Ecología integral

«Cuidar a los que nos rodean», antídoto ante la eutanasia, señala Benigno Blanco

“Ocuparnos de cuidar la vida de los que nos rodean, crear círculos concéntricos de ética del cuidado, implicarse en la vida de los que están cerca, redescubrir el valor de una sonrisa, mirar con ojos de cariño a todos”. Son las recetas que Benigno Blanco, ex presidente del Foro de la Familia, ha lanzado en el CARF ante la ley de eutanasia.

Rafael Miner·2 de abril de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos
eutanasia

Foto: Matthias Zomer/pexels

Traducción del artículo al italiano

“Eso es empatizar, valorar la vida de los te rodean, con enfermos, con mayores, con mujeres embarazadas, con gente desempleada, con inmigrantes también, ucranianos… ¿Somos acogedores? ¿Mostramos con hechos, con actitudes, con dinero si hace falta, aunque no sólo con eso, que nos importa la vida de los demás? Eso es crear la cultura de la vida. Por lo tanto, si ustedes quieren meterse con el gobierno y el parlamento, hay motivos para hacerlo por la ley de eutanasia, pero hagamos algo que está en nuestros manos respecto a la gente que nos rodea. El amor es la mayor fuerza”.

Éste fue el núcleo del mensaje del abogado Benigno Blanco en un Encuentro de reflexión organizado por la Fundación Centro Académico Romano (CARF), y Omnes hace unos días. Benigno Blanco tiene amplia experiencia en temas sociales, ha sido presidente del Foro Español de la Familia, y fue también presidente de la Federación Española de Familias Numerosas y miembro del comité federal de la Federación Española de Asociaciones Provida.

El abogado asturiano, quizá recordando su paso por la política, se puso en la piel de los participantes en el encuentro, y argumentó: “yo no soy médico, no soy enfermera, no tengo un hospital, no soy ministro ni parlamentario, ¿qué voy a hacer? Puedes querer a la gente que te rodea, eso es lo que se espera de nosotros”, respondió.

“Nada de amarguras y desesperanzas, asumamos la responsabilidad, con nuestra conducta y con la gente que tenemos alrededor, de hacer todo el bien que está en nuestras manos, porque así sumando los pequeños bienes que podamos hacer, se revertirá algún día la cultura de la muerte que estas leyes facilitan. Las revoluciones del siglo XXI no serán de arriba abajo, serán de abajo a arriba”.

“Somos gente normal y corriente que amando la verdad y la libertad, y proponiendo honestamente a los demás lo que creemos que merece la pena, vamos a cambiar este mundo, si queremos. Y les animo porque es posible y fácil hacerlo, si somos responsables”, concluyó Benigno Blanco.

Pedagogía de la vida, hacer el bien

Pero antes, el abogado, al que se le pudo ver en el Marcha Sí a la Vida del domingo pasado en Madrid, argumentó en torno a la idea de participar. “Si podemos ir ampliando esos círculos concéntricos de influencia más allá de la gente que nos rodea, a través de asociaciones, de la web, contar ejemplos positivos, hacer pedagogía de la vida, influir en médicos, sanitarios, etc., estupendo”.

“Pero no nos quedemos en lo mal que está el mundo… Vamos a intentar hacer el bien a nuestro alrededor, porque eso es eficaz en términos históricos, aunque no sepamos concretar qué efectos positivos tiene o tendrá. Hay una frase célebre en la cultura cristiana, y es que al mal se le vence anegándolo en bien. Si te preocupa el mal, haz tú el bien. Y esto está al alcance de todo el mundo”.

“Recuperar el sustrato humanista”

En su ponencia en el CARF, titulada ‘Autodestrucción social’, Benigno Blanco subrayó que “hemos ido deshumanizando el ser humano, reduciéndolo a una cosa”, y “se ha ido perdiendo la conciencia del valor de la vida. El no nacido es un ser humano que merece respeto”. Y respecto a los ancianos, parece que se dice: “costamos mucho. Haga el favor de retirarse”.

A su juicio, lo que ha pasado son dos cosas: el delito ha pasado a convertirse en derecho, y la conducta se ha ido banalizando, y se ve como normal. En Bélgica se legalizó la eutanasia en el año 2002, y se pasó de 24 casos de muerte a alrededor de 2.000 en 2015. Y en Países Bajos ya estaban en 6.000 eutanasias en 2016. [casi 7.000 en 2020, un 4 % del total de muertes en el país]. “Se produce un efecto deslizante”, “una quiebra moral”, por lo que hace falta una “defensa activa de la dignidad humana”, “una recuperación de la cultura de la vida”.

Con esos “círculos concéntricos de personas que se tratan con esa ética del cuidado, con saber que las cosas que merecen la pena son responsabilidad de todos, y no sólo del que tiene un problema, iremos recreando ese sustrato humanista que permitirá algún día modificar leyes como la del aborto o la eutanasia”, señaló el ponente del Encuentro, que se refirió también a la objeción de conciencia. Precisamente, la Conferencia Episcopal Española acaba de publicar una Nota doctrinal sobre la objeción de conciencia, que pueden consultar aquí.

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