España

«No provocarás la muerte, sino al contrario, cuidarás»

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha querido destacar la mala noticia que supone la aprobación de la ley de eutanasia y ha animado a los ciudadanos a realizar su testamento vital y a los sanitarios a ejercer su derecho a la objeción de conciencia.

Maria José Atienza·18 de marzo de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Monseñor Luis Argüello ha señalado que «la aprobación de la ley de eutanasia esta mañana en el Congreso de los Diputados y así ya de manera definitiva en las Cortes Generales, es una mala noticia».

El Secretario General de la CEE ha querido recordar que «en España hay 60000 personas cada año que mueren con sufrimiento, pudiéndose remediar con una política adecuada de cuidados paliativos». Esta misma petición de un desarrollo de cuidados paliativos ha sido constante desde que el ejecutivo español anunciara su propósito de aprobar esta ley de eutanasia, de manera express, sin debate social y desoyendo deliberadamente voces que se oponen a la norma aprobada como las del Comité de Bioética de España.

Argüello ha animado a la sociedad española a «promover una cultura de la vida y de dar pasos concretos promoviendo un testamento vital o de declaraciones anticipadas que haga posible que los ciudadanos españoles manifiesten de una manera clara y determinada su deseo de recibir cuidados paliativos. Su deseo de no ser objeto de la aplicación de esta ley de eutanasia» y, en la misma línea, se ha dirigido a los profesionales sanitarios para «promover la objeción de conciencia y para promover todo aquello que tenga que ver con esta cultura de la vida que quiere tener una línea roja diciendo con fuerza ‘No matarás'».

El Secretario General de la CEE ha terminado su intervención con una llamada a la apuesta por la vida: «No provocarás de manera decidida la muerte para aliviar el sufrimiento, sino al contrario, cuidarás, practicaras la ternura, la cercanía, la misericordia, el ánimo, la esperanza para aquellas personas que se encuentran en el tramo final de su existencia, quizás en momentos de sufrimiento que necesitan consuelo, cuidado y esperanza».

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