Vaticano

De qué se ha hablado en el consistorio de cardenales

El concepto de sinodalidad y el papel de los laicos en la Iglesia han sido los dos temas que han centrado el consistorio de cardenales del 29 y 30 de agosto en Roma.

Stefano Grossi Gondi·31 de agosto de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

Foto: El Papa Francisco se reúne con los cardenales en el Vaticano el 29 de agosto de 2022. ©CNS/Vatican Media

Traducción del artículo al italiano

La Iglesia se reunió en Roma junto al Papa para reflexionar sobre el futuro durante cuatro intensos días. Antes del consistorio, el sábado 27 de agosto, tuvo lugar el nombramiento oficial de 20 nuevos cardenales de todo el mundo, y después, los días 29 y 30, unos 200 cardenales se reunieron a puerta cerrada para debatir aspectos de “Praedicate Evangelium”, la Constitución Apostólica en vigor desde el pasado mes de junio. El Colegio Cardenalicio al completo está formado por 227 personas, por lo que en esta ocasión ha participado una gran mayoría, muy representativa de la comunidad eclesial.

Homilía de apertura

En su homilía de apertura, el Papa Francisco exhortó a los presentes sobre el fuego que Jesús vino a “arrojar sobre la tierra”, un fuego que el Espíritu Santo también enciende en los corazones, las manos y los pies de quienes lo siguen. Un fuego que puede ser poderoso o ser un rescoldo, en el que se manifiesta un estilo particular de Dios, cuando se comunica con mansedumbre, con fidelidad, con cercanía y ternura. 

“El doble modo de expresar el fuego nos recuerda” -dijo Francisco- “que el hombre de celo apostólico está animado por el fuego del Espíritu para ocuparse con valentía de las cosas grandes y pequeñas”.

Con estas palabras introductorias, el Papa estimuló en cierto modo a los participantes en el Consistorio para que abordaran con espíritu valiente los temas objeto de debate. 

Qué es la sinodalidad

Dos temas surgieron con más fuerza en la reunión central: entender qué es la sinodalidad y aclarar las circunstancias en las que los laicos pueden dirigir un dicasterio. Sobre la primera cuestión, algunas eminencias observaron que la sinodalidad es un asunto serio, sugiriendo, sobre todo, que “los obispos hacen el sínodo”.

Otros prelados expresaron diversas perplejidades sobre el mal uso del término “sinodalidad”, que ahora se utilizaría para indicar todo, incluso cosas que tendrían más que ver con la comunión que con la sinodalidad como siempre se ha entendido.

El papel del laicado

El otro asunto tratado versaba sobre el laicado. Se sabe que la nueva constitución reclama una mayor participación de los laicos en las estructuras del vértice, aunque sin profundizar en la cuestión. En más de un grupo de trabajo se propuso enumerar los dicasterios que pueden tener un laico al frente, sin dejar todo en una vaguedad genérica. 

En la base del primer día del consistorio, algunos cardenales plantearon la idea de definir la fuente de la jurisdicción a nivel doctrinal: ¿es el sacramento del orden o es la potestad suprema del Papa? No son precisamente disquisiciones accidentales, por lo que serán útiles las aclaraciones en un futuro próximo.  

En los debates se percibe un enfoque emergente para hacer el papel en la comunidad cristiana «más misionero» y abrir la puerta a una mayor presencia de los laicos y las mujeres, incluso a través de reuniones y debates más frecuentes.  

Segundo día del consistorio

El segundo día de reuniones confirmó la centralidad del tema de los laicos, que evidentemente se entiende como relevante en la evolución de la Iglesia. Tomando de nuevo como referencia la “Praedicate Evangelium”, los cardenales presentes debatieron en grupos lingüísticos, donde se hicieron propuestas, y luego se reunieron en sesión plenaria. 

El tema más escuchado fue el de los laicos, tomando como referencia lo afirmado en “Praedicate Evangelium”: “Todo cristiano, en virtud del Bautismo, es un discípulo-misionero en la medida en que ha encontrado el amor de Dios en Cristo Jesús”. No se puede dejar de tener esto en cuenta en la actualización de la Curia, cuya reforma, por tanto, debe prever la participación de los laicos, también en funciones de gobierno y responsabilidad. 

A continuación, se reafirmó la idea de que “hay dicasterios en los que es conveniente que haya laicos al frente”. La afirmación del laicado y de su papel es vinculada por algunos al desarrollo del espíritu misionero, pensando que “tarde o temprano llegaremos a una conciencia diferente, donde todo es misionero y misionero incluso, puede parecer paradójico, las propias oficinas de la Curia” (Cardenal Paolo Lojudice).

Balance

El cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, concluyó su participación hablando de una reunión “extraordinariamente edificante”. “Hablamos como amigos, como hermanos, con una inmensa caridad y un profundo amor a la Iglesia, sobre asuntos muy prácticos», dijo el cardenal. “Me alegro de que haya sucedido. Se esperaba con impaciencia”.

El Papa Francisco concluyó el consistorio con una Santa Misa. En su homilía pareció referirse a algunas de las cuestiones aquí mencionadas para el futuro de la Iglesia. “Si, junto con los discípulos, respondemos a la llamada del Señor y vamos a Galilea, al monte indicado por Él, experimentamos un nuevo asombro. Esta vez, lo que nos encanta no es el plan de salvación en sí mismo, sino el hecho -aún más sorprendente- de que Dios nos implique en su plan: es la realidad de la misión de los apóstoles con Cristo resucitado… Las palabras del Resucitado siguen teniendo el poder de conmover nuestros corazones dos mil años después. La insondable decisión divina de evangelizar el mundo a partir de aquel miserable grupo de discípulos, que -como señala el evangelista- aún dudaban, no deja de sorprendernos. Pero, mirándolo bien, no es diferente el asombro que nos embarga si nos miramos a nosotros, reunidos hoy aquí, a quienes el Señor nos ha repetido esas mismas palabras, ese mismo envío”.

El autorStefano Grossi Gondi

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