Las diferentes instituciones de la Iglesia han mostrado su pesar por el fallecimiento del Papa Francisco haciendo, unánimemente, una llamada a la oración y al agradecimiento a Dios por el ejemplo del Papa argentino.
Testimonio y agradecimiento
“Nuestro dolor va acompañado por una conmovida gratitud por el testimonio de fe incansable que el Papa Francisco ha mostrado al mundo hasta el último día”, así se despide Davide Prosperi, Presidente de la Fraternidade de Comunhão e Libertação, del Papa Francisco que ha querido recordar también, la “gran estima y atención por nuestro movimiento” mostrado por el Papa y su disposición a continuar por el “camino que nos ha indicado, para que el movimiento sea siempre fiel al don del Espíritu para servir a la gloria de Cristo”.
El prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz también ha querido destacar el ejemplo del pontífice fallecido que “nos ha impulsado a acoger y experimentar la misericordia de Dios, que no se cansa de perdonarnos; y, por otro lado, ser misericordiosos con los demás, como él ha hecho incansablemente con tantos gestos de ternura que son parte central de su magisterio testimonial”.
También en el camino Neocatecumenal han recordado su “testimonio de donación total para testimoniar el amor de Dios por cada criatura” y han destacado su agradecimiento al Señor, “por habernos dado un pastor lleno de celo, que ha llevado el Evangelio hasta los ámbitos más lejanos de la Iglesia, dándose para manifestar a todos la cercanía y el amor de Dios, especialmente a los más pobres y abandonados en el cuerpo y en el espíritu”.
Este mismo agradecimiento es el que ha querido destacar Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares que destaca cómo «junto con toda la Iglesia, lo entregamos a Dios, llenos de gratitud por el extraordinario ejemplo y el don de amor que ha representado para cada persona y para todos los pueblos».
Karram, de origen palestino católico ha querido subrayar además «el amor y la atención personal que el Papa me brindó, especialmente ante los sufrimientos de mi pueblo en Tierra Santa,así como mi profunda gratitud por haberme invitado a participar en el Sínodo sobre la Sinodalidad, donde él mismo nos abrió las puertas hacia una Iglesia sinodal que ahora comienza a dar sus primeros pasos en todo el mundo».
Religiosas y religiosos destacan su guía espiritual
O União Internacional de Superiores-Gerais ha publicado un comunicado en el que agradecen al Papa “su guía espiritual, que ha fortalecido a todas las comunidades religiosas en todo el mundo en su misión de encarnar las enseñanzas de Cristo. Su voz por la paz, la justicia, la compasión y el cuidado ecológico continuará resonando en nuestros corazones y acciones”.
O unión de superiores varones, por su parte, ha puesto de manifiesto como la vocación religiosa del Papa Francisco hizo que les entendiera “desde su propia experiencia de vida consagrada, pero también desde su vida como superior, como pastor en la vida religiosa. Nos entendía como hombre que había experimentado, sin duda también de forma dolorosa, lo difícil que puede ser guiar a un rebaño de hermanos y hermanas que desean responder a la llamada de seguir a Cristo de cerca para navegar con Él”.
Además han destacado que “haya iniciado con nosotros también un proceso de renovación de la mística, de un caminar con Cristo presente, enamorados de Él; procesos en los que la vida consagrada, como toda la vida cristiana, se renueva en una amistad con Jesús cada vez más íntima y ampliada”.
Despedida de sus hermanos jesuitas
Mención especial merece el comunicado firmado por Arturo Sosa, SJ, Superior General de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía el Papa Francisco.
En una extensa carta, remitida a todos los hermanos y personas cercanas a la Compañía, Sosa ha querido poner de relieve el dolor por el fallecimiento de “nuestro querido hermano en esta mínima Compañía de Jesús, Jorge Mario Bergoglio. En ella hemos compartido el mismo carisma espiritual y un mismo estilo de seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo”.
En este sentido, Sosa ha destacado que el Papa Francisco “supo guiar a la Iglesia durante su pontificado, en comunión y continuidad con sus predecesores en el esfuerzo por poner en práctica el espíritu y orientaciones del Concilio Ecuménico Vaticano II”.
Asimismo, el superior de los jesuitas ha recordado cómo “cuando se dirigió a nosotros, sus hermanos jesuitas, insistió siempre en la prioridad de reservar en nuestra vida-misión el espacio suficiente a la oración y al cuidado de la experiencia espiritual” y ha hecho memoria de las palabras del Papa fallecido cuando describió a los miembros de la Compañía como “servidores de la alegría del evangelio” en cualquier misión en la que se desempeñe. “De esta alegría” – continua Sosa- brota nuestra obediencia a la voluntad de Dios, al envío al servicio de la misión de la Iglesia y también nuestros apostolados”.