Vaticano

Un pacto para promover la familia en todo el mundo

El X Encuentro Mundial de las Familias se celebrará en Roma en junio del año próximo. Dentro de las iniciativas del Año Familia Amoris Laetitia se ha lanzado el Pacto Católico Global sobre la Familia.

Giovanni Tridente·6 de septiembre de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos
Imagen oficial del X Encuentro Mundial de las Familias.

Trabajar en un programa compartido de acciones para promover la familia en todo el mundo, en fidelidad a la Doctrina Social de la Iglesia. Estos son los objetivos del Pacto Católico Global sobre la Familia anunciado en las últimas semanas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

El proyecto se llevará a cabo en colaboración con el Centro Internacional de Estudios sobre la Familia (CISF) y contará con la participación de diversos Centros de Investigación sobre la Familia presentes en las Universidades católicas de los cinco continentes.

Desde el punto de vista técnico, se recogerá información y se realizarán investigaciones sobre la relevancia cultural y antropológica de la familia, con especial atención a las relaciones familiares, el valor social de la familia y las buenas prácticas de política familiar.

El Pacto es una de las iniciativas promovidas con motivo del Año Familia Amoris laetitia proclamado por el Papa Francisco; no es casualidad que los resultados de la encuesta se presenten en el marco de un acto cerrado, previo al Encuentro Mundial de las Familias de junio de 2022.

En el centro de todo ello estará la labor de escucha y recopilación de información necesaria para comprender el estado de salud de la familia en todo el mundo”, explicó Francesco Belletti, director del Centro CISF. Cada institución universitaria recibirá cuestionarios preparados por un equipo internacional, a los que se podrán añadir comentarios y evaluaciones.

La escucha y la recopilación de información tienen, de hecho, como objetivo “identificar las buenas prácticas” para fomentar la adopción de acciones concretas “para reafirmar que la familia es un recurso para todas las sociedades”, añadió Belletti.

Esta iniciativa beneficiará a asociaciones, instituciones y a todo el mundo eclesiástico, que podrá así promover y potenciar la familia como “capital social de toda comunidad”.

Ya en el segundo capítulo de Amoris laetitia, el Papa Francisco subrayó la necesidad de hacer frente a los “nuevos desafíos” que afectan a la familia en todos los continentes, como también surgió tras los dos Sínodos celebrados en 2014 y 2015. 

Desde la cuestión de la educación hasta las inseguridades económicas, el desarraigo social y la violencia intrafamiliar, sin olvidar los derechos de la mujer y muchas otras cuestiones que tienen una estrecha relación con la doctrina social de la Iglesia.

Reflexionando e imaginando perspectivas de desarrollo, el Pacto busca, por tanto, identificar formas de apoyar y promover las relaciones familiares, que son el verdadero “recurso estratégico para el bienestar de los individuos y de la comunidad, especialmente en condiciones de fragilidad y vulnerabilidad”, continuó explicando Belletti.

X Encuentro Mundial de las Familias 

En vista del X Encuentro Mundial de las Familias, que según los deseos del Santo Padre culminará en Roma (22-26 de junio de 2022), pero que también se celebrará de forma “multicéntrica y generalizada” en todas las diócesis del mundo, el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida publica una serie mensual de 10 vídeos dedicados precisamente a la belleza de la familia como recurso pastoral.

Es el propio Pontífice quien relee y explica los capítulos de la Exhortación Apostólica publicada en 2016, acompañado de algunas familias de diferentes partes del mundo. Cada vídeo va acompañado de un subsidio que puede utilizarse para la reflexión y la oración familiar y comunitaria.

También se ha elegido la imagen oficial del encuentro, una obra del teólogo Marko Ivan Rupnik titulada Este misterio es grande. Al fondo, la escena de las bodas de Caná; a la izquierda, los novios aparecen cubiertos por un velo. El sirviente que sirve el vino tiene el rostro de San Pablo, según la antigua iconografía cristiana. 

La imagen quiere señalar cómo el amor sacramental entre el hombre y la mujer es un reflejo del amor indisoluble y la unidad entre Cristo y la Iglesia: Jesús derramó su sangre por ella.

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica
Banner publicidad
Banner publicidad