Vocaciones

«Se necesitan jóvenes que resistan al envejecimiento del alma»

En la audiencia con el Capítulo General de los claretianos, el Papa Francisco ha instado a ser audaces en la misión, y a "jugarse el tipo" por la defensa de la dignidad humana.

David Fernández Alonso·9 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos
papa con claretianos

Foto: ©2021 Catholic News Service / U.S. Conference of Catholic Bishops.

El Santo Padre Francisco ha dirigido unas palabras en la audiencia con los participantes en el Capítulo General de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María, también conocidos como claretianos, esta mañana en el Palacio Apostólico.

«Es una gran alegría para mí acoger vuestro Capítulo General» ha comenzado el Papa, haciendo una referencia a la renovación del Superior General, el padre Vattamattam: «Felicito al P. Mathew Vattamattam, al que los capitulares han renovado su confianza reeligiéndolo como Superior General. Con él, saludo a los hermanos que han sido elegidos para formar el nuevo gobierno del Instituto. Que el Espíritu del Señor esté sobre ustedes en todo momento para que, en cuanto misioneros, puedan anunciar la Buena Noticia a los pobres (cf. Lc 4,19) y a cuantos están hambrientos de la Palabra que salva (cf. Is 55,10-11)».

Tomando como hilo conductor el tema del Capítulo, “Arraigados y audaces”, el Santo Padre ha comentado que esto significa estar arraigados en Jesús: «Esto supone una vida de oración y de contemplación que los lleve a poder decir como Job: «Yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos» (Jb 42,5). Una vida de oración y contemplación que les permita hablar, como amigos, cara a cara con el Señor (cf. Ex 33,11). Una vida de oración y contemplación que les permita contemplar el Espejo, que es Cristo, para convertirse ustedes mismos en espejo para los demás».

El Papa Francisco escucha al padre Mathew Vattamattam, superior general de los Misioneros Claretianos, el 9 de septiembre de 2021.

Además, el Papa ha hecho hincapié en el carácter misionero claretiano: «Ustedes son misioneros: si quieren que su misión sea verdaderamente fecunda no pueden separar la misión de la contemplación y de una vida de intimidad con el Señor. Si quieren ser testigos no pueden dejar de ser adoradores. Testigos y adoradores son dos palabras que se encuentran en las entrañas del Evangelio: «Los llamó para que estuvieran con él y enviarlos a predicar» (Mc 3,14). Dos dimensiones que se nutren recíprocamente, que no pueden existir la una sin la otra».

El Papa ha comentado también esa segunda parte del lema del Capítulo, explicando que esa «orientación los hará audaces en la misión, como audaz fue la misión del P. Claret y de los primeros misioneros que se unieron a él. La vida consagrada requiere audacia y necesita de mayores que se resistan al envejecimiento de la vida, y de jóvenes que se resistan al envejecimiento del alma».

Francisco asegura que «esta convicción los llevará a salir, a ponerse en camino e ir allí donde nadie quiere ir, allí donde es necesaria la luz del Evangelio, y a trabajar, codo con codo, con la gente. La misión de ustedes no puede ser “a distancia”, sino desde la cercanía, la proximidad. En la misión no pueden contentarse con balconear, con observar con curiosidad desde la distancia. Podemos balconear delante de la realidad o comprometernos por cambiarla. A ejemplo del P. Claret no pueden ser simples espectadores de la realidad. Tomen parte en ella, para transformar las realidades de pecado que encuentren en el camino. No sean pasivos ante los dramas que viven muchos de nuestros contemporáneos, más bien juéguense el tipo en la lucha por la dignidad humana y el respeto por los derechos fundamentales de la persona. Déjense tocar por la Palabra de Dios y los signos de los tiempos, y a la luz de la Palabra y los signos de los tiempos relean la propia historia, el propio carisma, recordando que la vida consagrada es como el agua, si no corre se pudre. Haciendo memoria deuteronómica del pasado, reaprópiense de la linfa del carisma. Eso hará de sus vidas una vida profética que también hará posible despertar e iluminar al mundo».

Juéguense el tipo en la lucha por dignidad humana y el respeto por los derechos fundamentales de la persona.

Papa FranciscoAudiencia con el Capítulo General de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María

El Santo Padre les volvió a insistir poner el centro en Jesús, y en «poner su seguridad en Él y sólo en Él que es todo el bien, el sumo bien, la verdadera seguridad. Creo que esto podría ser uno de los mejores frutos de esta pandemia que ha puesto en tela de juicio tantas de nuestras falsas seguridades. Espero, también, que el Capítulo los haya llevado a concentrarse en los elementos esenciales que definen la vida consagrada hoy: la consagración, que valorice la relación con Dios; la vida fraterna en comunidad, que dé prioridad a la relación auténtica con los hermanos; y la misión, que los lleve a salir, a descentrarnos para ir al encuentro con los demás, particularmente de los pobres, para llevarles a Jesús».

Por último, les quiso agradecer «todo el trabajo apostólico y toda la reflexión sobre la vida consagrada que han llevado a cabo en estos años. Continúen, y que el Espíritu los guíe en esta noble tarea.

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