José María Contreras, autor en Omnes https://www.omnesmag.com/author/jmcontreras/ Una mirada católica a la actualidad Tue, 28 Feb 2023 10:27:41 +0000 es hourly 1 Si de verdad me quieres https://www.omnesmag.com/foco/si-de-verdad-me-quieres/ Tue, 28 Feb 2023 04:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=29148 Escucha el podcast «Si de verdad me quieres», por José María Contreras Ir a descargar Hay una película que a mí me pareció deliciosa, no sé si la habrán visto. Se llama El Violinista en el Tejado. Trata de un matrimonio de judíos en la Rusia de los zares. Casi al inicio de la pregunta, […]

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Hay una película que a mí me pareció deliciosa, no sé si la habrán visto. Se llama El Violinista en el Tejado. Trata de un matrimonio de judíos en la Rusia de los zares. Casi al inicio de la pregunta, tras no pocos avatares, su hija mayor consigue la aprobación paterna para casarse con el amor de su vida. La chica está ilusionadísima con el hecho de contraer matrimonio y esta actitud parece sorprender a su padre al que, da la sensación de esos sentimientos tan positivos le diera cierta nostalgia. Parece algo así como: “esta niña, que conoce a su futuro marido hace poco tiempo y está tan contenta… Mi mujer ¿lo estará también?”.

Se encamina a comprobarlo y, de repente, le preguntó a su mujer: “¿Tú me quieres?”

La respuesta que ella le da es una de las más inteligentes y verdaderas que se pueden dar. Ella, mayor y “trabajada por la vida” le responde, utilizando el lenguaje de su época y la forma de decir de su cultura: “tú lo sabrás”. Y continúa: “Te he seguido durante veinticinco años a donde hemos  tenido que ir, te he dado 8 hijos. Te he procurado obedecer. Te he cuidado cuando lo has necesitado. Te he atendido cuando has estado enfermo. Tu sabrás si te quiero”.

Lo maravilloso es que el marido le pregunta acerca del sentimiento que tiene hacia él. Si siente, más o menos, lo que su hija por su novio. Ella, sin embargo, no le contesta con un sentimiento, sino con un comportamiento. Con obras: “Si quieres saber si te quiero, mira lo que hago por ti”. Es el famoso refrán español, el cual podríamos cambiar por: Obras son amores y no intensas emociones. El amor se demuestra con obras.

¿Quién quiere más al abuelo? ¿El que va muchas veces a verlo a la residencia de ancianos donde vive, aunque le cueste, o el que no va nunca y dice que lo quiere mucho? Pues igual. El cariño de demuestra en el día a día, y no en momentos especiales en los cuales por lo emocionante del momento, uno siente mucho y por eso cree que quiere mucho.

Actualmente, la confusión entre sentimiento y amor, propiciada por nuestra cultura líquida y superficial, tiene como consecuencia que muchas personas no sepan, realmente, lo que es amar; y al no saberlo, lo lógico es que fracasen en sus cariños. Llaman cariño y amor a lo que no es y falta de cariño a lo que –en muchas ocasiones- es amor del bueno.

El amor está en la voluntad. La voluntad, lo sabemos, se alimenta de los sentimientos y de la inteligencia. Cuando los sentimientos no responden -algo que ocurre con cierta frecuencia en una relación de pareja- hay que recurrir a la inteligencia para seguir queriendo.

Si no lo hacemos, la voluntad se alimentará solamente del sentimiento negativo que nos envuelve y por tanto la respuesta además de equivocada puede romper nuestra relación porque estamos llamando amor o, en este caso, desamor a lo que no los es.

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Desconocimiento propio y ego https://www.omnesmag.com/foco/desconocimiento-propio-y-ego/ Thu, 29 Dec 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=27216 Escucha el podcast «Desconocimiento propio y ego» Ir a descargar De un tiempo a esta parte la palabra ego ha tomado un protagonismo grande en las conversaciones más habituales. Antes no era así. Recuerdo la primera vez que me tropecé con ella en una conversación. Debí poner una cara un tanto extraña porque mi interlocutor […]

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De un tiempo a esta parte la palabra ego ha tomado un protagonismo grande en las conversaciones más habituales.

Antes no era así. Recuerdo la primera vez que me tropecé con ella en una conversación. Debí poner una cara un tanto extraña porque mi interlocutor me dijo: Si, si ego, soberbia.

Ahora es un término frecuente y tiene más “prestigio” que la palabra soberbia porque ésta parece menos delicada, menos elegante. Sin embargo, a fin de cuentas, es lo mismo.

Paradójicamente hay personas muy orgullosas de su ego, es más te lo reconocen abiertamente, yo es que tengo mucho ego, te dicen cuando se les pregunta.

Suelen ser personas inflexibles y con un conocimiento propio muy escaso. No es raro que llegado el caso te digan que ellos no se arrepienten de nada de lo que han hecho en el pasado. Eso les lleva a ser poco agradecidos. Todo lo hacen bien. No le deben nada a nadie. Como consecuencia de ello son incapaces de pedir perdón.

¿Cómo una persona puede decir que no cambiaría nada, cuando el ser humano se equivoca todos los días varias veces? A medida que alimentan su ego, aumenta la desconfianza en ellos de las personas que les rodean.

Disculparse por los errores es una de las características del liderazgo, pero a ellos les parece una debilidad, por lo tanto, como hemos dicho, nunca piden perdón. Tienen dificultades para amar y para sentirse queridos. Pedir perdón forma parte del amor. En la convivencia hay que hacer lo con frecuencia. Es humano equivocarse.

Una persona “no humana” produce rechazo. Tiene una cierta incapacitación para educar. Es probable que sea muy inflexible ante los errores de los demás.

Estos ególatras dan la sensación de que están haciendo un favor a los demás de forma habitual y esto les incapacita a largo plazo no solo para amar como hemos dicho, sino para mantener sus amores. La gente con mucho ego, desune mucho.

A causa del desconocimiento que tienen de ellos mismos, hay que tener cuidado, en la convivencia, cualquier cosa les puede molestar. Se está tenso a su lado.

Ya digo que es lo que toda la vida se ha llamado una persona soberbia.

 Una persona con la que es difícil de convivir y es incapaz de educar a causa del desconocimiento que tiene de sí misma.

A pesar de todo, tener ego está de moda y, en ocasiones, bien visto. Bien es verdad que del ego se puede salir: basta con adquirir cierta formación personal y aumentar el conocimiento propio.

Simplemente, darse cuenta de que el ser humano es débil y en muchas ocasiones un ser necesitado de los demás.

O sea, basta con estar en la realidad, en lo que las cosas son.

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Educar en la templanza https://www.omnesmag.com/foco/educar-en-la-templanza/ Thu, 03 Nov 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=25927 Escucha el podcast que acompaña este comentario para saber más sobre la educación en la templanza. Ir a descargar La templanza, como cualquier virtud, es tremendamente positiva: Hace que la persona sea capaz de ser dueña de sí misma y pone orden en la sensibilidad, afectividad, gustos y deseos. Por eso, cuando un hijo nos […]

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La templanza, como cualquier virtud, es tremendamente positiva: Hace que la persona sea capaz de ser dueña de sí misma y pone orden en la sensibilidad, afectividad, gustos y deseos.

Por eso, cuando un hijo nos pide algún deseo y los padres se lo negamos, es fácil que le demos respuestas como que no nos podemos permitir ese gasto o cosas por el estilo. Eso sólo es parte de la verdad y, además, tiende a que los hijos vean la sobriedad como algo negativo; piensan que cuando tengamos más dinero lo haremos. No es así.

La templanza nos procura un equilibrio en el uso de los bienes materiales que nos hace libres para aspirar a bienes más altos.

Para educar en la austeridad hay que tener valor: muchas veces exige enfrentarse a los hijos y a la corriente por donde va la sociedad. Pero ése es el camino. O se tiene ese valor o no se hace nada.

El placer es bueno, no podemos caer en la cortedad de pensar que es algo negativo para la persona. Pero tampoco podemos caer en la tentación de negar el hombre es un ser que, por naturaleza, tiene desordenadas las pasiones. Pablo de Tarso decía que “hacia el mal que no quería y que dejaba de hacer el bien que quería”. Es de suponer que no siempre ocurría así, pero aun siendo algo puntual, él se quejaba de esto.

Es como si el mal, se hubiera insertado en el corazón humano y el hombre tuviera que defenderse de él. Cuando decimos que sí, todo son facilidades. Facilidades con desasosiego muchas veces, pero facilidades.

Tenemos que acostumbrarnos a decirnos que no y en esa lucha interior por hacer el bien, algunas veces con victorias y otras con derrotas, es cuando viene esa paz que deseamos. Decir que no en muchas ocasiones es alejarse del mal.

Cuántas adicciones, que tanto están haciendo sufrir a tantas personas, se hubieran evitado si se hubiera educado a los hijos en negarse aquello que les perjudica, aquello que objetivamente es malo.

Hay personas que son incapaces de decir “no” a los impulsos del ambiente o a los deseos de quienes les rodean. Son personas despersonalizadas, no son libres porque son llevadas por lo deseos de otro sin poder renunciar a ellos.

Decir que “no” a algunas cosas, en el fondo, es comprometerse con otras. Es la manera de demostrarse a sí mismo que uno tiene valores.

Decir que “no” supone comprometerse con lo que realmente se estima y darlo a conocer con nuestra vida, con lo que hacemos.

Una persona que no se esfuerza por vivir la sobriedad, la templanza, termina siendo incapaz de decir que no a las sensaciones que el ambiente despierta en él. Termina buscando la felicidad en sensaciones falsas, fugaces, que por ser pasajeras, nunca satisfacen.

Me comentaba un amigo que su hijo pequeño le había preguntado que por qué, si teniendo dinero, no se aprovechaba de ello y pedía siempre lo mejor en los restaurantes. Aproveché para explicarle que la sobriedad, la templanza, no depende de que se tenga mucho o poco dinero. Son virtudes, valores que tiene uno que vivir independientemente del coste o del pagador. Así una persona con mucho dinero puede ser sobria y templada y un pobre de solemnidad puede ser muy poco templado.

La templanza es indispensable para poner un poco de orden en caos que el mal impone a la naturaleza humana.

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La segunda virginidad https://www.omnesmag.com/foco/la-segunda-virginidad/ Thu, 22 Sep 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=24944 Escucha el podcast «La segunda virginidad» Ir a descargar En esta vida, hay veces en que no se consigue lo que uno pretende, pero no por eso deja uno de luchar, de pelear las cosas. Así, hay personas que se propusieron tener un noviazgo limpio y no lo consiguen, por la razón que sea, aunque […]

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En esta vida, hay veces en que no se consigue lo que uno pretende, pero no por eso deja uno de luchar, de pelear las cosas.

Así, hay personas que se propusieron tener un noviazgo limpio y no lo consiguen, por la razón que sea, aunque siempre podemos hablar, como mínimo, de falta de prudencia.

Si la solución que se da a esa situación es que “como ya no lo hemos conseguido, como hemos tenido relaciones sexuales, qué más da tener una vez, que dos, que cien…” pues eso no arregla las cosas. La tensión que debe haber en un noviazgo por hacer las cosas como en un principio se quería, desaparece, y la ilusión, con el tiempo, también.

Lo que suele ocurrir en estos casos es que, muchas veces, se rompe esa relación por falta de ilusión y, en el siguiente noviazgo, es muy posible que se ponga más bajo el nivel: Los chantajes empiezan a aflorar “Si lo hiciste con el otro/a, por qué no conmigo, eso es síntoma de que no me quieres…” Y otros por el estilo.

Yo creo que hay que intentar recomponer la ilusión en ese noviazgo que tan bien iba hasta que llegó el contacto sexual. ¿Cómo? Proponiéndose vivir la segunda virginidad. Manteniendo una charla a fondo con la pareja, y recomenzando de nuevo, de tal modo que lo anterior sirva para coger fuerzas, experiencia, y para ser más cuidadosos en todo lo que es la sexualidad.

La segunda virginidad es un canto a la esperanza y a la ilusión.

Hasta aquí no ha sido como queríamos, pero a partir de ahora lo será. Lo he visto muchas veces y con mucho éxito.

Una vez dicho esto, hay que procurar poner todos los medios para hacer las cosas bien.

Hay parejas de novios que parece que todas las relaciones que tienen, son sin querer. ¿Por qué ocurre esto? Naturalmente, porque en el fondo quieren. Es, por decirlo así, un querer sin querer.

No ponen los medios, no son prudentes, van a casa del otro cuando no hay nadie, tardan en despedirse mucho tiempo, se pasean por sitios poco iluminados, se podría decir otras muchas situaciones que, por otra parte, cada pareja conoce.

Como consecuencia de esto ocurre lo que, en teoría, no quieren que pasase, pero en realidad están poniendo pocos medios.

Esa falta de fortaleza, de reciedumbre, esa carencia de fuerza de voluntad, aparecerá luego en la relación en miles de situaciones. La vida de pareja es difícil y hay que estar entrenados en la exigencia personal. La segunda virginidad es un buen entrenamiento.

Proponerse vivir así fortalece mucho a la pareja y si se lo toman con seriedad, devuelve la ilusión. 

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Noviazgo y adicciones https://www.omnesmag.com/foco/noviazgo-adicciones/ Mon, 27 Jun 2022 09:28:04 +0000 https://omnesmag.com/?p=21796 Escucha el audio de «Noviazgo y adicciones» Ir a descargar Uno de los avances que se han dado últimamente en el terreno social es la consideración de igualdad del hombre y la mujer. Cosa que, por otra parte, es obvia, pero muchas veces lo evidente es lo más difícil de descubrir y de explicar. Hay […]

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Uno de los avances que se han dado últimamente en el terreno social es la consideración de igualdad del hombre y la mujer. Cosa que, por otra parte, es obvia, pero muchas veces lo evidente es lo más difícil de descubrir y de explicar.

Hay que tener en cuenta que una cosa es que sean iguales como personas y como sujetos de derecho y otra es que un hombre sea igual a una mujer. No hace falta nada más que tener un hijo y una hija, para darse cuenta de la diferencia que hay.

Para que una pareja funcione, el hombre tiene que ser tratado como tal y la mujer también.

En este último apartado nos damos cuenta que la mujer está llevando la peor parte, existe mucha violencia física y sicológica contra ella. También contra el hombre, pero ésta es más sicológica que física. No voy aquí a hablar de las causas de la violencia, porque éste no es el propósito de este artículo y, probablemente, yo no sabría hacerlo con la suficiente profundidad.

En lo que sí me gustaría incidir es en el hecho de que, de unos años a esta parte, en un amplio segmento de la juventud, se está identificando diversión con drogas, alcohol y sexo. Este último distorsionado por la pornografía, por la adicción a ella que tanto trastorno está ocasionando en las personas. Jóvenes y no tan jóvenes. Nadie negará que estos hábitos estén teniendo una influencia grande en las relaciones de pareja y en la agresividad que se da en las mismas.

Se puede estar conociendo a una persona y quizás no darnos cuenta  de la importancia con que estos hábitos de vida influirán  en su conducta futura.

Cuántas veces, en la orientación familiar, te viene alguien diciendo que se ha casado con una persona que no sabía que era alcohólica.  Porque, en realidad, bebía lo que los demás, tomaba lo que todo el mundo. Vamos, que hacía lo normal.

Aquello que de novios aparece como «una forma de divertirse», una vez casados, esas conductas empiezan a presentarse como negativas e insoportables en la relación.

Antes formaban parte de la diversión, ahora forma parte de la vida. Nadie, por lo general, te va a decir: “Oye, tu novio, tu novia bebe más de la cuenta, o bebe mucho”.

No es políticamente correcto. Aparte de que los baremos están dislocados. Se puede decir sin temor a equivocarse que la mayoría de los jóvenes que beben, lo hacen en una cantidad excesiva para su salud y negativa para el futuro de una relación.

Con una persona que esté enganchada a drogas, del tipo que sean, es imposible llevar una convivencia que tenga una cierta normalidad.

Una persona que reúna esas características podemos decir que, en muchos casos, está incapacitada para querer; se le hace muy difícil, si no imposible, amar al otro.

Tengamos en cuenta que uno de los componentes del amor es la voluntad, junto con la inteligencia y el sentimiento. Una persona sin voluntad es una persona que no es libre para querer. Cuanto más adicta sea a sustancias que le cambian su forma de ser, pensar, comportarse como es, y cuanto más incapaz sea de liberarse de estas sustancias, más difícil se le hará querer, más difícil será, por tanto, la convivencia.

Muchos de los fracasos matrimoniales de los próximos años se están fraguando en nuestros días.  No nos quepa la menor duda de que muchas de las causas tienen relación con lo que estamos comentando.

Tengamos en cuenta que lo que se dice de los hombres se puede decir de las mujeres.

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Irse a vivir juntos. ¿Y después? https://www.omnesmag.com/foco/irse-a-vivir-juntos-y-despues/ Wed, 04 May 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=20411 Traducción del artículo al inglés Escucha el podcast Irse a vivir juntos. ¿Y después? Ir a descargar Hay gente que, a pesar de no tener las cosas muy claras, se va a vivir con otra persona, exponiéndose a un gran fracaso y desoyendo todos los consejos relacionados con el asunto. Muchas veces, el ser humano, antes […]

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Traducción del artículo al inglés

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Hay gente que, a pesar de no tener las cosas muy claras, se va a vivir con otra persona, exponiéndose a un gran fracaso y desoyendo todos los consejos relacionados con el asunto.

Muchas veces, el ser humano, antes de ponerse a pensar, ya ha decidido. Y esta es una de las razones por las que la experiencia de los demás, en estos casos, vale muy poco.

Otras veces es por no saber lo que realmente se hace, las razones son superficiales: “lo hace todo el mundo”, “vamos a ver”, “no queremos fallar”…

Hay falta de formación y manipulación por parte de la débil cultura que nos rodea, mal uso de la libertad. En el fondo subyace la creencia de que, aunque a los demás, en general, les vaya mal, a ellos les va a ir bien… En resumen, todo muy débil, muy superficial, muy adolescente.

Me gustaría detenerme en lo que viene después del “irnos a vivir juntos” porque, en la mayoría de los casos, hay un después, un “ya no vivimos juntos”.

Generalmente la situación es dolorosa. Mucho peor que si se hubiera dejado un noviazgo. Vivir con una persona y después dejarlo es una experiencia que marca. Deja huella para siempre, porque se ha sido dejado para siempre.

La desilusión, el sufrimiento, la aridez que supone el fracaso, el desencanto, la sensación de haber sido rechazado como persona. Si uno ha sido dejado tiene la sensación de “que no ha satisfecho” lo que el otro quería comprobar, la sensación de no valer, de no haber sido amado, de haberse jugado con los sentimientos más profundos, todo ello en conjunto deja una marca indeleble en el corazón humano.

Hay veces que la autoestima termina por los suelos, se piensa que no se es digno de ser querido. El lastre es muy fuerte.

¿Rehacer la vida? ¿Con quién? De alguna forma la vida se ha roto. La ilusión de un amor limpio, exigente, ha desaparecido.

Probablemente la exigencia a la hora de buscar decaiga, hay situaciones en que basta con que alguien haga caso para establecer una nueva relación.

En realidad, lo que se va buscando quizás sea algo de ilusión, salir de esa desesperanza.

Quizás se empiece con una persona que también ha sido dejada. El valor del compromiso ha decaído y la unión de dos personas sin ese sentido es una unión débil, al primer contratiempo todo se rompe. Por otra parte, el reloj biológico aprieta. Lo cual lleva a actuar con cierta prisa.

No se trata de desesperanzar a nadie. En el terreno de la felicidad siempre se puede empezar pidiendo perdón, a quien se debe y como se debe.

Para los creyentes, confesarse, pedir perdón y empezar de cero, con la ilusión que da el saberse perdonado, es un remedio maravilloso, también en lo humano, en lo psicológico.

Vivir de acuerdo con unas creencias ayuda mucho.

Si no es así, probablemente, nos dejemos llevar más de la cuenta por el estado de ánimo, y este es un agarradero muy débil que además no es controlable.

Las vidas planas, sin creencias, no son completas, falta algo.

Por eso, antes de tomar una decisión, siempre se tiene que ver el estado en que se quedaría si se fracasara.

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La coppia ideale https://www.omnesmag.com/foco/la-coppia-ideale/ Wed, 20 Apr 2022 10:47:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=22198 Testo originale del articolo in spagnolo quiTraduzione: Lino Bertuzzi Fin da piccoli, nelle storie da bambini ci hanno raccontato di coppie che si amano molto e senza difficoltà, dove tutto è meraviglioso e senza che nella loro vita ci siano problemi di alcun tipo. Più tardi, il cinema romantico ci ha insegnato la stessa cosa. […]

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Testo originale del articolo in spagnolo qui
Traduzione: Lino Bertuzzi

Fin da piccoli, nelle storie da bambini ci hanno raccontato di coppie che si amano molto e senza difficoltà, dove tutto è meraviglioso e senza che nella loro vita ci siano problemi di alcun tipo.

Più tardi, il cinema romantico ci ha insegnato la stessa cosa.

Anche al giorno d’oggi, ci si dice che là fuori, da qualche parte, c’è qualcuno con cui si potrebbe vivere pacificamente e felicemente. Qualcuno con il quale l’amore non costi fatica.

Questo è estremamente attraente, ma assolutamente falso.  Si deve essere consapevoli che, anche se si potessero conoscere tutti gli uomini o tutte le donne del mondo, la convivenza con qualcuno sarebbe comunque difficile, richiederebbe un certo sforzo.

Una coppia è formata da due persone imperfette, quindi il risultato sarà una relazione imperfetta. Non ci si deve spaventare, in tutti i matrimoni ci sono cose che vanno bene e altre no. È normale.

Saper tacere e parlare al momento giusto non è facile.
Dominare l’arroganza, l’orgoglio, evitare di voler sempre prevalere, questo è una delle droghe che più ti fa soffrire.Voler dominare l’altro, non lasciargli spazio, chiedergli di fare le cose come le fai tu, guardare quello che fa, quello che dice, il cellulare, la posta, sono atteggiamenti frequenti che mostrano immaturità nella persona e nell’amore.

Poiché il rapporto di coppia è un rapporto tra pari, se uno non domina il proprio orgoglio, cercherà sempre di prevalere sull’altro.
Lui o lei saranno lì a voler avere sempre ragione. Comandare.

Insomma, quella persona con la quale ci siamo sposati ha dei difetti, e non può smettere di averli perché ha il peccato originale. Tutti abbiamo dei difetti.

Il successo di una relazione è dato allora da uno sforzo, da quella lotta contro sé stessi che l’uomo e la donna siano intenzionati a fare per migliorarsi personalmente.

Ciò significa che si deve avere una predisposizione costante a voler migliorare come persone, all’essere coerenti con le nostre convinzioni, e a non aver paura se la nostra relazione non è perfetta.

Una persona che sappia veramente amare è quella che lotta per conoscere sé stessa, che non ha paura della verità personale. Temere la verità su sé stessi è un atteggiamento suicida e fa ristagnare la capacità di amare.

Al giorno d’oggi c’è una gran paura di impegnarsi, di amare, perché si intuisce che ogni amore comporta di sicuro, in misura maggiore o minore, un certo sacrificio.

Chi non voglia avere dei dolori trascorra tutta la sua vita libera da ogni amore, dice la canzone popolare. Ecco come stanno le cose.

Questo è il motivo per cui molte persone nella nostra società passano attraverso la propria vita senza sapere cosa sia l’amore, con una tristezza di fondo e una irrequietezza che di tanto in tanto compensano con un po’ di sesso. Il che dà l’illusione di essere amati. Non si può vivere sempre nella tristezza!

Molti vanno con il cuore in mano, offrendolo a qualcuno che compensi il loro vuoto, spesso causato dalla paura che si ha o si è avuta di amare davvero. Vanno cercando un partner ideale che non esiste, perché il nostro coniuge ideale è quello con cui ci siamo sposati.

Per rendersi conto di questo fatto dobbiamo mettere la nostra relazione al primo posto nelle nostre priorità di vita, e perdere la paura dello sforzo, del sacrificio che l’amore richiede. Il resto è non saper amare.

La comodità non si concilia con l’amore.

Nella misura in cui non ci si lasci ingannare, si dica la verità e ci si confronti con sé stessi, ci si andrà rendendo conto che questo sforzo costa meno di quanto suggerisce la nostra immaginazione.

Ebbene sì, abbiamo trovato il partner ideale perché abbiamo iniziato ad amare davvero. Altro sono solo sdolcinatezze, se non si è sostenuti da un amore robusto e forte.  È così facile e così difficile.

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La pareja ideal https://www.omnesmag.com/foco/familia/la-pareja-ideal/ Thu, 07 Apr 2022 05:06:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=19969 Traducción del artículo al italiano Escucha el podcast «La pareja ideal» . Ir a descargar Desde pequeños, en los cuentos de la infancia, nos vienen hablando de parejas que se quieren mucho y sin esfuerzo, donde todo es maravilloso sin que en su vida haya ningún problema. Después, el cine romántico nos fue enseñando lo […]

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Traducción del artículo al italiano

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Desde pequeños, en los cuentos de la infancia, nos vienen hablando de parejas que se quieren mucho y sin esfuerzo, donde todo es maravilloso sin que en su vida haya ningún problema.

Después, el cine romántico nos fue enseñando lo mismo.

Actualmente, también se nos dice que por ahí fuera, en algún lugar, existe alguien con el que yo podría vivir de una manera placida y feliz. Con quien el amor no me supusiese esfuerzo.

Eso, que es tremendamente atractivo, es absolutamente falso. Uno tiene que ser consciente que, aunque conociese a todos los hombres o mujeres del mundo, la convivencia sería difícil, exigiría esfuerzo.

Una pareja está formada por dos personas que son imperfectas, por lo tanto, la resultante será una relación con imperfecciones. No hay que asustarse, en todos los matrimonios hay cosas que van bien y otras no tan bien. Eso es normal.

Saber callar y hablar en el momento oportuno, no es fácil. Dominar la soberbia, el orgullo, evitar el continuo querer quedar por encima, – es una de las drogas que más hace sufrir-  querer dominar al otro, no dejarle espacio, pedirle que las cosas las haga como yo, vigilar lo que hace, lo que dice, el móvil, el correo, son actitudes frecuentes que demuestran inmadurez en la persona y en el amor.

Como la relación de pareja es una relación entre iguales, si no domina uno el orgullo, siempre estará uno intentando ganar terreno al otro. Querer llevar razón. Mandar.

Por tanto, esa persona con la que nos hemos casado tiene defectos y no puede dejar de tenerlos porque tiene pecado original. Todos tenemos defectos.

El éxito de una relación viene dado por el esfuerzo, lucha contra uno mismo, que el hombre y la mujer quieran hacer para mejorar personalmente.

Eso quiere decir que tenemos que tener una predisposición constante a querer mejorar como personas, en ser coherente con nuestras creencias y no asustarnos de que nuestra relación no sea perfecta.

Una persona que sepa amar de verdad es una persona que lucha por conocerse, que no le tiene miedo a la verdad personal.

Tener miedo a la verdad personal es suicida y hace que la capacidad de amar se estanque.

Actualmente se tiene  mucho miedo a amar, a comprometernos, porque intuimos, con verdad, que todo amor lleva consigo, en mayor o menor medida, cierto sacrificio.

El que no quiera tener dolores pase la vida entera libre de amores, dice la canción popular. Así es.

Esa es la razón de que muchas personas en nuestra sociedad, pasen por la vida sin saber lo que es el amor, con una tristeza de fondo y un desasosiego, que compensan, de vez en cuando, con algo de sexo. Así se hace uno la ilusión de que es querido. ¡¡No se puede vivir siempre en la tristeza!!

Muchos van con el corazón en la  mano, ofreciéndolo a alguien que compense su vacío, producido muchas veces por el miedo que se tiene o se ha tenido a amar de verdad, buscando una pareja ideal que no existe, porque nuestra pareja ideal es aquella con la que nos hemos casado.

Para darse cuenta de ello hay que ponerla en primer lugar de nuestras prioridades vitales y perder el miedo al esfuerzo, al sacrificio que exige el amor. Lo demás es no saber querer.

La comodidad se lleva mal con el amor.

En la medida que uno no se engañe, se diga la verdad, y se enfrente consigo mismo, se irá dando cuenta que ese esfuerzo es menos costoso de lo que nuestra imaginación nos dice.

Entonces, sí que hemos encontrado la pareja ideal, porque hemos empezado a amar de verdad. Lo otro son blandenguerías, si no van sostenidas por un amor recio y fuerte.

Así de fácil y así de difícil.

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Situaciones en las que es mejor no casarse https://www.omnesmag.com/foco/situaciones-en-las-que-es-mejor-no-casarse/ Sun, 13 Mar 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=19374 Traducción del artículo al alemán A veces conocemos a una pareja, intuimos que su relación va a estrellarse y, sin embargo, no somos capaces de decirles nada. ¿Prudencia?, ¿cobardía?, ¿miedo a ser rechazados o no ser comprendidos? En la mayoría de las ocasiones quizá sea por prudencia, pero en otras ocasiones posiblemente sea por no […]

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Traducción del artículo al alemán

A veces conocemos a una pareja, intuimos que su relación va a estrellarse y, sin embargo, no somos capaces de decirles nada. ¿Prudencia?, ¿cobardía?, ¿miedo a ser rechazados o no ser comprendidos?

En la mayoría de las ocasiones quizá sea por prudencia, pero en otras ocasiones posiblemente sea por no tener claro cómo decirlo o por falta de atrevimiento y de fortaleza.

Pero lo que ya es más paradójico es que ese posible estrellamiento lo estemos viendo en nuestros hijos, y nos sintamos incapaces de decírselo. Hay que asesorarse y decirlo en el momento oportuno.

También es razonable hacer que se lo diga alguien que sabemos que lo va a hacer adecuadamente y que tiene ascendiente sobre ellos.

Y es que, con cierta frecuencia, hay relaciones que nacen viciadas o se vician con el tiempo, las mimbres de las que están hechas son tan poco fuertes que claramente se ve que puede ser peligroso el paso adelante.

Una de las razones para no casarse sería el pensar en adquirir un compromiso sólo por lástima, por querer hacer feliz a la otra persona.

Ese sentimiento de compasión hacia el otro puede hacer que aquello termine en un desastre y más que felicidad, produzca una profunda infelicidad en la pareja.

Es decir, que como matrimonio y como ejemplo de solidaridad hacia el otro, puede terminar en desastre.

Un noviazgo está para comprobar que puedo compartir mi vida con la otra persona. No es una ONG.

Otra razón puede ser el que ella se haya quedado embarazada.

Quizá haya que esperar a que las cosas se «enfríen» y después  tomar una decisión. « ¡Es que si se enfrían no se casan!», nos pueden decir. Si eso es así, más vale no casarse, porque es señal de que ese matrimonio no iba a funcionar.

La belleza física, si es lo único que nos acerca a la otra persona, se convierte en otra razón para no casarse.

Unirse en matrimonio única y exclusivamente por la belleza física es como hacerlo tan sólo por la sexualidad.      

Todos los especialistas en este campo están de acuerdo en que la sexualidad por sí sola, no puede hacer que una relación se mantenga.  Una relación consiste en un compromiso personal. Se compromete la persona.

Donde sólo hay sexo, el compromiso no es entre personas sino entre cuerpos.

Terminará decayendo.

Tampoco puede ser una razón las ganas que uno tenga de irse de casa, las ansias de independencia.      Hay personas que se casan porque quieren liberarse de sus padres. O, incluso, por parecer normal ante sí mismos.   

Con toda seguridad están llamando a voces al fracaso.

Es conveniente pensar que muy probablemente se tenga más «independencia» cuando se vive con los padres que después de casarse. Si la razón para casarse es la búsqueda de independencia, o demostrarse que se es normal se está eligiendo el camino equivocado.

El matrimonio no servirá para desembarazarse de los padres ni para evitar los problemas que tengo conmigo. Quizá lo más peligroso sea darse cuenta de que eso no va a funcionar en el futuro y no ser capaz de romper el noviazgo.

Es muy frecuente  A veces, es más fácil romper un matrimonio que un noviazgo.   No olvidemos que igual que puede haber razones para casarse, también las puede haber para lo contrario.

Lo que dijimos de los padres que no se atreven a decir nada a sus hijos que sepan que están renunciando a una posible ayuda a los hijos. Muchas veces esa incapacidad proviene de no haberse ganado con anterioridad la confianza de ellos.

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Explicando el noviazgo a los jóvenes https://www.omnesmag.com/foco/familia/explicando-el-noviazgo-a-los-jovenes/ Mon, 14 Feb 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=18601 La preparación de una olimpiada es una tarea dura para los atletas. Indudablemente, sin preparación, no hay éxito personal. Esto que parece tan obvio, no se vive en otras facetas más personales como, por ejemplo, en el noviazgo, que es o debería ser, la preparación del matrimonio. Los fracasos matrimoniales, que con frecuencia vemos en […]

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La preparación de una olimpiada es una tarea dura para los atletas. Indudablemente, sin preparación, no hay éxito personal.

Esto que parece tan obvio, no se vive en otras facetas más personales como, por ejemplo, en el noviazgo, que es o debería ser, la preparación del matrimonio.

Los fracasos matrimoniales, que con frecuencia vemos en nuestra sociedad, son en muchos casos consecuencia de que no se está viviendo el noviazgo. Se vive otra cosa, pero el noviazgo, que debe ser un tiempo en el que se va conociendo a la otra persona, para saber si puedo compartir mi vida con ella, el noviazgo decía, no se vive como tal.

Por tanto, muchos matrimonios pasan su noviazgo una vez casados, y otros fracasan porque no tuvieron noviazgo.

Desde un punto de vista afectivo, se podría decir, que un noviazgo tiene cuatro partes: deseo, atracción, enamoramiento y amor.Al principio, existe un deseo de estar con el otro, se pasa bien, el tiempo va muy deprisa, su presencia ilusiona.

A continuación, o unido al deseo de estar juntos, aparece una fase de atracción física, que hace que todo sea muy bonito y atrayente. Existe un desbordamiento emocional.

Estas dos fases que no tienen solución de continuidad concluyen de forma habitual, en un enamoramiento, donde todo lo del otro parece bien. Lo que hace y lo que dice. Se está como en una nube. La presencia continuada que uno tiene de la otra persona, aunque no esté con ella, es tremendamente atractiva. Se confunde con el amor.

Creemos que estamos amando con intensidad. Perece imposible que esto no sea amor.

Tiene que serlo. El apego emocional es muy grande, parece mentira que se hubiera podido vivir hasta ahora sin esa persona. La vida aparece sin sentido si ella no está conmigo en el futuro. Un defecto de la atención, llamaba Julián Marías al enamoramiento.

Nos creemos que queremos mucho, pero la realidad es que el amor todavía no ha aparecido. Es un buen comienzo para empezar a querer, pero querer- además de afectos, emociones- implica querer el bien del otro, citando la definición de amistad de Aristóteles. Lo mejor para el otro como persona.

El amor implica que, con frecuencia, me voy a tener que esforzar para amar, ya no viene solo en forma de sentimiento, como ocurría anteriormente. Cuando uno va siendo consciente de ello, se está empezando a querer. Se empieza a ver que la otra persona tiene defectos, hace cosas que me molestan. Se está bajando de la nube, estar con ella, algunas veces, puede no apetecerme. Me exige cosas que no quiero dar, no quiere darme cosas que me gustaría que me diera.

Está uno empezando a darse cuenta que el cariño es exigente. Se va al cine cuando no me apetece y no se va al futbol cuando me gustaría. Empieza la lucha por querer. Los sentimientos han bajado a un estado de normalidad. El deseo, la atracción y el enamoramiento se hacen más maduros.

Es el momento de darse cuenta si es la persona que se buscaba para compartir la vida.

Si no lo es, habrá que dejarla, aunque el apego no haya desaparecido y dejarla sea costoso.

Si, en medio del deseo, atracción y enamoramiento se han tenido relación sexuales, entonces cuesta mucho más, sobre todo a la mujer. En una relación sexual la mujer entrega el corazón antes que el cuerpo. De ahí la dificultad. A pesar de ello, si no es lo que iba buscando, hay que dejar a esa persona.

Para eso está el noviazgo, para buscar a la persona idónea con la que compartir la vida.

La conciencia de que se debería no haber tenido sexo, aparece en muchas ocasiones.

También la impotencia para dejarlo. Si se manifiesta el deseo de no tener sexo, es posible que se rompa la relación. Lo cual es una manifestación de que se está junto únicamente por el sexo. Puesto que, si desaparece, es posible que se termine el noviazgo. Es síntoma de que esa relación estaba unida solo por el sexo, si eso ocurriese. O sea, no es una relación de noviazgo, sino de amantes a los cuales los une el sexo. 

Es una de las grandes dificultades que tiene el confundir los sentimientos, solo los sentimientos, con el amor.

La consecuencia de todo lo dicho es ver a una serie de personas con unos problemas afectivos y sexuales que, de haber sabido lo que cada cosa significaba en cada momento, no habrían aparecido.

Lógicamente, el noviazgo hubiera sido más libre. Y si al final hay matrimonio, menos peligroso.

Tenemos que tener en cuenta que el apego irá desapareciendo y aparecerá la libertad, y con ella se puede rebobinar todo lo anterior y pensar que uno se ha casado, porque ha habido relaciones en el noviazgo. O porque no fue capaz de romper la relación.

Es un momento peligroso. Hay que pedir ayuda.

Por otra parte, visto desde un punto de vista más racional, que lógicamente se va a entremezclar con el emocional, las fases del noviazgo se podría decir que son: coherencia, confianza y compromiso.

La primera nos indica que hay que conocer al otro, ver lo que dice creer y cómo lo vive. Es decir, si es una persona coherente, si los valores que defiende, los vive. Una persona puede decir muchas cosas, pero lo importante es lo que hace. Somos lo que hacemos.

No debemos confundir, opiniones y creencias. Una opinión es algo que yo sostengo; yo creo que tal actor es mejor que ese otro. Las creencias son aquello que me sostiene a mí. Esto es lo que tenemos que comprobar.

Si los valores que se van viendo que vive el otro, son los que se buscan en la persona con la que gustaría compartir la vida, se va generando una confianza que se acrecienta con el tiempo y, antes o después, genera compromiso.

Estas fases del noviazgo, en muchos casos, no se están viviendo. En el momento que se cree que se está queriendo porque hay una cierta atracción y un deseo de estar con el otro, se tienen relaciones sexuales y el ritmo de tiempo no es el que sería conveniente.

Antes de que se haya comprobado la coherencia del otro, al tener sexo, se genera un compromiso que hace imposible que la relación se desarrolle con el ritmo y la libertad requerida. Falta libertad. Hay compromiso cuando no debería haberlo.

He visto parejas rotas, debido al desorden que el sexo mete en una relación de noviazgo que, probablemente, hubieran terminado en un buen matrimonio.

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Inteligencia y relación de pareja https://www.omnesmag.com/foco/inteligencia-y-relacion-de-pareja/ Sun, 16 Jan 2022 05:00:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=17922 Como regla general siempre se ha considerado inteligente a la persona que sabía resolver complicados problemas técnicos o intrincados raciocinios filosóficos. Con el paso del tiempo ha llegado la superespecialización que, básicamente, consiste en saber muchísimo de casi nada. Nos estamos encontrando una sociedad en la que algunas personas tienen un conocimiento altísimo de pequeñas […]

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Como regla general siempre se ha considerado inteligente a la persona que sabía resolver complicados problemas técnicos o intrincados raciocinios filosóficos.

Con el paso del tiempo ha llegado la superespecialización que, básicamente, consiste en saber muchísimo de casi nada.

Nos estamos encontrando una sociedad en la que algunas personas tienen un conocimiento altísimo de pequeñas parcelas del saber, pero a la larga desconocen, y parece que no les interesa ver, la realidad en su conjunto.

Así, como es lógico, se sigue en la sociedad, en cuestiones vitales para nuestras vidas, opiniones de personas que son famosas por otros temas.

Sus opiniones, muchas veces, las tomamos los demás como incuestionables. Confiamos en quien las dice por su prestigio, por su popularidad, como si las dijeran sabios en esa materia, pero la realidad es que no saben más que el ciudadano medio.

A esto se une la visión clásica de que «el inteligente es el que llega con la razón más lejos que los demás»; definición que, por muy clásica que sea, no deja de ser un reduccionismo ya que, además de una racional, hay otros tipos de inteligencia.

Uno de esos tipos de inteligencia es la emocional, pero igualmente existe una inteligencia social, numérica, espacial…

Cuestionémonos: ¿quién es más inteligente, la persona que sabe hacer complicadas operaciones de cálculos matemáticos y financieros, o aquélla que consigue tener una familia unida y feliz donde la mujer, el marido los hijos están a gusto en casa?

Concederle el criterio de inteligencia sólo a lo que tomamos por intelectual es, en mi opinión, un error.

La persona ha de tener una visión de su vida en conjunto; no puede dividirse en trabajo, familia, amistades, aficiones… Tiene que saber unir de manera inteligente todas esas facetas que constituyen la vida de las personas, si no lo hace, nunca logrará una vida plena.

«Es que para llegar a ser un alto científico hay que ser muy inteligente», se puede contestar

¿Y para conseguir armonizar una familia feliz no hay que ser también muy inteligente?

Miremos la sociedad y saquemos conclusiones.

El más inteligente siempre tiene una visión medianamente completa de la realidad.

Nadie será capaz de conseguir una familia armoniosa si no tiene en su vida esa visión.

Para conseguir una vida satisfactoria hay que formar la inteligencia emocional.

¿No creen que dedicamos mucho tiempo a la formación de la inteligencia racional y poco o ninguno a la inteligencia emocional?  

Cuantos más cerca estemos de lo que el ser humano busca de verdad, aunque no lo sepa, más facilidad tendremos para llevar una vida razonablemente feliz.  

Para eso hay que aprender, formarse, adquirir conocimientos sólidos, no los estereotipos que muchas veces modelan una sociedad y que no consiguen que las personas sean más felices, sino que sean más manipulables.

No olvidemos que la formación de las otras inteligencias, sin descuidar la racional, nos va a dar más felicidad como personas que, a fin de cuentas, es lo que somos.

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Clases de amores y sentimientos https://www.omnesmag.com/foco/clases-de-amores-y-sentimientos/ Tue, 14 Dec 2021 05:12:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=16782 Al acabar un curso el otro día, se me acercó una de las asistentes para compartir algunas preocupaciones. Me dijo que actualmente no hay, o al menos no se escuchan, personas que hablen de amor al trabajo. “Hace tiempo -continuaba- decir que uno hacía su trabajo vocacionalmente y con amor era una manifestación de orgullo […]

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Al acabar un curso el otro día, se me acercó una de las asistentes para compartir algunas preocupaciones. Me dijo que actualmente no hay, o al menos no se escuchan, personas que hablen de amor al trabajo. “Hace tiempo -continuaba- decir que uno hacía su trabajo vocacionalmente y con amor era una manifestación de orgullo personal; sin embargo, ahora, si uno lo dice probablemente sea mal mirado”.

Puede que algo de verdad, no sé si mucha o poca, tenga.

El ser humano tiene dos clases de amores: aquellos que se pueden perder y los que no se pierden. Entre estos últimos se encuentran, por ejemplo, el afecto por la ciudad donde uno ha nacido y el amor a los hijos. Son amores que, sin hacer nada, se mantienen.

Entre los que sí se pueden perder, nos encontramos, entre otros, con el amor a la pareja y el amor al trabajo o el amor a Dios. No se mantienen solos. Hay que cuidarlos.

Al principio deslumbran y los sentimientos son muy fuertes, -al enamorarse o encontrar un buen trabajo, o una conversión, por ejemplo- pero, con el paso del tiempo, el entusiasmo se desvanece y puede estar uno más centrado en lo negativo que en lo positivo. Si uno no lucha por mantener esos amores, por quererlos, por querer quererlos, por poner la voluntad en amarlos, en definitiva si uno no lucha por ser libre en el amor -para lo cual tendrá que emplear, además de los sentimientos, la inteligencia y la voluntad- es probable que aparezcan sentimientos negativos que le pueden impedir seguir queriendo. ( véase colaboración anterior)

Aunque se pierda el sentimiento, el amor no se pierde. Si eso fuera así, el ser humano no sería libre porque no podría elegir sus amores al depender éstos de algo que yo no controlo: el sentimiento.

Si al perder el sentimiento vemos sólo lo negativo, la vida se hará dura. Sucede en el ámbito profesional (nos centramos más en lo que no funcionan) y en el ámbito personal, estamos más pendientes de los defectos del otro que de sus virtudes, en nuestra relación con Dios, podemos estar más pendientes de lo costoso que de amarlo

Son muestras de estar centrados en lo negativo, señales de alerta de que el acostumbramiento, está dañando ese amor concreto

La libertad tiene mucho que ver con vivir un poco al margen de los sentimientos.

La pregunta surge temerosa, ¿qué hacer para que eso no ocurra?

Desde mi punto de vista solo encuentro una solución, sinceramente creo que no hay otra, y esta es formarse.

Aprender. La formación lo que hace es que uno cuando cae se levante. Si uno deja de formarse, se quedará en el suelo. La rutina empezara su labor de corrosión.

Cuando vivimos de esa manera, un poco por encima de los sentimientos, nos damos cuenta de todo lo positivo que hay en nuestra vida profesional, personal y en nuestra relación con Dios. Nuestra visión será más equilibrada.

No podremos olvidar que en todos los amores habrá épocas en que habrá que ir contracorriente. La vida es así.

Merece la pena vivir la vida como es. Lo que no genera ninguna automotivación es vivir esclavos de los sentimientos.

Escucha el podcast «Clases de amores y sentimientos»

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La importancia de saber querer https://www.omnesmag.com/foco/familia/la-importancia-de-saber-querer/ Thu, 04 Nov 2021 04:40:00 +0000 https://omnesmag.com/?p=16640 Traducción del artículo al alemán La felicidad humana depende, en gran parte, de la elección de la persona con la que vamos a compartir la vida. De lo cual se deduce la importancia que tiene el conocimiento de esa persona. Gran parte del mismo tiene que hacerse en el noviazgo. Toda decisión está relacionada con […]

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Traducción del artículo al alemán

La felicidad humana depende, en gran parte, de la elección de la persona con la que vamos a compartir la vida. De lo cual se deduce la importancia que tiene el conocimiento de esa persona. Gran parte del mismo tiene que hacerse en el noviazgo.

Toda decisión está relacionada con dos parámetros: información y  riesgo.  Cuanta mayor sea la información menor será el riesgo.  En el caso del noviazgo la información es el conocimiento del otro.

Actualmente, la palabra amor es una palabra equivoca o, si se quiere análoga, lo cual es un gran peligro en una relación donde el amor es lo fundamental.

Es muy importante que las dos personas tengan el mismo concepto de lo que es el amor y que ese concepto se atenga a la realidad, es decir, a lo que realmente es el amor.

Actualmente muchas parejas fundamentan su noviazgo, y muchas veces su próximo matrimonio, en algo que no tiene nada que ver con el amor, por ejemplo, en el sentimiento. En el sentimentalismo quiero decir. Y así cuando se ven emocionados creen que pueden con todo y cuando esa sensación decae o desaparece  creen que el amor ha desaparecido. Esto es frecuentísimo y es causa de muchas roturas matrimoniales.

En los medios de comunicación rara vez se relaciona el amor con la inteligencia ni con la voluntad. A veces ni con el sentimiento. Mucho de lo que aparece en las relacione que nos muestran los medios de comunicación es sentimentalismo caduco y blando.

El amor es un trípode formado por inteligencia, sentimiento y voluntad. Cuando el sentimiento funciona todo es más fácil, cuando desaparece hay que echar mano de la inteligencia y la voluntad la primera para saber qué es lo que hay que hacer para seguir queriendo y la voluntad para hacerlo, si no se hace esto es que uno no sabe querer.

Lo cual es frecuente y peligrosísimo, porque cuando uno establece una relación basada en el amor, como es un noviazgo y no digamos un matrimonio, con alguien que  no sabe lo que es, se expone a un fracaso rápido.

Para resumir lo que quiero decir es que los novios deberían tener muy claro que piensa el otro de lo que es el amor. Del papel que tienen los sentimientos en el amor, de lo negativo que es el sentimentalismo para una relación amorosa y del papel de la inteligencia y la voluntad tienen en el amor.

Cuando digo que piensa el otro no me refiero a lo que opina de lo que es amor. Me refiero a lo que cree que es el amor. Ya sabemos que una opinión es lo que yo sostengo, una creencia es lo que me sostiene a mí. La diferencia es abismal. La opinión cambia en función del estado de ánimo o las circunstancias. Una creencia, si se alimenta, es estable.

Por tanto, tener una visión solidad y verdadera de lo que es el amor es fundamental para que un noviazgo vaya a más y termine en un matrimonio seguro.

Nadie empezaría un negocio con alguien que no supiera lo que es el dinero. Con más motivo no se debe ir al matrimonio con alguien que no sepa lo que es el amor.

¿Quieres escuchar más sobre este tema?

Escucha el podcast de José María Contreras «La importancia de saber querer»

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