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Jacques Philippe: «El tiempo de pandemia es también una invitación a seguir a Jesucristo»

El autor de destacadas obras de espiritualidad ha reflexionado, en el Foro organizado por Omnes, sobre la oración y la vida cristiana en la actualidad, en una situación de pandemia global.

David Fernández Alonso·12 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos
Jacques Philippe en el Foro Omnes

Foto: Jacques Philippe en un momento del Foro Omnes.

A las 19.30 de la tarde comenzaba el Foro Omnes con Jacques Philippe, sacerdote y conocido autor espiritual. Natural de Metz (Francia) es autor de numerosos libros de vida espiritual entre los que se cuentan títulos como “La libertad interior”, “ Tiempo para Dios” o “La paternidad espiritual del sacerdote”, entre otros.

Durante el Foro organizado por Omnes, Philippe ha tratado temas como la presencia o ausencia de Dios, la oración, cuestiones que se han planteado en la vida de toda persona durante la pandemia como el sentido del sufrimiento, etc.

Los límites de la civilización

El padre Philippe comenzó su intervención refiriéndose a la situación que ha atravesado el mundo durante la pandemia, y cómo ha afectado a las personas, particularmente a los cristianos. Afirmó que, por ejemplo, «a muchas personas le sirvió para afianzar las relaciones dentro de la familia, de las comunidades en las que transcurrieron esos días de pandemia».

Además, «la pandemia ha mostrado los límites y la fragilidad de la civilización occidental, una situación que ha llevado a nuestra sociedad a sustituir lo real por lo virtual». Sin embargo, eso no es suficiente. Necesitamos lo real: «nos hemos dado cuenta que eso no basta, que es necesario el encuentro físico. Eso también nos recuerda la dimensión física y corporal de lo espiritual».

La pandemia ha mostrado los límites y la fragilidad de la civilización occidental, una situación que ha llevado a nuestra sociedad a sustituir lo real por lo virtual.

Jacques PhilippeSacerdote y autor espiritual

¿Dónde está Dios?

«¿Cuál ha sido el papel de Dios en esta situación?» Se preguntaba el padre Philippe. Dios en ocasiones permite situaciones difíciles para fiarnos de Él, para abandonarnos en Él y confiar en su providencia. De hecho, ante situaciones difíciles, afirmó Philippe, lo importante es cómo se afronta esa situación, y cómo se aprovecha para orientar hacia lo bueno que Dios espera de nosotros.

«Es claro que en este contexto», continuaba, «donde se muestra patente nuestra fragilidad, encontramos una llamada a apoyarnos en el Señor, que es nuestra roca, nuestra fuerza. En las situaciones difíciles Dios se hace más cercano». En el tiempo de Pascua hemos leído el evangelio de los discípulos de Emaús. Un modelo que el padre Philippe usó para mostrar cómo Dios actúa en momentos de desánimo. «Ellos están desanimados y Jesús se acerca y les explica las Escrituras. Les da la fuerza para volver a Jerusalén fortalecidos por el encuentro con Cristo. Esto es lo que tenemos que hacer en estos tiempos difíciles. Cristo nos alimenta, nos llena de fuerza».

«Este tiempo de pandemia, por tanto, es una invitación a seguir a Jesucristo, a encontrarle, para hablarle». Un tiempo, en esta línea, también para estar muy pendiente los unos de los otros.

La Eucaristía, encuentro real con Dios

Por otra parte, Philippe ha incidido en que para el cristiano, la Eucaristía, que durante esos días fue un sacramento del que muchos se vieron privados, es el lugar por excelencia de encuentro con Dios. Es un momento donde podemos acoger la presencia de Dios. De hecho, afirmó el padre Philippe que «muchos cristianos han sido muy creativos para mantener activa su vida cristiana».

La Eucaristía, presencia real del Señor, es centro de la vida cristiana. «Durante esos días de pandemia podíamos encontrarnos con Cristo a través de la comunión espiritual», afirmó el padre Philippe. Además, con la Eucaristía «puede haber un encuentro con el Señor también cuando leemos las Escrituras». Volviendo al ejemplo de los discípulos de Emaús, que les ardía el corazón cuando escuchaban al Señor explicar las Escrituras, «hoy, con tanta confusión, necesitamos palabra de Verdad. Una palabra de amor y de verdad, que encontramos en la Biblia». Y hay mucha gracia del Espíritu Santo en la lectura de la Palabra de Dios. «El pasaje de Emaús es una bonita catequesis sobre las Escrituras». ‘Quédate con nosotros’ le pidieron. Pero Jesucristo no solo se ha quedado con nosotros en la Eucaristía, sino que les ha dado más de lo que habían pedido: se ha quedado en la Eucaristía y en nuestro corazón en gracia».

La grandeza de la vida cristiana

Al término de su intervención, se pudo abrir un agradable coloquio, con preguntas de los espectadores. Preguntas entre las cuales, varias de ellas tenían como denominador común el misterio del mal. El padre Philippe afirmó que «la grandeza de la vida cristiana es que de cualquier mal se puede obtener un bien. Oportunidad de crecer, de estar más cerca de Dios». La cuestión más importante es cómo se puede afrontar el mal apoyándose en el Señor, de manera que de ahí pueda surgir un bien. Si Jesucristo ha resucitado, el bien prevalece. Evidentemente, «ante una situación de crisis, hay gente que reacciona positivamente, de refuerzo en la fe. Pero otras, en cambio pueden alejarse de la fe. En este caso hay que rezar siempre por esas personas y pedir que Jesús venga a su encuentro».

La grandeza de la vida cristiana es que de cualquier mal se puede obtener un bien. Es una oportunidad para crecer, para estar más cerca de Dios.

Jacques PhilippeSacerdote y autor espiritual

«Fe, oración, Eucaristía, escucha de la Palabra, comunión fraternal. Todos estos medios se nos proponen para acoger la presencia de Dios». Así concluía un interesante Foro con el autor que es ya un clásico de la espiritualidad.

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