América Latina

Instituciones religiosas estudian formas de prevenir el abuso infantil

El evento organizado por la Universidad de Harvard se propone compartir experiencias y recursos con miembros de diferentes organizaciones y religiones para prevenir el abuso sexual infantil y fomentar la recuperación de las víctimas.

Gonzalo Meza·19 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
abuso infantil

Foto: Annie Spratt / Unsplash

Hace varias décadas, una familia de una diócesis rural de Estados Unidos (EUA) decidió mandar a un niño de 9 años a que ayudara al sacerdote con las ceremonias y otras actividades propias de la parroquia.

La familia tenía una muy estrecha relación con el clérigo, quien también conocía la casa e incluso cenaba con ellos. La devota madre había instruido al niño: “tienes que hacer todo lo que el padre te diga”. Fiel a la orden de su madre, el inocente así lo hizo durante 4 años. Sin embargo, nadie sabía que después de ayudar en las labores de la Iglesia, el clérigo solicitaba al menor, ir al sótano para ahí, cometer el crimen del abuso sexual infantil.

Cuarenta y cinco años después

Cuarenta y cinco años después, ese niño, ya convertido en un empresario tocó las puertas de la oficina del entonces obispo Blaise Cupich (ahora Arzobispo de Chicago), quien estaba en su primer nombramiento episcopal. El prelado le abrió las puertas y lo escuchó con atención. Quedó atónito. Tras oír el drama, Cupich ofreció su ayuda y le dijo que le daría el apoyo o lo que él necesitara para contribuir a su curación.

El empresario solicitó ir y confrontar cara a cara con el sacerdote abusador para manifestarle el dolor y sufrimiento que tenía en su alma y de esa manera quitarse la carga que durante años había acumulado. Así ocurrió. El cura escuchó y aceptó. No negó los hechos. Tras ese encuentro Cupich acudió en persona a esa parroquia para presentar los hechos ante la feligresía.

Paralelamente informó a la policía y notificó a la Santa Sede del delito. “Fue un momento de mucho dolor”, dijo Cupich, “pero la valentía de esa víctima me hizo ver que en la Iglesia no debe haber lugar para líderes que abusan del poder y esperan protección debido a su status”. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EUA, 1 de 4 cuatro niños en el mundo sufren abuso físico, y casi 1 de cada 4 niñas sufren abuso sexual.

El congreso

Estos datos y diversos relatos se presentaron  del 8 al 10 de abril durante el simposio virtual “Fe y florecimiento, estrategias para prevenir y sanar el abuso sexual infantil”. El evento fue organizado por la Universidad de Harvard, en conjunción con instituciones educativas, religiosas y organismos de la Santa Sede, entre ellas la Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores (PTM) y la Pontificia Universidad Gregoriana.

El objetivo del evento fue compartir experiencias y recursos con miembros de diferentes organizaciones y religiones para prevenir el abuso sexual infantil y fomentar la sanación de las víctimas de este flagelo. Una de las metas del encuentro fue declarar el 8 de abril como día mundial para la prevención, sanación y justicia del abuso sexual infantil.

El evento contó con la participación de académicos, líderes de diferentes religiones, y directores de centros para la prevención del abuso infantil provenientes de varias partes del mundo. Durante el simposio, los asistentes virtuales tuvieron la oportunidad de participar en las sesiones de discusión que se llevaron a cabo durante los tres días del evento.  

Mensaje del Papa Francisco

En la inauguración del evento el 8 de abril se leyó un mensaje que el Papa Francisco envió a los participantes. El Santo Padre expresó su gratitud a los organizadores y agradeció por los esfuerzos que se llevan a cabo en diferentes comunidades eclesiales y en la sociedad para garantizar el bienestar de los menores y devolver la dignidad a las víctimas de abusos. 

En la sesión inaugural también estuvo presente el Cardenal O’Malley, Arzobispo de Boston y Presidente de la PTM. En su intervención, el prelado señaló: “Todos tenemos la obligación moral y legal de proporcionar la mejor protección posible. Cuidar a las personas a las que servimos, especialmente a los menores y a los más vulnerables. Ellos esperan legítimamente esa protección. En algunos casos esa responsabilidad fue traicionada por aquellos que tenían el sagrado deber de cuidar de sus almas. La traición fue devastadora. Los crímenes de abuso sexual no se pueden esconder. Debemos estar atentos para apoyar a los supervivientes y a sus seres queridos. Gracias a su valentía, la protección a los menores y la sanación se están convirtiendo en componentes centrales en todas las facetas de nuestras vidas. Pero hay mucho por hacer”. 

Dar un paso adelante

Mientras en unos países, como los EUA, el tema de la prevención y erradicación del abuso infantil ya lleva varias décadas, en otros apenas se está iniciando. Así lo reconoció el sacerdote jesuita Hans Zollner, presidente del Centro para la Protección de Menores de la Universidad Gregoriana.

Durante su intervención, señaló que al escuchar todo el daño que se ha causado a las víctimas nos damos cuenta de que es necesario que las comunidades den un paso adelante y reconozcan el daño que se ha hecho. Las comunidades de fe, dijo, pueden ofrecer instrumentos para intervenir, prevenir y sanar. Y para ello es necesario colaborar para aprender conjuntamente, particularmente en aquellos lugares en donde la lucha contra los abusos y la prevención apenas se está iniciando.

Entre los temas que abordó el simposio están: perspectivas acerca de las barreras culturales en materia de abuso sexual infantil; estrategias para prevenir el abuso en las comunidades y mecanismos para promover la curación de las víctimas. Las ponencias y otras herramientas sobre el tema se pueden consultar en línea en el sitio web: https://hfh.fas.harvard.edu/video-presentations

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