esperanza, para que en este periodo de sede vacante sea consuelo y guía para todos en la Iglesia.”

Vaticano

El Vaticano confirma que el Papa falleció de un ictus y publica su testamento

Francisco pidió ser enterrado con una sencilla lápida a ras de suelo en la Basílica de Santa María la Mayor.

Maria Candela Temes·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha confirmado que la causa de muerte del Papa Francisco fue un ictus cerebral, que lo llevó a un estado de coma y a un colapso cardiocirculatorio irreversible.

El Pontífice sufría desde hace tiempo un cuadro clínico complejo, tal y como se desprende del comunicado publicado en la tarde del 21 de abril: había padecido un episodio previo de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía multimicrobiana bilateral, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo II.

El profesor Andrea Arcangeli, Director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, ha informado de que la constatación de la muerte se realizó mediante registro electrocardioanatómico y dio a conocer el resultado.

A las ocho de la noche de este lunes, hora de Roma, ha tenido lugar en la capilla de la Casa Santa Marta la ceremonia de la constatación de la muerte y de la deposición en el féretro, según lo previsto en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis (nn. 21-40), presidida por Kevin Joseph Farrell, el cardenal Camerlengo.

En el rito habían sido convocados también el Decano del Colegio Cardenalicio, la familia pontificia, así como el director y el vicedirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.

El testamento de Francisco

En la tarde de este lunes 21 se ha hecho público también el testamento escrito por el Papa Francisco con fecha del 29 de junio de 2022. Se trata de un documento simple, de apenas siete párrafos, en el que expresaba su voluntad de ser enterrado en la Basílica romana de Santa María La Mayor. En aquel entonces, el Pontífice escribía: “Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en lo que respecta al lugar de mi sepultura”.

Subrayaba que había confiado siempre su vida y su ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Dios. Y por eso deseaba que sus restos mortales reposaran en la basílica papal de Santa María La Mayor, que ha sido objeto de numerosas visitas del Papa argentino, quien acostumbrara a rezar ante la imagen de la Salus Populi Romani antes y después de cada uno de sus viajes apostólicos, “para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados”.

Un sencillo nicho en el suelo

Francisco solicitó además por escrito que se preparase su tumba “en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal”. Y añadió que deseaba que el sepulcro estuviera “en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”.

Y concluía con unas palabras que son un eco de la petición constante de oraciones por su persona que ha guiado su ministerio: “Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.”

Vaticano

Los escritos del Papa Francisco: líneas maestras

Son muchos los escritos que el pontífice americano publicó en sus 12 años de pontificado. Entre ellos se cuentan cuatro encíclicas, siete exhortaciones apostólicas y ochenta cartas apostólicas, la mayoría de ellas en forma de Motu proprio.

Maria José Atienza·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

La producción escrita del magisterio del Papa Francisco en los doce años al frente de la Iglesia católica es amplia y diversa.

Las encíclicas

El Papa Francisco inauguró su pontificado con la publicación de Lumen Fidei el 29 de junio de 2013, una encíclica en la que muchos adivinaron la pluma de su predecesor, Benedicto XVI que completaba la trilogía dedicada a las virtudes teologales: Esperanza (Spe salvi), caridad (Caritas in veritate) y fe, con esta última encíclica que Francisco se encontró prácticamente hecha. 

El Papa argentino publicó Laudato Si´, el primer gran documento del Papa dedicado a la ecología integral, el 24 de mayo de 2015. En esa encíclica, el Papa recogía y desarrollaba parte del magisterio de sus predecesores poniendo el acento en que los cristianos reconocen que su responsabilidad dentro de la creación y su deber hacia la naturaleza y el Creador son una parte esencial de su fe. El Papa animaba a buscar otras formas de entender la economía y el progreso destacando que el desarrollo humano auténtico tiene un carácter moral y debe preocuparse por el mundo que nos rodea (algo que recogería también en Fratelli tutti), y pedía una conversión ecológica, reconociendo que cada criatura refleja algo de Dios. Habló en aquella encíclica de la “cultura del descarte”, una de sus líneas de pontificado, promoviendo un cambio social que pusiera en valor a los más pobres y vulnerables: ancianos, niños abandonados, pobres, migrantes… 

En 2020, Francisco firmó en Asís la encíclica Fratelli Tutti. El lugar escogido para la rúbrica de esta encíclica no era casual: el santo de Asís es la inspiración de una encíclica en la que el Papa abogaba por una nueva visión de la fraternidad y la amistad social que no se quede en el nivel de las palabras. En este sentido, Fratelli Tutti quería ser una contribución al desarrollo de una comunidad global de fraternidad basada en la práctica de la amistad social por parte de los pueblos y las naciones exige una mejor política, una que esté verdaderamente al servicio del bien común. Hubo quien calificó esta encíclica como la más “política” del Papa Francisco, ya que el pontífice se dirigió expresamente a los gobernantes de los pueblos instándolos a una “caridad política”, centrada en trabajar por un orden social y político cuya alma sea la caridad social. 

Laudato si’ y Fratelli Tutti han sido, quizás, las dos encíclicas más conocidas e influyentes del Papa Francisco en su pontificado. Hace menos de un año, el 24 de octubre de 2024, el Papa publicó su última encíclica, Dilexit nos, en la que el Papa explora el significado del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de amor y un centro para la vida de cada persona. La encíclica invita a los fieles a un encuentro más profundo con Cristo, confiando plenamente en su amor para alcanzar la unión definitiva con Él y aborda la importancia de la Eucaristía y la veneración de imágenes sagradas como medios para acercarnos a Cristo y nutrir nuestras vidas. En esta encíclica recogía además esa llamada al amor a todos incoada en Fratelli tutti señalando que que el amor al prójimo, alimentado por el amor de Cristo, nos permite amar como Él amó, mostrando humildad y cercanía a todos.

Exhortaciones apostólicas, las líneas de su pontificado 

Entre los textos más importantes que el Papa Francisco fue publicando en su pontificado se encuentran las Exhortaciones apostólicas escritas por él. En total fueron siete documentos de este tipo de los que tres: Evangelii Gaudium, Amoris Laetitia y Gaudete et Exsultate pueden considerarse ejemplos de las “líneas maestras” del pontificado de Francisco. 

Evangelii Gaudium, escrita el mismo año de su elección recoge el “programa de gobierno” de un Papa que llamaba a los fieles a embarcarse en una nueva etapa de evangelización, caracterizada por el entusiasmo y la revitalización de las estructuras. En esta exhortación, el Papa abordaba la necesidad de reformar la Iglesia en su misión evangelizadora, señalando algunas tentaciones en las que todos podemos caer y destacaba la importancia de incluir a los pobres en la sociedad, promover la paz y el diálogo.

Tres años más tarde vió la luz Amoris Laetitia (2016), en la que el pontífice aborda la belleza y los desafíos del matrimonio y la familia en el mundo actual. En esta exhortación, que no estuvo libre de ciertas interpretaciones erróneas, el Papa Francisco quiso reflexionar sobre la importancia del amor conyugal y familiar, así como sobre la necesidad de acompañar, discernir e integrar a todas las familias, especialmente aquellas que se encuentran en situaciones difíciles. En Amoris Laetitia el Papa denunciaba también los factores culturales, sociales, políticos y económicos que impiden la vida familiar auténtica. 

Por último, Gaudete et Exsultate (2018) es una invitación a la santidad en la vida cotidiana. El Papa Francisco explicaba en esta exhortación apostólicas que todos están llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, donde cada uno se encuentra y animaba a mostrar el compromiso cristiano de tal manera que todo lo que se haga tenga un significado evangélico y nos identifique con Jesucristo.

Vaticano

El mundo político despide al Papa Francisco 

El fallecimiento del Papa Francisco ha provocado un fuerte impacto a nivel internacional, despertando emotivas reacciones entre dirigentes políticos de todo el mundo

Teresa Aguado Peña·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El fallecimiento del Papa Francisco ha conmovido profundamente a la comunidad internacional y ha generado una ola de reacciones entre los principales líderes políticos del mundo, que han querido expresar públicamente su pesar y rendir homenaje al Pontífice argentino. A pesar de que su muerte ha tomado por sorpresa a muchos, las condolencias no se han hecho esperar.

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien fue el último dirigente político en verlo con vida, ha publicado un mensaje en redes sociales donde recuerda su encuentro con el Papa apenas el día anterior. “Estaba claramente muy enfermo, pero me quedo con la homilía que dio en los primeros días del COVID. Fue realmente hermosa. Que Dios lo tenga en su gloria”.

También los reyes de Reino Unido, que hace poco pudieron saludar al Papa, recién salido del hospital han mostrado su dolor por la muerte del Papa que será “recordado por su compasión, su preocupación por la unidad de la Iglesia y su incansable compromiso con las causas comunes de todas las personas de fe, y con aquellos de buena voluntad que trabajan en beneficio de los demás. Su convicción de que el cuidado de la Creación es una expresión existencial de la fe en Dios resonó en muchas personas de todo el mundo”.

Igualmente, los Reyes españoles, Felipe y Letizia han querido mostrar sus condolencias a la comunidad católica destacando el “testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social”.

Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha resaltado su figura como “una inspiración más allá de los límites de la Iglesia”. En sus palabras: “Hoy, el mundo llora la muerte del Papa Francisco. Inspiró a millones de personas, mucho más allá de la Iglesia católica, con su humildad y su amor tan puro para los menos afortunados”.

Por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, ha subrayado los lazos que el Papa Francisco supo tejer con el pueblo judío, recordando su “fe profunda, su incansable defensa de los pobres y su compromiso con la paz, especialmente en Medio Oriente”.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, visiblemente emocionada, ha calificado al Papa como “un gran hombre y un gran pastor”, y ha afirmado que tuvo el privilegio de gozar de su amistad y consejos, incluso en los momentos más duros.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron ha querido destacar la cercanía de Francisco con los más vulnerables. “Tenía un gran sentido del otro, del que sufre, del que queda al margen”, ha dicho, rememorando su papel durante los años más difíciles del mundo contemporáneo.

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ha subrayado que “Europa llora por la muerte de su santidad el papa Francisco”. Ha destacado su contagiosa sonrisa que «cautivó el corazón de millones de personas alrededor del todo el planeta”.

“El Papa del Pueblo será recordado por su amor a la vida, por su esperanza por la paz, por su compasión para la igualdad y la justicia social”, subrayando en esta última parte el legado más político del papado De Francisco, para quien ha deseado que “descanse en paz”.

También se ha pronunciado el primer ministro de India, Narendra Modi, quien se ha declarado “profundamente dolido” por el fallecimiento del Pontífice, con quien se reunió en 2021 y a quien había invitado a visitar su país.

Desde América Latina, el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, ha afirmado que “su legado de humildad y compromiso con los más vulnerables será una guía moral para el mundo”. Y desde Argentina, su país natal, el presidente Javier Milei ha compartido un emotivo mensaje: “A pesar de nuestras diferencias, fue un honor conocer su bondad y sabiduría. Como argentino y como hombre de fe, despido al Santo Padre”.

Por su parte, el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, ha publicado sus condolencias: «Su liderazgo en tiempos complejos y desafiantes fue valiente, pero siempre guiado por una profunda humildad. Fue un Papa para los pobres, los olvidados y los marginados. Cercano a la fragilidad humana, nunca perdió la esperanza en un mundo mejor».

También ha destacado su humildad el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha recalcado la necesidad de que más líderes como él por su defensa de “la paz” y por priorizar “a los más pobres y vulnerables”. “Le echaremos mucho de menos”, ha añadido.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenskiha escrito en su cuenta de X: “Su vida estuvo dedicada a Dios, a la humanidad y a la Iglesia. Sabía dar esperanza, aliviar el sufrimiento mediante la oración y fomentar la unidad. Rezó por la paz en Ucrania y por los ucranianos. Nos unimos al dolor de los católicos y de todos los cristianos que buscaron apoyo espiritual en el Papa Francisco. ¡Recuerdo eterno!”.

Así, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha expresado un cariñoso recuerdo hacia el papa, al que califica de «hombre sobresaliente», y de quien el Kremlin ha destacado su impulso al diálogo entre las iglesias católica y ortodoxa.

También han expresado su pésame el futuro canciller alemán, Friedrich Merz, quien ha subrayado el “dolor profundo” que su muerte deja entre los fieles de todo el mundo, y el ex-primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que lo ha definido como “una brújula moral para millones”.

Las palabras del primer ministro australiano, Anthony Albanese, han sido igualmente sentidas: “Inspiró al mundo con su mensaje de compasión y esperanza”. Desde Polonia, Andrzej Duda lo ha recordado como “un apóstol de la Misericordia”, y en los Países Bajos, el primer ministro, Dick Schoof ha dicho que Francisco “será recordado como un hombre del pueblo”.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha publicado: “Lamento el fallecimiento del Papa Francisco. Su compromiso con la paz, la justicia social y los más vulnerables deja un legado profundo. Descanse en paz”.

El autorTeresa Aguado Peña

Vaticano

Anuncio de la muerte del Papa Francisco

Rome Reports·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El cardenal Kevin Joseph Farrell, Camarlengo de la Santa Romana Iglesia ha sido el encargado de anunciar el fallecimiento del Papa Francisco desde la Casa Santa Marta.

Sus palabras han sido: «Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.

Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.

Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino».


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.

Papa Francisco: renovación y esperanza, de Argentina a la Iglesia universal, meu

El pontificado del Papa Francisco se ha esforzado por impulsar una Iglesia en salida que está cerca de las más pobres, incomodando a los que quieren conformarse con una Iglesia callada.

21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El pontificado de Francisco ha sido un tiempo de renovación y esperanza para la Iglesia. Desde su elección el 13 de marzo de 2013, su mensaje ha calado profundo en los corazones de millones de personas, especialmente en los más pobres y en quienes buscan una Iglesia comprometida con la realidad. Su estilo sencillo, su opción por los descartados y su insistencia en una Iglesia en salida han marcado su camino con una claridad inconfundible.

Desde Roma, Francisco nunca ha dejado de tener presente a la Argentina. Lo ha hecho con gestos concretos que han resonado con fuerza en su país natal, aun cuando su ausencia física haya sido objeto de especulación y de críticas interesadas. Su mirada sobre la patria no ha sido la de un líder político ni la de un dirigente sectorial, sino la de un pastor que abraza con realismo y esperanza los dolores y desafíos de su pueblo. En cada visita de argentinos a Roma, se ha percibido el afecto sincero hacia un Papa que nunca ha dejado de sentirse hijo de esta tierra.

Sin embargo, en su propia patria, su figura ha sido objeto de distorsiones y ataques. No solo algunos medios de comunicación han intentado desdibujar su magisterio con lecturas tendenciosas y tergiversaciones, sino que incluso sectores que se dicen católicos han contribuido a la propagación de mentiras sobre su persona. Estas operaciones de desgaste han tratado de restar fuerza a su enseñanza y de generar una imagen distorsionada del Papa. A pesar de estos intentos, Francisco ha continuado firme en su compromiso con el Evangelio y con una Iglesia que camina con el pueblo.

Los medios de comunicación han jugado un papel clave en la configuración de la imagen pública del Papa en su país. En más de una ocasión, sus palabras han sido sacadas de contexto o interpretadas de manera tendenciosa, creando una percepción distorsionada de su pontificado.

A pesar de ello, el magisterio de Francisco es un faro de claridad y coherencia. Su insistencia en una Iglesia en salida, en una opción preferencial por los pobres, en una ecología integral y en la construcción de la paz como un imperativo evangélico, han marcado su pontificado con una claridad indiscutible. Enraizado en la mejor tradición del magisterio latinoamericano, Francisco ha retomado y actualizado la voz profética de Medellín, Puebla y Aparecida, llevando al mundo la riqueza de una teología que nace del encuentro con los más humildes. A lo largo de estos años, sus encíclicas y exhortaciones han ofrecido una brújula en tiempos de incertidumbre global, sosteniendo una mirada profética que interpela tanto a creyentes como a quienes no comparten la fe, pero sí una preocupación sincera por el bien común.

Otro aspecto clave de su pontificado han sido sus viajes apostólicos. Francisco ha llevado su mensaje a los rincones más olvidados del mundo, priorizando las periferias tanto geográficas como existenciales. Su presencia en lugares como Lampedusa, Irak, Sudán del Sur y Myanmar ha sido un testimonio vivo de su compromiso con los descartados. En América Latina, su paso por Brasil, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Colombia, Chile y Perú ha reafirmado su cercanía con los pueblos de la región y su llamado a una Iglesia en salida, dispuesta a escuchar y acompañar. Su visita a Irak en 2021 marcó un hito histórico, llevando un mensaje de reconciliación y diálogo interreligioso a una tierra marcada por la guerra y la persecución. Del mismo modo, su viaje a Sudán del Sur junto a líderes cristianos de otras confesiones fue un gesto inédito de unidad y paz en una nación desgarrada por la violencia.

Estos viajes no fueron meras visitas protocolares, sino verdaderos actos proféticos que colocaron a la Iglesia al lado de los más vulnerables. En cada país visitado, su mensaje ha alentado la esperanza, promovido la justicia y dado voz a quienes muchas veces son ignorados. Su cercanía con los pueblos originarios en la Amazonía, su denuncia de la explotación y el colonialismo moderno, y su constante defensa de los migrantes reflejan su opción preferencial por los últimos.

El Papa Francisco ha mantenido una relación de fidelidad con su pueblo, no desde la complacencia, sino desde el amor exigente que invita a crecer. Su testimonio ha sido incómodo para quienes prefieren una Iglesia callada o funcional a determinados intereses. Pero su palabra sigue viva, su enseñanza sigue nutriendo y su presencia, aunque lejana en la geografía, sigue siendo cercana en el corazón de quienes saben leer más allá de los titulares efímeros.

A doce años de aquel “recen por mí” pronunciado desde el balcón de San Pedro, la Iglesia en la Argentina está llamada a redescubrir el legado de Francisco con una mirada más amplia y profunda. No se trata solo de evaluar su impacto desde la perspectiva del poder o de las coyunturas políticas, sino de reconocer la fecundidad de un pontificado que ha sabido mantener viva la alegría del Evangelio, aun en medio de los desafíos y las resistencias. Su invitación a ser una Iglesia en salida sigue vigente, como un llamado a salir al encuentro de los descartados, a sanar heridas y a testimoniar con coherencia la Buena Noticia.

El autorMáximo Jurcinovic

Sacerdote. Director de la Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina

Actualidad

Líderes religiosos de otras confesiones recuerdan al Papa Francisco

El primado de la Iglesia anglicana o el secretario General de la Liga Musulmana Mundial han sido algunos de los líderes de otras confesiones que han mostrado sus condolencias ante la muerte del Papa Francisco.

Maria José Atienza·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

El fallecimiento del Papa Francisco ha impactado también en las principales confesiones, cristianas o no, presentes en el mundo. Aunque las reacciones oficiales ante su fallecimiento aún se están produciendo, algunas de las figuras más importantes de confesiones ya han publicado su reacción ante la noticia. 

El primado de la iglesia anglicana, Justin Welby, ha expresado su profunda tristeza personal, y ha descrito al Papa Francisco como un amigo cuyo liderazgo resonó más allá de la Iglesia católica. Welby ha querido resaltar la humildad de Francisco, su compromiso al servicio de los pobres y sus esfuerzos en la construcción de la paz. Además ha puesto de manifiesto su “compromiso de caminar juntos como católicos romanos y anglicanos, y por su visión y pasión para trabajar por una reconciliación y unidad cada vez mayores entre todas las confesiones cristianas”. 

En este mismo sentido se ha expresado Thabo Makgoba, arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, que ha descrito al Papa Francisco como un «pastor increíble y profético» cuya calidez y atención dejaron una impresión duradera. «Te hacía sentir como si fueras la única persona en el mundo, sosteniéndote en su mirada con esos ojos penetrantes, cálidos y atentos», ha recordado, subrayando el impacto que le produjo conocer personalmente al Papa Francisco.

Desde el mundo musulmán, también han sido varias las reacciones publicadas. Entre ellas, el Secretario General de la Liga Musulmana Mundial, Sheikh Mohammad bin Abdulkarim Al-Issa, ha subrayado también su tristeza por el fallecimiento del Papa al que ha querido describir como «un alma bondadosa y compasiva que defendía la paz y la unidad.»

Por su parte, el Gran Rabino Pinchas Goldschmidt, Presidente de la Conferencia de Rabinos Europeos ha recordado la “inquebrantable dedicación a la promoción de la paz y la buena voluntad en todo el mundo” del Papa Francisco y sus esfuerzos por fortalecer las relaciones católico-judías.

Por el momento, no ha habido ninguna declaración oficial del Patriarca de la iglesia ortodoxa rusa, Kirill. Hay que destacar que, en los últimos años, las relaciones entre el Vaticano y el patriarcado ortodoxo ruso han sufrido un evidente enfriamiento debido a la guerra entre Rusia y Ucrania.

(Noticia en ampliación)

Zoom

La última foto del Papa Francisco

Saludando desde el balcón de la Plaza de San Pedro el 20 de abril de 2025, Domingo de Resurrección. Esta es la última foto del Papa Francisco que falleció unas horas después, a las 7:30 a.m. del día siguiente.

Maria José Atienza·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

10 claves del pontificado del Papa Francisco

Al cumplirse diez años de la elección de Francisco (13-III-2013), Omnes analizaba algunos hitos de su pontificado.

Giancarlos Candanedo·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

La euforia que causó la elección del primer pontífice proveniente del continente americano, fue alimentada por signos que algunos interpretaron como el anuncio de cambios radicales en la Iglesia.

A continuación señalo 10 de las acciones que numerosos comentadores consideran entre las más relevantes del papa argentino, fallecido el 21 de abril a las 7:30 a.m.

1. Énfasis en la justicia social

No ha cesado de promover medidas para combatir la pobreza y la desigualdad, criticando en ocasiones los excesos del capitalismo. Ha sido una voz de apoyo para los miles de refugiados y migrantes, promoviendo y defendiendo sus derechos y pidiendo a los gobiernos que les proporcionen protección y asistencia.

2. Esfuerzos para combatir los abusos sexuales

En continuidad con su predecesor, ha tomado medidas para enfrentar este drama. En 2019, el Papa celebró una cumbre sobre el tema y, en 2020, introdujo nuevas normas que obligan a informar de las denuncias de abusos a las autoridades civiles.

3. Reforma de la curia

Con la promulgación de la constitución apostólica Prædicate Evangelium (19-III-2023), sobre la curia romana y su servicio a la Iglesia en el mundo, reestructuró este organismo central de la Iglesia para subrayar su dimensión misionera; entre otras cosas, buscaba la unificación de algunos dicasterios (ministerios vaticanos) para optimizar recursos económicos y reducir la burocracia.

4. Reformas en las finanzas

Optó por la creación de una nueva secretaría económica; además no ha cesado en sus esfuerzos para promover la transparencia y la rendición de cuentas en materia financiera. La más reciente acción se trata de un rescripto en el que elimina las facilidades económicas a los prelados de más alto nivel que trabajan en la curia y que se benefician de alquileres de apartamentos y tarifas especiales en alojamientos vaticanos.

5. Pandemia COVID-19

Lanzó diversos mensajes de índole espiritual y también mensajes a los gobernantes y científicos, animándoles a la solidaridad en búsqueda de respuestas y acciones concretas para superar la crisis, haciendo hincapié en la importancia de atender a los más vulnerables de la sociedad.

En algunos países la situación supuso un reto en relación al derecho humano de libertad religiosa.

6. Documentos pontificios

Ha presentado tres encíclicas de gran relevancia: Lumen Fidei (2013), completando la trilogía de encíclicas sobre las virtudes teologales (fe, esperanza, caridad) iniciada por Benedicto XVI; Laudato si (2015), primer documento papal dedicado exclusivamente a cuestiones medioambientales; y Fratelli tutti (2020), presentando una reflexión “para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”.

Ha firmado cinco exhortaciones apostólicas en las que aborda aspectos importantes y actuales para la Iglesia tales como: el anuncio del Evangelio en el mundo de hoy (Evangelii gaudium, 24-XI-2013); el amor en la familia, sus problemáticas, retos y posibles soluciones (Amoris laetitia, 19-III-2016); la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo y en medio de las actividades ordinarias (Gaudete et exsultate, 19-III-2018); la juventud, alentándoles a “crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación” (Christus vivit, 25-III-2019); y la realidad y problemática de la Amazonia (Querida Amazonia, 2-II-2020).

7. Llamamientos a la paz

Está haciendo frente a las situaciones políticas y de guerra que hay alrededor del mundo. Con la colaboración de la Secretaría de Estado, responsables de la diplomacia vaticana, ha hecho presente a la Iglesia en diversos esfuerzos diplomáticos relacionados con las situaciones políticas en Nicaragua y Venezuela, así como en el conflicto bélico en curso entre Rusia y Ucrania.

Ha hecho llamamientos al diálogo, la búsqueda de soluciones pacíficas, la protección de los derechos humanos y de las instituciones democráticas en estos y otros conflictos.

8. Sinodalidad y camino sinodal alemán

Con el objetivo de que los católicos disciernan conjuntamente sobre cómo avanzar para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo, ha convocado un sínodo sobre la sinodalidad (“caminar juntos”), con el que trata de poner en práctica una de las asignaturas pendientes previstas por el Concilio Vaticano II.

Al mismo tiempo, ha hecho llamamientos para que el sínodo alemán, convocado con la intención de debatir y encontrar soluciones a diversas cuestiones a las que se enfrenta la Iglesia en Alemania, entre las que destacan temas como el celibato, la ordenación de mujeres y la moralidad sexual, aborde estos temas desde la doctrina y la moral católica vigente, no al margen de ella.

En general, la postura de la Iglesia católica ante el sínodo alemán es de cautela y diálogo, haciendo énfasis en la necesidad de equilibrar las preocupaciones locales con la unidad y fidelidad más amplias de la Iglesia.

9. Difusión de la reconciliación

Es uno de los pontífices que más ha difundido el sacramento de la reconciliación. Convocó el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que tuvo lugar del 29 de noviembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.

Lo hemos visto confesar y confesarse, y ha desarrollado una pastoral de la confesión que poco a poco se difunde en todo el mundo.

10. Diálogo con otras religiones

Hace esfuerzos por promover el diálogo y el entendimiento entre la Iglesia católica y otras religiones, en particular el Islam.

Ha realizado varios viajes a países predominantemente musulmanes y se ha pronunciado contra el extremismo religioso.

El autorGiancarlos Candanedo

Vaticano

Claves del pontificado de Francisco

El pontificado de Francisco se ha caracterizado por su énfasis en la misericordia, su cercanía pastoral y su enfoque en problemas globales como la pobreza, la migración y los abusos. Ha impulsado reformas, fomentado la sinodalidad y promovido un dinamismo apostólico con una fuerte dimensión misionera.

José Carlos Martín de la Hoz·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Para entender el pontificado del Papa Francisco es imprescindible conocer las claves interpretativas principales.

En primer lugar, hemos de recordar que cuando el cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio llegó a la habitación que ocuparía durante el conclave encontró encima de su mesa un ejemplar de la primera edición en castellano de la obra de Walter Kasper, cardenal alemán y que se alojaba enfrente, sobre la misericordia de Dios.

El Papa de la Misericordia

Como es bien es sabido ese libro, reeditado muchas veces en estos años, resume muy bien el pontificado del Papa Francisco. En efecto, pasará a la historia como el Papa de la misericordia de Dios. De hecho, fue entronizado el 19 de marzo y enseguida comenzó la Semana Santa. Pero, el lunes de Pascua de 2013, en el rezo del “Regina coeli” el Papa anunciaría al mundo la ternura de Dios: la “tenerezza di Dio”, es decir, la dulzura de Dios y la fuerza de su misericordia

En efecto, entre los atributos de Dios se encuentran el don divino de la misericordia. Entitativamente, para los grandes teólogos de la historia, que se copiaban unos a otros impunemente sin citarse, el don de la misericordia era el último, tras la omnipotencia, la sabiduría, etc. Da igual, a nosotros el don o atributo divino que más nos interesa es el de la misericordia.

El primer año santo convocado por el santo Padre Francisco fue el año de la misericordia, un año santo extraordinario que comenzó el 8 de diciembre de 2015 y concluyó el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II y remover a las almas de los cristianos a acudir al sacramento de la Penitencia: “Dios no se cansa de perdonar es el hombre el que se cansa de pedir perdón”.

El Jubileo de la Misericordia

La bula “Misericordiae vultus” del Papa Francisco fue promulgada el 11 de abril de 2015 y con ella se recordaba los principales argumentos que pacientemente había recogido el cardenal Kasper en su libro, pero asimilados y meditados por el santo Padre Francisco.

Desde entonces el Santo Padre Francisco ha marcado la manera de enfocar los graves problemas que aquejan a la humanidad: las guerras que han crecido y se han multiplicado en esos años, la emigración, la pobreza, la marginalidad, la esclavitud, las desigualdades económicas, la violencia de género, la pederastia y la pedofilia, la falta de sensibilidad ecológica, la ausencia de libertad y las flagrantes rupturas de los derechos humanos, las hambrunas, el terrorismo  y tantas otras lacras que han sido tema de sus discursos en los grandes acontecimientos: los días de Navidad y año nuevo, siempre ha sido fiel en la plaza de san Pedro para otorgar la bendición “urbi et orbe” y a la vez denunciar esos terribles hechos.

La misericordia de Dios, será la clave del último año jubilar ordinario de 2025, “Spes non confundit” (Rom 5, 5), con el que el Santo Padre anima a todos los cristianos a acudir a Roma a lucrar la indulgencia o a los templos jubilares señalados por los obispos del mundo entero. La misericordia de Dios se fundamenta en la mirada de Jesucristo a cada hombre: “misereor super turbam”: se compadecía de ellos pues eran como ovejas que no tenían pastor” (Mt 15, 29).

El pontificado de un pastor

Inmediatamente, hemos de señalar que el pontificado del Santo Padre ha sido profundamente pastoral, tanto por la cercanía a las personas y a las iglesias particulares, como a países anteriormente nunca visitados y, sobre todo, cercanía de los problemas y dificultades en el gobierno de la Iglesia universal.

Por ejemplo, ha tomado el mando en primera persona de los protocolos de actuación de casos de abusos, e incluso ha reaccionado con tal contundencia y celeridad que parecía saltarse el principio de presunción de inocencia en aras a dar ejemplo al mundo entero de sensibilidad y de posicionarse inmediatamente al lado de las víctimas y de sus familias. 

Indudablemente, Francisco pasará a la historia por su cercanía con las necesidades de los cristianos, incluso con llamadas telefónicas directas del Santo Padre al párroco argentino de Gaza desde el hospital Gemelli para trasmitirle el afecto del Papa por todos los palestinos católicos que sufren allí. 

Asimismo, el santo Padre ha estado muy cerca de la juventud, en primer lugar, poniendo todo su afecto por los jóvenes, en segundo lugar, procurando los necesarios recambios generacionales para que tomaran el mando de la Iglesia y, en la medida de sus fuerzas, en los diversos cuadros de gobierno de la sociedad y, finalmente, promoviendo vocaciones para todas las instituciones de la Iglesia, especialmente de padres y madres de familia cristiana. 

El discernimiento

También es profundamente pastoral que, como buen jesuita, haber aplicado el “don de discernimiento de espíritus», tanto a su vida personal como a las instituciones y diócesis, pues para sí y para todos ha deseado discernir en busca de dar mayor gloria a Dios.

Si vemos los diversos discursos que ha pronunciado y el modo de acometer los difíciles y espinosos problemas que ha acometido siempre ha sido desde el discernimiento y la prudencia del gobierno. Es más, no ha dudado en saltarse los mecanismos habituales de gobierno para poder acceder directamente al problema y atajarlo con celeridad. Como dice el adagio: “para solucionar un problema hay que salirse del problema”. Es pues muy pastoral y, también pastoral de urgencia, tantas comisiones “ad hoc” como ha organizado.

Indudablemente, hay mucho trabajo por hacer: la salvación de cuantas más almas mejor, por eso nadie podrá decir que el Santo Padre no ha puesto de su parte todo lo posible por introducir un gran dinamismo apostólico. De hecho, la habitual reforma de la curia que todos los Romanos Pontífices acometen en Francisco ha adoptado un claro matiz misionero, como se puede ver en “Praedicate Evangelium”.

No podemos terminar este rápido análisis sin mencionar su ilusión por una iglesia sinodal retomando el estilo del ejercicio del pontificado durante el primer milenio, bien consciente que la sinodalidad colaborará a la dimensión misionera de la Iglesia, la ecuménica y la pastoral.

Ecología integral

La esperanza de Francisco ante la inmigración

El Papa Francisco propuso cuatro verbos para articular una adecuada respuesta a la cuestión migratoria: acoger, proteger, promover e integrar.

Alfonso Martínez-Carbonell López·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

“Por fin embarcaron. Mis abuelos consiguieron vender sus escasos bienes en la campiña piamontesa y llegaron al puerto de Génova para zarpar en el Giulio Cesare con un pasaje de solo ida”. Así inicia el Papa su autobiografía. Para él, la inmigración no es sólo una cuestión social sino una vivencia personal. “Soy hijo de inmigrantes”, “sé lo que es la inmigración porque así se formó mi familia”, expresa en su libro “La esperanza no defrauda nunca”.

La inmigración no es una cuestión de cifras o estadísticas, de informes o expedientes, sino de rostros, nombres e historias concretas. Miró a los ojos de los inmigrantes en Lampedusa en 2013, en el campo de refugiados de Moria en Lesbos en 2016 y 2021, a los rohingyas refugiados en Bangladesh en 2017 y ha mirado a los ojos a cada inmigrante sufriente en cualquier parte del mundo.

Desde que el hombre es hombre, ha emigrado, reflejando así la dimensión peregrina de la existencia. Pero actualmente la inmigración se asocia a la violencia, la explotación, el tráfico de personas, la crueldad y la muerte. Asistimos, afirma, al más vasto movimiento de personas y de pueblos de todos los tiempos y la historia nos juzgará por cómo nos comportamos ante este fenómeno que nos afecta a todos y del que ninguno puede desentenderse. Es una cuestión crucial que, o bien nos hace naufragar como civilización o se convierte en una oportunidad para un cambio de paradigma. Su grito es claro: ¡No podemos seguir así, con la globalización de la indiferencia! Debemos iniciar una nueva etapa, la globalización de la caridad y la civilización del amor.

Fundamentos antropológico y teológico

En su visión de la inmigración, Francisco parte de un doble fundamento: antropológico y teológico. Según el primero, lo que está en juego es la dignidad humana y ésta es sagrada. El criterio para juzgar y actuar no puede ser el bienestar sino la salvaguarda de la dignidad humana. El trato al inmigrante debe ser acorde a su infinita e inalienable dignidad. Y según el fundamento teológico, no es cristiano desentenderse del inmigrante sino acogerlo y amarlo como a otro Cristo pues al final se nos juzgará por esto: “era inmigrante y me acogisteis” (Mt 25, 35).

A partir de la parábola del Buen Samaritano (Lc 10, 25) Francisco afirma, sólo hay dos tipos de personas: los que se hacen cargo del dolor o los que pasan de largo. Este es el desafío presente: o pasamos de largo o nos cargamos unos a otros sobre los hombros (“Fratelli Tutti” n. 70).

Para Francisco, lo primero es ver la realidad de este drama en los países de origen, donde prevalecen guerras civiles alimentadas por el egoísmo y aprovechadas por industrias de armamentos, donde la violencia se ceba con innumerables vidas humanas, donde el cambio climático y los desastres medioambientales no permiten vivir con dignidad, donde se vive en la miseria y se sufren las consecuencias lacerantes de una economía que mata. Pero todas estas causas no están fuera del control del hombre. Podemos tener esperanza.

Respuesta personal y política

La solución del problema se debe dar a nivel particular y político. A nivel particular, Dios nos interpela a cada uno ¿Dónde estás? ¿Dónde está tu hermano? Dios nos pide ser responsables los unos de los otros. Ante este drama, hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna, no lloramos por el sufrimiento ajeno, nos hemos acostumbrado y nos refugiamos en el anonimato. Francisco nos invita a sacudirnos la indiferencia.

A nivel político, el primer paso es ayudar a los países de origen a través de la cooperación y la solidaridad, creando condiciones nuevas que permitan vivir con dignidad, ayudar al crecimiento económico, y ofrecer a los jóvenes oportunidades de futuro que no les obligue a irse. Esto requiere la colaboración de todos los países afectados: los de origen, los de tránsito y los de destino e implica que los más desarrollados abandonen las prácticas económicas “neo colonizadoras” de detracción y explotación de los recursos de los más pobres. El segundo paso consistirá en garantizar un acceso legal a los países de destino como la única forma de vencer a los traficantes de personas.

Los cuatro verbos

Cuatro verbos son los que el Papa utilizó en la Jornada Mundial de los Inmigrantes de 2018 para articular una adecuada respuesta a la cuestión migratoria: acoger, proteger, promover e integrar. “Acoger” significa abrir las puertas según la capacidad de cada país facilitando los medios para un ingreso en condiciones: visados, frenar deportaciones, garantizar asistencia.  “Proteger” implica poner a la persona en el centro y defender sus derechos. “Promover” entraña animar su desarrollo personal en el país de destino, ayudarles en su formación y educación lingüística, cívica y laboral. Y, por último, “integrar” supone mezclarse, convivir, enriquecerse y respetarse mutuamente. Serán las generaciones futuras, a largo plazo, las que juzguen si este proceso se ha desarrollado de manera justa.

La esperanza es la clave. Por esperanza, aquellos hombres y mujeres salieron de su tierra buscando un futuro mejor. Con esperanza, podemos solucionar el problema pues superar sus causas depende de nosotros. El Papa Francisco se ha erigido en defensor de esta esperanza que no es posible que muera. Es la virtud más pequeña, la “pequeña esperanza”, a la que prometió seguir para siempre porque su cielo ya está en la tierra.

El autorAlfonso Martínez-Carbonell López

Profesor de Doctrina Social de la Iglesia de la Universidad CEU Cardenal Herrera

Vaticano

Francisco, primer Papa latinoamericano de la historia

El primer Papa americano en 21 siglos, y primer pontífice jesuita, el argentino Jorge Mario Bergoglio S.J., que tomó para sí el nombre de Francisco el 13 de marzo de 2013, ha estado al frente de la Iglesia católica 12 años y 1 mes. Tras la sorprendente renuncia de Benedicto XVI, llegó la elección del primer Papa de América, hijo de inmigrantes italianos.

Francisco Otamendi·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Francisco fue nombrado arzobispo de Buenos Aires (Argentina) en 1998, y cardenal en 2001 por san Juan Pablo II. Tras la renuncia de Benedicto XVI y su elección como Sucesor de Pedro (el 266) en el cónclave de 2013, ha sido el tercer Papa que ha gobernado la Iglesia católica con más edad (88 años), tras León XIII, que llegó a los 93 años y Agatón, del siglo VII, que supuestamente llegó a los 102 años, 

Vitalidad

Con sus capacidades y una gran fuerza de voluntad, a pesar de sus problemas de salud, el Papa argentino ha mantenido hasta hace bien poco sus intensos compromisos de agenda en el Sínodo sobre la sinodalidad y en el Jubileo de la Esperanza 2025.

Como fiel reflejo de su vitalidad, el 22 de junio de 2021, en plena pandemia del Covid-19, con 84 años, dio a conocer su Mensaje para la Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que convocó, y que se celebró ese mismo año el 25 de julio, en torno a la festividad de San Joaquín y Santa Ana (26 de julio). En la Jornada de 2024 presidió un encuentro festivo con miles de abuelos, nietos y ancianos, con 87 años.

Últimas autobiografías

En estos años, el Papa Francisco, quizá notando el peso de la edad, ha ido concediendo a algunos periodistas entrevistas largas en un género que podría considerarse autobiográfico.

En esta línea están ‘Vida. Mi historia a través de la Historia’ (Harper Collins), con el vaticanista Fabio Marchese. Y recientemente, ‘Esperanza’ (Penguin Random House), del también italiano Carlo Musso, en el que el Papa relata episodios de su infancia y adolescencia, y dos atentados fallidos durante su viaje a Irak, por ejemplo.

Hijo de emigrantes, sacerdote jesuita, obispo, cardenal

Su biografia oficial vaticana señala, como es sabido, que el Papa Francisco nació el 17 de diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses, y tuvo cinco hermanos. Su padre, Mario, era contador, empleado en ferrocarril, y su madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos. La cualidad de emigrante le marcaría toda su vida, y de modo especial en sus años de Pontificado. 

Jorge Mario Bergoglio se diplomó como técnico químico, y percibió la llamada al sacerdocio, entrando en el seminario diocesano de Villa Devoto. Tras el noviciado y los estudios, obtuvo la licenciatura en Teología, y se ordenó sacerdote el 13 de diciembre de 1969.

Prosiguió luego la preparación en la Compañía en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, el P. Bergoglio fue elegido provincial de los jesuitas, ultimó la tesis doctoral en Alemania, y al volver, fue director espiritual y confesor.

El cardenal Antonio Quarracino le llamó como su colaborador en Buenos Aires y san Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar de Buenos Aires en 1992. Eligió como lema ‘Miserando atque eligendo’ (Lo miró con misericordia y lo eligió). En 1998, tras fallecer el cardenal, le sucedió como arzobispo y primado de Argentina, y en 2001, el Papa Wojtyla le creó cardenal.

Hechos premonitorios 

En sus años como cardenal, pueden destacarse algunos hechos significativos. 

1) En octubre de 2001, tras el 11-S, fue relator general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicada al ministerio episcopal. En el Sínodo subrayó la “misión profética del obispo”.

2) En abril de 2005 participó en el cónclave en el que es elegido Benedicto XVI, y con el paso de los años se fue filtrando que fue el segundo cardenal más votado, tras Ratzinger.

Aparecida, Brasil

3) Del 13 al 31 de mayo de 2007 tuvo lugar la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y El Caribe, en el santuario de ‘Nossa Senhora da Imaculada Conceiçâo Aparecida’, en Brasil. 

El cardenal Bergoglio participó como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y fue elegido presidente de la Comisión de Redacción. El tema de la asamblea fue ‘Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida’. 

Años más tarde, ya elegido Papa, en su viaje apostólico a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud en julio de 2013, Francisco diría a los obispos brasileños que “la Iglesia siempre tiene necesidad apremiante de no olvidar la lección de Aparecida, no la puede desatender (…). Dios quiere manifestarse precisamente a través de nuestros medios, medios pobres, porque siempre es Él quien actúa”.

4) En las reuniones de cardenales previas al cónclave de 2013, para elegir al sucesor de Benedicto XVI, el cardenal Bergoglio tuvo alguna breve intervención determinante, según se ha filtrado. Ahí estaba el germen de la ‘Evangelii gaudium’, su exhortación programática.

El Papado

Diversos cardenales y teólogos han calificado su Pontificado como “pastoral”. Aquí, simplemente puede recordarse su clamor en Lampedusa ante la “globalización de la indiferencia” en torno a los migrantes (11 de julio de 2013), sus encíclicas, su denuncia de los abusos, el clamor por los pobres y por la paz ante las guerras, el diálogo interreligioso, las canonizaciones, o algunas palabras clave que resumen sus años como Pastor de la Iglesia Universal. Por ejemplo, las nueve que mencionó el redactor de Omnes en Roma, Giovanni Tridente, hace un par de años, que quizá ahora se convertirían en 10, con el Año Jubilar de la Esperanza 2025 que ha comenzado. Descanse en paz el Papa Francisco.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Muere el Papa Francisco a los 88 años

El Papa Francisco ha fallecido en la Casa Santa Marta, tras dos meses recibiendo tratamiento médico por lo que empezó siendo una bronquitis.

Paloma López Campos·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Papa Francisco ha muerto. Así lo confirma la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un comunicado donde indica que el Pontífice falleció a las 7:35 de la mañana del 21 de abril de 2025:

«Hace poco Su Eminencia, el cardenal Farrell, anunció con dolor el muerte del Papa Francisco, con estas palabras:

‘Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco.

A las 7:35 de esta mañana el Obispo de Roma, Francisco, ha regresado a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia.

Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.

Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso de Dios uno y trino'».

Tras meses recibiendo tratamiento por lo que empezó siendo una bronquitis en febrero, el Santo Padre ha muerto en la Casa Santa Marta, a pesar de que había recibido el alta del hospital. El Pontífice hizo varias apariciones públicas en los últimos días con motivo de las celebraciones de Semana Santa y del Domingo de Resurrección.

A lo largo de los próximos días quien lo desee podrá acudir al Vaticano a despedirse por última vez del Papa argentino, cuyo cuerpo descansará después del funeral en la basílica de Santa María la Mayor.

Evangelización

La afectividad, y el cardenal Artime, en la Semana de Vida Consagrada

La afectividad en la vida consagrada, y la presencia del cardenal salesiano Ángel Fernández Artime, pro prefecto del Dicasterio para los Institutos de vida Consagrada, centran la atención de la Semana de la vida religiosa de finales de abril.  

Francisco Otamendi·21 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La afectividad en los consagrados, con el lema ‘Lo afectivo es lo efectivo’, es el tema central de la Semana Nacional para los Institutos de Vida Consagrada que tendrá lugar en Madrid del 23 al 26 de abril. El cardenal salesiano Fernández Artime, pro-prefecto del Dicasterio para estos Institutos y Sociedades de Vida Apostólica, se dirigirá por vez primera a los consagrados en España, el sábado día 26, con el tema ‘La Misión en la Vida Consagrada: una tarea del corazón”.

Interpelación de la encíclica ‘Dilexit Nos’

El Instituto Teológico de Vida Religiosa de Madrid (ITVR) ha presentado hace unos días esta Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, que alcanza su edición número 54.

El profesor Antonio Bellella, cmf, director del ITVR, señaló que “este año queremos poner en primer plano la fuente y raíz de las fuerzas, convicciones y pasiones del ser humano, respondiendo así a la interpelación de la cuarta encíclica del Papa Francisco, ‘Dilexit nos’: necesitamos recuperar la importancia del corazón’”.

“Hoy empezamos la cuenta atrás y, simultáneamente, terminamos el largo proceso de preparación que comenzó el año pasado al finalizar el congreso anterior”, comenzó explicando el religioso. 

Presencia y on line

La convocatoria de este año vuelve a ser bimodal: centenares de consagrados se encontrarán entre el 23 y el 26 de abril en el Aula Magna de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid. 

Y además, refiriéndose al seguimiento online, en directo y en diferido: “nos consta y honra que muchas comunidades, en España y América Latina, visualizan los videos de las conferencias en sus momentos de formación permanente a lo largo del año”, añadió el profesor Bellella. “Gracias al seguimiento online de la Semana, el dónde y el cuándo y el cuántos se multiplican”, completó.

Algunos ponentes y cuatro núcleos 

La Eucaristía de inauguración será oficiada por Monseñor Vicente Martín, obispo auxiliar de Madrid. “El programa que nos ofrece el ITVR cuenta con ponentes de primer nivel, como Carme Soto, ssj; Adrián de Prado, cmf; Rufino Meana sj; o Alicia Villar”, señaló el director, quien subrayó la presencia del cardenal Fernández Artime, que  “por primera vez se dirigirá a la vida consagrada en España desde el cargo que ocupa”. 

En la Semana están previstos cuatro grandes áreas o núcleos, “inspirados en otros tantos versículos bíblicos”, cuyo esquema en el programa puede ver aquí.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

El Papa Francisco da la bendición Urbi et Orbi y recorre la plaza en papamóvil

El Papa sorprende a todos y permanece una hora en la Plaza de San Pedro.

Redacción Omnes·20 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Bajo un cielo claro y soleado, más de 35.000 personas se congregaron este Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro, según cifras del Vaticano, para celebrar la Misa de Pascua. La liturgia fue presidida por el cardenal Angelo Comastri, arcipreste emérito de la Basílica de San Pedro y vicario general emérito de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano. La celebración culminó con la tradicional bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la basílica vaticana.

La aparición del Papa y su mensaje

El Papa Francisco accedió al balcón de las bendiciones a través de una rampa, visiblemente frágil, en silla de ruedas y sin oxígeno asistido. Sorprendió un leve retraso de tres minutos en la apertura del telón rojo del balcón, algo inusual en una ceremonia medida al segundo.

Sin embargo, la espera se disipó con la aparición del Pontífice, que saludó a los presentes con un “Queridos hermanos y hermanas, ¡buena Pascua!”, antes de delegar la lectura del mensaje pascual en Mons. Diego Ravelli, maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias.

Un repaso al mundo herido

El mensaje, como es tradición, incluyó una llamada a la paz y la reconciliación global. Francisco expresó su preocupación por los múltiples focos de conflicto, desde la violencia contra las mujeres, las guerras en Gaza, Ucrania y Armenia, así como el preocupante repunte del antisemitismo en el mundo.

Tras el discurso, se recordó a los fieles la posibilidad de obtener la indulgencia plenaria, y el Papa impartió la bendición final. A pesar de su estado de salud delicado, lo hizo con voz clara.

En total, Francisco permaneció en el balcón durante unos 20 minutos sin mostrar signos visibles de fatiga, confirmando una cierta estabilidad en su recuperación.

Por último, para sorpresa de todos, tras la bendición bajó a la plaza y la recorrió en el papamóvil para saludar a los fieles allí congregados. Lógicamente no lo hizo saludando a los fieles con la efusividad habitual en este tipo de recorridos, pero sí estuvo otra media hora recorriendo la plaza hasta la Via de la Conciliacione. Es la primera vez que el Papa recorría la plaza en papamóvil desde su ingreso hospitalario.

«Sentir en mí el poder de su resurrección» (Flp 3, 10)

El poder, la fuerza de la resurrección, es introducirnos para siempre en la vida y gozo de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

20 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

«Todo para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, con la esperanza de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10 -11). Esta afirmación de san Pablo en su carta a los Filipenses la escribe el apóstol en un contexto polémico. Quiere poner en guardia, con gran fuerza, a sus destinatarios frente a los judaizantes para establecer que la única salvación viene por la fe en Cristo Jesús. Todo lo considera el apóstol una pérdida en comparación con Cristo Jesús. Él – que podría gloriarse de ser linaje de Israel, ya que pertenece a la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos – todo lo tiene por basura a fin de ganar a Cristo. Este ganar a Cristo lo centra el apóstol en «sentir (en Él) el poder de su resurrección».  

La fe en Cristo tiene como fin conocerle (amarle) y sentir en Él el poder de su resurrección. Sentir en Él el poder de su resurrección es como el fin, la meta; pero no se llega a esta meta si no tengo «comunicación en sus padecimientos, configurándome conforme a su muerte».

La Resurrección como meta

La vida cristiana tiene, como es lógico, su centro y su eje en Cristo, en la identificación con Cristo. La primera predicación cristiana al pueblo judío, contenida en el discurso de san Pedro y trasmitida por los “Hechos de los Apóstoles”, no presenta de inmediato al Verbo eterno, sino al Verbo encarnado, es decir, a Jesús, a quien ellos han conocido, visto y tratado, que ha caminado por sus calles y al cual han entregado a la muerte por medio de Pilato.

San Pedro pone el acento en este Jesús, en este «siervo Jesús» que, sin embargo, ha sido elevado a la diestra de Dios, es decir, igual a Dios, por su muerte y resurrección. Cuando san Pablo afirma perseguir «el sentir en él el poder de su resurrección» nos está indicando cuál es la meta de nuestra identificación con los padecimientos del «siervo Jesús». Esa meta es la vida divina, la participación en la vida y felicidad de Dios. El poder, la fuerza de su resurrección es introducirnos para siempre en la vida y gozo de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por eso, todo lo demás es basura. Jesús es nuestro único Salvador: «No hay salvación en otro alguno. Porque no ha sido dado otro nombre a los hombres bajo el cielo, en el que hayan de salvarse» (Hch, 4, 12). ¡¡Feliz Pascua de resurrección!!

El autorCelso Morga

Arzobispo emérito de la diócesis de Mérida Badajoz

Leer más
Mundo

Auge de bautismos de adultos en la Vigilia Pascual

En la Vigilia Pascual de este sábado por la noche, numerosos jóvenes y menos jóvenes, catecúmenos adultos, se bautizan en la Iglesia católica. El auge es creciente, y en países como Francia, espectacular. También en Escocia, Bélgica, diócesis españolas como Getafe, o Malasia (Asia). Buscan un sentido a sus vidas, alegría, paz, la Luz de Cristo.  

Francisco Otamendi·19 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 8 minutos

Los bautismos de adultos se multiplican en Europa y otros países. La noche del sábado, en la Vigilia de Pascua, el cirio pascual ilumina la oscuridad para representar la victoria de Cristo sobre la muerte, con su Resurrección. Una Luz y un gozo que buscan miles de jóvenes, que recibirán los sacramentos de iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía. Francia lidera los bautismos en Europa.

“Nos hiciste, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”, escribió san Agustín en las ‘Confesiones’. Eso parecen buscar los jóvenes adultos que se bautizarán en la noche de Pascua de este sábado.

17.800 bautismos en Francia, un 45 % más

Solo en Francia se bautizarán 10.384 adultos y más de 7.400 adolescentes de 11 a 17 años. Esto eleva a más de 17.800 el número total de catecúmenos que se bautizarán este año en el país galo, lo que supone un aumento del 45 % para los adultos respecto a 2024.

Los datos corresponden a ‘Eglise catholique en France’, medio editado por la Conferencia de obispos de Francia. Los obispos están sorprendidos de las peticiones de bautismo, porque se superan las cifras récord recogidas el año pasado.

El medio asegura que los datos son los más elevados jamás registrados desde que la Conferencia de obispos franceses (CEF) creó esta encuesta hace más de veinte años (en 2002). Además, se ha confirmado una tendencia observada en el trabajo del año pasado. La creciente proporción de jóvenes entre los catecúmenos, que ahora constituyen la mayoría.

Vista la demanda, la publicación ha ofrecido este mismo viernes un trabajo titulado Qui sont les catéchumènes?, en el que explica que “estos jóvenes y adultos proceden de los cuatro puntos cardinales de Francia y de orígenes diversos. Todos ellos han emprendido un viaje para descubrir la fe cristiana”.

“Una Iglesia catecumenal”

Más de 45.000 jóvenes de Francia participaron en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, un 50 % más de lo esperado. Las solicitudes de bautismo de adultos están aumentando aceleradamente. ¿Cómo interpreta estos datos?, le preguntó hace unos días Le Pélerin, al arzobispo Eric de Moulins-Beaufort, presidente todavía de la Conferencia de obispos franceses (el cardenal de Marsella, Jean-Marc Aveline, será el nuevo presidente).

En su respuesta, el arzobispo francés señaló que “a la JMJ van jóvenes católicos ya involucrados con parroquias, movimientos”. Pero “acoger a los catecúmenos renueva nuestra Iglesia. Los que piden el bautismo, y que recibimos como un don de Dios, representan un fenómeno un poco diferente. La descristianización puede traducirse en un renovado interés por las religiones. Algunos, a la edad en la que se hacen elecciones personales, quieren convertirse en cristianos”.

“Más pacíficos, capaces de relaciones con los demás”

“Los catecúmenos que me escribieron el año pasado antes de su bautismo decían todos, de una forma u otra, que acercarse a Cristo los había pacificado, hecho capaces de relaciones diferentes con los demás. Nos convertimos en una Iglesia catecumenal, después de haber sido una Iglesia de la transmisión familiar. Si los jóvenes vienen a nosotros, es para poner sus vidas bajo la luz de Dios”, añade.

Responsables de Oficinas de Pastoral Juvenil y Vocaciones, han calificado esta tendencia de los estos bautismos de adultos como “un fenómeno masivo,” que lleva desarrollándose durante los últimos años y que “crece de forma constante”.

Bélgica, tendencia al alza

En un país vecino, Bélgica, la tendencia es alcista también. Los bautismos de adultos se han duplicado en diez años, aunque las cifras se difunden con mayor discreción. La Conferencia Episcopal belga ha informado que en 2024 se registraron 362 bautismos de adultos, lo que representa casi el doble de la cifra de 186 adultos registrados en 2014.

Aunque no se dispone de datos específicos para 2025, la tendencia creciente en el número de adultos que buscan el bautismo sugiere que es probable que esta cifra siga aumentando. En 2025 podrían superar los quinientos, en un país en el que el número de personas que se declaran católicos está por debajo del 60 por ciento.

Jóvenes en Edimburgo (Escocia): reacción ante la superficialidad

“Nunca había pensado en lo profundamente arraigada en el amor y la humanidad que estaba la fe católica”, ha manifestado Ilhan Alp Yilmaz, estudiante turco de 23 años. Se trata de una de las 33 personas, en su mayoría jóvenes adultos, de la parroquia de St James, en St Andrews, en Edimburgo (Escocia), que se convertirán al catolicismo en Pascua.

Ilhan dice que se sintió atraído por el catolicismo por “un sincero sentimiento de agradecimiento por todo lo que había en mi vida”. Ha disfrutado del proceso del Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA) en la parroquia. “Aprendiendo algo nuevo cada semana sobre la fe, amenizado hasta la saciedad por el ingenio de monseñor Burke”.

Monseñor Patrick Burke, párroco de St James, ha comentado: “Creo que (esto) está ocurriendo porque los jóvenes son conscientes de cierta superficialidad en la cultura contemporánea y buscan una verdad y un significado más profundos”.

“Buscan la trascendencia”

Una reciente encuesta encargada por la Sociedad Bíblica y realizada por YouGov descubrió lo que muchos sacerdotes han notado en los últimos años: más adultos jóvenes asisten a la Iglesia. 

«Creo que también están buscando comunidad y pertenencia y un reconocimiento de que mucho de lo que promete la cultura contemporánea de las celebridades en realidad no produce una profunda felicidad”, añade monseñor Burke.

«Cuando estaba en la catedral de Santa María en Edimburgo, nos sorprendió la cantidad de jóvenes que querían unirse a RCIA”. “La Iglesia Católica ofrece significado, belleza, verdad y trascendencia… Creo que están buscando la trascendencia».

“El coraje de los jóvenes”

Este sábado, el arzobispo Cushley celebrará la misa de la Vigilia de Pascua a las 8:00 pm. en la catedral de Santa María en Edimburgo, en Escocia, donde 12 catecúmenos y 21 candidatos serán recibidos en comunión plena con la Iglesia Católica.

A su juicio, “el coraje silencioso de cualquier joven que elija la fe es una señal de que Dios todavía está trabajando en nuestro mundo”.

Otros jóvenes que se bautizarán este sábado son Alexander Peris, de 20 años, del grupo de la parroquia de St. James, estudiante de Pittsburgh, Pensilvania. O Jessica Hrycak, 19 años, de Milton Keynes, y de la misma parroquia de San Jacobo.

Jessica Hrycak y el turco Ilhan Alp Ylmaz

Jessica Hrycak dice: “Crecí en un hogar cristiano, pero no fue hasta la Universidad cuando decidí tomar mi religión más en serio. “Mis amigos en Halls siempre tenían debates religiosos a la hora de comer, y así es como empecé a aprender sobre el catolicismo. “A partir de ahí, comencé a ir a misa, ya que sus conversaciones me habían atraído a la Iglesia católica”.

El citado lhan Alp Yilmaz, de Estambul, señala: “Mi hermana y yo fuimos criados como irreligiosos, por lo que mi conocimiento de cualquier religión era bastante escaso”.

«Nunca consideré cuán profundamente arraigada estaba la fe católica en el amor y la humanidad y me sorprendió que sus creencias fueran holísticas y no una serie de doctrinas desconectadas. He disfrutado aprendiendo algo nuevo cada semana sobre la fe”.

Getafe: 33 catecúmenos de varios países

Un total de 33 catecúmenos, curiosamente como en Edimburgo, recibirán los sacramentos de iniciación cristiana en la diócesis de Getafe (España), en la Vigilia Pascual de este sábado. Lo harán en la catedral Santa María Magdalena y en la basílica del Sagrado Corazón de Jesús de la localidad madrileña. La primera estará presidida por el obispo diocesano, Mons. Ginés García Beltrán y la segunda, por el auxiliar, Mons. José María Avendaño

Los catecúmenos provienen de países como Congo, Perú, Marruecos, Venezuela y Alemania, además de varios lugares de España. “Estos adultos, con edades comprendidas entre los 17 y 66 años”, informa la diócesis, “han recorrido un largo y profundo proceso de formación».

Los catecúmenos han aprendido y vivido la fe cristiana, siguiendo el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA). Entre ellos, se encuentran Irene Casado, joven profesora del Colegio Arenales de Arroyomolinos ,o Lorena Millán, de la parroquia Santos Justo y Pastor de Parla. Una de las catequistas, Carmen Iglesias, asegura que esta celebración es una gran alegría: “Ver cómo el Señor llama y les toca el corazón en un momento de sus vidas, y que los llama al Bautismo, es un gozo”.

Madrid, Barcelona

También en la catedral de La Almudena, de Madrid, habrá varios adultos que recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, en una ceremonia presidida por el cardenal José Cobo. La archidiócesis ha contado, por ejemplo, la historia de Jorge (40 años) y Laura (36 años), su esposa, de la parroquia de Las Tablas, donde se casaron hace diez años. 

“El suyo fue un matrimonio con disparidad de culto porque Jorge no estaba bautizado. Laura supo respetarle. ‘Hay quien se bautiza porque se va a casar, pero yo no quería eso para Jorge’. Y así, él ha tenido tiempo para ir haciendo su propia historia de amor con Dios que culminará en la Vigilia Pascual en la catedral de la Almudena, el Sábado Santo 19 de abril’.

En Barcelona también habrá catecúmenos que recibirán los sacramentos de la iniciación cristiana, tras una preparación dirigida por el obispo auxiliar Mons. David Abadías. Según explica Mn. Felip Juli Rodríguez Piñel, responsable del Servicio diocesano para el Catecumenado, las catequesis se han llevado a cabo mensualmente y son impartidas por el obispo. «El obispo es el primer responsable del catecumenado y es importante que los catecúmenos reciban su catequesis”, subraya.

Argüello: el corazón humano, en permanente búsqueda

El entonces secretario general de la Conferencia Episcopal española, ahora presidente, el arzobispo Luis Argüello, manifestó en junio de 2022 que «ciertamente hay un incremento de los bautismos de adultos”. 

“El bautismo de adultos se está produciendo por diversos motivos”, añadió Arguëllo. “El primero es que hay personas que en relación con otros creyentes expresan su deseo de conocer y compartir la fe. (…) “El corazón humano”, prosiguió, “es un corazón inquieto que está siempre en permanente búsqueda. Hay personas que vuelven a descubrir que Jesucristo, y su Evangelio, es una buena propuesta para vivir y quieren vivirla con otros en una compañía que es la Iglesia”.

Por otra parte, la propia Conferencia Episcopal anunció en 2023 que, según los datos correspondientes a 2022, se había producido un aumento de los bautizos

Malasia, más de dos mil

Buena prueba de esa inquietud del corazón son, por citar un país asiático, los más de dos mil jóvenes y adultos que reciben el bautismo en la Vigilia Pascual en Malasia: 1.047 nuevos bautizados en Malasia Peninsular y un número equivalente en el Borneo malayo, informa la agencia Fides.

Canadá percibe el mismo fenómeno

En diversas regiones de Canadá, marcadas por la creciente secularización, también comienzan a surgir signos esperanzadores de un renacimiento católico. En Nanaimo, Columbia Británica, el padre Harrison Ayre, párroco de San Pedro, ha visto cómo la asistencia a misa pasó de 650 personas a principios de 2024 a 1.100 en apenas unos meses. Además del aumento de fieles, ha crecido la participación juvenil y el número de catecúmenos adultos. Una de las mayores sorpresas fue una reciente jornada de confesiones durante la Cuaresma, en la que 225 personas acudieron a reconciliarse a lo largo de 12 horas ininterrumpidas. “Creo que será uno de esos días que guardaré en mi memoria como sacerdote. Sentí una gran satisfacción”, expresó Ayre.

En el Santuario Católico Ucraniano de San Juan Bautista, en Ottawa, el diácono Andrew Bennett observa un fenómeno similar: el número de jóvenes asistentes a las vísperas del sábado se ha duplicado en los últimos cinco años, pasando de 30 a entre 60 y 70 personas cada semana. Mientras tanto, en Montreal, la reactivación de la tradicional Caminata del Sábado de Ramos, tras la pausa de la pandemia, ha superado todas las expectativas: de 750 participantes en 2024 se ha pasado a casi 4.000 en 2025. Estos brotes de vitalidad, en ciudades como Nanaimo, considerada la más secular de Canadá, reflejan una nueva apertura a la fe, especialmente entre los jóvenes.

El autorFrancisco Otamendi

Vaticano

Giampietro Dal Toso: “La fuerza de la diplomacia vaticana no es militar, está en la palabra”

Giovanni Pietro Dal Toso es nuncio apostólico en Chipre y Jordania. Antes de representar al Papa Francisco en estos países, ejerció como secretario delegado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y como presidente de las Obras Misionales Pontificias.

Paloma López Campos·19 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Giovanni Pietro Dal Toso es nuncio apostólico en Jordania y Chipre desde 2023. Es Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Gregoriana y licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Lateranense.  Siendo secretario delegado del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Santo Padre confió en él en 2017 para que visitara Alepo durante el conflicto en Siria, con el objetivo de acompañar a los cristianos que sufrían por la guerra y por los ataques terroristas.  Ese mismo año comenzó su presidencia en las Obras Misionales Pontificias.

La experiencia de Dal Toso en lugares de conflicto donde conviven distintas religiones le aporta una visión valiosa para la Iglesia y la misión diplomática vaticana que, en sus propias palabras, promueve la consideración de “los problemas a la luz de principios éticos”, poniendo en el centro “el bien de las personas, que es el verdadero criterio que la política tiene que perseguir”.

¿Qué desafíos enfrenta la Iglesia en su labor pastoral en un contexto tan plural como el de Jordania y Chipre, donde conviven diversas religiones y culturas?

—Como bien dice, la situación de Jordania y Chipre es muy diferente desde un punto de vista histórico y religioso. Empiezo con los aspectos que son más parecidos. De hecho, políticamente, hay una gran cooperación entre estos dos países. En pocas palabras: como Chipre es el puente entre oeste y este, así Jordania es el puente entre este y oeste. Chipre es el lado de la Unión Europea más cercano al Oriente Medio, y Jordania es el país más cercano al Occidente de entre los países árabes. La cuestión de la inmigración también les une, porque en Jordania hay refugiados de Palestina, Siria e Iraq, mientras que Chipre es el país europeo que más porcentaje tiene de inmigrantes, porque, como sabemos, muchos ven en Chipre la puerta de acceso a Europa. 

Desde un punto de vista sociológico, religiosamente la situación es completamente diferente. Jordania es un reino donde la gran mayoría de la población es musulmana, mientras que en Chipre, por lo menos en la parte meridional, la población es sobre todo ortodoxa y de cultura griega; en la parte ocupada del norte casi todos pertenecen al Islam. Pero como las cosas nunca son simples, hay que hacer otra distinción. El Patriarcado latino de Jerusalén se extiende en Jordania y en Chipre: o sea el Ordinario para los católicos latinos en los dos países es el Patriarca de Jerusalén. En Jordania hay también una diócesis griego-melkita, y feligreses de rito siro-católico, caldeo, maronita y armenio, o sea seis ritos católicos, mientras que hay también cristianos ortodoxos, anglicanos y protestantes. En Chipre, junto a la comunidad latina, pervive después de 1000 años una importante comunidad maronita, con un arzobispo propio. 

Como se ve, la situación es bastante compleja. Es una riqueza tener tantos ritos, pero esto puede ser también una debilidad, siendo los católicos numéricamente pocos.  

¿Cuál considera que es el papel de la diplomacia vaticana en la promoción de la paz y el diálogo interreligioso?

—La promoción de la paz, junto con la ayuda a la misión específica de la Iglesia, es una prioridad para la diplomacia vaticana, y no solo en el Medio Oriente. La palabra del Santo Padre siempre exhorta a la paz entre naciones, y siempre indica la vía del diálogo, y no del conflicto, como vía hacia la convivencia entre los pueblos. Queda claro que en la situación del Oriente Medio todo esto tiene un valor particular, porque esta región sufre desde largo tiempo de conflictos en y entre diferentes países. 

La fuerza de la diplomacia vaticana no es una fuerza económica o militar, sino que se realiza mediante la palabra, la exhortación a considerar los problemas a la luz de principios éticos para el bien de las personas, que es el verdadero criterio que la política tiene que perseguir.

El Papa Francisco ha subrayado también el principio de la fraternidad: hay que mirar al otro como hermano, porque compartimos la misma humanidad, y no como enemigo o extraño. Esta visión del Papa se ha realizado en particular con el documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Humana y la Convivencia Común, que él firmó en 2019 en Abu Dhabi con el Rector de la Universidad Al Azhar del Cairo. Esto significa que el diálogo entre las diferentes religiones también puede basarse sobre el principio de la fraternidad y en este sentido contribuir a la paz.

¿Cómo describiría la relación entre la Iglesia católica y las otras comunidades religiosas en Jordania?

-—Si hablamos de otras comunidades religiosas en Jordania hay que distinguir entre comunidades cristianas y comunidades no cristianas. La gente normalmente no pone mucha atención a si la persona es católica u ortodoxa: en el lenguaje común se distingue entre cristianos y musulmanes. Jordania es un país conocido por las buenas relaciones entre cristianos y musulmanes. No puedo olvidar un acontecimiento en los primeros meses de mi misión, cuando en una homilía hablé de la coexistencia entre cristianos y musulmanes. Después de la celebración un señor cristiano se me acercó diciéndome que no hay que hablar de coexistencia, sino de familiaridad. Así se ven las buenas relaciones entre las dos comunidades.

Esto no significa que no haya a veces tensiones, especialmente en momentos históricos cuando el radicalismo toma fuerza. Pero tengo que añadir también que la Casa Real de Jordania apoya mucho la armonía entre religiones. En este sentido merece la pena recordar el Institute for Interfaith Studies, fundado en el 1994 por el príncipe Hassan, tío del rey Abdullah II, que promueve el diálogo interreligioso, no solo en Jordania. 

En Jordania, los cristianos constituyen una pequeña parte de la población. ¿Qué retos enfrenta la Iglesia en su misión pastoral allí, y qué medidas se están tomando para apoyar a la comunidad cristiana local?

—El reto más serio para nuestros cristianos, sobre todo los jóvenes, es la “utopía de Occidente”. Muchos quieren dejar el país para trasladarse a Europa, América o Australia. Este fenómeno se encuentra en todo el Oriente Medio y nos preocupa mucho, porque los cristianos forman parte integral del mundo árabe. A veces me preocupa que en Occidente “árabe” significa “musulmán”. No es así. Aunque pequeña, la población cristiana ha contribuido muchísimo, y sigue contribuyendo, al bien de las sociedades en el Medio Oriente. Esto es un hecho histórico.

Pero la cuestión no concierne solamente el aspecto social: las comunidades cristianas de aquí son los herederos directos de las primeras comunidades cristianas. Aquí en Jordania hay muchísimos restos de los primeros siglos cristianos. El hecho de que los cristianos quieran dejar estos países es un reto en muchos sentidos.

También es importante recordar que el secularismo influye en todos lugares, particularmente a través de los medios. Es una cultura penetrante, que no se detiene frente a nada y que percibimos en nuestras regiones. Una señal clara en este sentido es la baja de las respuestas a las vocaciones sacerdotales y religiosas. Por esto sigue siendo prioritaria la formación en la fe, sobre todo para los jóvenes.

Chipre ha sido históricamente una isla dividida, con tensiones entre las comunidades que la integran. ¿Cómo se vive el trabajo de la Iglesia en este contexto político y social? ¿Qué esfuerzos realiza la Iglesia para promover la reconciliación?

—La división de la isla de Chipre se remonta a 1974, cuando las tropas turcas invadieron la isla y proclamaron una República independiente, que sin embargo no es reconocida internacionalmente, excepto por Turquía. Está claro que esta división marca profundamente a la isla, porque a lo largo del tiempo ha provocado graves sufrimientos. Muchos han tenido que abandonar sus hogares y posesiones para mudarse a una u otra parte de la isla. No todas estas heridas han sanado. Se hicieron intentos de reconciliación entre las partes, pero lamentablemente no dieron frutos.

Incluso en este caso la Iglesia puede hacer poco, sobre todo porque, como hemos dicho, es una pequeña minoría. Pero también en este caso, por ejemplo, se intenta promover el diálogo interreligioso con algunas iniciativas. Sin embargo, en este momento el papel de la Iglesia católica en Chipre, especialmente la de rito latino, es adaptarse a las nuevas circunstancias en las que lleva a cabo su misión. Me refiero al hecho de que el número de inmigrantes católicos procedentes de África, por ejemplo, que necesitan atención pastoral, está en constante crecimiento. Por ello, se están fortaleciendo las estructuras pastorales en la isla y el año pasado también fue ordenado un obispo latino como Vicario Patriarcal de Jerusalén, para dar una configuración más plena a esta Iglesia. La parte de rito maronita, sin embargo, ha crecido mucho en los últimos años porque muchos libaneses, ante la incertidumbre de la situación en el Líbano, han preferido trasladarse a la isla de Chipre, que no está lejos de su país. 

Jordania es un país clave en el Medio Oriente para la estabilidad política y religiosa. ¿Qué papel juega la Iglesia católica en apoyar los esfuerzos por la paz y el entendimiento mutuo en una región tan compleja?

—Creo que puedo decir que el esfuerzo de la Santa Sede en nuestra región es notable. Sin entrar en detalles, se ve por ejemplo ya en los viajes del Santo Padre, que en estos años visitó Jordania, Israel, Palestina, Egipto, los Emiratos, Irak y Bahrein. También estuvo en Chipre.

Por lo que me concierne, con mi nombramiento se decidió tener un nuncio residente en Jordania, mientras que antes el nuncio residía en Iraq y desde allí seguía Jordania. Esto lo digo para subrayar la importancia que tiene este reino. Propiamente la Santa Sede reconoce que el Reino de Jordania juega un papel clave para la estabilidad de la región, y esto bajo la perspectiva social y religiosa.

Pero más allá del compromiso diplomático de la Santa Sede, la mayor contribución que ofrece la Iglesia católica radica en formar a las personas, en fomentar el respeto y la convivencia, en inculcar valores positivos en las conciencias.

Otro aspecto que no se debe olvidar es la peregrinación a los lugares santos de Jordania, que forma parte de Tierra Santa, porque allí ocurrieron muchos acontecimientos bíblicos y también relacionados con la vida de Jesús. Peregrinar a Jordania contribuye a fortalecer las comunidades cristianas locales y a fomentar las relaciones entre Oriente y Occidente. El encuentro significa conocimiento mutuo.

Vaticano

Cambiar el mundo exige cambiar la dirección, escribe el Papa para el Vía Crucis

El Papa Francisco ha redactado los textos del Via Crucis que ha tenido lugar en el Coliseo, como es tradicional el Viernes Santo.

OSV / Omnes·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Carol Glatz, OSV.

Los actuales “constructores de Babel” están construyendo un infierno en la tierra, rechazando a todos los que consideran “perdedores”, escribió el Papa Francisco en las meditaciones del Vía Crucis.

«Tu camino, Jesús, es el camino de las Bienaventuranzas. No aplasta, sino que cultiva, repara y protege», escribió el Papa durante la ceremonia nocturna del 18 de abril en el Coliseo romano.

«Los constructores de Babel de hoy nos dicen que no hay lugar para perdedores, y que quienes caen en el camino son perdedores. Suya es la obra del infierno», escribió. «La economía de Dios, en cambio, no mata, ni descarta, ni aplasta. Es humilde, fiel a la tierra».

Cada año, el Papa suele elegir a una persona o grupo de personas diferente para escribir la serie de oraciones y reflexiones que se leen en voz alta para cada una de las 14 estaciones, que conmemoran la condenación de Cristo, su carga con la cruz al Gólgota, su crucifixión y su entierro. Sin embargo, el propio Papa escribió los comentarios y oraciones para el Año Santo de este año, al igual que lo hizo para el Año de Oración del año pasado.

Presidió el Vicario del Papa en la diócesis de Roma

Por tercer año consecutivo, el Papa Francisco tenía previsto seguir el Vía Crucis nocturno desde su residencia en el Vaticano por razones de salud, mientras se esperaban 25.000 personas reunidas en el exterior del antiguo anfiteatro.

El cardenal Baldassare Reina, vicario papal de Roma, fue designado para sustituir al papa, presidiendo la ceremonia del Viernes Santo y ofreciendo la bendición final al final. Representantes de diferentes grupos, entre ellos migrantes, jóvenes, personas con discapacidad, voluntarios, trabajadores de organizaciones benéficas, educadores y miembros del «Ordo Viduarum», un grupo de viudas que sirven a la Iglesia, se turnarían para llevar una cruz de madera desnuda.

Un texto con enfoque social

Los comentarios y oraciones del Papa de este año se centraron en cómo «el camino del Calvario pasa por las calles que recorremos cada día».

Jesús vino a cambiar el mundo y, «para nosotros, eso significa cambiar de dirección, ver la bondad de tu camino, dejar que el recuerdo de tu mirada transforme nuestros corazones», escribió en su introducción.

«Basta con escuchar su invitación: “¡Ven! ¡Sígueme!”. Y confiar en esa mirada de amor», y desde allí «todo florece de nuevo», escribió, y los lugares desgarrados por el conflicto pueden avanzar hacia la reconciliación, y «un corazón de piedra puede convertirse en un corazón de carne».

Dios confía en nosotros

En la primera estación, “Jesús es condenado a muerte”, el Papa destacó cómo Jesús respeta la libertad humana y confía en todos poniéndose “en nuestras manos”.

Pilato podría haber liberado a Jesús, pero «prefirió no hacerlo», escribió el Papa, pidiendo a los fieles que reflexionaran sobre cómo «hemos sido prisioneros de los roles que elegimos seguir desempeñando, temerosos del desafío de un cambio en la dirección de nuestras vidas».

«De esto podemos sacar lecciones maravillosas: cómo liberar a los acusados ​​injustamente, cómo reconocer la complejidad de las situaciones, cómo protestar contra los juicios letales», escribió el Papa, porque es Jesús quien «está silencioso ante nosotros, en cada uno de nuestros hermanos y hermanas expuestos al juicio y al fanatismo».

Disputas religiosas, disputas legales, el supuesto sentido común que nos impide involucrarnos en el destino de los demás: mil razones nos arrastran al lado de Herodes, los sacerdotes, Pilato y la multitud. Sin embargo, podría ser de otra manera», escribió.

No rehuir la cruz

Para la segunda estación, “Jesús carga con su cruz”, el Papa escribió que la carga más grande es tratar de evitar la cruz y evadir la responsabilidad.

«Todo lo que tenemos que hacer», escribió, «es dejar de huir y permanecer en compañía de quienes nos has dado, unirnos a ellos, reconociendo que solo así podemos dejar de ser prisioneros de nosotros mismos».

«El egoísmo nos pesa más que la cruz. La indiferencia nos pesa más que el compartir», escribió el Papa.

Sin miedo a caer

En la séptima estación, “Jesús cae por segunda vez”, el Papa subrayó cómo Jesús no tuvo miedo de tropezar y caer.

«Todos aquellos que se avergüenzan de esto, aquellos que quieren parecer infalibles, que ocultan sus propias caídas pero se niegan a perdonar las de los demás, rechazan el camino que tú elegiste», escribió.

«En ti todos fuimos encontrados y llevados a casa, como aquella oveja que se había extraviado», decía su meditación.

«Una economía en la que los noventa y nueve son más importantes que uno es inhumana. Sin embargo, hemos construido un mundo que funciona así: un mundo de cálculos y algoritmos, de lógica fría e intereses implacables», escribió.

Sin embargo, escribió, «cuando volvemos nuestro corazón hacia ti, que caes y te levantas de nuevo, experimentamos un cambio de rumbo y un cambio de ritmo. Una conversión que restaura nuestra alegría y nos trae sanos y salvos a casa».

En su oración por la undécima estación, «Jesús es clavado en la cruz», el Papa pidió rezar a Dios para que nos «enseñe a amar» cuando «estamos atados a leyes o decisiones injustas», cuando «estamos en desacuerdo con quienes no se interesan por la verdad y la justicia, y cuando todos dicen: «No hay nada que hacer».

El autorOSV / Omnes

Vaticano

La Iglesia reafirma que no se puede borrar el bautismo del registro parroquial

El Dicasterio para los Textos Legislativos del Vaticano publica una nota explicativa que prohíbe cualquier modificación o cancelación de su contenido.

Javier García Herrería·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Dicasterio para los Textos Legislativos del Vaticano ha emitido una nota explicativa sobre la imposibilidad de cancelar el bautismo del Registro Parroquial, una práctica que ha sido solicitada ocasionalmente por personas que desean desvincularse de la Iglesia. El documento, firmado por el cardenal Filippo Iannone y el arzobispo Juan Ignacio Arrieta, recuerda que el Derecho Canónico no permite modificar o cancelar las inscripciones hechas en el Registro de los Bautismos, solo puede corregir eventuales errores de transcripción.

La razón es que este registro “no es una lista de miembros” pertenecientes a la Iglesia católica, sino una constatación objetiva de hechos sacramentales ocurridos históricamente en la vida de la Iglesia. El bautismo, que la Iglesia administra una sola vez, es un sacramento de carácter permanente que constituye la base para la recepción de los demás sacramentos. Por eso, junto con el bautismo se inscriben otros hitos importantes e igualmente únicos, como la confirmación, el orden sacerdotal, el matrimonio o la profesión religiosa perpetua.

No se borra, pero se puede anotar la salida

El documento aclara que si bien no se puede eliminar el dato del bautismo, sí puede dejarse constancia de que una persona desea abandonar la Iglesia: “Al Registro del Bautismo deberá ser aportado, eventualmente, el actus formalis defectionis ab Ecclesia Catholica, cuando una persona indica de querer abandonar la Iglesia Católica”. Esta anotación puede hacerse a petición del interesado y en el contexto de una audiencia formal, sin que ello implique la eliminación del dato sacramental.

El objetivo de mantener intacta la inscripción no es acreditar la fe actual del bautizado, sino “certificar un hecho histórico eclesial”, que es jurídicamente relevante para garantizar la válida administración de futuros sacramentos. Esto se torna crucial, por ejemplo, para quienes desean casarse por la Iglesia o asumir compromisos religiosos formales.

Coherencia con todo el orden canónico

La nota señala que todo el ordenamiento jurídico de la Iglesia está orientado a conservar la certeza sobre los sacramentos recibidos, comenzando por el bautismo. Se recuerda que incluso los bautismos administrados “sub conditione” (cuando hay dudas sobre si se administró previamente) no implican una repetición del sacramento, ya que este no puede duplicarse.

Finalmente, se subraya que la inscripción en el registro debe realizarse con certeza sobre el hecho acontecido, razón por la cual la presencia de testigos en el bautismo es obligatoria, de acuerdo con el canon 875 del Código de Derecho Canónico. Estos testigos no sustituyen al registro, pero permiten verificar con certeza la realidad del sacramento celebrado.

Con esta nota, la Santa Sede quiere reafirmar la dimensión objetiva e irreversible del bautismo en la tradición católica y evitar la creciente tendencia a solicitar “borrados simbólicos” que no tienen cabida en la teología ni en el derecho de la Iglesia.

Los Tribunales Supremos se van pronunciando

El Tribunal Supremo de España respaldó en su sentencia nº 1747/2008, publicada el 19 de noviembre de 2008, la imposibilidad de cancelar las inscripciones de bautismo en los libros parroquiales a petición de quienes solicitan apostasía. En dicha resolución, el alto tribunal determinó que estos registros no constituyen un fichero sujeto a la legislación de protección de datos, sino que son un reflejo de hechos históricos—en este caso, la administración del sacramento del bautismo—y, por tanto, no pueden ser modificados ni eliminados.

​En varios países europeos se han producido pronunciamientos judiciales y administrativos sobre la posibilidad de eliminar o modificar las inscripciones de bautismo en los registros parroquiales, en respuesta a solicitudes de apostasía o por motivos de protección de datos.

En Francia, el 2 de febrero de 2024, el Consejo de Estado, máximo tribunal administrativo francés, dictaminó que la Iglesia católica no está obligada a eliminar las inscripciones de bautismo de sus registros. El tribunal argumentó que estos registros constituyen la huella de un hecho histórico, aunque se permite anotar en el margen del registro la voluntad de la persona de renunciar a la Iglesia.

En enero de 2024, la Autoridad Belga de Protección de Datos respaldó a un ciudadano que solicitó la eliminación de sus datos del registro bautismal tras declarar su renuncia a la Iglesia. La diócesis de Gante apeló esta decisión, y el caso está pendiente de resolución por el Tribunal de Apelación de los Mercados de Bruselas. Este pronunciamiento contrasta con decisiones anteriores en otros países, como Irlanda, donde se ha permitido la conservación de estos registros.

Estos casos reflejan un debate en curso sobre la colisión entre la libertad religiosa, el «derecho» a la apostasía y la protección de datos personales en el contexto de los registros sacramentales de la Iglesia católica.

Vaticano

Viernes Santo en San Pedro: una invitación a vivir de la cruz

El cardenal Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, ofició la Liturgia de la Pasión del Señor el Viernes Santo en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el 18 de abril de 2025

Redacción Omnes·18 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este Viernes Santo, la Basílica de San Pedro acogió la solemne Celebración de la Pasión del Señor. El cardenal Claudio Gugerotti, Delegado del Santo Padre, presidió la liturgia en nombre del Papa. La homilía fue pronunciada por el padre capuchino Roberto Pasolini, Predicador de la Casa Pontificia, quien ofreció una reflexión profunda y actual sobre el misterio de la cruz como centro del Triduo Pascual.

Desde el inicio, Pasolini quiso subrayar el valor simbólico de esta jornada: “entre el blanco de la Cena del Señor y el de su Resurrección, la liturgia interrumpe la continuidad cromática tiñendo de rojo todos los ornamentos”, invitando así a “sintonizarnos con las tonalidades intensas y dramáticas del amor más grande”.

En contraste con el mundo actual, “rico en nuevas inteligencias —artificiales, computacionales, predictivas— el misterio de la pasión y muerte de Cristo nos propone otro tipo de inteligencia: la inteligencia de la cruz, que no calcula, sino que ama; que no optimiza, sino que se entrega”. Esta inteligencia, continuó, no es artificial, sino profundamente relacional, porque está “totalmente abierta a Dios y a los demás”.

La libertad de Jesús ante la pasión

La homilía desarrolló tres momentos clave de la Pasión de Jesús para explicar cómo vivir una plena confianza en Dios. El primero, cuando en el huerto de Getsemaní, al ser confrontado por los soldados, “Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les dijo: ‘¿A quién buscáis?’… ‘Jesús el Nazareno’. Les respondió: ‘Soy yo’”. Al pronunciar estas palabras, los soldados retroceden y caen a tierra. Pasolini recordó que este gesto revela que “Jesús no fue simplemente arrestado, sino que ofreció su vida libremente, como ya había anunciado: ‘Nadie me la quita, sino que yo la entrego por mí mismo’”.

Este paso adelante, subrayó, es un ejemplo de cómo cada cristiano puede enfrentarse a los momentos dolorosos o de crisis con libertad interior, “acogiéndolos con fe en Dios y confianza en la historia que Él conduce”.

La sed de amor

En la cruz, ya cercano a la muerte, Jesús pronunció una segunda frase profundamente humana: “Tengo sed”. Esta expresión, comentó el predicador, es una manifestación de vulnerabilidad extrema. “Jesús muere no antes de haber manifestado —sin ninguna vergüenza— toda su necesidad”. Al pedir de beber, muestra que incluso Dios hecho hombre “necesita ser amado, acogido, escuchado”.

Pasolini invitó a los presentes a descubrir en esa confesión de necesidad una clave para entender el amor más verdadero: “Pedir lo que no podemos darnos por nosotros mismos, y permitir a los demás ofrecérnoslo, es quizá una de las formas más altas y humildes del amor”.

Donarse hasta el final

La tercera y última palabra en la que se detuvo fue el “Está cumplido” de Jesús antes de morir. “Jesús confiesa el cumplimiento de su —y de nuestra— humanidad en el momento en que, despojado de todo, elige donarnos enteramente su vida y su Espíritu”. Este gesto, explicó, “no es una rendición pasiva, sino un acto de suprema libertad, que acepta la debilidad como el lugar donde el amor se hace pleno”.

En una cultura que valora la autosuficiencia y la eficiencia, la cruz propone un camino alternativo. “Jesús nos muestra cuánta vida puede surgir de aquellos momentos en los que, al no quedar ya nada por hacer, en realidad queda lo más hermoso por cumplir: donarnos finalmente a nosotros mismos”.

Adorar la cruz como acto de esperanza

En el tramo final de su predicación, Pasolini recordó las palabras del Papa Francisco al comienzo del Jubileo: Cristo es “el ancla de nuestra esperanza”, a la que estamos unidos por “la cuerda de la fe” desde nuestro bautismo. Reconoció que no siempre es fácil “mantener firme la profesión de la fe”, especialmente “cuando llega el momento de la cruz”.

Por eso, exhortó a los presentes a acercarse a la cruz “con plena confianza”, y a reconocer en ella el “trono de la gracia para recibir misericordia y hallar gracia en el momento oportuno”. Ese gesto —adorar el madero de la cruz— será para cada cristiano una oportunidad de renovar su confianza en la forma que Dios ha elegido para salvar al mundo.

“Así como hemos sido amados, así seremos capaces de amar, a los amigos e incluso a los enemigos”, concluyó Pasolini. Y entonces, seremos verdaderos testigos de la única verdad que salva: “Dios es nuestro Padre. Y todos nosotros somos hermanas y hermanos, en Cristo Jesús nuestro Señor”.

Leer más
Vaticano

El Papa visita la cárcel el Jueves Santo

Aunque no celebró Misa ni lavó los pies a los reclusos, el Papa Francisco hizo su habitual visita de Jueves Santo a un centro de detención, llegando a la cárcel Regina Coeli de Roma alrededor de las 3 de la tarde del 17 de abril.

OSV / Omnes·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Por Cindy Wooden, OSV

El Papa fue recibido por Claudia Clementi, directora de la cárcel, y se reunió con unos 70 reclusos en la rotonda del edificio, un espacio donde se cruzan varias alas de la cárcel. Los reclusos que acompañaron al Papa son aquellos que participan regularmente en el programa de educación religiosa de la cárcel, según informó la oficina de prensa del Vaticano.

En 2018, el Papa celebró la Misa del Jueves Santo de la Cena del Señor en el Regina Coeli, a menos de un kilómetro y medio del Vaticano. Sin embargo, debido a su continua convalecencia, tras pasar más de un mes hospitalizado, no pudo celebrar la misa ni el lavatorio de pies.

El papa Francisco dijo a los reclusos: «Todos los años me gusta hacer lo que Jesús hizo el Jueves Santo, lavando los pies, en una prisión», declaró el Vaticano. «Este año no puedo hacerlo, pero puedo y quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y sus familias».

El Papa saludó personalmente a cada una de las personas presentes en la rotonda, rezó con ellos el Padrenuestro y les dio su bendición.

Las fotos de la visita del Vaticano también lo muestran en el patio de la prisión saludando a los reclusos que miran por las ventanas enrejadas de sus celdas y saludando desde la rotonda a los reclusos apretados contra una puerta de hierro y vidrio con la esperanza de verlo.

El sitio web del Ministerio de Justicia italiano indicó que, al 16 de abril, había 1.098 hombres detenidos en la cárcel en espera de juicio o sentencia. El centro está diseñado para albergar a menos de 700 presos.

Al salir de la prisión, sentado en el asiento delantero del copiloto de un coche pequeño, se detuvo a hablar con los periodistas y les dijo: «Cada vez que entro por estas puertas, me pregunto: ‘¿Por qué ellos y no yo?'».

Ha explicado en varias ocasiones que todos los hombres son pecadores, él mismo incluido, pero la gracia, la providencia, la educación familiar y otros factores juegan un papel determinante.

El Papa Francisco, elegido en 2013, ha continuado una práctica del Jueves Santo que inició como arzobispo de Buenos Aires, Argentina: celebrar habitualmente la Misa de la Cena del Señor en una prisión o centro de detención y lavar los pies de los reclusos.

En su primer año como Papa, abandonó la práctica papal habitual de lavar los pies a 12 sacerdotes durante la celebración pública de la Misa del Jueves Santo, y acudió a un centro de detención juvenil para lavar los pies de adolescentes católicos y no católicos . Regresó a la misma cárcel en 2023 para lavar los pies de hombres y mujeres jóvenes.

En 2014, lavó los pies a personas con graves discapacidades físicas en un centro de rehabilitación, y en 2016, celebró la liturgia y el ritual del lavatorio de pies en un centro para migrantes y refugiados.

El Jueves Santo de 2020, el confinamiento por la COVID llevó al Papa a celebrar la Misa en el Vaticano con una pequeña congregación y a omitir el ritual opcional del lavado de pies.

El Papa Francisco también celebró la Misa en las cárceles fuera de Roma, en las ciudades de Paliano, Velletri y Civitavecchia.

Después de la visita «privada» del Papa al Regina Coeli, el cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la Basílica de San Pedro, celebró la Misa parroquial de la Cena del Señor en la basílica.

El autorOSV / Omnes

Argumentos

Algunos elementos bíblicos frecuentes en la iconografía

Frisos de altar, textiles litúrgicos o escenas secundarias en muchas pinturas son algunos de los lugares en los que encontramos diversas figuras con un origen bíblico. Su finalidad siempre se dirige a centrar la mirada del espectador en Cristo y ser consciente de la continuidad de la historia de la Salvación.

Maria José Atienza·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Al contemplar las diversas esculturas, pinturas o elementos arquitectónicos presentes en los diferentes templos, a menudo topamos con elementos de origen bíblico cuya significación se relaciona de manera directa con la escena o el personaje representado, formando parte de una iconografía que comunica visualmente el mensaje teológico.

Algunas son más conocidas, como la imagen del cordero o la serpiente pisada por el pie de la Virgen María, pero existen otros elementos, que aparecen con frecuencia en la iconografía popular cuyo significado o referencia es, en ocasiones, desconocido para muchos de los fieles.

Cordero

La figura del cordero es un elemento bíblico referido a Jesús. Así como en la antigua Alianza, el sacrificio del cordero era ofrecido en expiación de los pecados, con la nueva Alianza, Jesús, el Cordero de Dios, borra con su muerte los pecados del mundo. 

En la narración del Éxodo 12, la sangre del cordero sobre las puertas de las casas de los hebreos les liberó de la plaga sobre los egipcios; la sangre de Cristo, derramada en su Pasión y muerte, saca a los hombres del pecado y los limpia: “Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero” (Ap 7, 14). 

Jeremías e Isaías ya utilizan la imagen del cordero para referirse al Mesías: “Yo, como manso cordero, era llevado al matadero” (Jer 11, 19) y “como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador” (Is 53, 7). 

La figura del cordero tomará su poder mayor en el Apocalipsis con la presencia del cordero apocalíptico: “Vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra” (Ap 5, 6-7).

 La iconografía cristiana ha tomado estas dos imágenes del cordero: el eucarístico que derrama su sangre, mansamente, por los pecados del mundo; y el poderoso cordero del último libro ante quien se postran los reyes de la tierra y que vence al dragón diabólico. 

Árbol de Jesé, genealogía de Jesús

El Árbol de Jesé se refiere a la genealogía de Jesús, que se encuentra detallada en los Evangelios de Mateo y Lucas en el Nuevo Testamento.  La primera genealogía traza la ascendencia de Jesús desde el rey David hasta José, su padre terrenal y la segunda se remonta hacia Dios mismo

La importancia de la genealogía era clave en el pueblo judío pues establecían la legitimidad y el cumplimiento de las profecías mesiánicas en Jesús, señalan los estudiosos. Al demostrar su conexión con figuras clave del Antiguo Testamento, se subraya que Jesús es el esperado Mesías prometido a Israel. 

Una de las representaciones más hermosas de este Árbol de Jesé se encuentra en el retablo de la capilla de Santa Ana de la Catedral de Burgos, obra de Gil de Siloe, cuyo tema iconográfico central representa el origen genealógico de la Virgen a través del Árbol de Jesé. 

Profetas, reyes y sacerdotes

En 1997, san Juan Pablo II dedicó una de sus audiencias al tema “Cristo en la historia de la humanidad que lo precedió”. Las palabras del Papa polaco suponen una guía práctica para identificar, en los antepasados de Cristo, las características clave de su naturaleza mesiánica. 

El pontífice citaba a Abraham, Jacob, Moisés y David, figuras que se repiten en las distintas representaciones artísticas de la vida de Cristo: Abraham que se alegra por el nacimiento de Isaac y por su renacimiento después del sacrificio era una alegría mesiánica: anunciaba y prefiguraba la alegría definitiva que ofrecería el Salvador. Moisés como liberador y, sobre todo, David, como rey. Son algunas de las imágenes que se repiten en cuadros y esculturas referidas directamente a Cristo. 

Una de las referencias cruzadas más originales es la de la figura de los Magos de Oriente y la reina de Saba y Salomón. Así como los magos fueron a adorar al Señor gracias a su conocimiento, la reina de Saba visita a Salomón para acceder a la sabiduría del hijo de David. 

Esta simbología puede verse, por ejemplo, en el Tríptico de La Adoración de los Magos, pintado por El Bosco en 1494, en el que la escena de la reina de Saba se materializa en la capa de Gaspar.

La inclusión de estos personajes como figuras secundarias de retablos o en las bases de custodias sacramentales fue una constante en el Barroco, tanto en Europa como en Latinoamérica, creando una linea visual de continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

La calavera de Adán

Con mucha frecuencia, en las representaciones de Cristo crucificado aparece, a los pies del madero, una calavera. 

Algunos ejemplos notorios los podemos ver en La Crucifixión de Andrea Mantegna o de Giotto, El Calvario de Luís Tristán, o el espléndido Cristo crucificado tallado en marfil de Claudio Beissonat.

La presencia de esta calavera y algunos huesos a los pies de la Cruz apunta al hecho de que, según la tradición, los restos de Adán reposarían en el mismo lugar donde fue crucificado Jesús.

De este modo, Cristo, con su muerte y resurrección supera la muerte de Adán y paga el rescate del alma del hombre caído. No en vano, la capilla que se encuentra bajo el Calvario, en la basílica del Santo Sepulcro, se llama así, Capilla de Adán

Esta simbología de la calavera de Adán aparece, en no pocas ocasiones, unida a la representación arbórea de la cruz, haciendo referencia directa al madero en el que fue clavado Jesucristo.

Expulsión del paraíso y el jardín

La expulsión de Adán y Eva del paraíso narrada en el tercer capítulo del Génesis es una de las imágenes constantes en la iconografía cristiana. Aparecen relacionados en el misterio de la Salvación en diferentes etapas. 

Una de las relaciones más interesantes es la inclusión de Adán y Eva en la representación de la Anunciación a la Virgen, de la que tenemos un ejemplo paradigmático, en la delicada y detallista obra de Fra Angélico sobre este particular. La desobediencia de Adán y Eva se contrapone a la obediencia total de la Virgen en su “Hágase en mi”. 

Adán y Eva son expulsados de un jardín puro en el que brotaba la vida: el jardín que prefigura el seno virginal de María donde nace la Vida que es Cristo y del que Cantar de los Cantares se hace eco también: “Eres huerto cerrado, hermana mía, esposa; manantial cerrado, fuente sellada”. María, como Puerta del Cielo, vuelve a abrir al hombre el Paraíso al dar a luz al Salvador.

Serpiente pisada

Es una de las imágenes de simbología mariana más populares: el pie de la Virgen aplastando a una serpiente / dragón. 

La imagen tiene su origen en el Génesis 3, 15: “Pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. 

Esta imagen se encuentra especialmente ligada a las representaciones de la Inmaculada Virgen María ya que ella es “la Mujer” por antonomasia. 

La alegoría de la serpiente bajo el pie de la Virgen puede contemplarse, por ejemplo, en la imagen que corona la Colonna dell’Immacolata en Roma así como en la mayor parte de las representaciones pictóricas y escultóricas de la Inmaculada Concepción. 

La cierva 

La cierva es uno de los animales que aparece en el Antiguo Testamento, íntimamente relacionada con el estado del alma del ser humano con Dios. 

“Como busca la cierva corrientes de agua” (Sal 42, 2), este salmo fue inspiración, especialmente en los primeros siglos del cristianismo, como imagen del cristiano catecúmeno que se preparaba a recibir sus sacramentos, el agua viva. 

La imagen de la cierva en ornamentos y objetos de culto, especialmente ligados a la Eucaristía, como cálices y textiles e incluso como molde para hostias eucarísticas sel tipo del hallado en Túnez y que data del siglo VI.

Una oración de niño

Cientos de voces se unieron a aquel Padrenuestro y una oración de niño brotó de decenas de gargantas y llenó una plaza en Sevilla.

17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Tendría unos dos años. Regordete y sonriente, apenas sobresalía unos palmos del suelo. Vestido con su jersey de rombos y sus bermudas, miraba la vida desde la altura prestada de los hombros de su padre. 

Era un Jueves Santo y era Sevilla. Caía la tarde y se asomaba Nuestro Padre Jesús de la Pasión a una plaza en la que el silencio solo era rasgado por el arrastre sordo de los pies de nazarenos, penitentes y costaleros.

Salió el Señor de su casa de El Salvador. Y aquel niño, viendo desde su improvisado sicomoro al Jesús que tanto conocía, se dirigió a su madre: “mira mamá, ¡es Jesús!, ¿le rezamos?”. Y, sin esperar respuesta,  comenzó con su lengua de trapo: «pade nuestro…”

Y a su alrededor, hombres muy hombres, mujeres de todas las edades y adolescentes engominados se unieron a aquel Padrenuestro incoado por un niño, de esos cuyo corazón aún pertenecen más al cielo que a la tierra.
Una oración de niño brotó de decenas de gargantas crecidas y llenó una plaza en Sevilla.

Y en la casa de Dios, esa plegaria a medio aprender, regada por las lágrimas de muchos pares de ojos adornaron la salida del Salvador camino de la Cruz y serían para Dios, inolvidable consuelo, comunión hablada, cántico de salvación.

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Evangelio

No podemos encerrar a Cristo. Domingo de Pascua (C)

Joseph Evans comenta las lecturas del domingo de Pascua (C), correspondiente al día 20 de abril del año 2025.

Joseph Evans·17 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Podemos encontrarnos como san Pedro y san Juan que “Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos”. Podemos dudar o no creer realmente, en la práctica, que Jesús ha resucitado, que la vida ha vencido a la muerte, que la gracia ha vencido al pecado. La creencia en la Resurrección de Cristo no ha penetrado en nuestros corazones y en nuestras vidas.

Como las mujeres, podemos preguntarnos: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?”. ¿Quién tiene el poder de superar los obstáculos aparentemente insuperables del mundo actual? ¿Cómo puedo yo -tan constantemente egoísta, la piedra más dura yo mismo- pasar de la dureza de corazón al amor? ¿Quién puede resucitar en mí a Cristo, aparentemente muerto, para que viva en mí y yo en él?

Y en medio de una sociedad secular que parece cada vez más ridículamente hostil a los valores cristianos, en la que la fe puede parecer cada vez más carente de sentido, ¿no está Cristo de hecho muerto, o al menos moribundo?

Pero a pesar de tantos problemas, Jesús se niega a permanecer en la tumba. Sí, hoy hay muchos sumos sacerdotes que querrían mantenerlo allí, sellado, y mantener el cristianismo encerrado o confinado en la sacristía. Pero Jesús se niega a permanecer muerto. A pesar de tantos ataques al cristianismo, a la Iglesia, a pesar de tantos pecados de los propios cristianos y de tantos escándalos, Jesús sigue saliendo del sepulcro, demostrando que su gracia y su amor son más poderosos que todas las fuerzas del mal.

A pesar de todo, la gracia y el poder de Cristo siguen actuando en la sociedad actual y en nosotros. Este año es un Año Jubilar de la Esperanza y una de las cosas más llamativas del catolicismo es su esperanza. Puede que no nos demos cuenta, pero tenemos una visión profundamente positiva de la vida. Creemos -incluso cuando pensamos que no- que hay un Dios bueno que nos ama, que es nuestro Padre, que envió a su Hijo amado para salvarnos, que la gracia actúa en el mundo y que, en última instancia, el bien triunfa sobre el mal.

Puede ser útil compararlo con la visión que a menudo encontramos en la sociedad, que en el mejor de los casos ofrece una especie de redención secular, una tenaz determinación de seguir adelante a pesar de todo. Pero nosotros esperamos mucho más: a pesar de nuestros muchos pecados, creemos en el perdón y la gracia de Dios para sanarnos y tener una esperanza profunda y duradera.

Así, podemos afirmar con verdad que Cristo está vivo. Ninguna estructura humana, ningún poder del mal, ni siquiera nuestra debilidad, pueden encerrar a Cristo en el sepulcro: nada puede frenar la fuerza explosiva de la Resurrección.

Actualidad

98 años del nacimiento de Joseph Ratzinger

Dios preparó al maestro y teólogo Joseph Ratzinger para que enseñara con sencillez los misterios del Reino a toda una sociedad que comenzaría a dar pasos ya no hacia Dios, sino alejándose de Él.

Reynaldo Jesús·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Benedicto XVI en el año 2012, en ocasión de su cumpleaños daba gracias “a todos los que siempre (le) han hecho percibir la presencia del Señor, que (le) han acompañado para que no perdiera la luz” (Benedicto XVI, Homilía 16/04/2012). Reflexionaba el Papa con estas palabras sobre el sentido de la luz en la noche de Pascua, en cuya noche también es bendecida el agua de la fuente bautismal y que, providencialmente, como signo premonitorio, fue el primero de los bautizados en la mañana de resurrección de 1927 en el pequeño pueblo de Marktl am Inn o “Mercado junto al río Eno” (Blanco, Pablo. Benedicto XVI, la Biografía. San Pablo. 2019, p. 35).

Una premisa clásica reconoce que Dios no sólo hace uso de su atributo de Providente para favorecer de bienes materiales a quien lo necesita, sino también de realidades espirituales y así, se atienden las dos dimensiones por las que el hombre ha de recorrer su camino vital: lo temporal y lo eterno, lo pasajero y lo perenne, lo que se corrompe de lo que dura hasta la eternidad. Y así, en el pequeño Joseph, en las aguas de aquella recién bendecida fuente, se le llamó desde sólo unas horas después de su nacimiento al pequeño de la familia Ratzinger para nacer de nuevo para Dios, para su Señor.

Joseph Ratzinger, maestro y teólogo

Con esta analogía, creo con firmeza que Dios preparó en su momento al maestro y teólogo Joseph Ratzinger para que enseñara con sencillez los misterios del Reino a toda una sociedad que comenzaría a dar pasos ya no hacia Dios, sino alejándose de Él, una sociedad que ya no se preocuparía de negar su existencia, pues ya la nueva línea es más simple: “vivir como si Dios no existiera” y, en medio de ese reto universal, se llamó a uno de los trabajadores de la viña, “tomado de entre los hombres, nombrado en favor de los hombres para las cosas de Dios” (Hb 5, 1).

Mucho se puede escribir sobre el recordado Benedicto XVI, y no acabaríamos de agotar su persona, su figura, sus palabras, su pensamiento y su teología. Bien afirmaba un reconocido sacerdote español y, cuyo nombre no cito pero que, estoy seguro de que en su momento ─en alguna de sus obras─, sabrá acuñar una frase que pronunció en la presentación de uno de sus libros al ser consultado sobre lo que Ratzinger significa para muchos jóvenes de nuestro tiempo. Decía con firmeza y convencido de lo que su afirmación significa que, “lo mejor de Ratzinger está por llegar”.

Hombre de estudio y de oración

Hago eco de esta frase sin el ánimo de apropiarme de ella, a solo dos años de celebrar el centenario del natalicio del sucesor de Pedro que ha sabido hacer uso de su perfil de maestro, teólogo y pastor, para mostrar una teología dictada en palabras sencillas, con un lenguaje no sólo asumible, sino también atractivo a los jóvenes de nuestro tiempo.

Sólo así, desde la sencillez y la profundidad de la experiencia de un Dios amor, se podrá adentrarse en la teología de un hombre admirable en sí mismo, un hombre al que, sin tenerle en persona, se le podía descubrir por sus libros, su teología, su pensamiento, su experiencia orante, un descubrimiento que nos mostraba no solo al Papa de escritorio, sino también al hombre del reclinatorio, al hombre de la oración, al hombre que había hecho suyo ─sin saberlo─, la experiencia de Jesús como luz de su vida y sus obras.

“Sé que la luz de Dios existe, que él ha resucitado, que su luz es más fuerte que cualquier oscuridad; que la bondad de Dios es más fuerte que todo mal de este mundo. Esto nos ayuda a seguir adelante, y en esta hora doy gracias de corazón a todos los que continuamente me hacen percibir el ‘sí’ de Dios a través de su fe” (Benedicto XVI, Homilía, 16/04/2012).

El autorReynaldo Jesús

Evangelización

Santa Bernadette Soubirous, vidente de la Virgen María en Lourdes

La liturgia celebra el 16 de abril a santa Bernadette Soubirous, a la que la Virgen María se apareció en 18 ocasiones en Lourdes (Francia), en 1858, y dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. También se festejan hoy mártires como Santa Engracia y los 18 de Zaragoza; ocho mártires de Corinto, y 26 de Angers, víctimas de la Revolución francesa.  

Loreto Ríos·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

En 1858, la Virgen se apareció a Bernadette Soubirous en Lourdes. Desde entonces, millones de peregrinos han acudido al santuario para rezar, reconciliarse con Dios y bañarse en el agua del manantial. Repasamos a continuación los puntos clave de la historia de Bernadette Soubirous, las apariciones, y el santuario.

La infancia de Bernadette

Bernadette nació el 7 de enero de 1844 en el molino Boly de Lourdes. En 1854, la familia empezó a afrontar dificultades debido a las malas cosechas. Además, hubo una epidemia de cólera. Bernadette lo contrajo y arrastró las secuelas durante toda su vida.

La crisis económica llevó a la familia al desahucio. Gracias a un pariente, pudieron trasladarse a un cuarto de 5×4 metros, un calabozo de una antigua cárcel que había dejado de usarse por sus condiciones insalubres.

Bernadette no sabía leer ni escribir. Debido a la pobreza de su familia, la niña comenzó a trabajar desde muy joven como sirvienta, además de ocuparse de tareas de la casa y sus hermanos pequeños. Finalmente, tanto ella como una de sus hermanas comenzaron a recoger y vender chatarra, papeles, cartones y leña. Bernadette se dedicaba a esto aun teniendo una salud muy frágil debido al asma y las secuelas del cólera.

La primera aparición

Fue en una de estas ocasiones, al salir Bernadette, su hermana y una amiga del pueblo para buscar leña, cuando tuvo lugar la primera aparición. Era el 11 de febrero de 1858, y Bernadette tenía 14 años (todas las apariciones tuvieron lugar en este año, sumando un total de dieciocho). El lugar al que iban era la gruta de Massabielle.

La niña contó posteriormente que oyó un rumor de viento: “Detrás de las ramas, dentro de la abertura, vi enseguida a una joven toda blanca, no más alta que yo, que me saludó con una ligera inclinación de cabeza”, dijo más adelante. “De su brazo derecho colgaba un rosario. Tuve miedo y retrocedí. […] Sin embargo no era un miedo como el que había sentido otras veces, porque me hubiese quedado mirando siempre a aquella (‘aquéro’), y cuando se siente miedo una huye enseguida. 

Entonces me vino la idea de rezar. […] Yo rezaba con mi rosario. La joven deslizaba las cuentas del suyo, pero no movía los labios. […] Cuando hube terminado el rosario, me saludó sonriendo. Se retiró dentro del hueco y desapareció súbitamente” (las palabras textuales de Bernadette y la Virgen están tomadas de la página de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes y de la página oficial del santuario).

Invitación de la Virgen

La segunda aparición, que tuvo lugar el 14 de febrero, fue también silenciosa. La niña le echó a la Virgen agua bendita, ésta sonrió e inclinó la cabeza y, cuando Bernadette terminó de rezar el rosario, desapareció. Bernadette contaba en casa lo que le estaba ocurriendo y sus padres le prohibieron volver a la gruta. 

Sin embargo, una conocida de la familia les convenció de que dejasen volver a la niña, pero acompañada, y con papel y pluma para que la mujer desconocida escribiese su nombre. De este modo, Bernadette regresó a la gruta, y tuvo lugar la tercera aparición. Ante la petición de que escribiese su nombre, la mujer sonrió e invitó a Bernadette con un gesto a entrar en la gruta. “Lo que tengo que decir no es necesario ponerlo por escrito”, le dijo. Y añadió: “¿Quiere hacerme el favor de venir aquí durante quince días?”. 

Más tarde, Bernadette diría que era la primera vez que alguien la llamaba de usted. “Me miraba como una persona mira a otra persona”, dijo explicando su experiencia. Estas palabras de la niña se encuentran actualmente escritas en la entrada del Cenáculo de Lourdes, un lugar de rehabilitación para personas con diferentes adicciones, especialmente a la droga.

Bernadette aceptó la invitación, y la Virgen añadió: “No le prometo la felicidad de este mundo, sino la del otro”. Entre el 19 y el 23 de febrero tuvieron lugar cuatro apariciones más. Mientras tanto, la noticia se había ido extendiendo y muchas personas acompañaban a Bernadette a la gruta de Massabielle. Tras la sexta aparición, la niña fue interrogada por el comisario Jacomet.

El manantial

Las primeras apariciones, siete en total, fueron felices para Bernadette. Durante las cinco posteriores, que tuvieron lugar entre el 24 de febrero y el 1 de marzo, la niña parecía triste. La Virgen le pidió oración y penitencia por los pecadores. Bernadette reza de rodillas y avanza a veces por la cueva en esa postura. También come hierba por indicación de la señora, que le dice: “Vaya a beber y lavarse en la fuente”.

Ante esta petición, Bernadette va tres veces al río. Pero la Virgen le indica que regrese y le señala el lugar donde debe escarbar para encontrar el manantial al que se refiere.

La niña obedece y descubre efectivamente agua, de la que bebe y con la que se lava, aunque, al estar mezclada con barro, se ensucia el rostro. La gente le dice que está loca por hacer estas cosas, a lo que la niña responde: “Es por los pecadores”. En la duodécima aparición tuvo lugar el primer milagro: por la noche, una mujer lavó su brazo, paralizado desde hacía dos años por una luxación, en el manantial y recuperó la movilidad.

Inmaculada Concepción

En la aparición del 2 de marzo, la Virgen le encomienda una tarea: que les pida a los sacerdotes que se edifique una capilla en aquel lugar y que se vaya allí en procesión. Obedeciendo a este mandato, Bernadette va directamente a hablar con el párroco. El sacerdote no la recibe muy calurosamente y le indica que, antes de atender su petición, la mujer misteriosa tiene que revelar su nombre. Porque Bernadette nunca decía que había visto a la Virgen, ya que la mujer con la que hablaba no le había dicho cómo se llamaba.

El 25 de marzo, la niña va a la gruta de madrugada acompañada por sus tías. Tras rezar un misterio del rosario, aparece la mujer, y Bernadette le pide que le diga su nombre. La niña lo pregunta tres veces. A la cuarta, la mujer responde: «Yo soy la Inmaculada Concepción». La Virgen nunca hablaba con la niña en francés, sino en el dialecto natal de Bernadette, y en este idioma aparecen escritas las palabras debajo de la talla de la Virgen de Lourdes que está colocada actualmente en la gruta: “Que soy era Immaculada Concepciou”.

Este término, que hace referencia a que María fue concebida sin pecado original, Bernadette no lo conocía, y había sido proclamado dogma de fe tan solo cuatro años antes por el Papa Pío IX.

Reconocimiento de las apariciones

Bernadette fue a la casa parroquial para dar cuenta de lo que se le había transmitido. El sacerdote se sorprendió de oír ese término en labios de la niña, y esta le explicó que había venido durante todo el camino repitiendo las palabras para no olvidarlas. Finalmente, el 16 de julio tuvo lugar la última aparición.

La Iglesia reconoció oficialmente las apariciones de la Virgen de Lourdes en el año 1862, tan solo cuatro años más tarde de que concluyesen, y estando Bernadette todavía viva.

Después de las apariciones, ingresó como novicia en 1866 en la comunidad de las Hermanas de la Caridad de Nevers. Falleció de tuberculosis en 1879, y fue canonizada por el Papa Pío XI en el año 1933, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.

Lugares del santuario

El santuario cuenta con algunos lugares clave que conviene visitar en cualquier peregrinación.

La gruta

La gruta de Masabielle es uno de los lugares más importante del santuario. En la parte más grande de ella se celebra actualmente la Misa. Situada en el lugar en la roca donde María se aparecía, hay una figura de la Virgen que se hizo a partir de la descripción de Bernadette: “Ella llevaba un vestido blanco, que le bajaba hasta los pies, de los cuales solo se veía la punta. El vestido quedaba cerrado muy arriba, alrededor del cuello. Un velo blanco, que le cubría la cabeza, descendía por los hombros y los brazos hasta llegar al suelo. Sobre cada pie vi que tenía una rosa amarilla. La faja del vestido era azul y le caía hasta un poco más abajo de las rodillas. La cadena del rosario era amarilla, las cuentas blancas, gruesas y muy apartadas unas de otras”. 

La figura mide casi dos metros de alto y se colocó en la gruta el 4 de abril de 1864. El escultor fue Joseph Fabisch, profesor en la escuela de Bellas Artes de Lyon. En el suelo está indicado el lugar donde se situaba la niña durante las apariciones.

El agua de Lourdes

El manantial que nutre las fuentes de Lourdes y las piscinas brota de la gruta de Massabielle, y es el que fue descubierto por Bernadette por indicación de la Virgen. El agua ha sido analizada en numerosas ocasiones y no contiene nada diferente a las aguas de otros lugares.

La tradición de bañarse en las piscinas de Lourdes surge de la novena aparición, que tuvo lugar el 25 de febrero de 1858. Fue en esa ocasión cuando la Virgen le dijo a Bernadette que bebiese y se lavase en el manantial. En los días siguientes, muchas personas la imitaron y tuvieron lugar los primeros milagros, que han continuado hasta nuestros días (el último aprobado por la Iglesia data de 2018).

Con el agua de ese manantial se llenan también las piscinas de mármol, situadas cerca de la gruta, donde se sumergen los peregrinos. La inmersión, durante la que se está cubierto por una toalla, se realiza con la ayuda de voluntarios de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes.

En invierno, o en época de pandemia, no es posible la inmersión total. El acceso al agua y el baño son completamente gratuitos. Mucha gente opta por llevarse también una botella rellena con el agua del manantial de Lourdes, fácilmente accesible en las fuentes que se encuentran junto a la gruta.

En total hay 17 piscinas, once para las mujeres y seis para los hombres. Las usan aproximadamente 350.000 peregrinos al año.

Lugares donde vivió Bernadette

Además del santuario, en Lourdes se pueden visitar los lugares en los que estuvo Bernadette: el molino de Boly, donde nació; la parroquia local, que aún conserva la pila bautismal en la que fue bautizada; el hospicio de las Hermanas de la Caridad de Nevers, donde hizo su primera comunión; la antigua casa parroquial, donde habló con el abad Peyramale; el “calabozo” en el que vivió con su familia después del desahucio; Bartrès, donde residió cuando era pequeña y en 1857; o Moulin Lacadè, donde vivieron sus padres tras las apariciones.

Las procesiones

Un acontecimiento muy importante del santuario de Lourdes es la procesión eucarística, que se viene realizando desde 1874. Se produce de abril a octubre todos los días a las cinco de la tarde. Comienza en la pradera del santuario y concluye en la basílica de San Pío X.

También es relevante la procesión de las antorchas. Esta se celebra desde 1872, de abril a octubre, todos los días a las nueve de la noche. La costumbre surgió de que Bernadette muchas veces acudía a las apariciones con una vela.

Tras las apariciones, se construyeron tres basílicas en la zona. La primera fue la basílica de la Inmaculada Concepción, que el Papa Pío IX convirtió en basílica menor el 13 de marzo de 1874. Sus vidrieras representan tanto las apariciones como el dogma de la Inmaculada Concepción.

Capilla construida a petición de la Virgen

También está la basílica de Nuestra Señora del Rosario, de estilo románico-bizantino. La basílica contiene 15 mosaicos que representan los misterios del rosario. La cripta, que fue la capilla que se construyó por petición de la Virgen, fue inaugurada en 1866 por monseñor Laurence, obispo de Tarbes, en una ceremonia en la que estaba presente Bernadette. Se encuentra entre la basílica de la Inmaculada Concepción y la de Nuestra Señora del Rosario.

También está la basílica de San Pío X, una iglesia subterránea de cemento armado construida por el centenario de las apariciones en 1958.

Por último, está la iglesia de Santa Bernadette, construida en el lugar donde la niña vio la última aparición, al otro lado del río Gave, ya que ese día no pudo entrar en la gruta porque la habían vallado. La iglesia se inauguró más de un siglo más tarde, en 1988.

El autorLoreto Ríos

Evangelización

Ávila y Lisieux celebrarán este año a ‘la pequeña flor’ y a la gran doctora

Millones de peregrinos llegan a Roma para el Jubileo de la Esperanza. Pero católicos de Francia y España tienen también razones para quedarse en sus países. Porque se va a celebrar a dos de las santas más populares de la Iglesia católica: Teresa de Lisieux y Teresa de Ávila.  

OSV / Omnes·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos

Junno Arocho Esteves, OSV News

El Santuario de santa Teresa de Lisieux ha planeado eventos en Francia para celebrar a lo largo del Año Santo a ‘la pequeña flor’, conocida así cariñosamente. Y en mayo, podrán venerarse las reliquias de santa Teresa de Avila, la gran doctora, lo que no sucedía desde 1914.

Los eventos de santa Teresa de Lisieux culminan con la celebración el 17 de mayo para conmemorar el 100 aniversario de la canonización de la famosa santa francesa.

El mismo mes, las reliquias de santa Teresa de Ávila se abrirán al público para su veneración por tercera vez en más de cuatro siglos. Será del 11 al 25 de mayo. El evento sigue a un estudio de un año de las reliquias de la santa por parte de investigadores. Encontraron su cuerpo incorrupto desde su muerte en 1582.

La ‘historia de un alma’

El santuario francés ha dicho que la “historia de la vida y la posteridad de Therese” ha inspirado los eventos espirituales y culturales planeados para el año “con el tema de la alegría en la santidad”.

La santa era la más joven de nueve hijos. Nació en 1873, hija de los santos Luis Martín y Celia Guerin, que la llamaron Marie-Françoise-Thérèse Martin. Al igual que sus hermanas mayores, se unió a las hermanas carmelitas en 1888 a la edad de 15 años, tras aprobarlo su obispo. Tomó el nombre de Hermana Teresa del Niño Jesús y el Santo Rostro.

Creció su deseo de santidad

Su deseo de santidad no hizo más que crecer durante su tiempo como hermana carmelita. En su autobiografía, ‘La historia de un alma’, a menudo se comparaba con otros santos. Y a menudo dudaba de que alguna vez pudiera obtener su grado de santidad.

«Sabes que siempre ha sido mi deseo convertirme en una santa. Pero siempre he sentido, al compararme con los santos, que estoy tan lejos de ellos como el grano de arena. Un grano que el transeúnte pisotea, alejado de la montaña cuya cumbre se pierde en las nubes», escribió.

Sin embargo, esto no le impidió buscar “un medio para llegar al Cielo por un pequeño camino”. En él la monja carmelita esperaba obtener la santidad a través de pequeños actos de santidad.

Murió a los 24 años diciendo: “Dios mío, te amo”

«Debes practicar las pequeñas virtudes. Esto a veces es difícil, pero Dios nunca rechaza la primera gracia: coraje para la autoconquista. Y si el alma corresponde a esa gracia, de inmediato se encuentra a sí misma a la luz del sol de Dios», escribió.

«No estoy muriendo, estoy entrando en la vida», escribió a su hermano espiritual misionero, el padre M. Bellier, antes de morir en 1897 de tuberculosis con 24 años. Sus últimas palabras fueron: “Dios mío, te amo”.

Autobiografía, canonización, Doctora de la Iglesia

Debido al impacto de la autobiografía de Thérèse, que se publicó un año después de su muerte, el proceso de canonización se abrió en 1914, y el 17 de mayo de 1925 fue canonizada por el Papa Pío XI.

En 1997, san Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia. En su carta apostólica ‘Divini Amoris Scientia’, (La ciencia del amor divino), san Juan Pablo II dijo que santa Teresa no tenía “un verdadero y propio corpus doctrinal”. Pero sus escritos mostraban “un particular resplandor de doctrina”. Esto presentaba “una enseñanza de eminente calidad”.

Por otra parte, el Papa Francisco publicó el 15 de octubre de 2023 la Exhortación Apostólica ‘C’est la confiance’, que pueden ver aquí, con ocasión del 150 aniversario de su nacimiento.

Santa Teresa de Jesús, mística, reformadora

El estudio de los restos de santa Teresa de Ávila, aprobado por el Vaticano, fue llevado a cabo por médicos y científicos italianos en agosto de 2024.

El padre Marco Chiesa, postulador general de la Orden de los Carmelitas Descalzos, estuvo presente cuando se abrió el relicario de plata que contenía sus reliquias. Dijo que el cuerpo estaba “en las mismas condiciones que cuando se abrió por última vez en 1914”.

Tras concluir el estudio, la Orden de los Carmelitas Descalzos en España anunció que las reliquias se abrirían al público para su veneración del 11 al 25 de mayo. Lugar: la Basílica de la Anunciación en Alba de Tormes.

Según el sitio de noticias local español, ‘Salamanca Al Día’, los Carmelitas dijeron que el próximo evento era “histórico y único”, y que no volvería a ocurrir durante mucho tiempo.

“Esperamos que sea una razón para que los peregrinos se acerquen a Jesucristo y a la iglesia. Una evangelización para todos los visitantes y un mayor conocimiento de santa Teresa de Jesús. Para enriquecernos a todos con el ejemplo de su vida mientras invocan su intercesión”, dijeron los Carmelitas.

Renovación de la vida espiritual y monástica

La exposición, reportada en ‘Salamanca Al Día’, es parte de un proceso de reconocimiento canónico autorizado por el Papa Francisco que comenzó en 2022. Y que concluirá el 26 de mayo, el día después de la exposición, y sus restos serán devueltos a su tumba.

Teresa de Ávila jugó un papel clave durante la Contrarreforma en el fomento de la renovación de la vida espiritual y monástica y también en la reforma de la Orden Carmelita. Su llamado a un regreso a un estilo de vida más contemplativo inspiró a muchos, incluido san Juan de la Cruz, con quien fundó los Carmelitas Descalzos.

Doctora de la Iglesia, “determinada determinación” 

Conocida por sus escritos teológicos sobre la vida espiritual, como «El Castillo Interior» y «El Camino de la Perfección», fue proclamada Doctora de la Iglesia por san Pablo VI en 1970.

En un mensaje de video de 2021 que conmemora el 50 aniversario de la proclamación de santa Teresa de Ávila como doctora de la iglesia, el Papa Francisco dijo que “era sobresaliente en muchos sentidos”.

«Sin embargo, no se debe olvidar que su reconocida relevancia en estas dimensiones no es más que la consecuencia de lo que era importante para ella. Su encuentro con el Señor, su ‘determinada determinación’, como ella dice, de perseverar en unión con Él a través de la oración».

————–

Junno Arocho Esteves escribe para OSV News desde Malmö, Suecia. Este texto es traducción de un artículo publicado primero en OSV News. Pueden encontrar el artículo original (en inglés) aquí.

El autorOSV / Omnes

Recursos

El corazón del hombre escondido en Tierra Santa

Ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia.

Gerardo Ferrara·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Al comienzo de la Semana Santa, no puedo evitar pensar en Tierra Santa, donde he estado muchas veces, la última en 2020, poco antes de la pandemia. Y el corazón se me llena de nostalgia por un lugar que, sin duda, considero como “elevado”.

En la tradición judía, ir a la Tierra de Israel significa levantarse, tanto espiritual como físicamente. Israel y Jerusalén han sido durante siglos, incluso para los cristianos, los lugares más altos de la tierra, los más cercanos a Dios, tanto es así que todo el que va a vivir o peregrina allí se dice, en hebreo, “‘oleh”, es decir, “el que va hacia lo alto”, e incluso la compañía de bandera israelí se llama “El Al”, “hacia lo alto”, pues no conduce tanto al cielo, sino a Israel, o sea al lugar más alto de la tierra, en un sentido espiritual.

En cierto sentido, ir de peregrinación a Tierra Santa no solamente es subir a las cumbres más elevadas del espíritu, sino también hundirse en los abismos de la conciencia, exactamente como descender de Jerusalén a Jericó y a la depresión del Mar Muerto, el punto más bajo de la superficie de la tierra: un viaje para comprender mejor quiénes somos.

Momentos de sublime espiritualidad, de meditación, de oración, en los cuales compartir con amigos y compañeros de peregrinación, se alternan con otros de malestar, cansancio, intolerancia, egoísmo y confusión. Se sube al monte Tabor, más allá de las nubes, para disfrutar de la armonía del cielo, pero luego se vuelve a la cruda realidad cotidiana, una realidad de judíos, musulmanes y cristianos en constante pelea entre ellos, muros divisorios, pueblos árabes surgidos sin ninguna orden y lógica, ciudades israelíes hechas de edificios enormes y grises, pobreza y riqueza, miseria y nobleza, hospitalidad y rechazo lado a lado, enfrentándose.

Un momento es como caminar sobre el agua clara, dulce y azul del Mar de Galilea, que, sin embargo, es capaz de agitarse repentinamente, debido a los vientos y tormentas que vienen del Golán; en otro, viajando, se pasa de las verdes orillas de esta gran masa de agua de Galilea para llegar, en un par de horas, a las aguas fangosas, saladas y grisáceas del Mar Muerto, el mar de sal rodeado por el desierto: aquí, las colinas verdes y floridas en las que Jesús proclamó la Buena Nueva a la multitud dan paso a la aridez y a las rocas sobre las cuales se apoyan los cimientos de monasterios que han surgido de la nada y que se esconden entre grietas y precipicios.

La geografía de Tierra Santa: tan parecida al alma del ser humano

Parece natural que Dios escogiera Tierra Santa para revelarse a los hombres. Aquí, la geografía de los lugares es extraordinariamente similar – en variabilidad, cambios bruscos, alternancia entre aridez y riqueza de agua, silencio y confusión, amenidad y fealdad – al alma humana. Muchas veces en la vida uno se siente solo y perdido como en el desierto de Néguev; muy a menudo, los descensos del Tabor, la montaña que es símbolo de nuestros momentos de cercanía con Dios, son traumáticos y dolorosos; flotar en las aguas tranquilas de nuestros momentos felices es casi tan frecuente como hundirse en el barro y en el ardor de la sal que mata y nos incapacita para vivir y hacer vivir, precisamente como el Mar Muerto.

Personalmente, después de hacer muchos viajes a estos lugares, puedo testificar que me siento así, dividido entre la alegría y la nostalgia: en medio de tantos buenos compañeros de camino, me parecía estar escuchando nuevamente las palabras de Isaías y ver gentes que no conocía correr a mí por causa de Dios que me honraba; era como presenciar lo más sublime del mundo en una alta montaña: la comunión con personas queridas; sentía, luego, que el río Jordán lavaba todas mis impurezas, curaba cada herida, sanaba cada llaga.

Luego, de regreso a casa, especialmente en estos tiempos tan difíciles de guerras, enfermedades, incertidumbre, uno siente que casi todo se le escapa de sus manos y hasta la incomparable belleza de una ciudad tan maravillosa como Roma (y sin embargo invadida por turistas y tan caótica), la ciudad donde yo vivo, parece incapaz de compensar la pérdida de esa alta montaña, ese refugio seguro, de esas personas con las cuales pude compartir tan buenos momentos en muchos viajes.

Una vez más, experimento la separación, que es la negación de Dios y que me impulsa a soñar con el paraíso no tanto como un lugar exuberante y placentero, sino como la comunión eterna con Dios y con todos mis seres queridos, todos los con que me encontré en mi vida y de los cuales me veo obligado, inevitablemente, para separarme.

¿Fue todo en vano? ¡Para nada!

En primer lugar, llevo un tesoro precioso conmigo: la comunión espiritual con las mismas personas que me acompañaron, quienes hicieron la tierra de Israel aún más hermosa de lo que realmente es. Con ellas, aunque estoy lejos de Tierra Santa, la peregrinación continúa dentro y fuera de mí. Juntarme con ellas en oración es como transformar el río de mi ciudad, el Tíber, en el Jordán, San Pedro en el Santo Sepulcro, el salón de mi casa en el Mar de Galilea, ya que todos nosotros somos el nuevo Israel.

Y entonces me acuerdo de que ya no hay Tierra Santa, o mejor, de que toda la tierra es santa, que sea Italia, México, España, Chile o dondequiera en el mundo, y que todos somos guardianes e instrumentos del Reino de Dios que ya está presente en nuestra vida, en las cosas que hacemos todos los días, en las personas que viven al lado nuestro.

Así, viendo las fotos de esos lugares de Oriente tan queridos, veo, al mismo tiempo, los rostros de las personas que me acompañaban y me repito que ya no podemos vivir apegados a la idea de una tierra y una patria en este mundo: nuestras raíces están en un lugar diferente, en una realidad diferente, quizás menos visible, pero ciertamente mucho más concreto y resistente a las tormentas, que es nuestra fe.

Cada cristiano es un peregrino

En segundo lugar, pienso que un peregrino de verdad es, como se le definía en la Edad Media, un “homo viator”, es decir un hombre que anda, alguien que continuamente consagra no solamente a sí mismo y a lugares tradicionales donde se suele ir de peregrinación, como pueden ser el Camino de Santiago, Roma o Jerusalén, sino todos aquellos pequeños entornos físicos y espirituales de la vida ordinaria, donde él se convierte, antropológicamente, en instrumento de una teofanía, de una manifestación de lo divino, a través de las oraciones que él cumple andando.

En un sentido cristiano, para hacerlo más sencillo, un cristiano es Cristo, pues es un miembro del cuerpo de Cristo, así que ya no es él quien vive y anda, sino que es Cristo, el mismo Cristo que andaba por los caminos de Galilea, de Judea y de Samaría y que hoy en día sigue andando en las calles de Roma, de Madrid, de Bogotá, de Nueva York.

Divinidad civilizadora

De hecho, en la antropología de la Edad Media lo que distinguía el espacio (“káos”) del lugar (“kósmos”) era una teofanía: la manifestación de lo divino y la presencia de lo sagrado, a través de la cual todo lo que era salvaje, repleto de demonios y supersticiones, inexplorado e incivilizado, inculto, se convertía en tierra consagrada a Dios, civil, bien ordenada, gobernada, segura, el “no ser” que se convertía en “ser”. Las calles y los santuarios de la Europa medieval, pues, eran arterias de la civilización y los peregrinos que caminaban por ellos eran la sangre que fluía, una señal de la divinidad civilizadora.

En el libro “El hombre vivo”, de G. K. Chesterton, el protagonista es Innocent Smith, un excéntrico personaje que logra cambiar para mejor las situaciones y vidas de las personas que encuentra, a pesar de ser injustamente acusado de diversos delitos, por el simple hecho de ser un hombre feliz que desea transmitir a los demás la alegría de su propia condición. A través de él, incluso lo malo parece convertirse en bueno. Él es ese “hombre vivo”.

Hombre vivo y «homo viator»

Si lo pensamos bien, nosotros los cristianos, peregrinos en este mundo, podemos combinar, en nuestra vida, los dos conceptos de hombre vivo y “homo viator”. Cada día podemos volver a consagrar las calles, las plazas, los barrios de nuestros países tan afligidos, en estos tiempos de pobreza material y espiritual y de crisis en todo ámbito de la existencia humana. No hace falta ser tan dignos o sin pecado, perfectos y realizados en nuestras vidas y trabajos. Solo basta nutrirnos a diario de la fuente de la vida para convertirnos en hombres y mujeres vivos y, andando por los caminos de nuestras vidas, en “homines viatores”, portadores de la gracia que recibimos sin merecerla.

Así, aun no pudiendo salir de nuestras ciudades y de nuestros países para ir a Tierra Santa, podemos caminar sobre el agua, y no solamente sin miedo a hundirnos, sino ayudando a los demás para que no se hundan.

¡Felices Pascuas!

Leer más
Sagrada Escritura

Iglesia y Escritura. Jesucristo en la Biblia y en la Tradición

Aún teniendo un libro, la Sagrada Biblia, la fe católica no es una “religión del libro”, como el judaísmo o el islam. En la Iglesia católica, la Escritura siempre ha ido unida a la Tradición de la Iglesia. Esta última protege y guía la interpretación de la Palabra de Dios a lo largo de los siglos.

Vicente Balaguer·16 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 7 minutos

El cristianismo, aunque nació con un libro en la cuna —la imagen viene de Lutero para quien la Biblia era el pesebre donde depositaron a Jesús—, no es una religión de libro sino una religión de tradición y escritura. También lo era el judaísmo, sobre todo, antes de la destrucción del Templo. Esta nota es clara cuando se habla de religiones comparadas (M. Finkelberg & G. Stroumsa, Homero, la Biblia y más allá: cánones literarios y religiosos en el mundo antiguo).

Sin embargo, una sucesión de factores —más prácticos que teóricos— han originado cierta confusión. Los teóricos de la memoria colectiva (J. Assmann) señalan que 120 años después de un acontecimiento fundador, la memoria comunicativa de una comunidad se encarna en una memoria cultural, donde unos artefactos culturales crean la cohesión entre el pasado y el presente. 

Ahora bien, las comunidades religiosas o culturales que sobreviven al tiempo se caracterizan por priorizar la conectividad textual sobre la conectividad ritual. 

Esto es más o menos lo que ocurre a principios del siglo III en la Iglesia, cuando la teología se concibe como un comentario a la Escritura. Más tarde, con la aparición del islam, una religión de libro desde su origen, y el desarrollo del judaísmo como religión sin Templo, se asimiló la idea de religiones de revelación con religiones de libro: con ello se colocaba al cristianismo, religión de revelación, en un lugar que no era el suyo: religión de libro. 

En un tercer momento, Lutero y los padres de la Reforma, con la reducción de la idea de tradición a meras costumbres de la Iglesia (consuetudines ecclesiae), rechazaron el principio de la Tradición en favor de la Sola Scriptura. 

Finalmente, la Ilustración con su desconfianza de la tradición solo aceptó una interpretación de la Escritura que fuera crítica, también y, sobre todo, con la tradición.

En las comunidades de la Reforma, la sucesión de estos factores desembocó las más de las veces en una doble dirección a la hora de interpretar de la Escritura: o bien el mensaje se disolvía en el secularismo propuesto por la crítica, o bien se prescinde de la crítica y se acaba en el fundamentalismo. 

La Tradición en la Iglesia católica

En la Iglesia católica, en cambio, el planteamiento fue distinto. Desde Trento, se refería a las tradiciones apostólicas -las de los tiempos apostólicos, no las costumbres de la Iglesia- como inspiradas (dictatae) por el Espíritu Santo, y transmitidas luego a la Iglesia. Por eso, la Iglesia recibía y veneraba con igual afecto y reverencia (pari pietatis affectu ac reverentia) tanto los libros sagrados como aquellas otras tradiciones. 

Más tarde, el Concilio Vaticano II clarificó un tanto las relaciones entre la Escritura y la Tradición. Afirmaba primero que los apóstoles transmitieron la palabra de Dios mediante la Escritura y las tradiciones -la Tradición se concibe así como constitutiva, no meramente interpretativa, como ocurre en las confesiones protestantes-, pero señalaba también que, por la inspiración, la Escritura transmitía la palabra de Dios siendo palabra (locutio) de Dios. 

La Tradición, en cambio, es meramente transmisora de la palabra de Dios (cfr. Dei Verbum 9). Lo proponía también desde otra perspectiva: “La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor[…]. Siempre las ha considerado y considera, juntamente con la Sagrada Tradición (una cum Sacra Traditione), como la regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y escritas de una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios” (Dei Verbum 21).

No hay que perder de vista aquí que el sujeto de las frases es la Sagrada Escritura. Pero en la Iglesia, la Escritura siempre ha ido acompañada y protegida por la Tradición. Este aspecto ha sido asumido, al menos en parte, por los pensadores protestantes que, en el diálogo ecuménico, se sirven de la expresión Sola Scriptura numquam sola: el principio de la Sola Scriptura se refiere en la lógica protestante al valor de la Escritura, no a su realidad histórica que es ciertamente nunquam sola. Se puede afirmar por tanto que las posiciones católica y protestante se han acercado. Sin embargo, el núcleo de la cuestión sigue estando en las relaciones intrínsecas entre la Escritura y las tradiciones dentro de la Tradición apostólica, es decir, aquella que entregada por los apóstoles a sus sucesores vivimos todavía en la Iglesia.

Tradición apostólica

Se ha hecho notar muchas veces que Jesucristo no envió a los apóstoles a escribir, sino a predicar. 

Ciertamente, los apóstoles, como antes Jesucristo, se servían del Antiguo Testamento, es decir, de las Escrituras de Israel. Entendían estos textos como expresión de las promesas de Dios -y, en este sentido, también como profecía o anuncio- que se habían cumplido en Jesucristo. También expresaban la instrucción (torá) de Dios a su pueblo, así como la alianza (disposición, testamento) que Jesús lleva a plenitud. 

Los textos del Nuevo Testamento, por su parte, no tuvieron fueron una continuación o una imitación de los textos de Israel. Ninguno de ellos se presenta, tampoco, como un compendio de la Nueva Alianza. Todos nacieron como expresiones parciales -y, en algún caso, circunstanciales- del Evangelio predicado por los apóstoles. 

En todo caso, en la generación que siguió a la de los apóstoles -lo mismo que antes en san Pablo, cuando distinguía entre el mandato del Señor y el suyo propio (1 Co 7, 10-12)-, el principio de autoridad estaba en las palabras del Señor; después, las palabras de los apóstoles y las palabras de la Escritura. Así se constata en los padres apostólicos, Clemente, Ignacio de Antioquía, Policarpo, etc., que mencionan indistintamente, como argumento de autoridad, palabras de Jesús, los apóstoles o las Escrituras. 

Con todo, la forma textual de estas palabras no coincide casi nunca con la que conservamos en los textos canónicos: los textos funcionaban más como ayuda a la memoria de la proclamación oral que como textos sagrados.

Un cambio de actitud se observa en las últimas décadas del siglo II. Dos factores contribuyen a este cambio. 

Por una parte, el cristianismo entra en contacto, y se contrasta, con cosmovisiones intelectuales desarrolladas; en concreto, con el platonismo medio -un platonismo bañado por un estoicismo moral- y con la gnosis del siglo II, que proponía una salvación por medio del conocimiento. Algunos maestros gnósticos vieron en el cristianismo -la expresión nace con Ignacio de Antioquía- una religión que podía ser concorde con su concepción del mundo. Basílides, a comienzos del siglo II, fue quizás el primero que entendió los escritos del Nuevo Testamento como textos fundantes para su enseñanza gnóstica, y otros como Valentín y Ptolomeo, ya en la segunda mitad del siglo II, eran agudos intérpretes de las Escrituras, a las que hacían coincidir con su sistema. 

San Justino, contemporáneo, y quizás colega, de Valentín, ya señalaba que las enseñanzas de estos maestros disolvían al cristianismo dentro del gnosticismo y que, por tanto, sus fautores eran herejes —es Justino quien acuña la palabra con el sentido de desviación, pues antes solo significaba escuela o facción—, aunque sin proponer razones profundas. Por otra parte, a finales del siglo II, se había debilitado ya la idea de una tradición oral fiable: ya no existen —quizás san Ireneo sea la excepción— discípulos de los discípulos de los apóstoles. Cuando ocurre eso en una comunidad cultural o religiosa, como se ha advertido, las comunidades establecen artefactos que preservan una determinada memoria cultural o religiosa y el artefacto de conectividad por excelencia es la escritura.

La gran Iglesia, mirando de reojo a los herejes de corte gnóstico, tomó tres decisiones que juntas preservaban su identidad. Benedicto XVI (cfr. Discurso en el encuentro ecuménico, 19-08-2005) se refirió a ellas más de una vez: en primer lugar, establecer el canon, donde Antiguo y Nuevo Testamento forman una sola Escritura; en segundo lugar, formular la idea de la sucesión apostólica, que toma el lugar del testigo; finalmente, proponer “la regla de la fe” como criterio de interpretación de la Escritura.

La importancia de san Ireneo

Aunque esta formulación se puede descubrir en bastantes teólogos del momento —Clemente de Alejandría, Orígenes, Hipólito, Tertuliano—, en vísperas del 1900 aniversario de su nacimiento, casi es obligado mirar a san Ireneo para descubrir la modernidad de su pensamiento. 

Su obra más importante, Desenmascaramiento y refutación de la pretendida pero falsa gnosis, conocida popularmente como Contra las herejías, atiende a todo lo señalado hasta ahora. Tras unos prolegómenos, comienza así: “La Iglesia, extendida por el orbe del universo hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe en un solo Dios Padre Soberano universal, que hizo… y en un solo Jesucristo Hijo de Dios, encarnado por nuestra salvación, y en el Espíritu Santo, que por los Profetas…”. San Ireneo sigue el texto con una fórmula que en otros lugares denomina la “regla [canon, en griego] de la fe [o de la verdad]”. Esta regla de la fe no tiene una forma fijada, puesto que, entregada por los apóstoles, se transmite en el Bautismo o en las catequesis bautismales siempre oralmente. Se refiere siempre a la confesión de las tres personas divinas y la obra de cada una de ellas. 

Es reconocible en toda la Iglesia, que “con cuidado la custodia, […] y la predica, enseña y transmite […]. Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia” (ibíd. 1, 10, 2). Por eso, lo mismo que la Tradición apostólica, es pública: “está presente en cada Iglesia para que la perciban los que de verdad quieren verla” (ibíd. 3, 2, 3), al contrario que la gnóstica, que es secreta y reservada a los iniciados. 

Es más, la regla podría ser suficiente, pues “muchos pueblos bárbaros dan su asentimiento a esta ordenación, y creen en Cristo, sin papel ni tinta […], con cuidado guardan la vieja Tradición, creyendo en un solo Dios [sigue otra confesión trinitaria, expresión de la regla de la fe]” (ibid. 3, 4, 1-2).

Con todo, la Iglesia tiene una colección de Escrituras: “La verdadera gnosis es la doctrina de los Apóstoles, la antigua estructura de la Iglesia en todo el mundo, y lo típico del Cuerpo de Cristo, formado por la sucesión de los obispos, a quienes [los Apóstoles] encomendaron las iglesias de cada lugar. Así nos llega sin ficción la custodia de las Escrituras en su totalidad, sin quitar ni añadir cosa alguna, su lectura sin fraude, la exposición legítima y llena de afecto según las mismas Escrituras, sin peligro y sin blasfemia” (ibíd. 4, 33, 8). 

Es en el último punto donde conviene fijar la atención. La regla (canon) de la fe es quien interpreta la Escrituras correctamente (ibíd. 1, 9, 4), porque coincide con ellas ya que las Escrituras mismas explican la regla de la fe (ibíd. 2, 27, 2) y la regla de la fe se puede desplegar con las Escrituras, como hace san Ireneo en su tratado Demostración (Epideixis) de la predicación apostólica

Esta compenetración entre la regla de la fe y las Escrituras explica bien otros aspectos. Primero, cada una de las Escrituras se interpreta correctamente a través de la otras Escrituras. Segundo: con el tiempo, la palabra “regla/canon”, se acaba por aplicar primeramente al canon de las Escrituras, que es también así regla de la fe.

El autorVicente Balaguer

Profesor de Nuevo Testamento y de Hermenéutica Bíblica, Universidad de Navarra.

Vaticano

El Papa reforma la Pontificia Academia Eclesiástica: se convierte en Instituto para el estudio de las Ciencias Diplomáticas

El Papa Francisco ha firmado un quirógrafo en el que reforma y actualiza la Pontificia Academia Eclesiástica para "proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad" en sintonía con las necesidades pastorales de hoy.

Maria José Atienza·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Santa Sede ha hecho público un quirógrafo, firmado por el Papa Francisco por el que el pontífice actualiza el estatus de la Pontificia Academia Eclesiástica constituyéndolo en «Instituto ad instar Facultatis para el estudio de las Ciencias Diplomáticas, ampliando así el número de las Instituciones análogas previstas por la Const. ap. Veritatis Gaudium«.

De este modo, «la Academia se regirá por las normas comunes o particulares del ordenamiento canónico, a ella aplicables, y por otras disposiciones dadas por la Santa Sede para sus instituciones de educación superior» y «conferirá los grados académicos de Segundo y Tercer Ciclo en Ciencias Diplomáticas».

Como ha explicado el cardenal Parolin, «a partir de ahora, la Pontificia Academia Eclesiástica podrá conferir los grados académicos de Licenciado (equivalente a Máster) y Doctor (PhD), ofreciendo a sus antiguos alumnos una formación que integra disciplinas jurídicas, históricas, políticas y económicas y, por supuesto, conocimientos específicos en ciencias diplomáticas».

Unión entre labor diplomática y misión evangelizadora

Parolin ha señalado que «la reforma pretende reforzar el vínculo entre la investigación y la formación académica de los futuros diplomáticos pontificios y los retos concretos a los que se enfrentarán en sus misiones en el extranjero. El diplomático papal no es sólo un experto en técnicas de negociación, sino un testigo de la fe, comprometido en superar las barreras culturales, políticas e ideológicas, y en construir puentes de paz y justicia».

En este sentido, se enmarca la reflexión que el Papa hace en el quirógrafo cuando destaca que «la misión confiada a los diplomáticos del Papa aúna a esta acción, a la vez sacerdotal y evangelizadora, puesta al servicio de las Iglesias particulares, la representación ante las autoridades públicas» y como «el diplomático debe comprometerse constantemente en un proceso formativo sólido y continuo. No es suficiente limitarse a la adquisición de conocimientos teóricos, sino que es necesario desarrollar un método de trabajo y un estilo de vida que le permitan comprender profundamente las dinámicas de las relaciones internacionales y hacerse apreciar en la interpretación de los logros y las dificultades que una Iglesia cada vez más sinodal debe afrontar». 

La reforma de esta academia pontificia y la elevación al nivel de las facultades civiles responde además a la demanda actual de «una preparación más adecuada a las exigencias de los tiempos de aquellos eclesiásticos que, procedentes de las diversas diócesis del mundo, y habiendo ya adquirido la formación en ciencias sagradas y desarrollado una primera actividad pastoral, después de una cuidadosa selección, se preparan para proseguir su misión sacerdotal en el servicio diplomático de la Santa Sede. No se trata sólo de proporcionar una educación académica y científica con un nivel de alta calidad, sino de tener cuidado de que su acción será eclesial».

Zoom

Un niño participa en la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano

Un niño sostiene una palma durante la celebración de la Misa del Domingo de Ramos en el Vaticano, el 13 de abril de 2025.

Redacción Omnes·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Cultura

El Papa declara venerable a Antoni Gaudí

El Vaticano reconoció el 14 de abril de 2025 las virtudes heroicas de Antoni Gaudí, pasando este a ser considerado venerable.

Rome Reports·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
rome reports88

El Papa Francisco reconoció el 14 de abril las virtudes heroicas del arquitecto español Antoni Gaudí, quien ahora es considerado verenable.

El arquitecto de la basílica de la Sagrada Familia en Barcelona era un católico devoto que falleció tras ser atropellado por un tranvía mientras iba de camino a rezar a una iglesia.


Ahora puedes disfrutar de un 20% de descuento en tu suscripción a Rome Reports Premium, la agencia internacional de noticias, especializada en la actividad del Papa y del Vaticano.

Leer más
Evangelización

El padre Damián

La liturgia celebra el 15 de abril al padre Damián, misionero belga del siglo XIX que marchó a Hawai para cuidar de los leprosos cuando fueron desterrados a la isla de Molokai.  

Pedro Estaún·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el año 2005 la nación de Bélgica designó al padre Damián como “el belga más grande de todos los tiempos”. Pero ¿quién era este hombre y cuáles fueron las causas para ser designado con tan alta distinción?

Jozef Van Veuster nació en Tremeloo, Bélgica, el 3 de enero de 1840, de una familia de campesinos. De pequeño en la escuela gozaba haciendo obras manuales, casas como las de los misioneros en las selvas; tenía un deseo interior de ir un día a lejanas tierras a misionar. De joven fue arrollado por una carroza y se levantó sin ninguna herida. El médico que lo revisó exclamó: “Este muchacho tiene energías para emprender trabajos muy grandes”.

De joven tuvo que trabajar muy duro en el campo para ayudar a sus padres que eran muy pobres. Esto le dio una gran fortaleza y le hizo práctico en muchos trabajos de construcción, de albañilería y de cultivo de tierras, lo que le sería muy útil en la isla lejana donde más tarde iba a vivir.

Ejemplo de san Francisco Javier

A los 18 años lo enviaron a Bruselas a estudiar, y dos años después decidió ingresar en la orden religiosa de los Sagrados Corazones en Lovaina, adoptando el nombre de Damián. El ejemplo de san Francisco Javier despertó en él el espíritu misionero. La enfermedad de otro religioso hizo que recayese sobre él un lejano destino: Hawai. En 1863 zarpó hacia su misión y en el viaje se hizo amigo del capitán del barco, el cual le dijo: “yo nunca me confieso. Soy mal católico, pero le digo que con usted sí me confesaría”. Damián le respondió: “Todavía no soy sacerdote pero espero un día, cuando lo sea, tener el gusto de absolverle todos sus pecados”

El 19 de marzo de 1864 llegó a Honolulú. Allí fue ordenado sacerdote poco después en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz. Trabajó en varias parroquias en la isla de Oahu mientras el reino sufría una crisis de salud. Los nativos hawaianos se vieron afectados por enfermedades que, inadvertidamente, llevaron los comerciantes europeos. Miles murieron por la gripe y la sífilis, y por otras enfermedades que nunca antes habían afectado a los hawaianos. Esto incluyó la plaga de la lepra que amenazaba con convertirse en epidemia. Temeroso de que se esparciera esta incurable enfermedad, el rey Kamehameha IV segregó a los leprosos del reino enviándolos a una isla alejada: Molokai.

Solicitó ser enviado a aquellos enfermos

La ley establecía que quien arribase a aquel rincón de dolor y podredumbre ya no podría salir para no propagar la enfermedad. De ahí que el obispo de Hawai, aunque preocupado por las almas de los enfermos, no se decidiera a mandar a ningún sacerdote. Sin embargo, al conocer la situación de Molokai, Damián solicitó ser enviado entre aquellos enfermos. “Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo”, dijo a su obispo. Unos días más tarde, el 10 de mayo de 1873, ya estaba en Molokai.

El panorama que encontró fue desolador. La falta de medios había hecho del lugar una antesala del infierno: no había leyes, ni hospitales; los enfermos agonizaban en cuevas oscuras e insalubres; pasaban el tiempo ociosos, bebiendo alcohol y en peleas.

La llegada del padre Damián fue un punto de inflexión. La primera misión que se impuso fue construir una iglesia, y después un hospital y varias granjas (los leprosos, con sus miembros casi pútridos, apenas podían levantar una vivienda por sí mismos). Bajo su liderazgo se restablecieron las leyes básicas, se pintaron las casas, comenzaron a trabajar en las granjas convirtiendo algunas de ellas en escuelas y estableció normas de higiene. Además emprendió una campaña internacional para recabar fondos, que comenzaron a llegar de todo el mundo. Pero lo que más le importaba era el alma de sus leprosos. Catequizaba puerta a puerta, los bautizaba, comía con ellos, limpiaba sus pústulas y les saludaba dándoles la mano, para que no se sintiesen despreciados. 

Se contagia

En diciembre de 1884 Damián introdujo los pies en agua hirviendo y no sintió dolor. Entonces lo comprendió: él también se había contagiado. Enseguida, se arrodilló ante un crucifijo y escribió: “Señor, por amor a Ti y por la salvación de estos hijos tuyos, acepto esta terrible realidad. La enfermedad me irá carcomiendo, pero me alegra pensar que cada día que esté enfermo, estaré más cerca de Ti”.

Junto a las ayudas internacionales, llegó también un grupo de franciscanas, con las que empezó a compartir la misión pastoral. En vísperas de su muerte, con los miembros impedidos, escribió a su hermano: “Continúo siendo el único sacerdote en Molokai. Por tener tanto que hacer, el tiempo se me hace muy corto; pero la alegría del corazón que me prodigan los Sagrados Corazones hace que me crea el misionero más feliz del mundo. El sacrificio de mi salud, que Dios ha querido aceptar para que fructifique un poco mi ministerio entre los leprosos, lo encuentro un bien ligero e incluso agradable”.

Se las ingenia para confesarse

Al no poder salir de la isla, el sacerdote llevaba años sin poder confesarse. Un día, al acercarse un barco que llevaba provisiones para los leprosos, el padre Damián se subió a una lancha y casi pegado al barco pidió a un sacerdote que allí viajaba, que lo confesara. Y a grito entero hizo desde allí su única y última confesión, y recibió la absolución de sus faltas.

Poco antes de que el padre Damián muriera, llegó a Molokai un barco. Era el del capitán que lo había traído cuando llegó de misionero. Recordó que en aquel viaje le había dicho que con el único sacerdote con el cual se confesaría sería con él. Ahora, el capitán venía expresamente a confesarse con el Padre Damián. Desde entonces la vida de este hombre de mar cambió, mejorando notablemente. También un hombre que había escrito calumniando al santo sacerdote llegó a pedirle perdón y se convirtió al catolicismo.

Heroico

El 15 de abril de 1889, el padre Damián, el leproso voluntario, cerró sus ojos, ya ciegos, por última vez. El mismo Gandhi dijo de él: “El mundo politizado de nuestra tierra puede tener muy pocos héroes que se puedan comparar con el Padre Damián de Molokai. Es importante que se investigue por las fuentes de tal heroísmo”. En 1994 el Papa Juan Pablo II, después de haber verificado varios milagros obtenidos por la intercesión de este gran misionero, lo declaró beato, y patrono de los que trabajan entre los enfermos de lepra. El papa Benedicto XVI le proclamó santo el 26 de abril de 2009.

El autorPedro Estaún

Leer más
Mundo

Tiempo de solidaridad ante la Colecta de Tierra Santa

La Colecta para los cristianos de Tierra Santa llega este Viernes Santo a las diócesis. Se trata de una colecta de solidaridad, de misericordia, que este año tiene acento de esperanza con el Jubileo. Fray Luis Quintana, representante del Custodio de Tierra Santa en España, y presidente de los comisarios de España y Portugal, habla de ello con Omnes.

Francisco Otamendi·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 6 minutos

Son tiempos duros para los cristianos en Tierra Santa. La pobreza, la migración y las guerras ejercen cada vez más presión. Pero llega un tiempo de solidaridad y de esperanza ante la colecta de Tierra Santa. «La oración, que tiene un valor infinito, las peregrinaciones, y ahora, la Colecta pontificia del Viernes Santo por los Santos Lugares, son muy importantes para las comunidades cristianas en Tierra Santa”.

Así lo ha comentado a Omnes este fin de semana Fr. Luis Quintana (Burgos, 1974), franciscano de la Orden de los Hermanos Menores (ofm), presidente de los comisarios (a modo de embajadores) de España y Portugal, y representante en España del Custodio de Tierra Santa, actualmente el italiano Fr. Francesco Patton. El lema de la Jornada este año, que incluye la colecta y otras cosas: oración, motivación, cartel, tríptico, etc., es: ‘Tierra Santa, puerta abierta a la esperanza”.

El corazón, cautivado en los Santos Lugares

En una conversación mano a mano, en la parroquia del Cristo de la Paz, en el distrito madrileño de Carabanchel, que llevan los franciscanos, el burgalés Fr. Luis Quintana se ha sincerado. Hemos hablado de la importante Colecta que ahora les detallamos, de su destino, y del Jubileo. Pero antes, le preguntamos por su primera relación con Tierra Santa, y por el contexto.

“En septiembre del año 2000 fui por primera vez a Tierra Santa, y ahí quedó mi corazón prendado por los Santos Lugares, por Tierra Santa. Por ese motivo, cuando hice los votos solemnes, en 2006, solicité ir a hacer una experiencia larga allí. Fue desde febrero hasta julio de 2007”, revela Fray Luis. 

“Los cristianos que están allí lo están pasando muy mal. Son ahora menos del 1,5 por ciento. En Betania no hay ninguna familia cristiana, aunque sí hay dos comunidades religiosas (los franciscanos y una congregación femenina). Marta, María y Lazaro eran tres personas en Betania. En Emaús hay una familia cristiana”, señala. 

Colecta de Viernes Santo: vivienda, trabajo, educación y sanidad

Siempre ayuda saber a qué irá destinado lo que se obtiene en la Colecta. El 80 por ciento de lo que recibe la Custodia de Tierra Santa, lo destina a la obra social. Y el 20 por ciento al mantenimiento de los santuarios. ¿Y qué es la obra social allí? Son cuatro conceptos, explica Fr. Luis Quintana.

“Primero, la vivienda. La Custodia tiene muchas casas en propiedad. Ellos, las familias, pagan el alquiler, luz, gas y agua. Nosotros tenemos la propiedad y las obras, el mantenimiento”.

“El segundo objetivo es el trabajo. Hay cerca de dos mil empleados directos en la Custodia, muchos colegios, casi 40.000 alumnos, hospitales, centros de salud. Dar trabajo es muy importante”.

La educación cristiana en Tierra Santa

“En tercer lugar, la educación, también muy importante. Tanto para cristianos como para musulmanes, no distinguimos”, afirma. “Una educación desde el cristianismo, son colegios confesionales”. Y el comisario comienza a contar historias concretas, el ideario:

“En mayo, todos los días, las flores a María. En Navidad, las aulas se llenan de belenes, crucifijos en todas las clases y muchos detalles. Los musulmanes quieren nuestra educación. Pero también hay algo por nuestra parte: cuando llega el Ramadán acabamos las clases un poco antes; si muere un padre de un niño musulmán, los niños cristianos van a rezar a la mezquita; en las clases de religión se separan cristianos y musulmanes”.

Tolerancia con el islam, colegios confesionales cristianos

Siga, le animamos. Y continúa: “Hay mucha tolerancia respecto al islam, pero el colegio es confesional cristiano. La Virgen está en el patio, todas las fiestas cristianas se celebran, la ceniza el Miércoles. Los musulmanes prefieren mayoritariamente colegios cristianos. El primer colegio de niños en Tierra Santa fue cristiano. el segundo fue judío, y el tercero musulmán. Con las niñas sucedió lo mismo. Y con el colegio mixto, igual. El primer colegio mixto ha sido cristiano”.

“Los grandes colegios nuestros son Jerusalén, Belén en segundo lugar, Jericó y Nazaret. Luego hay más. Estos son los principales. También nos referimos al colegio de Ammán, en Jordania, y al colegio de Damasco, en Siria. Y al de Beirut, en Líbano.”

“El cuatro bloque, como hemos hablado, es la Sanidad. Centros de salud, hospitales, dispensarios, en algunos casos son dispensarios parroquiales, como en Siria; hay muchas fórmulas…”.

Un poco de historia: la Custodia, y la colecta, origen en el siglo I 

La Custodia de Tierra Santa fue fundada por san Francisco de Asís en 1217, con el envío de los primeros frailes, y fue encomendada por el Papa Clemente VI a los franciscanos en 1342.

Está presente hoy en Israel, Palestina, Jordania, Egipto, Siria, Líbano, Chipre y Rodas. “En Egipto han crecido tanto las vocaciones que ya tienen provincia independiente”, cuenta Fr. Luis Quintana.

El Custodio de Tierra Santa y su equipo han insistido en la relevancia de este apoyo en la colecta del Viernes Santo, que pusieron en marcha San Pedro y san Pablo, como cuentan los Hechos de los Apóstoles, y que desde 1420, hace 605 años, se celebra de modo ininterrumpido.

Podrían destacarse, a título de ejemplo, algunas palabras del Custodio italiano, del Ministro general o del Vicario egipcio de la Custodia, Fr. Ibrahim Faltas, al que “el Papa Francisco quiere mucho, le ha mencionado varias veces, y se hizo famoso porque a raíz de la guerra de Gaza, sacó a varios niños a operar a hospitales de Italia”. Pero esto se haría largo. Pueden consultarlas ustedes.

Tres Puertas santas para el Jubileo de la esperanza

Para concluir, hay dos aspectos que Fr. Luis Quintana desea mencionar. Se trata de las Puertas Santas del Jubileo en Tierra Santa, y la capilla de la Inmaculada recién bendecida.

“Estamos en el año de la esperanza, el Jubileo es un signo de esperanza, y hay tres Puertas santas para ganar el Jubileo en Israel: “Nazaret, donde el Verbo se hizo carne, la Anunciación; Belén, donde Jesús nació, la Natividad; y el Santo Sepulcro, donde Cristo resucitó, Jerusalén”.

“El año pasado, el lema, la línea general, fue en torno al rojo, sangre, Tierra Santa sigue sufriendo, acababa de empezar la guerra el 7 de octubre.  Queríamos expresar el sufrimiento, y la imagen fue Getsemaní”.

“Este año, hemos cambiado al color verde, esperanza, jubileo, puertas abiertas, la puerta abierta con los franciscanos saliendo en procesión la Cruz, Cristo sale a nuestro encuentro para recibirnos, línea que hemos querido mantener”.

Capilla de la Inmaculada en Tierra Santa

Un botón de muestra de esta esperanza se encuentra en una noticia. La inauguración de una nueva capilla en Tierra Santa, que cuenta así Fr. Luis. “El pasado 5 de abril fue un día muy especial para nuestra Provincia de la Inmaculada Concepción, un día histórico, pues inaugurábamos una nueva capilla en Tierra Santa financiada desde nuestra Comisaría de Tierra Santa, y la hemos puesto el nombre de la Provincia: “Capilla de la Inmaculada Concepción”.

El arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, presidió la Eucaristía en la Capilla superior de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Campo de los Pastores (Beit Sahour, junto a Belén), con la presencia de fr. Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, un nutrido grupo de franciscanos y sacerdotes seculares, el Cónsul general, Javier Gutiérrez, y muchos españoles residentes en Tierra Santa, tanto en Israel como en territorios de la Autoridad Nacional Palestina.

Tierra Santa, señala fray Luis Quintana, cuenta ya con una nueva capilla, gracias a la generosidad de los peregrinos españoles (por lo que ya ha sido bautizada como “la capilla española”). “Es la primera vez en la historia que la Provincia franciscana financia una capilla en Tierra Santa, con capacidad para más de 200 personas”, añade.

El autorFrancisco Otamendi

Anónimos

En la Pasión de Cristo, los anónimos son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante.

15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Entre los más viles personajes que aparecen en las lecturas de la Pasión de Cristo que se proclaman ahora, en Semana Santa, hay unos que tienen mucha actualidad. Han proliferado en las redes sociales y extienden su pernicioso influjo a toda la sociedad.

Se trata de los personajes anónimos. Pero no me refiero a esos de quienes no aparece el nombre quizá por desconocimiento del evangelista como la criada portera del palacio del sumo sacerdote, el guardia que lo abofeteó en el interrogatorio de este o los malhechores que crucificaron a su lado (aunque luego la tradición los bautizara como Dimas y Gestas); sino a los que actúan de forma anónima, amparados por la turba.

Son personas que no tienen muy claro lo que quieren, pero que aprovechan cualquier tumulto para dar rienda suelta a sus más bajos instintos: criticar, insultar, difamar y hasta linchar si hace falta al que pasa por delante. En solitario, no serían capaces de matar una mosca, pero encuentran el gusto en convertirse en masa enfervorizada pues, actuando en manada, la responsabilidad se diluye y las posibles consecuencias también.

Validar los actos de otros

Sin duda, estos personajes fueron clave en la muerte de Jesús, pues con su actitud validaban las acciones de los que hoy consideramos responsables: los sumos sacerdotes y Poncio Pilato. Ninguno de ellos se habría atrevido a ejecutar a quien el pueblo consideraba un profeta sin el apoyo cómplice de unos pocos de estos anónimos capaces de hacer mucho ruido, mucho más que la mayoría del pueblo.

En nuestra sociedad digital, las plazas y calles donde la gente llevaba a cabo tradicionalmente sus protestas y reivindicaciones, han dado paso a las redes sociales, donde todos podemos verter nuestras opiniones sobre los asuntos que nos preocupan. Pero, frente a una minoría que aparece identificada, con nombres y apellidos, que se hace responsable de los aciertos y errores que se puedan cometer a la hora de opinar, hay una masa ingente de cuentas anónimas o con identidades muy difusas.

En una manifestación pública, propia de los estados democráticos, quien lleva pasamontañas o se cubre el rostro con una careta, está muy claro que viene a liarla, y muchas veces sabemos que, quienes actúan así, no se identifican con el objeto de la reivindicación, sino que la usan solo como excusa para disfrutar con la violencia y el saqueo.

Anónimos y auténticos culpables

Entiendo a quien, en un régimen autocrático, tiene que proteger su identidad para compartir sus ideas sin ser detenido; pero en un país democrático, donde la libertad de expresión está asegurada, ¿qué sentido moralmente aceptable tiene ir por las redes esparciendo chismes o jaleando a quien lo hace, atacando a otras personas sin dar la cara, promoviendo el odio o acosando a otras personas? Solo se entiende desde la más absoluta bajeza humana, desde la maldad cobarde de esos cuyos nombres no aparecen en los relatos de la Pasión, pero que fueron auténticos culpables de la muerte del inocente.

Cuando quienes actúan así son miembros de la comunidad cristiana, atentos a criticar sin caridad ni justicia ni verdad cualquier movimiento del Papa, de tal o cual obispo o movimiento distinto a su cuerda, el pecado me parece mucho más grave. Me recuerdan a esos pequeños niños que, en la película La Pasión de Cristo acosan a Judas hasta desesperarlo y lograr que se ahorque. Al principio parecen inofensivos, incluso simpáticos; pero en cuanto se les da pie, se lanzan a bofetadas, insultos y mordiscos, revelando su verdadera identidad demoníaca.

Quizá usted que me lee haya tenido alguna vez la tentación de «disfrazarse» a través de un perfil anónimo en redes para poder explayarse y decir lo que su identidad le impide decir públicamente, pues le acarrearía problemas disciplinarios o le haría quedar mal ante sus amigos o familia. Piense bien de dónde puede venir esa idea de ocultar la personalidad que Dios le dio a su imagen y semejanza para tomar una apariencia distinta a la suya y agresiva contra el otro, por muy reprobable que sea lo que haya hecho esa persona. Y recuerde la escena de la película de Mel Gibson. ¿No ve que, aunque los personajes sean anónimos, el promotor de su acción tiene nombre por todos conocido? Pues eso, cuidado con caer en las redes que extiende en las redes.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

Evangelio

Cristianismo y éxito. Viernes Santo (C)

Joseph Evans nos comenta las lecturas del Viernes Santo (C) correspondiente al día 18 de abril del año 2025.

Joseph Evans·15 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La primera lectura de hoy de Isaías es una profecía sobre los sufrimientos de Cristo. Escrita siglos antes de Jesús, al profeta se le concedió vislumbrar la agonía de Nuestro Señor y ver que el futuro Mesías nos salvaría mediante el sufrimiento. Sin embargo, es sorprendente hasta qué punto el pueblo de Israel ignoró estas profecías. Cuando llegó Jesús, sólo podían imaginar a un salvador “exitoso” que les salvaría mediante un evidente triunfo político y militar, liberándoles de los romanos y convirtiendo a Israel en una nación poderosa. La salvación era visible, bienestar externo, “éxito”.

Pero hoy nos señala la realidad de la victoria de Cristo. Vemos a Jesús clavado en la Cruz, sufriendo, agonizando y muerto. En términos humanos, esto no tiene nada de triunfo. Pero sabemos que éste es el verdadero triunfo de Jesús, y que a través de este sufrimiento y muerte, Cristo resucitará para vencer definitivamente al pecado y a la muerte. Lo sabemos, pero tal vez en teoría y no en la práctica, porque cada vez que nos sobrevienen sufrimientos y reveses, en lugar de aceptarlos como participación en la Cruz de Cristo, nos quejamos. Quizá también nosotros vemos la salvación como un éxito.

Esto es lo que Isaías nos dice de Jesús: “Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultaban los rostros, despreciado y desestimado”. Jesús tomó sobre sí nuestra fealdad. No nos gusta pensar que un día podamos perder nuestra belleza; no nos gusta envejecer o enfermar o tener que cuidar a un enfermo… Esto no es “éxito”. Vemos el éxito como el logro continuo de una mejor situación material y financiera, sin grandes problemas ni preocupaciones en la vida. Buscamos formas de “alfombrar” o “amortiguar” la Cruz.

Pero Jesús nos dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga” (Mt 16, 24). Debemos buscar y abrazar la Cruz, no tratar de esquivarla. Jesús vino a la tierra a buscar la Cruz, no a esquivarla, como acabamos de leer en el largo relato de su Pasión. Quizá tengamos que aprender que el éxito no es un término importante para el cristianismo. El éxito terrenal puede hacernos bien o mal, depende de cómo lo utilicemos.

Generalmente, la Cruz vendrá a nosotros en pequeñas cosas y tenemos que saber abrazarla. Y al hacerlo, somos bendecidos y hacemos nuestra pequeña contribución a la salvación del mundo.

Cine

Películas sobre la Biblia para Semana Santa y Pascua

Desde la era del cine mudo hasta mediados de la década de 1960, las películas basadas en la Biblia constituyeron un elemento esencial de la producción de Hollywood.

OSV / Omnes·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos

Por John Mulderig (OSV/Omnes)

Directores, tanto famosos como desconocidos, extrajeron de las escrituras historias que pudieran llevar a la gran pantalla, con resultados que iban desde lo reverencial hasta lo explotador.

Hoy en día, muchas de estas películas están disponibles en streaming. Con la llegada de la Pascua, los fieles pueden echar un vistazo a esta colección de películas antiguas. A continuación se presentan breves reseñas de algunas producciones de temática bíblica.

«Ben-Hur» (1959)

La clásica epopeya hollywoodense del director William Wyler sigue al príncipe judío que da título al film (Charlton Heston) tras ser traicionado por su amigo romano de la infancia (Stephen Boyd) y sometido a una gran miseria hasta que finalmente obtiene la retribución por todo su sufrimiento. El melodrama convencional de la narrativa se transforma por la grandiosidad de su espectáculo, especialmente la carrera de cuadrigas, y por las conmovedoras interpretaciones de sus protagonistas, quienes logran superar los clichés y estereotipos de la historia.

«La Biblia» (1966)

Seis episodios del Génesis (La Creación, Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, la Torre de Babel y Abraham) se representan tan literalmente como fueron escritos, dejando en gran medida su interpretación al espectador. John Huston dirige, narra e interpreta el papel de Noé en este espectáculo reverente pero entretenido. George C. Scott, como Abraham, se lleva el premio a la mejor interpretación entre un elenco que incluye a Ava Gardner, Richard Harris, Ulla Bergryd y Michael Parks.

«Hechizo de Dios» (1973)

Versión cinematográfica de un musical basado libremente en el Evangelio según San Mateo, con un elenco off-Broadway compuesto por Victor Garber como Cristo y David Haskell como Juan el Bautista y Judas. Lo que hace que la película sea tan emocionante es que el director David Greene convierte la ciudad de Nueva York en un gigantesco escenario, utilizado de forma sorprendente para presentar las parábolas en parodias imaginativas, muchas de las cuales sirven de trampolín para melodías irresistibles, como «Day by Day» y «¡God Save the People!».

«El Evangelio según San Mateo» (1966)

La sencilla dramatización italiana del relato del evangelista sobre la vida de Jesús y su mensaje de salvación logra situar al espectador excepcionalmente en los acontecimientos evangélicos, evitando la artificialidad de la mayoría de las epopeyas cinematográficas bíblicas. El director Pier Paolo Pasolini es completamente fiel al texto, empleando la imaginación visual necesaria para su interpretación realista.

«La historia más grande jamás contada» (1965)

Aunque no es la mejor película jamás realizada, la visión del director George Stevens del Evangelio presenta una visión coherente y tradicional de Cristo como Dios encarnado. La película, a pesar de su épica escala hollywoodense, cuenta con buenas actuaciones, un guion de buen gusto y realismo, una fotografía magnífica y la creíble representación de Cristo por parte de Max von Sydow es el elemento esencial de su éxito.

«Rey de reyes» (1961)

Este sólido espectáculo cinematográfico presenta la vida de Cristo en el contexto histórico de la resistencia judía al dominio romano. Jeffrey Hunter, con cierta incomodidad, interpreta el papel principal, aunque resultan más efectivos Siobhan McKenna como su madre, Robert Ryan como Juan el Bautista, Hurd Hatfield como Pilato, Rip Torn como Judas y Harry Guardino como Barrabás. Dirigido por Nicholas Ray, el guion se centra en la inestabilidad política de la época, pero trata el relato evangélico con reverencia, aunque con más libertad dramática de la que algunos considerarían aceptable. La clasificación de OSV News es L: público adulto limitado, películas cuyo contenido problemático resultaría inquietante para muchos adultos.

«La túnica» (1953)

Historia reverente pero pesada de la época evangélica, basada en la novela de Lloyd C. Douglas, sobre un tribuno romano (Richard Burton) que, apostando, gana la túnica de Cristo en la crucifixión, pero que luego teme el poder de la prenda para hechizarlo, convirtiéndose posteriormente en mártir cristiano en Roma. Dirigida por Henry Koster, la historia de ficción es sincera, pero dramáticamente poco convincente en su argumento y sus actuaciones, que van desde la rigidez hasta la mezquindad escénica, con la consiguiente inspiración más en el espectador que en la pantalla. Violencia estilizada y referencias sexuales veladas.

«Los Diez Mandamientos» (1956)

Esta épica producción del director Cecil B. DeMille, menos una historia inspiradora basada en fuentes bíblicas que un vehículo dramático con sentido histórico, ofrece recreaciones espectaculares, excelentes efectos técnicos y una actuación impecable de un elenco excepcional, que incluye a Charlton Heston como Moisés, Yul Brynner, Anne Baxter, Edward G. Robinson y muchas otras estrellas de la época.

«La pasión de Cristo» (2004)

La visión de Mel Gibson sobre las últimas horas de Jesús de Nazaret se convierte en una experiencia cinematográfica intensa y desgarradora, centrada en el sufrimiento físico y espiritual del protagonista (Jim Caviezel). La narrativa, aunque conocida, se transforma por la crudeza visual y el realismo extremo con que se retrata el Vía Crucis, donde el dolor adquiere un tono casi místico. La puesta en escena, la fidelidad al arameo y al latín, y la potencia emocional de las imágenes convierten este drama bíblico en una obra tan polémica como profundamente impactante.

El autorOSV / Omnes

Evangelización

Santa Liduvina y mártires sirias, beatos Pedro González e Isabel Calduch

La liturgia celebra el 14 de abril a santa Liduvina (Holanda, 1380), a las mártires sirias Bernica, Prosdoca y su madre Domnina, víctimas en la persecución de Diocleciano (siglo IV). Al beato palentino Pedro González, y a la beata Isabel Calduch, del grupo de mártires valencianos canonizados por san Juan Pablo II en 2001.  

Francisco Otamendi·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Iglesia celebra este lunes 14 de abril a la holandesa santa Liduvina, paralítica a los 15 años cuanto patinaba, que ofreció sus enfermedades a Cristo. Se honra también a tres mártires sirias, santas Bernica y Prosdoca y a su madre Domnina, que murieron en Antioquía de Siria (hoy Turquía), perseguidas en tiempos de Diocleciano. A los beatos Pedro González e Isabel Calduch. Y a san Lamberto, primero monje y abad del monasterio de Fontanelle, y luego obispo de Lyon en Francia.

Santa Liduina o Liduvina, nacida en Holanda en 1380, sufrió un accidente a los 15 años. Señala el Martirologio Romano que “en Schiedam, en Gueldres, Países Bajos, santa Liduvina o Liduina, virgen. Por la conversión de los pecadores y la liberación de las almas, ofreció durante toda la vida enfermedades del cuerpo, confiada sólo en Cristo Crucificado (+ 1433). La santa tuvo fama de santidad, y sus reliquias se encuentran en la catedral de san Miguel y Santa Gúdula (Bruselas).

Replanteamiento de vida

San Pedro González Telmo (Frómista, Palencia, España, 1185), fue educado por un tío canónigo y estudió en la Universidad de Palencia. Ordenado sacerdote, fue canónigo de la catedral, y parece le gustaba la ostentación. Pero una caída de un caballo le hizo replantear radicalmente su vida. Renunció a dignidades y entró en la orden dominicana, dedicándose a la predicación en Galicia y norte de Portugal, en especial entre marineros. Murió en Tuy en 1249.

Persecución

Isabel Calduch Rovira (Josefina en el mundo), nacida en Castellón en 1882, está incluida en el grupo de mártires valencianos beatificados por san Juan Pablo II en 2001. Ingresó joven en el monasterio de las clarisas capuchinas de Castellón. Fue religiosa ejemplar. Al estallar la persecución religiosa y cerrarse su monasterio en 1936, marchó a su pueblo con un hermano suyo sacerdote, también mártir. Fue arrestada en abril de 1937, maltratada y fusilada junto al cementerio de Cuevas de Vinromá (Castellón).

El autorFrancisco Otamendi

Actualidad

Univ 2025: Una carta del Papa y reflexión sobre la ciudadanía

El tradicional encuentro universitario, impulsado por san Josemaría Escrivá reunirá este año a 3.000 jóvenes del todo el mundo para vivir la Semana Santa en Roma.

Maria José Atienza·14 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos

Nació en 1968 bajo el impulso de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei y este año reunirá más de 3.000 jóvenes procedentes de todas las partes del mundo. El encuentro universitario UNIV centra este año su reflexión anual en el tema “Ciudadanos de Nuestro Mundo” (sobre el concepto práctico y aplicado de ciudadanía y bien común).

El Papa al UNIV: «¡cuántos motivos para dar gracias a Dios!»

Junto al congreso universitario, los jóvenes vivirán esta Semana Santa y Pascua en este año jubilar en Roma, cerca del Papa Francisco quien ha remitido una misiva a los participantes en la que anima a los participantes a «dar gracias a Dios y seguir caminando entusiastas en la fe, diligentes en la caridad y perseverantes en la esperanza», dado que este año se cumplen 100 años de la ordenación sacerdotal del fundador del Opus Dei.

El pontífice ha querido destacar también petición para que «este tiempo de peregrinación y encuentro fraterno los impulse a llevar a todos el Evangelio de Jesucristo, muerto y resucitado, como anuncio de la esperanza que realiza las promesas» 

Durante estas jornadas, los estudiantes participarán en las ceremonias litúrgicas de la Semana Santa y en varios encuentros con el prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz.

El congreso universitario UNIV

Bajo este tema de reflexión, los participantes tendrán la posibilidad de asistir a encuentros académicos-como el UNIV Forum y UNIV Lab, que tendrán lugar el 15 y 16 de abril y en los que se pondrán en común sugerencias, aplicaciones e ideas en torno a cuestiones como las virtudes y ejemplos que se necesitan para promover el bien común en nuestro mundo, qué significa la ciudadanía para los jóvenes de hoy o como crecer en la sociedad actual.

Para ello los jóvenes contarán con un programa que incluye conferencias, coloquios, muestras artísticas, mesas redondas con ponentes como Luis G. Franceschi, Secretario General Adjunto de la Commonwealth de Naciones; Karen Bohlin, directora del Practical Wisdom Project en el Abigail Adams Institute e investigadora en el Harvard Human Flourishing Program; Michelle Scobie, catedrática de Relaciones Internacionales y Gobernanza Medioambiental Mundial en The University of the West Indies (UWI); Ndidi Edeoghon, abogada internacional, fundadora de la Iniciativa de Embajadores para el Desarrollo de la Juventud y la Resolución de Conflictos (Nigeria), entre otras personas .

No sólo reflexionarán sino que también actuarán dado que los participantes en el UNIV 2025 promoverán diversos tipos de ayuda (económicas, asistenciales, etc.) para destinar al Dicasterio para el servicio de la Caridad del Papa.