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Mons. Shevchuk reafirma la unidad religiosa en Ucrania en la guerra

Monseñor Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, ha confirmado desde Kiev, “la unidad ecuménica e interreligiosa en Ucrania como jamás existió en el pasado”, tal como informó Omnes en abril. “En las fosas comunes estamos todos”, agregó, en un acto organizado por ACN Internacional y España, en el que apeló a “resistir ante esta invasión ideológica injusta”.

Francisco Otamendi·7 de mayo de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos
SHEVCHUK ucrania

Foto ©CNS screenshot/Ukrainian Catholic Church)

El arzobispo mayor Shevchuk reveló hoy que se encuentra “en los primeros puestos de una lista de los rusos para eliminarme” y que es “objetivo prioritario”. Lo dijo por Internet en una conexión que consideró “un milagro” tal como están las cosas en la capital ucraniana.

En la misma intervención, en la que estuvo acompañado por el ecónomo de la archidiócesis, Mons. Sviatoslav Shevchuk acusó a los dirigentes rusos de difundir que “Ucrania es una ideología, no una nación. La invasión es una guerra colonial. Rusia considera a Ucrania como una antigua colonia que hay que reconquistar”, y a los ucranianos como elementos a “eliminar, reeducar en campos de concentración, o expulsar”, en un conflicto que “se puede comparar a la II Guerra Mundial”, manifestó.

“Los líderes de la Iglesia” están en esta situación, en la de personas a “eliminar”, remachó. “Hemos de resistir a esta invasión ideológica injusta de alta intensidad, porque “como señaló Putin, la intención era acabar con Ucrania en tres días”. “Y en dos meses” se ha destruido el “50 por ciento de la economía nacional. La gente llama a la Iglesia y pide comer, pero los recursos se acaban”, añadió. En esa línea, reiteró lo que había señalado al comienzo de la rueda informativa Javier Menéndez Ros, director de ACN España: “El desastre de Ucrania no ha terminado”.

Monseñor Shevchuk reiteró en sus palabras que “los líderes religiosos están unidos”, y que en esta línea, el consejo de Iglesias está teniendo un papel muy relevante, en particular en los que se refiere a “la ayuda humanitaria, porque la gente está sufriendo”.

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Discasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en la Santa Sede, había manifestado en territorio ucraniano: “Durante mi visita a la aldea de Beregove, en el oeste de Ucrania, me impresionó mucho ver a católicos de rito latino, greco-católicos, protestantes, reformados, judíos, uniéndose para compartir la labor de la emergencia de los refugiados. Una enorme emergencia que sólo puede ser abordada en conjunto. ‘No hay distinciones, todos somos el buen samaritano llamado a ayudar a los demás ahora’, dijo un pastor durante este diálogo tan franco y fraternal. Me consoló, es realmente el signo de una Iglesia viva”.

Tiempos de represión

La revista Omnes alertó en el número de abril sobre “un riesgo que se aprecia real. Si ésta prospera [la invasión rusa], la Iglesia católica en Ucrania podría desaparecer. Así lo manifestó Monseñor Shevchuk en una entrevista concedida a una emisora de radio ucraniana. Aparentemente estamos en la lista al igual que nuestros hermanos de la Iglesia ortodoxa de Ucrania’, dijo el gran arzobispo, refiriéndose a una posible relación de organizaciones a prohibir por el presidente ruso Vladimir Putin”.

“Sabemos por la historia”, recogió Omnes, “que cada vez que Rusia conquistó nuestro país, la Iglesia greco-católica ucraniana fue sistemáticamente destruida”, añadió el arzobispo Shevchuk, “Dios no quiera que esto se repita ahora”. En efecto, en 1946, Stalin la obligó a fusionarse con la Iglesia ortodoxa, de la que se había separado a finales del siglo XVI. Muchos obispos y clérigos que se opusieron a la integración fueron detenidos y murieron en Siberia. Sólo en 1989 terminó la represión estatal de la Iglesia greco-católica, que volvió a salir de la clandestinidad”.

Monseñor Sviatoslav Shevchuk, que agradeció la ayuda solidaria enviada por España, pidió en el acto de hoy: “Recen por Ucrania”. Alentó a mantener la esperanza con el saludo pascual de ‘Cristo resucitado’, y afirmó: “Valoramos mucho el esfuerzo del Papa Francisco, para parar esta guerra injusta. Es una autoridad moral muy grande, que se ha ofrecido a viajar a Moscú en una tarea de mediación, a pesar de su fuerte dolor de rodilla”. “Pero la diplomacia no ha podido parar esta guerra injusta”.

Nueva campaña de ACN

En Ucrania, un país con cerca de 44 millones de habitantes, el 60 por ciento de la población es ortodoxa. Además, pertenecen a la Iglesia greco-católica en torno al 8,8 por ciento, que junto al 0,8 de los latinos, llegan casi al 10 por ciento de la población ucraniana. Son en torno a 4,4 millones de personas, entre las que se encuentran 4.879 sacerdotes y religiosos, y 1.350 religiosas.

En la presentación de una nueva campaña de ayuda, ‘Iglesia en Ucrania, refugio de esperanza’, Javier Menéndez Ros subrayó que ACN ha venido ayudando desde 1953 de forma preferente a Ucrania”, mucho antes de esta guerra, y que “actualmente, en Ucrania hay más de 7 millones de personas que han huido de sus hogares hacia otras partes del país en busca de un lugar seguro”.

“Cada parroquia, convento y seminario se ha convertido en un centro de acogida. ACN promete enviar ahora, en una un nuevo paquete, ayuda por cerca de 2 millones de euros para socorrer a la Iglesia ucraniana en su misión caritativa y pastoral, especialmente en la región oeste del país donde se está acogiendo a los desplazados internos”.

Tanto Menéndez Ros como Marco Mencaglia, coordinador de proyectos para Europa de ACN Internacional, han explicado que tras “el envío de una primera ayuda de emergencia a la Iglesia en aquel país, por valor de un millón de euros, para garantizar que los miles de sacerdotes y religiosas que hoy viven en Ucrania cuenten con los medios imprescindibles para permanecer junto a su gente, en las parroquias, en las casas de acogida de niños, madres y ancianos, con los refugiados”, se trata ahora de abordar una segunda fase. Esta ayuda a proyectos específicos de la Iglesia en el oeste de Ucrania, “no es sólo material, sino de atención también espiritual, de consuelo, a las familias desplazadas”, en especial mujeres y niños, puesto que los varones en edad militar están combatiendo.

Más de 12 millones de desplazados

Junto a los siete millones de desplazados internos, están también los 5 millones de desplazados externos, refugiados que han huido del país en un verdadero éxodo, lo que supone que más de 12 millones de ucranianos han tenido que huir y mover, dentro y fuera del país, destacó el arzobispo de Kiev, que se mostró “orgulloso” de los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas que se han quedado en el país para atender a la gente que sufre.

El autorFrancisco Otamendi

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